GIRO DE ITALIA 2023 – Recorrido

 

Las demás entradas sobre el Giro de Italia 2023:

  • Historia (análisis general, orígenes, evolución, ciclistas, puertos míticos, recorridos, últimas ediciones).

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Como decíamos en el artículo previo, se trata de la 106ª edición de la prueba, con salida desde la Costa dei Trabocchi, junto al mar Adriático, el domingo 7 de mayo y final en Roma, la capital de Italia, el día 28 del mismo mes, para un total de 3489 km (sin contar los tramos neutralizados) divididos en 21 etapas, con una media de 166 km por etapa, además de las 2 jornadas de descanso intercaladas. Y con menos cambios de lo habitual respecto al recorrido presentado en octubre, aunque han aumentado algo los kilometrajes.

Info en la web oficial / Libro de ruta (Il Garibaldi) (PDF 91 MB) / Video presentación

Aunque en este Giro no es fácil clasificar las etapas por su tipo de recorrido, ya que hay varias que encajan en diferentes categorías, se puede decir que hay 3 contrarrelojes individuales, una de ellas cronoescalada, que suman 73 km, la cifra más alta desde 2015; 4 etapas llanas, si bien dos de ellas con varias cotas puntuables; 9 de media montaña, aunque es una cifra engañosa, ya que casi la mitad tienen los puertos muy lejos de meta, por lo que salvo mucha batalla el resultado en estas últimas puede ser el mismo que en etapas llanas; y 5 de alta montaña, todas ellas teniendo final en alto y, salvo la jornada del Gran Sasso, en los últimos 9 días de carrera, con la jornada de Tre Cime di Lavaredo como a priori la reina de esta edición.

PRIMERA SEMANA

Así pues, la carrera se inicia en la mencionada Costa dei Trabocchi, al este del país, con una CRI de 20 km entre Fossacesia Marina y Ortona, circulando por una ciclovía muy llana junto al mar Adriático, aunque terminando con la subida a Ortona -> plano, de 1,2 km al 5,4%, y el falso llano, siendo de todos modos una crono para grandes rodadores … y una de las CRI iniciales más largas en la historia del Giro. De hecho, en las últimas décadas solo se acerca Palermo 2020, con 15 km y triunfo de Ganna. La 2ª etapa, con más de 200 km entre Teramo y San Salvo, recorre también la costa adriática, con un perfil donde, si bien el inicio es quebrado y hay varias cotas en la parte central, el final es llano, siendo favorable para los sprinters. La siguiente jornada, con 216 km entre Vasto y Melfi, es una de las más largas de esta edición, teniendo un recorrido muy llano durante casi toda la ruta, pero con el encadenado de Lago di Monticchio + Valico la Croce, que sin el llano intermedio tiene 9 km al 6,7%, a unos 30 km de meta, además de una llegada muy técnica, con repecho final -> plano, siendo un día para clasicómanos y velocistas completos.

El martes, turno para la 1ª gran etapa de media montaña en los Apeninos, con 175 km entre Venosa y Lago Laceno, incluyendo varias cotas de salida antes de afrontar el Passo delle Crocelle, largo aunque sin grandes rampas. y el Monte Carruozzo por Muro Lucano, con casi 1000 m de desnivel, seguido por una zona más sencilla en busca del ascenso al Colle Molella -> otro perfil, destacando los 3 km centrales al 10%, para unas cifras totales de 9,6 km al 6,2%, coronándose a 3 km de meta -> plano, llanos. Lago Laceno ya fue llegada en 1976, ganando De Vlaeminck; 1998 -> vídeo, imponiéndose Zulle; y 2012 -> vídeo, con triunfo de Pozzovivo. La 5ª etapa, con 170 km entre Atripalda y Salerno, en la costa amalfitana, es quebrada durante gran parte de la ruta, destacando Passo Serra y Olveto Citra, si bien los últimos 40 km son llanos, dando opciones tanto a escapadas como velocistas completos. Ocurre lo mismo al día siguiente, en una jornada de 175 km en torno a Nápoles, junto al mar Tirreno, con un perfil de media montaña que incluye Valico di Chiunzi + Colle San Pietro y el Pico Sant’Angelo, pero con los 35 km finales muy llanos. También hubo meta en Nápoles en 2022 -> vídeo, con triunfo de De Gendt tras una etapa muy entretenida.

