Este viernes 14 de febrero se cumple el 10º aniversario de la muerte de uno de los mejores escaladores de la historia, «Il Pirata», Marco Pantani. Nacido en Cesena en 1970, Pantani destacó ya desde amateur, consiguiendo 3 podios consecutivos (incluída una victoria) en la general del Girobio, aunque no fue hasta 1994, ya en profesionales, cuando alcanzó la fama mundial merced a su espectacular irrupción en el Giro de Italia, convirtiéndose en un ídolo para millones de aficionados gracias a su actitud inconformista y ataques lejanos que recordaban un ciclismo «a la antigua usanza».
Sin embargo, tras sobreponerse a gravísimos accidentes y tocar la gloria en 1998, con un doblete Giro-Tour que nadie ha vuelto a conseguir desde entonces, su expulsión en el Giro de 1999 por superar el máximo permitido de hematocrito fue el inicio de su caída en desgracia, que a pesar de algunos destellos de calidad le llevó a una profunda depresión y acabó finalmente con su muerte en febrero de 2004, cuando fue encontrado sin vida en un hotel de Rimini, oficialmente por una sobredosis de cocaína.
Asi pues, con motivo de su aniversario iniciamos una serie de entradas que abarcan los 10 años de esplendor y caída de este corredor, tan fuerte y valeroso en la carretera como débil fuera de ella, y que a a día de hoy sigue ocupando un lugar muy destacado en el corazón de los aficionados a este deporte.
1994 – Nace el mito
La mañana del 4 de Junio de 1994 era especial, ya que tras algunos escarceos, como la llegada en Campitello Matese, por fin empezaba montaña seria del Giro de Italia. El gran favorito y ganador de las dos ediciones anteriores, Miguel Indurain, debía resarcirse del palo al que le había sometido el nuevo ogro del ciclismo, el joven ruso Eugevny Berzin, que llegaba como líder gracias a su victoria en la mencionada etapa de Campitello Matesse y tras haber «aniquilado» a sus rivales en la contrarreloj de Follonica, en un mal día del navarro -> clasificación.
Era una jornada terrorífica, con salida desde Lienz (Austria) y llegada en la localidad de Merano tras casi 240 km, incluyendo los puertos de Stalle, Furcia y Erbe en su primera mitad y ya más cerca del final el Monte Giovo, con 15 km al 7,5% de media, como juez de la etapa, aunque desde la cima hasta meta restaban 42 km, la mitad de ellos de fuerte descenso antes del falso llano previo a Merano.
Se esperaban movimientos de los grandes, pero a la hora de la verdad el miedo a desfallecer y la gran etapa del día siguiente, aún más dura, atenazaban a los favoritos. Sólo «il diavolo», el siempre valiente Claudio Chiapucci, lo intentaba. Era sin embargo poco antes de coronar el Giovo cuando un joven en el que no se había reparado hasta ese momento en el Giro (a pesar de llegar en el grupo de Indurain y Bugno en la etapa de Campitello Matese) desataba la caja de los truenos, con un ataque espectacular y un descenso terrorífico en el que dejaba tirado al suizo Pascal Richard para plantarse en solitario en la meta de Merano, con 40 segundos de de ventaja sobre el grupo perseguidor, de unas 20 unidades y con casi todos los hombres fuertes del Giro.
Este menudo escalador, del que por primera vez se tenían noticias (al menos fuera de Italia), representaba uno de los exponentes de la savia nueva del ciclismo italiano, con corredores como Ivan Gotti, Franco Belli, Gilberto Simoni, Franceso Casagrande o el propio Pantani, que llevaban ya algunos años peleándose en citas como el Giro Baby, ganado por el propio Pantani en 1992 y donde habían conseguido también vencer Belli, Casagrande y Simoni, en 1990,1991 y 1993 respectivamente, con Ivan Gotti segundo en 1990).
Marco, que así era su nombre de pila, había nacido en Cesena el 13 de enero de 1970, creciendo entre su amor por la pesca (que le venía de su abuelo) y el amor por la bicicleta, con la cual se sentía seguro y con la que sus miedos desaparecían. Miedos fruto de una personalidad un tanto frágil e infantil que tantos quebraderos le iban a dar durante su vida.
