Sirva esta foto como demostración de que no siempre los descensos deben ser por carreteras con asfalto a estrenar, anchas y poco pendientes. De hecho, lo normal en muchas carreras es ver descensos complicados, pues la habilidad con la bicicleta también cuenta en el ciclismo y debe poder manifestarse en favor de los buenos bajadores.
Se aprecia perfectamente en esta imagen del descenso del Colle della Fauniera, que la carretera no tenía un asfalto perfecto y de ancho apenas cabe poco más de un coche. Y es que escuchando a veces a algunos corredores, directores, periodistas e incluso organizadores o aficionados, parece que lo que no sean descensos inmaculados ni tienen ni han tenido cabida en el ciclismo. Y eso no es verdad, cosa que demuestran los muchos descensos como este y similares que se ven en el Giro, o en otras carreras como el Tour o la Vuelta al País Vasco.
Precisamente fue este descenso y la asombrosa demostración que Savoldelli hizo en él lo que le permitió ganar la etapa en solitario en la meta de Borgo San Dalmazzo, pues por la cima del colosal puerto pasó con mucho retraso respecto a los primeros.
Cabe también comentar que la etapa suponía el estreno de un coloso como la Fauniera, uno de los puertos más duros que se han subido jamás en el Giro. Y se estrenaba con su cima a 60 Km. de meta y con un primera como Madonna del Colletto a continuación. Y como era de esperar, semejante coloso rompió totalmente la carrera y las diferencias en meta fueron muy grandes, dándonos los ciclistas un gran espectáculo durante casi dos horas. La única pega a la etapa es que sobraba el circuito final de 7 Km. por Borgo San Dalmazzo, pero no tuvo apenas influencia en el desarrollo de la etapa.
Se puede ver la crónica de la etapa de El Mundo Deportivo en este enlace, y algunas fotos más de la misma en este otro.