El viernes, turno para la 1ª llegada en alto, en una etapa de 218 km entre Capua y Campo Imperatore, en la zona del Gran Sasso, cuyos picos dominan los Abruzos. El inicio de la etapa es llano, pero a mitad de ruta se afronta Rionero Sannitico (aunque no el puerto propiamente dicho) + Roccaraso, cuya altiplanicie da paso a un largo descenso en busca del valle y el sprint intermedio de Bussi sul Trino, seguida por un larguísima subida a Campo Imperatore que se puede dividir en varios tramos: Calascio, muy constante al 6-7%; zona central con subidas tendidas y falsos llanos; y ascenso final hasta meta, con los últimos 4,5 km al 8,2%, incluyendo un km al 10%m y coronándose a 2130 m de altitud -> perfil desde Sto. Stefanoplano. Una jornada exigente, aunque por el tipo de subida depende mucho de la actitud de los corredores, teniendo una ruta muy similar a la etapa de 2018 que ganó Yates -> vídeo. Más dura fue la jornada que tuvo lugar en 1999 -> vídeo, con más de 250 km y un tiempo infernal, con lluvia y frío, venciendo Pantani y con Jiménez 2º.

La 8ª etapa, con 207 km entre Terni y Fossombrone, es una buena encerrona, teniendo de salida el Valico de la Somma, para, tras una zona central más sencilla, afrontar en los últimos 55 km el Monte Cesane, irregular pero con tramos durísimos, para un total 7,4 km al 6,9% de media, y un doble paso por el muro de Cappuccini, que tiene casi 2 km al 10,5%, coronándose a solo 6 km de meta, con el descenso incluyendo un tramo muy revirado -> plano del final. Apuntar que esta misma llegada, con Capuccini y meta en Fossombrone, ya se vio en la Tirreno-Adriático 2019 -> vídeo, ganando Lutsenko … tras haberse caído en la bajada.

Y como cierre de la 1ª semana, crono individual de 35 km entre Savignano sul Rubicone y Cesena, con un perfil completamente llano muy favorable para los rodadores potentes, en un día clave para la general y que puede marcar el desarrollo de la prueba, con los escaladores que pierdan tiempo teniendo que atacar. Sobre antecedentes los últimos años, por longitud y colocación sería muy similar a la CRI de San Marino 2019, ganando Roglic, y también parecida a Valdobbiadene 2020, con triunfo de Ganna, si bien eras más duras, superando los 700 m de desnivel. Sí era llana la crono de Milán 2021, aunque el último día de carrera, con otra victoria para Ganna.

SEGUNDA SEMANA

Tras el día de descanso, la prueba se reanuda con casi 200 km entre Scandiano y Viareggio, junto al mar de Liguria, teniendo características similares a las etapas de Salerno y Nápoles, ya que los primeros 125 km son de media montaña, destacando el largo ascenso «en escalera» al Passo Radici (desde Piandelagotti), muy cercano al brutal San Pellegrino in Alpe / Passo Pradaccio (aunque para subirlo habría que hacer un bucle), mientras que los últimos 70 km son básicamente llanos, pudiendo vencer una escapada o decidirse al sprint. Y al día siguiente, otro hibrído entre media montaña y llano, con 219 km entre Camaiore y Tortona, incluyendo las subidas al Passo del Bracco, Colla di Boasi y Castagnola, esta última a 43 km de meta, en la etapa más larga de este Giro. La 12ª jornada, con 180 km entre Bra y Rivoli, sí incluye una subida de entidad más cerca de meta, con el ascenso al Colle Braida -> otro perfil, que tiene 5 km finales al 8,5%,a menos de 30 km de la llegada, además de un inicio de etapa muy quebrado, perfecto para formar la escapada. Eso sí, es probable que los favoritos tengan la mente en el día siguiente.

