VUELTA A ESPAÑA 2018 – Recorrido

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Las demás entradas sobre la Vuelta a España 2018:

  • Historia (orígenes, evolución, ciclistas destacados, puertos míticos, recorridos, últimas ediciones).

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Como decíamos en la entrada previa, este año se disputa la 73ª edición de la prueba, que con inicio en Málaga el 25 de agosto recorrerá Andalucía durante los primeros días, destacando la etapa de Alfacar, pasando después por Murcia y Castilla la Mancha antes de dirigirse a Castilla y León, con final incluido en La Covatilla, y el norte peninsular, con protagonismo a mitad de carrera para Galicia y sobre todo Asturias, con llegadas en Les Praeres y Lagos de Covadonga, para ya en la última semana afrontar una CRI en Cantabria y el ascenso al Monte Oiz en País Vasco, antes del paso por Cataluña y el “fin de fiesta” en Andorra, con posterior traslado hasta Madrid para acabar la prueba el 16 de septiembre. En total, 3.271 km divididos en 21 etapas, con los habituales 2 días de descanso intercalados.

En general, el recorrido incide en el modelo de los últimos años, teniendo características muy similares a las de 2016, como la gran cantidad de finales en alto, especialmente de llegadas tipo muro, varios de ellos con rampas extremas y en todos los casos incluyendo kilómetros enteros a más del 10% de media; y escasez de contrarreloj, habiendo sólo 40 km de esta disciplina, lo que provoca que sea la edición con menos crono en las últimas décadas (contando las CRE, si se tienen en cuenta sólo las individuales hay varios años con menos contrarreloj), todo ello mezclada con una última semana de estructura parecida a la de 2017, iniciándose con un bloque de CRI + final duro y cerrando con una etapa de montaña corta pero exigente antes del largo traslado hasta Madrid.

Sin embargo, al igual que ocurría en el año 2016, se reduce la dureza intermedia, sobre todo en los grandes puertos (no tanto en las pequeñas cotas, que siguen siendo muy abundantes). De hecho, no sólo no hay HC de paso, algo que no sucedía desde el año 2008, sino tampoco casi 1ª duros, con únicamente Cabra Montés superando los 200 de coeficiente APM, a los que se uniría Beixalis si se baja el baremo a 170. En comparación, en 2017 había 6 puertos de paso por encima de esa cifra … Asimismo, también se ha reducido el protagonismo de la media montaña sin final en alto, con varias etapas de este tipo pero a priori poco selectivas. En cuanto a las novedades, destaca la CRI inicial, un comienzo que no se veía desde 2009, habiendo empezado desde entonces con una CRE, y varias subidas inéditas, como Les Praeres, Monte Oiz, Alfaguara, La Mozqueta y Tarna norte.

PRIMERA SEMANA

Así pues, la carrera empezará con una crono individual en ciudad de Málaga, con salida desde Centro Pompidou y meta en Marqués de Larios tras 8 km de recorrido, incluyendo un repecho de 1 km al 5,5%, que debido a la escala apenas se aprecia en el gráfico oficial, y varias curvas cerradas -> perfil detallado, siendo en ese sentido una contrarreloj para ciclistas explosivos, aunque habría sido interesante un kilometraje algo superior. Al día siguiente, etapa quebrada, con 164 km entre Marbella y el Puerto de las Atalayas (oficialmente Alto de Guadalhorce), junto al centro de visitantes de Caminito del Rey, en el desfiladero de los Gaitanes. De inicio, los corredores afrontarán el Puerto de Ojén, yendo hacia el norte en busca de un primer paso por la línea de meta, realizando a partir de ahí un largo circuito, de 72 km, que incluye el Alto de Ardales antes de una zona de falsos llanos previa a la subida final, con menos de 5 km al 4% pero por una vía estrecha, aunque en perfectas condiciones, y con un último km al 6,5% propicio para los «up-hill finishers». Aclarar que esta subida es diferente a la anunciada en la presentación y vista en 2015: el Alto de Mesas de Villaverde (hasta cota 580 m), con casi 4 km finales a más del 8% de media y puntas del 15%, con triunfo y liderato para Esteban Chaves -> clasificación / vídeo, habiéndose cambiado en la ruta definitiva de este año sin ninguna explicación, aunque probablemente sea para rebajar dureza en los primeros días.

