Anteriores entradas sobre el Tour 2010:

• Previo (Análisis del recorrido y etapas más importantes, en octubre 2009)

• Introducción y análisis global del recorrido

• Análisis prólogo y primeras 8 etapas (hasta el primer descanso)

• Análisis etapas 9ª a 16ª (hasta el segundo descanso)

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Análisis etapas 17ª a 20ª*

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17 ª ETAPA (Jueves 13 Julio):  PAU – COL DU TOURMALET (204,5 km).  Rutómetro / Últimos km

Dificultades montañosas:

• Côte de Renoir, 4ª (km 13,5):  347 m – 2.2 km – 6 %

• Col de Marie-Blanque , 1ª (km 56,5):  1.035 m – 9.3 km – 7.6 %

• Col du Soulor, 1ª (km 117,5):  1.474 m – 11.9 km – 7.8 %

• Col du Tourmalet -Souvenir Henri Desgrange-, HC (Meta):  2.115 m – 18.6 km – 7.5 %.  Galería fotográfica

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Última etapa de montaña del Tour 2010, con el final en alto más duro de todo la carrera, Col du Tourmalet, y un trazado previo que incluye ascensiones tan exigentes como Marie Blanque y Soulor.  La llegada en el  «rey Tourmalet» parece claramente motivada por el centenario de los Pirineos y de la propia ascensión, estrenados en el Tour de 1910 (aunque entonces se subió por la vertiente contraria).

El inicio de la etapa es bastante «pestoso», con la cota de Renoir (2,2 km al 6%) y una zona de repechos hasta llegar al sprint bonificado de Bidos, en el km 33 del recorrido. A partir de ahí la carretera irá picando ligeramente hacia arriba hasta Escot, localidad de  inicio del Col de Marie Blanque, un puerto bastante transitado por el Tour en los últimos 25 años y también conocido por la popular marcha cicloturista Quebrantahuesos. Los primeros km de la ascensión son muy suaves, casi un falso llano, pero la pendiente va subiendo poco a poco hasta alcanzar un terrible 11% de media durante los 4 km finales (rampas  máximas superando el 15%), y además con un trazado muy rectilíneo. Según el perfil de cyclingcols la parte final sería aun más dura.

El descenso por la vertiente oeste tarda en «arrancar», con casi 3 iniciales de falso llano, un tramo de bajada y nuevo llano intermedio hasta el Col du Porteigt, donde el descenso ya será constante (y muy técnico) hasta la localidad de Bielle y el cruce con la D 934. Tomando este carretera hacia el sur se llegaría a Laruns, comienzo del Col d´Aubisque, en apenas 9 km … pero la organización ha preferido dar un largo rodeo por el norte, pasando por la localidad de Asson antes de afrontar  el Col du Soulor por Etchartes-Ferrières, la vertiente más dura y desconocida de este puerto (aunque ya subida en el Tour, la última vez en 1997). En el perfil de cyclingcols se puede ver el falso llano previo.

Una vez coronado el Soulor, a 56,5 km de meta, largo descenso hasta Argeles Gazost (aunque con zona llana intermedia) por donde se subió en la etapa previa. Desde esa localidad quedarán unos 18 km de falso llano ascendente hasta llegar Luz Saint Sauveur, inicio de la vertiente oeste del Col du Tourmalet: 18,6 km al 7,5%. Es una ascensión de ritmo, con pocas rampas por encima del 10% pero muy constante en torno al 7-9% y sin casi descansillos. Si se sube fuerte desde el principio hará mucho daño, con la puntilla de los 2 km finales en torno al 9%.

Una etapa decisiva y bastante dura, con dos buenos puertos de paso (aunque mal encadenados) y una ascensión final realmente exigente, donde a poco que el ritmo sea elevado debería haber grandes diferencias. Será la segunda ocasión en que se vea el Tourmalet como llegada, con el antecedente de la etapa de 1974 y victoria para J.P.Danguillaume -> clasificación, aunque entonces fue una jornada unipuerto y de apenas 119 km.

Comparando el Tourmalet con los finales en alto más duros en la historia de la carrera, sólo es superado claramente por el Mont Ventoux (aunque éste siempre ha ido acompañado de recorridos previos muy flojos), teniendo un nivel similar al Col du Granon (1986) y Plateau de Beille (1998-02-04-07). Un caso raro sería Val Thorens (1994), ya que globalmente es una subida muy exigente pero casi podría considerarse varios puertos en uno. Todas estas subidas están en la lista de puertos más duros en carrera.

Sin embargo, el diseño del recorrido resulta decepcionante: no sólo no han hecho nada para reducir el llano entre los puertos (y se puede), sino que lo han aumentado de un modo artificial con el rodeo entre Marie Blanque y Soulor, en vez de afrontar directamente el Aubisque … que es más duro. Si lo han hecho por evitar la repetición del Aubisque, pasado en la etapa previa (aunque en sentido contrario), lo cierto es que el Soulor también se atravesaba en la jornada de Pau a pesar de no contar como puerto. En cualquier caso, la bajada del Soulor tiene una zona llana intermedia que se puede evitar con la inclusión del Col des Borderes (últimos 4 km): un 2ª blando/3ª duro que no se sube desde la etapa de 1989 con final en Cauterets y victoria para Miguel Indurain.

Aparte, era una ocasión perfecta para estrenar Viscos, la vertiente norte de Luz Ardiden: una ascensión bastante dura (9 km iniciales a más del 8%) y completamente encadenada con el Tourmalet. Resulta incomprensible que esta subida siga inédita, cuando además la carretera está en buenas condiciones y la bajada se haría por la vertiente tradicional. En sentido contrario si podría ser problemático … aunque el Giro y otras carreras han bajado por sitios peores.