Y es que el viernes llega la alta montaña, con 207 km entre Borgofranco d’Ivrea y Crans Montana, en Suiza, teniendo que superar a mitad de la ruta los colosales Gran San Bernardo -> plano, con 35 km y casi 1900 m de desnivel, siendo la Cima Coppi de este Giro gracias a sus 2470 m de altitud, y que tiene una larga bajada hasta Sembrancher; y el impresionante Croix de Coeur -> plano, continuación de Verbier (meta en 2009, ganando Contador), que con 15 km finales al 9%, los últimos al 10,5%, entra en la lista de puertos más duros en carrera, teniendo además de un tremendo descenso hacia Riddes. Desde esa localidad, llano por el valle de casi 25 km en busca del inicio de Crans Montana -> plano, con 12 km iniciales al 7,6%, falso llano y repecho final, para un total de 13,2 km al 7,2%. Una etapa muy exigente, que puede ser espectacular si hay batalla desde lejos … o decepcionante si los favoritos esperan al final, con un llano intermedio que no ayuda a los ataques. Y era evitable, por ejemplo con Ovronnaz después de la Croix de Coeur, acabando en esta subida o bajando hasta Sion. Respecto a Crans Montana, ya su llegada en esta carrera en el Tour 1984, con triunfo de Fignon por delante de Arroyo.

Al día siguiente, jornada de 194 km entre Sierre y Cassano Magnano, ya en Italia, cruzando la frontera a través del Simplonpass, un puerto con 20 km al 6,5%, incluyendo un tramo de 3 km a casi el 10%, si bien tras el descenso hay 100 km en general llanos hasta meta, que pica hacia arriba, en un día para escapadas. Y cerrando la 2ª semana, etapa de 195 km en torno a Bérgamo, con un recorrido de media montaña que incluye puertos conocidos por el Giro de Lombardía, como el Valico di Valcava -> otro perfil, que tiene 10 km finales a casi el 9%; Selvino + San Salvatore, el primero con 11 km al 5,6% y San Salvatore, que no estaba en la ruta original, con 5 km al 7,4% y un fuerte descenso antes del 1er paso por meta y el circuito final. Este último bucle, de 54 km, incluye Roncola Alta, con 6 km centrales al 8,5%, aunque la subida continúa hasta Valpiana; y el clásico repecho de Colle Aperto -> plano, con adoquín y coronándose a 3 km de meta. Un final que puede dar juego, con antecedentes tanto en Lombardía como en el Giro, siendo la última llegada en Bérgamo en 2017 -> vídeo, ganando Jungels tras un sprint reducido. Eso sí, una pena que no se haya copiado el encadenado de Lombardía 2016, que tenía 120 km finales tremendos, con 5 puertos seguidos.

TERCERA SEMANA

Ya en la última semana, dura etapa de montaña en el Trentino, con más de 200 km entre Sabbio Chiese y el mítico Monte Bondone. La parte inicial es llana, junto al Lago di Garda, pero tras el km 60 llegan Santa Barbara, con casi 13 km al 8,3%,y el Passo Bordala (últimos 4,7 km) – > perfil del encadenado / plano, teniendo un vertiginoso descenso hacia Rovereto, donde sin apenas respiro comienza Matassone, con 6 km al 8,5% hasta Albaredo y una zona irregular hasta la cima. La bajada, con repecho incluído, enlaza con el ascenso a Serrada, que tiene casi 18 km al 5,5%, con los últimos 9 km al 6,5%. Su descenso por Folgaria, subida que en 2002, con meta en el Passo Coe, provocó una escabechina, da paso a 10 km llanos hasta Aldeno, inicio de la vertiente sur del Monte Bondone -> otro perfil / plano, más irregular que la norte pero larga y con tramos duros, si bien el final suaviza, para un total de 21,4 km al 6,7%, pudiendo hacer mucho daño si se hace a tope desde la base. Estrenado en 1956 -> llegadas, en un día infernal con triunfo de Gaul, será el 6º final en este puerto (aunque se ha subido más veces), si bien el 1º por Aldeno, ya que las otras veces se llegó por Trento, más constante, siendo la última en 2006 -> vídeo, con Basso arrasando.