La 3ª etapa unirá la localidad de Mijas, inicio este año de la Vuelta a Andalucía, y Alhaurín de la Torre, al oeste de Málaga, con un recorrido de media montaña por la Serranía de Ronda, atravesando los puertos de El Madroño -> otro perfil y fotos, con más de 20 km aunque en general tendido, El Viento y Las Abejas, este último no puntuado, antes del paso por Coin y Mijas pueblo, con varias subidas entre ambas poblaciones, aunque tras el descenso a la costa habrá 15 km llanos hasta meta, siendo un día propicio para escapadas, incluso con posibilidades de fuga-bidón, pero donde tampoco es descartable un sprint. Al día siguiente, turno para el primer final en alto duro, en una etapa que incluye el Mirador Cabra Montés -> perfil completo, con más de 1300 m desnivel acumulado, siendo de hecho el puerto de paso con mayor coeficiente APM de esta edición, y el Puerto del Lucero, no puntuado pese a tener 6 km al 5%, antes de un largo llano, con travesía incluída por Granada capital, previo al inédito ascenso a Sierra de Alfaguara -> perfil y mapa, irregular pero con tramos duros. En total, unos 11 km al 6%, aunque la cifra varía según la fuente. De todos modos, aunque puede dar juego, quedando cortado más de un favorito, había opciones para mejorar la continuidad entre los puertos, por ejemplo con El Purche antes de Alfaguara. O suprimir este última subida y acabar en Granada tras el descenso, ya fuera directamente o incluyendo Beas + Pto. Lobo entremedias -> alternativa (mapa).

La 5ª jornada, de casi 190 km, unirá Granada capital y Roquetas de Mar, ya en Almería, atravesando las Alpujarras, aunque sin tocar sus grandes puertos, con un trazado rompepiernas que incluye el Alto de Orgiva (hasta el km 4,4), el Puerto de Alcolea y el Cerro Miranda, estos dos últimos no puntuados, aunque lo lógico habría sido marcarlos de Tercera, precediendo al inédito ascenso al Marchal de Enix (desde km 7) -> otro perfil (desde cruce Alicun), en Sierra de Gádor, aunque por esta vertiente es bastante suave, con 11,7 km al 4,3%, coronándose a 27 km de meta y dando paso a un fuerte descenso, por una ctra. ancha y en buenas condiciones, en busca de Roquetas, acabando en el Paseo del Mar tras casi 10 km llanos. Una etapa exigente, sobre todo si aprieta el calor, y que puede dar juego en la lucha por la victoria, aunque es poco probable que haya diferencias entre los favoritos, resultando decepcionante que de nuevo se haya esquivado Haza del Lino y/o puertos cercanos, como Port. de Cástaras (km 14), habiendo varias alternativas que encajaban perfecto en la etapa. Otra opción interesante sería aprovechar que la cara sur del Marchal tiene 2 variantes y realizar un bucle con Vícar. En cualquier caso, ójala los organizadores de Clásica de Almería, que lleva varios años terminando en Roquetas de Mar, tomen nota del estreno de este puerto y lo incluyan en próximas ediciones, aumentando el interés de la prueba.

Después del traslado hasta Huércal Overa, turno para la primera etapa llana de esta edición, con 155 km entre la población almeriense y San Javier, ya en Murcia, siguiendo una ruta paralela al mar que incluye las cotas de Garrobillo y el Cedacero, esta última con varios km duros aunque lejos de meta, antes del paso por Cartagena y La Unión, entrando a partir de ahí en la zona del Mar Menor, con una interesante posibilidad de abanicos en los últimos 20 km, siendo un día para los sprinters pero donde los favoritos tampoco pueden despistarse. La 7ª jornada unirá las localidades de Puerto Lumbreras, al suroeste de Murcia, y Pozo Alcón, en Jaén, con un perfil ondulado en el que destacan el Alto de María por Vélez Rubio, no puntuado pese a una zona de 3,5 km al 6%, y Castril / Campocebas (marcado como Collado de Laude), con 5 km a casi el 6% de media, antes de un primer paso paso por Pozo Alcón, donde se iniciará un largo bucle con el Alto de Ceal como mayor dificultad, con unos 4 km al 6,5% de media y coronándose a 13 km de meta, seguido por el traicionero repecho de Hinojares (del km 5 al 7,8 del perfil), con 2 km al 7,7%, alcanzando máximas del 14%, y el falso llano hasta la llegada, que pica hacia arriba -> últimos 20 km. Un final que puede dar mucho juego, aunque esperemos que se haya arreglado la ctra. de Ceal, que hasta hace unos meses estaba en mal estado, con el asfalto convertido en gravilla. Si no se hubiera reasfaltado Ceal, una alternativa sería sustituir ese bucle por otro con el precioso Puerto de Tíscar, ya fuera por la vía principal o por variante de Belerda, habiendo muy buenas opciones para recorridos de media montaña.

