Al igual que hicimos en el Giro de Italia 2010 y en las demás carreras de 3 semanas, hemos dividido el análisis en varias partes, para que no quede una entrada excesivamente larga y perjudique la búsqueda de información.
En esta primera parte: Introducción e historia, participación y análisis general del recorrido.
Las demás entradas sobre el Giro de Italia 2011:
- Análisis de las etapas 1ª a 9ª (hasta el primer descanso)
- Análisis de las etapas 10ª a 15ª (hasta el segundo descanso)
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Introducción
El sábado 7 de mayo dará comienzo la edición 94ª del Giro de Italia, la primera de las tres grandes vueltas por etapas del calendario … y la más espectacular de ellas en los últimos años. Esta edición servirá para conmemorar el 150 aniversario de la unificación de Italia, con un durísimo recorrido con inicio en Turín y final en Milán después de 21 etapas en las que se atravesarán 17 de las 20 regiones del país transalpino, además de una «incursión» en Austria.
El origen de la carrera data del año 1908, cuando La Gazzetta dello Sport, en base a una idea del periodista Tullo Morgagni, anunció en primera página la celebración del primer Giro de Italia en mayo de 1909, adelántandose al diario «rival» Corriere della Sera que estaba a punto de lanzar una carrera por etapas similar. Esa primera edición, homenajeada en el Giro 2009 con motivo de su centenario, constaba de 8 etapas y tuvo como vencedor de la general por puntos a Luigi Ganna.
Desde entonces la carrera se ha disputado de un modo ininterrumpido cada año, a excepción de los parones provocados por la 1ª y 2ª Guerra Mundial (1915 a 1918 y 1941 a 1945), con la clasificación general decidiéndose en base a los tiempos a partir de 1914 y el maillot rosa, el mismo color emblema del periódico organizador, como distintivo del líder desde 1931.
El primer gran protagonista del palmarés fue Alfredo Binda, con 5 victorias y la friolera de 41 triunfos de etapa (sólo superados por los 42 triunfos de Mario Cipollini) … de hecho su dominio en el Giro a finales de la década de los 20/principios de los 30 fue tal que los organizadores llegaron a ofrecerle dinero por no participar en la carrera. A continuación llegó el turno de Gino Bartali e “Il Campionissimo” Fausto Coppi, probablemente los dos mejores corredores italianos de la historia y que si no hubiera sido por la 2ª Guerra Mundial habrían conseguido todavía más victorias y gestas de las que ya acumula su fantástico palmarés.

Fausto Coppi en su mítica cabalgada hacia Pinerolo en 1949. Llegaría a meta con 12 minutos sobre el 2º, su gran rival Gino Bartali.
Algo más reciente en el tiempo están la supremacía del «caníbal» Eddy Merckx, record-man de la prueba junto a Binda y Coppi con 5 triunfos, y la perseverancia de Felice Gimondi, con 3 victorias y otros 6 podios (varios de ellos por detrás de Merckx). También destacan los logros de Bernard Hinault en la década de los 80, con 3 victorias.
Ya en los últimos años las figuras más importantes de la carrera han sido Gilberto Simoni, retirado la temporada pasada con 2 Giros (2001-2003) y otros 5 podios en su haber, e Ivan Basso, vigente ganador y vencedor también en 2006. En cuanto a los corredores españoles, sólo el gran Miguel Indurain, con doblete 1992-1993, y Alberto Contador en 2008 han podido ganar esta prueba, aunque Jose Manuél Fuente, «El Tarangu», mantuvo inolvidables duelos con Merckx y Gimondi en la década de los 70.
El prestigio y relevancia del Giro ha ido variando a lo largo de su historia, con unos inicios bastante localistas en cuanto a participación y victorias pero ganando protagonismo internacional después de la 2ª Guerra Mundial, situándose prácticamente al nivel del Tour de Francia en los años 50, 60 y primera mitad de los 70. Sin embargo a mediados de esa década empezó su declive, que terminaría dejando al Tour sólo «en cabeza». Parte de esa pérdida de importancia fue motivada por una considerable rebaja en la dureza de los recorridos, con etapas montaña muy «descafeinadas».
Afortunadamente eso cambió a finales de los 80 y si bien nunca ha vuelto a estar al «nivel mediático» del Tour (al menos internacionalmente, en Italia si) la carrera ha recuperado su dureza y prestigio. Incluso ha dado un paso más en los últimos años al consolidarse como la gran vuelta por etapas más espectacular a nivel de recorridos … y habitualmente la más entretenida, también gracias a una manera de correr más agresiva de lo que se ve en otras pruebas y a un descenso en la dureza del Tour de Francia.