Respecto a la meta en la cima del Tourmalet, está claro que resulta un «acierto mediático» y llamará la atención de periodistas y público en general pero ¿de verdad creen los organizadores que es el único modo de hacer que luzca un puerto?. Están transmitiendo la idea de que para darle todo el protagonismo a una subida tiene que ser final en alto y eso no es cierto, ya que el Tourmalet, al igual que muchos grandes puertos, se ha hecho mítico precisamente por lo contrario: ser puerto de paso y romper la carrera desde lejos. Y así es como creemos que se le debería haber homenajeado … pero no con chapuzas como la del año pasado (o la etapa previa de esta misma edición), sino con un recorrido interesante y que dificulte los reagrupamientos desde su cima hasta meta.

Y opciones hay muchas. Por ejemplo terminar en Bagneres de Bigorre después de Courade, rápido descenso y meta. O acabar directamente en Sainte Marie de Campan, con máximo protagonismo para la subida y bajada del  Tourmalet, o incluso  en La Mongie, como un «falso final en alto» al estilo de la espectacular llegada de La Thuille en el Giro 2006. En la Vuelta se podría hacer un final de etapa muy parecido: acabar en Pradollano después del duro ascenso a Las Sabinas -Sierra Nevada- y una bajada de unos 4 km.

Además, siendo la última etapa de montaña sería más factible ver ataques a la desesperada y que la carrera se rompiera desde lejos. En ese sentido y más alla de la discusión Tourmalet final en alto o puerto de paso, nos parece un grave error que la llegada más dura de toda la carrera sea justamente la última etapa de montaña: se reducen las posibilidades de ver ataques lejanos de los favoritos, que salvo milagro esperaran a la ascensión final, y encima provoca un mayor conservadurismo en las etapas previas, aumentado si hay pocos km contra el crono.

Lamentablemente el Tour lleva 3 ediciones seguidas haciendo justo eso, con Alpe d´Huez, Mont Ventoux y Tourmalet como llegadas (y en 2007 casi, ya que la ultima etapa montañosa finalizaba en un HC como el Aubisque, aunque antes había otro final aún más duro en Plateau de Beille), asi que no sería nada raro que repitieran esquema para el año que viene.

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18ª ETAPA (Jueves 13 Julio):  SALIES DE BÈARN – BORDEUX (198 km).  Rutómetro / Últimos km

Pasado el bloque pirenaico llega una etapa casi completamente llana de 198 km entre Salies de Bèarn y Burdeos, una de las ciudades más importantes de Francia. A priori, una jornada muy favorable para los sprinters, aunque habrá que ver como responden sus equipos y ellos mismos después de todo el desgaste causado por la montaña.

En cuanto a los favoritos, clara etapa de transición en vísperas de la decisiva crono larga de Pauillac. Eso sí, deberán estar atentos a la posibilidad de  que sople viento de costado.

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19ª ETAPA (Sábado 24 Julio):  BORDEAUX – PAUILLAC (52 km).  Rutómetro / Últimos km

En el penúltimo día de carrera, contrarreloj individual de 52 km uniendo las localidades de Burdeos y Pauillac. El trazado  llano y con largas rectas hace que la crono sea muy favorable a los especialistas y corredores de mucha potencia, aunque también hay que tener en cuenta que a estas alturas de carrera cobra mucha importancia el fondo físico y el estado en que llegue cada corredor.

La distancia de la contrarreloj es bastante similar a la de las cronos finales de los últimos años (excepto 2009, ya que había una etapa en línea con llegada en el Mont Ventoux), que resultaron decisivas para la clasificación general:

• C.R.I. Montceau Les Mines 2006 -> clasificación
• C.R.I. Angoulême 2007 – > clasificación
• C.R.I. Saint Amand Montrond 2008 -> clasificación

Volviendo a la crono de este año, en sí misma no está mal, pero llega demasiado tarde: no tiene sentido que una prueba de 3 semanas “gaste” 20 días sin una sóla CRI (sin contar el prólogo). Este hecho, aparte de desequilibrar el recorrido, puede provocar menor combatividad en los escaladores, ya que salvo circunstancias excepcionales no necesitarán atacar desde lejos para recuperar el tiempo perdido.

Aunque como coméntabamos en la introducción, la escasez de cronos no es un problema sólo de esta edición: tanto el Tour como las 2 otras dos  grandes carreras por etapas, Giro y Vuelta, parecen haberse puesto de acuerdo en reducir drásticamente los km contra el crono en los últimos años. Y en el caso del Tour «canta» todavía más, ya que siempre se ha caracterizado por exigir a los favoritos un nivel muy alto en esta disciplina si querían tener opciones en la general (salvo que fueran auténticas «bestias» en la montaña), algo que ahora no sucede.

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20ª ETAPA (Domingo 25 Julio):  LONGJUMEAU – PARIS (CHAMPS-ELYSEES) (102,5 km).  Rutómetro / Últimos km

El Tour de Francia 2010 se despide con la tradicional llegada en los Campos Elíseos de París, después de un circuito de 6,5 km al que los corredores tendrán que dar 8 vueltas completas. Las únicas dificultades orográficas estarán en los 40 km iniciales de la etapa, con varios repechos (aunque muy suaves) antes de entrar en la capital francesa.

La etapa, de apenas 102 km y que servirá de homenaje a los ciclistas que hayan logrado terminar la carrera, está claramente destinada al sprint … aunque seguro que dentro del circuito final habrá múltiples intentos de fuga. El último corredor que consiguió sorprender a los sprinters  en París fue el siempre combativo Alexandre Vinokourov, en 2005, con Bradley McGee y Fabian Cancellara en el 2º y tercer puesto de la etapa  -> vídeo de la llegada. El año pasado la victoria fue para el velocista Mark Cavendish, favorito para repetir en esta edición.

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