La 8ª etapa, con 195 km entre Linares, la 2ª ciudad más poblada de Jaén, y Almadén, al oeste de Ciudad Real, tendrá un perfil básicamente llano, aunque con la subida a Españares, en el P.N. de la Sierra de Cardeña y Montoro, a mitad de la ruta, además de unos km finales picando hacia arriba, con los 2 últimos al 4-5% -> perfil y mapa interactivo. Un día para los velocistas, mientras que para los favoritos a la general jornada a priori de transición, teniendo que afrontar al día siguiente una etapa clave, con 200 km entre Talavera de la Reina y la estación de esquí La Covatilla, al sur de Salamanca, incluyendo en la 1ª mitad de la ruta un interesante paso por la Sierra de Gredos, en Ávila, con el encadenado de Puerto del Pico -> perfil y fotos, con 15 km al 5,7%, Pdor. de GredosPeña Negra, aunque por vertiente suave, con 12,6 km al 4,6%. Sin embargo, tras el descenso a Piedrahita habrá unos 60 km sin grandes dificultades, aunque con algunos repechos hasta llegar a Béjar, inicio del exigente ascenso a La Covatilla -> perfil y fotos, si bien este año el primer tramo se hará por Candelario (hasta el km 4,3, después la ruta es distinta), cruzando este bonito pueblo por calles empedradas y estrechas, y Navacarros -> últimos 50 km. De todos modos, lo más duro llega pasada la localidad de La Hoya, donde tras abandonar la carretera del puerto homónimo hay un tramo de 4 km al 10%, seguido por una zona muy irregular hasta la cima, con descansillos y rampones intercalados. En total, más de 1000 m de desnivel, con los últimos 8 km al 8,1% de media, haciendo mucho daño si hay buen ritmo, aunque el viento puede perjudicar los ataques, siendo una zona muy expuesta.

Respecto a los antecedentes, La Covatilla se estrenó en la Vuelta en 2002 con victoria de Santi Blanco y Heras ampliando diferencias en la general -> clasificación / vídeo … aunque no lo suficiente para evitar que Aitor González le arrebatara el primer puesto en la crono final. Volvió a incluirse en ediciones de 2004 -> vídeo, ganando Félix Cárdenas tras escapada; 2006 -> vídeo, con triunfo y liderato para Di Luca; y 2011, imponiéndose Daniel Martin y con Mollema como nuevo líder, aunque sin casi diferencias entre los favoritos a la general -> clasificación / vídeo, siendo la jornada con este final más blanda. Valorando la etapa de este año, aunque no es unipuerto como la de 2011, teniendo mayor desgaste y la interesante novedad del paso por Candelario, el diseño es decepcionante: no sólo evitan los puertos cercanos a La Covatilla, sino que encima dan un rodeo antes de Béjar que aleja aún mas Peña Negra. Una pena, ya que tanto llegando por el Tremedal (necesita reasfaltado) -> alternativa, como por el oeste, con Honduras + Garganta -> alternativa, habría estupendos encadenados, en una zona que ofrece grandes posibilidades sin necesidad de acabar en la Covatilla, imponente subida pero que perjudica los ataques lejanos.

SEGUNDA SEMANA

Tras el descanso, la prueba se reanuda con una etapa de 177 km entre Salamanca y el pueblo de Bermillo de Sagayo, en Zamora, con un bucle inicial antes de dirigirse a los Arribes del Duero, incluyendo la subida a Fermoselle, con 3,5 km iniciales al 6%, si bien de ahí a meta hay casi 30 km, la mayoría llanos -> últimos 45 km, favoreciendo a los sprinters pero sin poder tampoco descartar una escapada. Y ojo al viento, al atravesar zonas muy expuestas. Al día siguiente, turno para la etapa más larga, con casi 210 km entre Mombuey, al norte de Zamora, y Luintra, en la Ribeira Sacra gallega, circulando además por un terreno de media montaña que incluye múltiples puertos y repechos, destacando en la 1ª mitad de la ruta PadorneloCovelo; para ya en los 80 km finales afrontar el Alto de Trives (falta el último km), seguido por 2 cotas no puntuables, y el ascenso al Mirador de Cabezoas, tendido pero largo y por ctra. estrecha, restando tras su descenso la cota de Pombar, con 2 km al 8% y coronándose a sólo 3 km de meta. En definitiva, una etapa muy exigente por orografía y kilometraje, pudiendo dar juego si hay ganas de batalla, como ya ocurrió en 2016, con triunfo de Yates -> vídeo. No obstante, teniendo en cuenta las posibilidades de la zona, había opciones más rompedoras, por ejemplo incluir dos buenos 1ª como Cabeza de Manzaneda (desde km 9 al 21) y Monte Meda, con 5 km al 9,5% -> alternativa, pudiendo incluso endurecerse más la ruta con Cepedelo.