Y es que en el Giro, gracias a la enorme riqueza orográfica italiana y a unos organizadores sin complejos, todo es posible: algunos de los puertos más impresionantes de Europa, ya sean «muros» de durísimas rampas o subidas interminables (de hecho en la lista de los puertos más duros en carrera el dominio del Giro es abrumador); carreteras secundarias que estarían vetadas en otras pruebas por su estrechez o supuesta peligrosidad; pistas de tierra que recuperan un ciclismo épico; maratones de alta montaña que actualmente no se ven en ninguna otra carrera, etc.

La estupenda etapa reina del Giro 2005, con desgaste, un coloso sin asfaltar como la Finestre (que repite este año) y 45 km finales perfectos para los ataques lejanos.
Ahora bien, aunque esa actitud valiente y atrevida por parte de los organizadores es digna de alabanza, no significa que acierten siempre en los recorridos (al menos en nuestra opinión). Centrándonos en los actuales organizadores, RCS Sport y Angelo Zomegnan como cabeza visible, creemos que las virtudes han sido muy grandes … pero también los defectos, como el abuso de los finales en alto duros y la disminución exagerada de los km contra el crono (con excepciones). Eso ha dado lugar a recorridos tan atractivos como en ocasiones desequilibrados, que casi todos los años han dejado varias de las mejores etapas de la temporada pero también la sensación de que «puliéndolos» un poco podrían haber resultado todavía mejor, aparte de más justos.
Los bandazos han sido casi constantes de un año para otro, pasando de un Giro 2005 espectacular, con buenas cronos y montaña muy exigente y propicia para los ataques lejanos, a un Giro 2006 todavía más duro … pero ya descompensado y abusando de llegadas en alto duras, aunque también había varias etapas muy bien diseñadas y que funcionaron a la perfección, como la jornada de Aprica. El trazado del Giro 2007 estaba un poco mas «controlado» y contaba con muy buenas etapas de alta montaña, aunque la estructura era mejorable y faltaban km contra el crono. En la edición de 2008 la primera mitad del recorrido era fantástica, pero luego se caía en un tríptico de «muros» finales (Pampeago-Marmolada-Coronés) que propiciaron mucho conservadurismo, si bien otras etapas fueron muy entretenidas, como la jornada de Monte Pora.
Los recorridos de los dos últimos años eran completamente distintos entre sí, el de 2009 bastante extraño para ser el centenario: sin apenas grandes puertos de paso y con las etapas decisivas en los Apeninos. Curiosamente lo que faltaba a uno, etapas de alta montaña propicias para los ataques lejanos en 2009 y km contra el crono en 2010, era la mejor virtud del otro. Y aunque ambos fueron las GV más entretenidas de sus respectivas temporadas, el Giro 2010 resultó mucho mejor gracias a una actitud muy ofensiva de los corredores y algunas circunstancias bastante especiales, como la enorme fuga-bidón camino de L´Aquila, que hicieron que la fantástica montaña del recorrido luciera casi al máximo, (destacando las jornadas de Aprica, Montalcino, Asolo y Zoncolan) y que la ausencia de una crono larga se notara en la clasificación, con los 4 primeros puestos copados por escaladores, pero no perjudicara el entretenimiento y espectacularidad de la carrera.
Recorrido del Giro 2011
Una año más Zomegnan lo ha vuelto a conseguir. Y es que el trazado del Giro 2011, que conmemora el 150 aniversario de la unificación de Italia, es tan llamativo que no deja indiferente a nadie, ya sean corredores, periodistas o aficionados. En la propia Plataforma tenemos diferentes opiniones al respecto pero hay tres cuestiones que creemos innegables:
-La enorme dureza del recorrido (especialmente su segunda mitad), a priori el más exigente que se ha visto nunca en el ciclismo «moderno» y con etapas de media y alta montaña espectaculares.
-El atrevimiento de los organizadores, no sólo por esa gran dureza sino por los puertos complicados y la cantidad de pistas de tierra que han incluído en el trazado, habiendo 4 etapas con «sterrato«.
-El absoluto desequilibrio entre la montaña y los demás tipos de etapa, con muy pocas jornadas llanas y sobre todo escasez de km contra el crono, que además salvo por la C.R.E. llegan muy tarde.