La siguiente jornada, con casi 200 km entre Pergine Valsugana y Caorle, es muy propicia para los sprinters, sin una sola cota y con un perfil con tendencia favorable, siendo un día de transicion para los favoritos, en vísperas de un tríptico durísimo. Y es que en la 18ª etapa vuelve la montaña, con 160 km entre Oderzo y Palafavera, en Val di Zoldo, con un inicio llano antes de afrontar el Passo della Crosetta -> otro perfil, que tiene 13 km al 7% y tras coronar una zona de cresteo antes de la bajada hacia Pieve d’Alpago, pequeño puerto seguido por casi 40 km llanos. Será la subida no puntuada a Pieve di Cadore la que de paso al tramo decisivo, con Forcella Cibiana, que tiene 5,3 km finales al 9-10%, además de un fuerte descenso, antes del encadenado de Coi + Palafavera -> plano, con un muro de 5,8 km a casi el 10%, alcanzando el 19%, seguido por una corta bajada y subida final de casi 3 km al 6-7%, con un tramo plagado de «tornanti». Una etapa con un diseño muy interesante, con puerto para formar la escapada y gran encadenado final. El problema: lo que espera en las jornadas siguientes, que puede hacer que los favoritos no aprovechen al máximo esta etapa. La anterior llegada en Palafavera fue en 2005, si bien con el Passo Duran como penúltimo puerto y la subida final por la ctra.normal (hasta km 8,7), imponiéndose Savoldelli. 

La jornada reina, con un «tappone» dolomítico de 183 km entre Longarone y el Refugio Auronzo, en la base de Tre Cime di Lavaredo. Tras un comienzo llano, la ruta pronto pica hacia arriba en busca de Caprile, inicio de múltiples puertos, como el mítico Passo Fedaia (Marmolada), aunque esta vez se irá hacia el norte, afrontando las subidas a Pieve di Livinallongo y Passo Campolongo -> desde Caprile, con 4 km finales al 7% y un rápido descenso hacia Corvara in Badía, meta en varias ediciones, y La Villa, comienzo del Passo Valparola -> otro perfil, con un tramo de 6,5 km al 8% cerca de la cima, a 2200 m de altitud. Su descenso (hasta km 15,5) termina en el repecho del Colle Sta.Lucía (solo los 2,3 km finales), que precede al temido Passo Giau -> plano, que desde Selva di Cadore tiene casi 10 km al 9,4%, sin rampas extremas pero muy constante. Un «martillo pillón» que llega a casi 2240 m, con un espectacular descenso hasta Cortina d’Ampezzo, inicio del Passo Tre Croci, que tras 8 km al 7,2% y un corto descenso enlaza con Misurina y la subida al Ref. Auronzo / plano (meta 2305 m), formando un encadenado brutal: Tre Croci + Tre Cime / otro perfil y fotos, con el muro del Lago Antorno (900 m al 12%) antes de una corta bajada y los 3,8 km finales al 12%, con puntas del 18% y múltiples herraduras.

Una etapa muy atractiva, rondando los 5400 m de desnivel y que no ofrece apenas respiro en los 120 km finales, con un gran encadenado de puertos, atravesando además el «corazón» de los Dolomitas, con paisajes espectaculares y acabando en una subida mítica -> Tre Cime di Lavaredo en el Giro. La parte negativa es que un final tan duro puede perjudicar movimientos lejanos, con los favoritos esperando a los últimos 4 km, máxime teniendo en cuenta la cronoescalada del día siguiente. De todos modos, terreno hay para ver un buen espectáculo si los corredores se muestran combativos … y el tiempo lo permite, algo que ocurrió solo a medias en 2013, último antecedente de Tre Cime y donde la nieve obligó a modificar la ruta original, quedando un recorrido definitivo muy rebajado al suprimirse Costalunga, San Pellegrino y Giau, con solo Tre Croci antes de la subida final, donde eso sí, Nibali dio un recital bajo la nieve -> clasificación / vídeo, sentenciando la general.