En la 12ª etapa, que unirá Mondoñedo y Estaca de Bares, seguira el terreno quebrado, si bien con características distintas, subiendo Cadeira de inicio para a partir de Ribadeo circular junto a la costa (ojo al viento), aunque con un bucle hacia el interior para afrontar el Alto de San Pedro y O Coto antes de un final plagado de repechos, siendo una jornada propicia para los clasicómanos. Sobre los favoritos a la general, probablemente busquen reservar fuerzas, ya que al día siguiente comienza un duro tríptico montañoso, con 2 llegadas en subidas extremas más la etapa reina. La 1ª de estas jornadas, con 175 km, unirá la localidad asturiana de Candás con el alto de La Camperona -> otro perfil y fotos, junto a Sabero, en León. Una subida corta pero con 2,6 km finales al 15% y puntas rondando el 20%, incluyendo de hecho el km con mayor % en el ciclismo profesional, al 18%. Previamente los corredores tendrán que superar La Madera, Gargantada y el más exigente Puerto de Tarna (hasta cota 1490 m), un buen 1ª, con 12 km al 6%, si bien tras su corto descenso habrá casi 60 km llanos hasta llegar a Sabero, siendo una etapa con características similares, aunque más blanda, a la de 2014, cuando se estrenaron San Glorio y Camperona, venciendo Hesjedal -> clasificación / vídeo, mientras que entre los favoritos el mejor fue Froome, aunque sin apenas diferencias con “Purito” Rodríguez y Contador. En 2016, hubo un nuevo final en La Camperona, si bien en este caso en la 1ª semana y sin puertos previos, aunque de nuevo triunfó la escapada -> clasificación / vídeo, con victoria de Lagutin y un fortísimo Quintana como nuevo líder.

Sobre posibles alternativas, se podría reducir el llano intermedio con el Puerto de Las Señales (aunque parece que su descenso necesita un reasfaltado), pero aún así habría mucha distancia hasta el inicio de Camperona. Ese es uno de los problemas de esta subida, que no encadena bien con nada, lo que unido a sus propias características hace que la batalla entre los favoritos se reduzca a 3 km, siendo decepcionante que los organizadores y diputación insistan con esta llegada en lugar de probar otras opciones que ofrece León, varias de ellas encajando perfecto en una ruta desde Asturias, como Valporquero, a donde se podría llegar por Pajares o Vegarada, cuya pista ha sido arreglada hace poco, así como la zona de Valdeón y San Glorio, pudiendo acabar en Panderrueda, Riaño, el propio San Glorio … Y aunque este año no cuadraban tan bien (al menos sin modificar la estructura del recorrido), también estarían Las Médulas y los grandes puertos de La Cabrera, como Llano de las Ovejas y Gobernadas / Fonte da Cova, tristemente inéditos en la Vuelta a España, al igual que Piedrafita, Virgen del Valle, etc.

Al día siguiente, nueva etapa de montaña pero en dirección contraria, de León a Asturias, partiendo de Cistierna, con la cota de Sabero de inicio, y cruzando al Principado a través del irregular Puerto de San Isidro, para tras su largo descenso y el paso por Cabañaquinta afrontar La Colladona, marcada exageradamente de 1ª, con 5,5 km a 7,7%, categoría que sí merece La Mozqueta, con 6 km finales al 8,4% y que además se encadena con último km de Colladiella -> perfil completo, dando paso a un fuerte descenso hacia Blimea y la Falla de los Lobos, con 5 km al 6,5%, para tras su bajada y una zona llana afrontar 2 repechos (ojo al descenso del último, estrecho y muy inclinado), con paso por Nava antes de la inédita subida a Les Praeres -> otro perfil y mapa, corta pero brutal, con casi 4 km al 13% de media (los 2 primeros al 15,5%) y máximas del > 25%, con el único consuelo para los corredores de que la pista, antes de hormigón, ha sido asfaltada para la etapa, ganando además anchura, lo que no quita para que con esas rampas pueda destrozar el grupo. Valorando la ruta, si bien por puertos es muy novedosa, estrenando Mozqueta y Praeres, acabar en esta subida tras una llegada como Camperona es llevar el abuso de muros finales al absurdo, máxime cuando días después habrá otro similar, Monte Oiz. Una alternativa sería acabar en Nava, tras Mozqueta + La Casilla, favoreciendo la batalla desde lejos.