El recorrido está claramente dividido en dos partes, con una primera mitad donde abunda la media montaña y las «emboscadas» cerca de meta, aunque también cuenta con una interesante etapa de alta montaña en Sicilia (con doble subida al Etna por vertientes distintas) antes del primer descanso, una crono por equipos inicial y varias etapas propicias para los sprinters. Aparte de la jornada del Etna destaca especialmente la etapa de media montaña de Orvieto (5ª), que incluye más de 22 km de pistas de tierra y ha generado mucha expectación teniendo en cuenta el enorme espectáculo de Montalcino 2010. También sobresale el «serrucho» de Castelfidardo (11ª): sólo 142 km pero con multitud de repechos y pequeños puertos (incluída la llegada) y sin casi terreno llano.
Si la primera parte del recorrido ya es exigente, la gran traca se inicia al llegar el 2º fin de semana, con una segunda mitad del recorrido repleta de alta montaña, con puertos colosales, muchos finales en alto, dos contrarrelojs (una de ellas cronoescalada) y sólo una etapa a priori de transición para los favoritos, Tirano (17ª) … aunque tiene 230 km y no es llana ni mucho menos: en total hay 9 etapas seguidas de montaña o crono (aunque con día de descanso intercalado). Creemos que en este aspecto se han equivocado los organizadores, ya que limitan las oportunidades de brillar a un tipo de corredores y puede haber un abandono masivo del resto, aparte de que hubiera sido razonable incluir una jornada llana para dar algo de «descanso» a los corredores en la última semana y que el resto de las etapas fueran aprovechadas al máximo.
Destaca sobremanera la espectacularidad y dureza del tríptico Grossglockner (13ª), Zoncolan (14ª) y Gardeccia (15ª), sobre todo las dos última etapas, con muchísimo desnivel e impresionantes puertos de paso que a poco que haya buen ritmo pueden dejar la carrera rota a muchos km de meta incluso sin que se produzcan ataques. Especialmente exigente es la jornada de Gardeccia, siendo la etapa con mayor desnivel acumulado y coeficiente en los puertos de la historia del Giro, además de atravesar bellísimos parajes de los Dolomitas, como se puede apreciar en esta foto de la subida final. No se queda atrás en dureza la etapa del Zoncolan, pudiendo ser también considerada una de las etapas más duras de la historia debido al terrible encadenado final.
La inclusión de 3 etapas seguidas tan duras tiene sus pros y su contras, ya que por un lado puede provocar mayores hundimientos y sorpresas, con grandes diferencias en meta, pero también que los corredores sean más conservadores y prefieran no lanzar la carrera desde lejos, sobre todo al ser la etapa más dura precisamente la última. En cualquier caso, lo que si parece excesivo es el abuso del final en alto y además tipo «muro» (aunque la etapa del Grossglockner ha quedado distinta respecto a lo anunciado originalmente), ya que aparte de restar variedad al recorrido permite que los escaladores puedan esperar a los km finales y sin necesidad de moverse desde lejos.
Ya en la última semana sobresalen la cronoescalada a Nevegal (16ª), con 12,7 km de longitud y un tramo central muy duro; la etapa de Sestriere (20ª), con el imponente Finestre y nada menos que 242 km de recorrido; y la contrarreloj final de Milán, que siendo la única C.R.I. llana del recorrido se antoja muy corta (31,5 km) pero puede resultar decisiva si las diferencias en la general son muy apretadas. Lo que más se echa en falta en estos últimos días es una gran etapa de montaña sin final en alto, sobre todo teniendo en cuenta que en el resto del Giro y pese a la abundante montaña tampoco hay ninguna jornada de ese estilo. Lo más parecido es la etapa de San Pellegrino Terme (18ª), pero sólo se sube un puerto y de dureza media. Eso si, también es cierto que a lo largo del recorrido hay varias etapas con final en alto propicias para los ataques lejanos, como la ya mencionada jornada de Sestriere.
En cuestión de grandes puertos el Giro 2011 va «bien servido». Y es que junto con clásicos de la carrera como la Marmolada (Passo Fedaia) y Giau, se repiten varios de los colosos descubiertos en los últimos años, como el Monte Zoncolan o el Colle delle Finestre, y se estrena el Grossglockner por Kasereck (por la vertiente norte ya se pasó en los años 70) y el impresionante Monte Crostis, que aparte de la dureza de su ascensión tiene varios km de falso llano en la cima por una estrecha pista de tierra y un complicado descenso. También se recuperan varias subidas inéditas desde hace muchos años, como el Refugio Gardeccia (Torri di Vajolet) o el ya mencionado Nevegal. Aparte de las grandes ascensiones hay bastantes subidas de nivel medio, lo que hace que el Giro 2011 salga ganando claramente en la comparativa Giro-Tour-Vuelta respecto a la dureza de los puertos.