Como penúltima etapa, cronoescalada de casi 19 km entre Tarvisio y inédito Monte Lussari, pudiendo dividirse en 2 partes: los primeros 11 km, circulando por un terreno de falsos llanos; y los últimos 7,5 km, con una subida brutal -> otro perfil, que se inicia con 4,7 km al 15,3% (máximas del 22%) antes de un final más irregular, con un km muy suave, otro al 12%, corto descenso y rampón de meta, para unas cifras totales de 7,3 km al 12,1% -> plano / vídeo, aunque si se descuenta el medio km final se acerca al 13%. Y todo ello por una vía muy estrecha, con la superficie hormigonada y donde serán las motos quienes sigan a los ciclistas, en una subida tipo Zoncolan aunque más corta, entrando en la lista de puertos más duros en carrera, con un coeficiente de 440 APM. Ahora bien, aún siendo una CRI muy llamativa, con el acierto de incluir una parte llana antes de la subida, el problema viene por su colocación en la prueba, que puede condicionar no solo las etapas previas, sino toda la carrera … como ya ocurrió en 2022, con la llegada en la Marmolada el penúltimo día.

 

Y como despedida del Giro 2023, larguísimo traslado hacia la capital del país, Roma, para hacer una etapa final de 126 km en torno a la ciudad, muy llana y con un circuito de 13,6 km al que se darán 6 vueltas -> plano / mapa ampliado, incluyendo varios tramos de pavé, aunque cortos, en un día para los sprinters y de homenaje a todos los corredores que logren acabar la prueba. Eso sí, esperemos que las carreteras estén en mejores condiciones que en 2018 -> vídeo, último antecedente de Roma como final de carrera y donde se anularan los tiempos para la general, con el ganador de la prueba, Froome, llegando a casi 20 minutos del grupo que se jugó la etapa, con triunfo de Bennett.

A nivel global, se trata de un recorrido muy exigente, incluso para los estándares del Giro, con duras jornadas de montaña, sobre todo en la 2ª mitad de la prueba, habiendo 3 días con >5000 m de desnivel; buenos kilometrajes, con una media para las jornadas en línea de 190 km; multitud de etapas quebradas, con muy pocas jornadas totalmente llanas (solo 2 etapas en línea sin puertos); estrenos interesantes, como la Croix de Coeur y el muro de Coi; y buenos encadenados en algunas etapas. Además, tras el ridículo de 2022, se recupera una cantidad decente de crono, con las tres CRI sumando 73 km, lo que hace que esté más equilibrado que otros años, no solo en el caso del Giro sin en general en las GV, cuya tendencia en la última década no es nada halagüeña, marginando a los rodadores.

No obstante, creemos que está lejos de ser perfecto. Y es que en el lado negativo se pueden comentar varias cosas, como el abuso de finales en alto en las jornadas de grandes puertos, sobre todo en la última semana, con 4 en 6 etapas, no habiendo ni una llegada tras el descenso de un coloso, pudiendo haberse hecho en la jornada suiza o en la del Bondone. Asimismo, la 3ª semana demasiado cargada, algo ya habitual los últimos años, unida a la colocación de la etapa reina y la cronoescalada, puede condicionar negativamente la prueba, con los favoritos reservando fuerzas. Y era evitable, poniendo la crono antes del bloque montañoso y/o haciéndola más sencilla, sin una pared como Lussari. Sobre la media montaña, si bien algunas etapas pueden dar juego, otras tienen demasiado llano final como para que se impliquen los favoritos. Tema aparte son los traslados, que se podían haber reducido con un poco de cabeza.

En cualquier caso, como siempre la última palabra será de los corredores. Ojalá muestren una actitud valiente y combativa, sin reservarse para los últimos días, y se vea un buen espectáculo, tras un Giro 2022 decepcionante. Y esperemos que la nieve no haga de las suyas en los puertos de mucha altitud, pudiendo disputarse sin cancelaciones ni cambios a la baja, corriendo peligro las etapas de Crans Montana y Tre Cime di Lavaredo, si bien en la jornada suiza hay alternativas.

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