Como cierre del tríptico y de la 2ª semana de carrera, la jornada reina, con casi 180 km entre Ribera de Arriba y los míticos Lagos de Covadonga, la subida más icónica de la Vuelta a España desde su estreno en 1983, con triunfo Lejarreta, hasta la aparición del Angliru en 1999, y que tiene 9 km centrales al 9% de media, incluyendo el famoso tramo de La Huesera, con un km al 13% y puntas del 18%, antes del irregular final, donde se alternan zonas duras con descansillos y pequeñas bajadas -> perfil detallado (el km final es distinto), por lo que si algún corredor quiere hacer daño tiene que atacar antes. De todos modos, la diferencia con anteriores llegadas en Lagos es la dureza del recorrido previo, con nada menos que 8 puertos, aunque sólo han marcado tres: Santo Emiliano, con 3 km centrales al 6,5%, y el doble paso por el Mirador del Fito -> otro perfil y fotos, el 1º por Loroñe y el 2º por Duyos, aunque compartiendo los 4 km finales al 9,5%, dejando sin puntuar entremedias de ambos pasos el Alto de La Cruz / Las Coronas (desde cruce), con 3,3 km a casi el 7%, así como los inéditos Alto de Sietes, irregular pero con 2 km centrales al 9%, teniendo además descenso complicado, y Alto de Bada, con varios km al 7% y que evita el llano entre Arriondas y Cangas de Onís, mejorando la continuidad antes de la subida a Lagos, que entre su propia dureza y el desgaste previo debería provocar buenas diferencias a poco que haya ritmo, dejando la general bastante definida.

Subida clave en los 80 y principios de los 90, Los Lagos fueron perdiendo su aura mítica durante la pasada década, llegando al extremo de que 5 veces seguidas (2005, 07, 10, 12 y 14) ganó un corredor de la escapada, no ayudando su colocación, con una actitud especulativa de los favoritos cuando estaba antes de la etapa reina, ni los recorridos previos, flojos y repetitivos, aunque en 2014 con la interesante novedad del Collado del Torno, un buen 2º y cuyo descenso termina cerca de Cangas de Onís. Sin embargo en 2016, precediendo al día de descanso, volvió a funcionar, con un gran triunfo de Quintana y una tremenda remontada de Froome -> clasificación / vídeo, viéndose la mejor ascensión desde 1992, cuando Delgado logró su 2ª victoria en esta cima. En el caso de la jornada de este año, se agradece tanto su colocación como la gran dureza de la ruta previa, además del estreno (por fin) de Bada, si bien resulta frustrante que para una vez que los organizadores quieren hacer un trazado a la altura del mito su solución sea un doble paso por el Fito, volviendo a marginar la Collada Llomena (Bedules), y Collada Mohandi, inéditos en la Vuelta, al igual que Cueto Argüeri, también conocido como Carrandi, con casi 3 km al 10% y encadenable con Fito, y La Torneria (El Mazuco), en las cercanías del Collado del Torno -> propuestas para Lagos.

TERCERA SEMANA

La última semana de carrera se inicia con una crono individual de 32 km entre Santillana del Mar y Torrelavega, en Cantabria, teniendo una ruta quebrada, más de lo que aparenta el achatado perfil oficial, sobre todo durante los primeros 25 km, con muy pocas zonas realmente llanas, destacando la subida al Alto de Golbardo, que con 2 km iniciales al 5,8% se podría incluso marcar como puerto. La parte final de la crono, ya en Torrelavega, sí es plana, aunque con varias curvas cerradas antes de la meta junto al polideportivo Oscar Freire. En resumen, una CRI para corredores completos, si bien dado que la otra contrarreloj de esta edición apenas tiene 8 km se echa en falta mayor distancia, como mínimo rondando los 40 km, para que el trazado global estuviera más equilibrado. De todos modos, no es un problema sólo de la Vuelta, con Giro y Tour habiendo tenido este año crono «largas» de distancia similar, con 34 y 31 km respectivamente. Respecto a los antecedentes en la Vuelta, su colocación es idéntica a la de Burgos 2015 -> clasificación, con triunfo de Dumoulin, y Logroño 2017 -> clasificación, donde se impuso Froome, si bien ambas eran más largas y llanas, con la de Logroño siendo la única que ha superado los 40 km en el último lustro.