El principal error del recorrido es, a nuestro juicio, la escasez de km contra el crono, sobre todo en un trazado tan montañoso como el de este Giro 2011. Si los organizadores quieren un recorrido «a lo grande», ¿por que aplican la dureza y los largos kilometrajes sólo a la montaña y sin embargo no hay ni una contrarreloj de más de 35 km?. Podría tener sentido reducir las cronos si tampoco hubiera muchos finales en alto, obligando a que los corredores tuvieran que atacar desde lejos para conseguir diferencias, ya fueran rodadores o escaladores. Pero con el «empacho» de llegadas en alto de este Giro y la escasez de contrarreloj queda un recorrido completamente desequilibrado, donde los escaladores no tienen a priori necesidad de moverse en los puertos de paso.
No es algo nuevo de esta edición del Giro pero, al igual que sucede con Tour y Vuelta, la tendencia a eliminar km contra el crono está llegando a extremos incomprensibles, de este hecho este año no hay ni una solo etapa cronometrada de más de 45 km entre las tres grandes. En el caso concreto del Giro 2011, es la segunda edición con menos km de C.R.I. en los últimos 30 años y la de menor crono total desde 2004 (ese año no hubo crono por equipos)
Es cierto que una gran vuelta puede resultar espectacular aunque no haya casi km contrarreloj, ya sea por una actitud muy ofensiva de los corredores o circunstancias de carrera que obliguen a los favoritos a tener que recuperar mucho tiempo (ahí está el ejemplo del Giro 2010), pero lo justo serían recorridos que dieran opciones a corredores de diferentes características y que el vencedor final tuviera que ser el más fuerte, tanto física como tácticamente, en todos los terrenos, no sólo en la montaña.
Un tema polémico son los kilometrajes, con alguna etapa quizás innecesariamente larga (por ejemplo Parma 2ª) y otras en las que se podía haber usado de un modo distinto (Finestre 20ª), pero también es cierto que no son distancias extrañas para el ciclismo, que siempre se ha caracterizado por ser un deporte de gran fondo. Además hay otras etapas muy cortas, suponiendo una buena combinación entre jornadas «explosivas» y etapas más favorables para los corredores de fondo. Lo que si resulta a todas luces excesivo son los traslados entre etapas, teniendo que recorrer en algunos casos distancias enormes y sin coincidir con jornada de descanso, como antes y después de la etapa de Montevergine (7ª) y antes de la etapa del Grossglockner.
Cuestión aparte son los cambios respecto a lo anunciado en la presentación, que no por habituales en esta carrera dejan de ser una pequeña chapuza por parte de los organizadores. Y es que una cosa sería cambiar tramos puntuales por causas de fuerza mayor, algo totalmente lógico … y otra muy distinta lo que viene haciendo el Giro de un modo casi sistemático en los últimos años: cambios importantes en más de una etapa (sin aclarar los motivos o con explicaciones cuando menos extrañas) y multitud de pequeñas variaciones en el resto del trazado, como si el recorrido presentado originalmente fuera sólo provisional.
Este año se ha llegado al extremo de que varias etapas han cambiado hasta en 3 ocasiones respecto a lo anunciado en octubre, como la etapa de Montevergine -> recorrido original / final o la jornada de Tirano, que de hecho acababa inicialmente en Sondrio. Otra variación importante ha sido el final de la etapa del Grossglockner, terminando 7 km más adelante respecto a lo previsto (en la cota 2.140 m en vez de en Kasereck) o la etapa de Orvieto, sustituyendo el puerto asfaltado de Nibbio por más tramos de «sterrato». No todos los cambios son a peor ni mucho menos, pero deberían cuidar más este tema.
Por otro lado, este año los organizadores han cambiado la catalogación de los puertos, dejando de puntuar las llegadas en alto más que el resto de subidas sólo por su situación en la etapa y pasando a valorarlas por su dureza real -> reglamento. Creemos que es un acierto. Eso sí, en algunos casos la catalogación es bastante discutible, como marcar de 3ª un 1ª como Macugnaga o no dar una puntuación especial a puertos tan colosales como Crostis, Zoncolan o Finestre, sólo al Passo Giau por ser Cima Coppi.