*perfil oficial de la crono, aunque resulta engañoso, siendo en realidad una ruta más quebrada

Después de la crono no habrá respiro, con una etapa de media montaña de casi 160 km entre Getxo y el Monte Oiz, incluyendo múltiples pequeños puertos antes del ascenso final, cuyos últimos 5 km se estrenan en el ciclismo profesional. De inicio, los corredores tendrán que afrontar un bucle con la Reineta / Arboleda, subida de 6,5 km al 5,5%, pasando después por Bilbao antes de girar hacia el norte, yendo hacia la costa por un terreno de repechos que culmina con el ascenso a San Pelaio (Gaztelugatxe), de casi 4 km al 7,5% y visto este mismo año en la Itzulia, si bien los primeros km por otra carretera. No obstante, el tramo a priori decisivo de la etapa llegará tras el paso por Gernika, con 45 km finales en los que se encadenan Balcón de Bizkaia, aunque por vertiente tendida; Santa Eufemia (Lekoitz Gane), 3 km iniciales al 7%; Gontzegaraine, con 3 km finales al 6%, y la dura subida final al Monte Oiz (cota 925 m) -> vídeo, con 3,5 km iniciales por la ctra. del Balcón de Bizkaia, bien asfaltada y con pendientes del 6-7%, subiendo por donde se habrá bajado antes, pero que tras el cruce se convierte en una pista de hormigón con rampas desorbitadas, teniendo 4 km finales a más del 12% -> perfil detallado (el último km no se sube), y puntas de hasta el 23% … que además se ven endurecidas por la superficie de la pista, si bien ha sido arreglada para la Vuelta, aunque no sabemos si sólo han tapado grietas o asfaltado la subida completa. En cualquier caso, un final muy exigente, que sumado al desgaste de los puertos previos (ojo si llueve) y la CRI de Torrelavega puede provocar hundimientos inesperados.

La 18ª etapa, a priori más tranquila, unirá Ejea de los Caballeros, en la provincia de Zaragoza, y Lleida, ya en Cataluña, con un recorrido que salvo por algunos repechos no tiene apenas dificultades orográficas, siendo la etapa más llana de esta Vuelta junto con la jornada final en Madrid, por lo que los sprinters deberían aprovechar esta oportunidad. Sobre los favoritos a la general, aunque tampoco pueden despistarse, existiendo posibilidad de abanicos, su mente estará en las 2 jornadas siguientes, con finales en La Rabassa y el Santuario de Canolich respectivamente. En el primer caso es una etapa unipuerto, con 135 km básicamente llanos, aunque con tendencia ascendente, entre Lleida y la localidad andorrana de Sant Julia de Loria, inicio del mencionado Coll de La Rabassa, con los primeros 5 km al 9-10% (salvo por un descansillo), pero que después suaviza hasta rondar el 5%, aunque aumentando la pendiente en los últimos 2 km. En total, algo más 17 km al 6,5% de media, si bien por la distribución de la dureza depende mucho de la actitud de los ciclistas, pudiendo dar juego si suben a tope desde abajo o resultar decepcionante si esperan al final. Y a priori no ayuda nada el flojo diseño de la ruta previa, claramente mejorable -> doble paso / subiendo Gallina / con Cantó. Sobre los antecedentes, pese a que Andorra es un clásico de la Vuelta la única llegada previa en La Rabassa tuvo lugar en el año 2008, en una etapa bastante más dura aunque con sorprendente ganador, Ballan -> clasificación / vídeo, que ganó tras una larga escapada, colocándose líder, con Mosquera y Contador atacando en el grupo de favoritos.

Y como última jornada de montaña, una etapa íntegramente andorrana, de sólo 97 km pero con 3300 m de desnivel acumulado debido al sube y baja constante, incluyendo 6 puertos, aunque varios de ellos repetidos, como La Comella, que se afrontará por vertiente sur (4,3 km a 8%) al inicio de la ruta y por su cara norte, más irregular, en la parte final; y Collada Beixalis, en este caso siempre por la vertiente este, aunque en el primer paso empezando desde más abajo, compartiendo en cualquier caso la parte principal de la subida, con 2,5 km centrales al 11%. Y ojo también al descenso, revirado y por ctra. estrecha, aunque en buenas condiciones. El otro puerto de paso de la jornada, entremedias de las subidas a Beixalis, será el Col de Ordino, con 10 km muy constantes al 7%. Y para terminar la etapa, el duro ascenso al Santuario de Canolich, situado en plena subida al Col de la Gallina (cota 1550 m), que con 4 km finales al 9-10% puede resultar decisivo para el podio final, aunque en el lado negativo también podría condicionar el desarrollo de la etapa. Señalar que las 2 llegadas previas en Canolich fueron en el año 2012 -> clasificación / vídeo, ganando Valverde seguido por Purito y Contador; 2013 -> clasificación / vídeo, imponiéndose Ratto tras una escapada, con Nibali y Horner como los más fuertes de los favoritos, en un día marcado por el frío y la lluvia, notándose sobre todo en Envalira, con la cima a 2400 m, y Ordino, habiendo varias retiradas y caídas. Por otro lado, no está claro si el final será el mismo o acabarán en cota 1480 m: según perfil y rutómetro sería esto último, pero en el plano del final sí repiten la llegada de esas etapas, lo que tiene más sentido, ya que es el único sitio con espacio suficiente para la meta.

Más allá de ese tema, y aunque a la hora de verdad puede resultar muy entretenida, el diseño de la etapa y en general del bloque andorrano es decepcionante, ya que no han incluído como tal ninguno de los grandes puertos de paso de la zona: Gallina, Envalira y Rabassa, utilizándolos como llegada (en el caso del primero con la subida «capada») o esquivándolos, realizando en su lugar dobles pasos por Beixalis, duro pero relativamente corto, y la Comella. Y no hacía falta una gran imaginación: bastaba con subir Gallina entero antes del ascenso final. Otra opción sería una ruta similar a 2015 -> clasificación / vídeo, que incluía el duro ascenso a la Gallina por Fontaneda y terminaba en Els Cortals, donde se impuso Landa, aunque en este caso, siendo la última de montaña y para no condicionar las etapas previas, mejor un final en alto más blando o acabar tras descenso, por ejemplo en Andorra la Vella, como en 2017. De todos modos, lo que si habrá seguro después de la etapa es un enorme traslado hasta Madrid, acabando la prueba con la clásica etapa llana en la capital, corta pero con múltiples pasos por meta (12), si bien teniendo un circuito final distinto al de los últimos años debido a las obras en la Gran Vía, aunque la llegada es la misma, en la Plaza de Cibeles y picando hacia arriba. Una jornada para los velocistas, con triunfo de Degenkolb en 2015, Cort Nielsen en 2016 y Trentin en 2017, sirviendo además de homenaje a todos los corredores que hayan completado la prueba.

En resumen, un trazado que repite gran parte de las virtudes y defectos habituales de la «era Guillén». En el lado positivo, alicientes en todas las etapas, con la montaña repartida durante las 3 semanas de carrera, y el estreno de varios puertos inéditos; mientras que la parte negativa viene por el abuso de llegadas en alto y muros finales, dejando los puertos de paso sólo como desgaste … o aún peor, no incluyéndolos, además de cronos demasiado cortas, aunque como decíamos antes este problema es compartido por las 3 GV. Sin embargo, creemos que los defectos superan a las virtudes, máxime si se compara con el ilusionante recorrido de 2017, que salvo por la ausencia de una gran etapa reina y el exceso de finales en alto era muy interesante, con dureza, abundante media montaña y buenos encadenados, además de una CRI rondando los 40 km. En cambio en esta edición se repite lo negativo y se abandonan casi todos los avances vistos el año pasado, volviendo a un recorrido como el de 2016, donde se radicalizaba tanto el modelo, con etapas unipuerto en La Camperona y Peña Cabarga, que casi parecía una parodia, aunque hay que reconocer que a la hora de la verdad no funcionó mal, destacando la gran jornada de Formigal.

De todos modos, como siempre la última palabra será de los corredores. Y aunque el trazado sea mejorable, si muestran una actitud combativa y ambiciosa, sin esperar a los últimos km de las etapas, podrá verse una carrera entretenida desde el inicio hasta al final de la prueba. En cualquier caso, esperemos que en próximas ediciones los organizadores se «pongan las pilas», diseñando un recorrido más equilibrado y que aproveche mejor las opciones de las diferentes zonas que atraviese la prueba, buscando favorecer la batalla desde lejos en lugar de centrar tanto el protagonismo en los km finales.

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6 comentarios en “VUELTA A ESPAÑA 2018 – Recorrido

  1. En general un recorrido decepcionante,parecen empeñados en hacernos entender que en España no se pueden hacer buenos encadenados de montaña,algo totalmente falso,tenemos una orografía muy dura y más variada que en Francia,una pena ,espero que algún día se den cuenta que en nuestro país tenemos puertos de paso duros,la verdad en que empezamos a cansarnos de tantos finales en muros,no tiene sentido se echan en falta dos etapas con desnivel exigente y buenos encadenados como en 2015,aquí en Andalucía por cierto eluden las zonas más duras cuando transitan por Jaén o por Granada,en Almería se pueden hacer auténticos etapones.