Un aspecto «externo» a deportivo pero muy destacable es la gran calidad de la información que proporciona a los aficionados el periódico oficial, La Gazzetta dello Sport: perfiles de etapa y de los puertos importantes, rutómetros, mapas, últimos km, etc. Todo realizado con buen gusto y profesionalidad, al igual que sucede en el resto de pruebas organizadas por RCS: Tirreno-Adriático, Milán-San Remo, Giro de Lombardía y Strada Bianche (Eroica). Ójala otras carreras siguieran su ejemplo en vez de presentar perfiles exagerados y mal hechos.
Participación
La lista de participantes de este Giro es de gran nivel, aunque con la destacada ausencia del vigente ganador: Ivan Basso. Esta situación se lleva repitiendo desde hace varios años, ya que tampoco Menchov y Contador, ganadores del Giro 2008 y 2009 respectivamente, defendieron su victoria al año siguiente.
La particularidad de esta edición es el aumento en el número de participantes, ya que habrá nada menos que 23 equipos (18 Pro-Tour y 5 Continentales Profesionales) formando un pelotón de 207 corredores. De hecho los organizadores tuvieron que pedir un permiso especial a la UCI para superar el actual límite de 200, aunque este número de corredores no era extraño en las grandes vueltas de los 80. En cualquier caso, es cierto que un pelotón tan grande puede resultar más peligroso. Este es uno de los motivos por los que publicamos hace meses una encuesta y debate sobre el tema: ¿cúantos corredores por equipo?. Creemos que una reducción en el nº de corredores por escuadra sería muy positiva, tanto para hacer más espectaculares las carreras como para que pudieran participar más equipos.
El claro favorito es Alberto Contador (Saxobank), que ya sabe lo que es ganar esta carrera y ha acumulado la friolera de 17 carreras por etapas, incluídas 2 este mismo año (Algarve y Volta), mostrándose infalible en las Grandes Vueltas desde 2007, con un pleno de 5 triunfos en 5 participaciones: Tour 07-09-10, Giro 08 y Vuelta 08. Además de los antecedentes, el recorrido a priori también le beneficia, con muchos finales en alto y una C.R.I. de distancia media … aunque tendrá que superar emboscadas varias, como las etapas con «sterrato»; jornadas agonísticas de alta montaña, donde hasta ahora no se ha mostrado tan fuerte; y la oposición de varios rivales del máximo nivel, algunos de ellos corriendo «en casa».
En principio su máximo rival será Vincenzo Nibali (Liquigas), «el tiburón». Después de varias temporadas muy prometedoras en 2010 «explotó» ganando la Vuelta a España y siendo 3º en el Giro, en el que además consiguió un gran triunfo en la jornada del Monte Grappa y ayudó a la victoria en la general de su compañero Ivan Basso. Este año todavía no se ha adjudicado ningun triunfo, si bien se ha dejado ver en Tirreno, Milán-San Remo y Lieja haciendo «top 10» y mostrando su habitual combatividad. A priori sus mejores bazas son la inteligencia en carrera, su calidad como bajador y el potencial del equipo Liquigas.
Otros corredores que parten con opciones de victoria son el italiano Michele Scarponi (Lampre) y el ruso Denis Menchov (Geox). Scarponi ya fue unos de los grandes protagonistas del pasado Giro, ganando la etapa de Aprica y siendo 4º en la general, y este año se ha mostrado como uno de los corredores más en forma: ganador Giro del Trentino, 2º en la Volta, 3º en Tirreno (con victoria de etapa incluída) y 6º en Milán-San Remo después de dar una exhibición en la Cipressa. La extrema dureza del recorrido corre a su favor, aunque podría pagar ser el favorito con mayor degaste en lo que llevamos de temporada. El rendimiento de Menchov es toda una incógnita, ya que aparte de ser un corredor imprevisible se ha dejado ver muy poco este año, pero si muestra el nivel que le llevó a ganar la Vuelta 2005 y 2007 (la primera tras descalificación de Roberto Heras) y el propio Giro en 2009 es aspirante a todo … aunque tendrá que luchar contra un recorrido muy perjudicial para él: escasa contrarreloj y etapas de alta montaña de mucho fondo en los 10 últimos días.
Un escalón por debajo aunque también con posibilidades están Igor Antón (Euskaltel), Joaquím Rodriguez (Katusha) y el checo Roman Kreuziger (Astana). Al corredor del Euskaltel podría parecer que le queda «grande» la carrera, ya que nunca ha ganado una prueba por etapas ni terminado una GV entre los 5 primeros … pero su calidad como escalador está fuera de toda duda, aparte de que en la Vuelta 2010 tuvo muy mala suerte al sufrir una caída cuando ocupaba el primer puesto. Las características del recorrido, muy poca contrarreloj y abundante montaña, también benefician al «Purito» Rodríguez, un corredor que lleva 3 años haciendo buenos puestos en las grandes vueltas pero siempre lastrado por su poca capacidad contra el crono. En cuanto a Roman Kreuziger, este Giro puede ser un punto de inflexión en su carrera, confirmando lo que promete desde hace años con brillantes victorias en Suiza 2008 y Romandia 2009 (aparte de sendos «top 10» en los 2 últimos Tour) … o quedándose «sólo» en un buen corredor, habitual de los primeros puestos pero sin pelear por el triunfo.
También aspiran a luchar por el podium Carlos Sastre, cuyos mejores años parecen haber pasado ya (ganador Tour 2008, 2º Giro 2009 -después de las descalificaciones de Di Luca y Pellizzotti- y varias veces podio en la Vuelta) pero al que no se puede descartar, sobre todo en un recorrido tan montañoso; Domenico Pozzovivo (Colnago), gran escalador y que este año se encuentra con un trazado perfecto para sus características; Tiago Machado (Radioshack), una de las grandes promesas y que viene de hacer 2º en el Giro del Trentino; Danilo di Luca (Katusha), ganador del Giro 2007; David Arroyo (Movistar), 2º el año pasado tras ser el único corredor de la escapada-bidón que pudo resistir la remontada de los «capos»; o los escaladores del equipo Androni José Rujano (3º en 2005) y Emanuelle Sella (ganador 3 etapas en 2008), que pueden ser grandes animadores de la carrera.
Otros corredores muy destacables de cara a la general o a ayudar a sus líderes: Dani Navarro y Richie Porte, «lugartenientes» de Contador en Saxobank; Fabio Duarte, compañero de Menchov y Sastre en Geox; el veterano y ganador del Giro 2000 Stefano Garzelli (Acqua Sapone); John Gadret (Ag2r); Przemyslaw Niemec (Lampre); Robert Kiserlovski (Astana); Valerio Agnoli y Sylvester Szmyd (Liquigas); Paolo Tiralongo (Astana); Gianpaolo Caruso y Dani Moreno (Katusha); Vasil Kiryienka y Sergio Pardilla (Movistar); Thomas Lovkvist (Sky); Marco Pinotti (HTC); Le Mevel y David Millar (Garmin-Cervelo) …
En cuanto a los sprinters, el recorrido no tiene muchas etapas propicias para su lucimiento pero aun así la lista es de buen nivel, con Mark Cavendish y su lanzador Mark Renshaw (HTC), Alessandro Petacchi (Lampre), Tyler Farrar (Garmin-Cervelo) y el español Francisco Ventoso (Movistar) como velocistas más destacados.
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- Análisis detallado de las etapas 1ª a 9ª (hasta el primer descanso).
- Por otro lado, también podéis encontrar también encontrar más información sobre la carrera en el Especial Giro de Italia de nuestra nueva revista gratuita DLC.
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No hay puertos de categoria especial, la mayor catalogacion es 1ª y la menor 4ª. La Vuelta ahora hace lo mismo que hacia el Giro hace años, puntuar los de paso como maximo de 1ª y los finales como especial. En cuanto al recorrido es muy espectacular, le falta una CRI larga en la 1ª o 2ª semana y un poco mas de variedad en las etapas de montaña, no tanto final en alto, aunque si que es cierto que las etapas del Zoncolan, Gardeccia y Sestriere ofrecen la oportunidad de ver una lucha de tu a tu de los favoritos desde lejos.
La Especial no existió en la pasada Vuelta a España, existía el «final en alto» al igual que hacía el Giro. La diferencia radica en que la Especial tiene su puntuación propia y la «final en alto» es una simple multiplicación X 2 de un puerto de 1ª. Creo.
Hemos editado la entrada, ya que pensábamos que no iba a haber bonificaciones pero según el reglamento si las habrá: 20-12-8 segundos en meta y 6-4-2 segundos en los sprints intermedios (igual que en años anteriores). Perdón por el error.
Un saludo.