    • En Andalucía, y en León, Asturias, Galicia, Cantabria, Sistema Central, Pirineos… Las posibilidades orográficas están desaprovechadísimas. Y salvo en Internet, no se escucha ni una crítica. Los medios oficiales callan y siguen dando cancha a un modelo que sin la aparición esporádica de etapas, por su desarrollo, fuera del propio modelo (Fuente De, Cercedilla, Formigal), ya habría saturado al personal desde hace años. Enhorabuena a la Plataforma por el análisis.

  2. Totalmente de acuerdo,hay falta de autocrítica,tantos muros para qué,los puertos de paso brillan por su ausencia,(los selectivos),que se den una vuelta por esta magnífica página y seguro que aprenden a diseñar una vuelta en condiciones,muy desaprovechada nuestra orografía ,pero es que cada año que pasa vamos a peor,hay mucho silencio,nadie critica,venden un producto que a muchos no nos gusta,pero la mayoría no lo dice,en fin…hasta el giro y el tour nos están copiando en lo malo,el giro 2015 es el camino,buena distribución de los puertos,crono larga y media montaña buena,finales en alto más suaves pero precedidos de un puerto rompedor,tan difícil es,para Guillén sí

  3. No podría estar más de acuerdo con vosotros. Hasta que conocí vuestra web yo veía que la vuelta no tenía los etapones de giro y tour, con esos puertacos encadenados pero no me daba cuenta que el ideal de etapa de montaña para no limitar el espectáculo entre los favoritos a los últimos 4-5 km es el que vosotros decís, de puertaco encadenado con puerto corto o no muy duro, obligando casi a los favoritos a atacar a 40-50 km de meta y posibilitando el ver batalla entre ellos durante 1h30′ o 2h en lugar de 15 min. Además hasta que vi vuestros formidables trabajos, bueno y que me trasladé a vivir cerca de Calar Alto, jeje, ni si quiera pensé que en España se pudieran hacer esos magníficos encadenados de puertacos. ¿pero es que no se dan cuenta de lo que cambia la carrera cuando se llega al último puerto habiendo subido puertos duros previamente?¿lo hacen para que haya más igualdad en tiempos entre los favoritos hasta el final de la vuelta? Si eso quieren pues que hagan todas la etapas llanas y todos a dormir de aburrimiento.
    Yo lo que también veo es que al final, al que lo intenta desde lejos si luego no le sale no se le valora lo suficiente el haberlo intentado y el haber arriesgado de esa manera, yo daría más valor al que más km en fuga hiciera, con más premios y publicidad, y sobre todo, si se trata de un favorito, cuando intentara un ataque desde lejos que se le diera algún tipo de bonificación en segundos o algo así. Ya se que suena un poco raro y que a mí también me gusta el ciclismo de toda la vida, pero lo veo casi la única forma de acabar con este ciclismo tan controlado y que limita la lucha a los últimos 5 km de etapa. Pero en fin, de momento, me conformaría con un trazado como el del giro 2015 como bien dices Juanma.

  4. Gracias a todos por los comentarios.

    Lo más frustrante de los recorridos de la Vuelta en los últimos años es que cuando por fin hay algún avance, como acabar con una etapa de montaña sin final en alto (Cercedilla 2015) o el aumento del protagonismo de los puertos de paso en 2017, con interesantes jornadas de media montaña … al año siguiente se lo cargan, radicalizando aún más el «modelo». Parece que les molesta que haya batalla entre los favoritos antes de los 10 km finales de las etapas.

    Y muy de acuerdo en que gran parte de la culpa es de los medios de comunicación, que salvo excepciones se dedican a pelotear todo lo que hace Unipublic, sin el menor atisbo de crítica. Mientras esto siga así difícil que los organizadores cambien su mentalidad. Solo hay que ver como para 2019 Guillén anuncia «más de lo mismo porque funciona» (…), si bien con «más picante» en la 1ª semana: https://as.com/ciclismo/2018/09/20/vuelta_espana/1537447129_460212.html

    Por otro lado, y aunque éste sea un problema del ciclismo moderno en general, no sólo de la Vuelta, muy de acuerdo en que no se valora lo suficiente al que lo intenta desde lejos, premiando en su lugar al «puestómetro» y a los corredores que buscan un top-10 sin dar la cara frente a los que sí se arriesgan, con los equipos demasiado pendientes de los puntos UCI.

    Saludos.

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