Sin embargo, era su gran día, había ganado por delante de todos los capos en el Giro. Nadie, ni el mismísimo jefe del ciclismo mundial, Miguel Indurain, había podido robarle el protagonismo. Empezaba la leyenda de Pantani, una leyenda que se haría infinitamente superior al día siguiente en una etapa que los amantes del ciclismo recuerdan de memoria: Merano – Aprica, 195 km con el puerto asfaltado más alto de Italia, el imponente Passo dello Stelvio; la subida que por aquel entonces ostentaba el título de “puerto más duro de Europa”, el Mortirolo, y que si bien en los últimos años se han estrenado subidas aún más extremas, sigue estando muy arriba en la lista de los puertos más duros en carrera; y tras un primer paso por Aprica el Valico di Santa Cristina, una desconocida subida marcada de 2ª … que en realidad no tenía nada de blanda e iba a resultar decisiva tanto para la propia etapa como para la general de la prueba.

La etapa reina, con el Stelvio (Cima Coppi), Mortirolo y Aprica antes de la trampa de Santa Cristina
Curiosamente, esta etapa mitica y que iba a marcar la trayectoria y fama de Pantani, comenzaba de un modo un tanto decepcionante, con mucho retraso durante los primeros km y tintes por momento grotescos, con el pelotón subiendo el Stelvio a ritmo cicloturista (aunque de todos modos la propia dureza del puerto hizo que quedara un grupo reducido) y consintiendo que Franco Vona coronara en primera posición con sólo algunos leves escarceos por detrás. Así pues, tras un largo descenso y un tramo de falsos llanos se llegaba a la base del Mortirolo con todo por decidir, con Vona por delante y un grupo de corredores como Chiapucci, Cacaito y Belli intercalados entre éste y el pelotón.
Pero al empezar el Mortirolo, Pantani destapaba el tarro de las esencias (quizás en su fuero interno supiera que nunca más iba a poder escalar el Mortirolo en competición oficial), atacando desde abajo y soltando primero a Bugno e Indurain, para destrozar después a un De las Cuevas más loco que valiente y a un atrevido Berzin, que tras varios km pegado a su rueda acababa cediendo ante el brutal ritmo del pirata. Mientras Indurain recuperaba sensaciones, subiendo a su ritmo hasta cazar a Berzin y acabar descolgándole a unos 3 km de la cima.
Por delante Pantani cazaba a Vona (que completamente hundido había tenido que subir haciendo eses para no poner pie a tierra en las rampas más duras), y coronaba el puerto en 1ª posición, con Indurain a 50 segundos de Pantani y Berzin a una distancia similar del «gigante de Villaba», viéndose además el ruso perjudicado por un «tapón» que se formó entre uno de los coches y los aficionados, que abarrotaban las cunetas.
Indurain se lanzaba en el descenso, no alimentándose quizás correctamente, y ya en la tendida subida a Aprica, tras el paso por Edolo, cazaba a Pantani, formando un terceto con Cacaito y el italiano. Por detrás Berzin iba cediendo tiempo poco a poco, sin recibir colaboración de los integrantes de su grupo, mientras que De las Cuevas había explotado y Bugno trataba de hacer un papel digno pero ya a más de 3 minutos. El primer paso por Aprica dictaba sentencia: la etapa era de los de delante. La ventaja al grupo de Berzin, 2’04» y aumentando, hacía incluso pensar en un cambio de liderato a favor de Indurain.
Pero aún restaba el inédito Valico de Santa Cristina (desde km 6,8), que si bien no era el Mortirolo sí tenía bastante dureza, mucha más de lo que indicaba la categoría asignada por los organizadores. Y al poco de comenzar la subida se vió que el campeón español no iba, perdiendo la rueda de Pantani, mientras que Cacaíto se quedaba a rueda de Miguel. El sueño español de un tercer giro consecutivo desaparecía y empezaba el sueño de gloria del escalador italiano.
El navarro sufría lo indecible, estaba apajarado, ya fuera por haberse abrigado en exceso en el Stelvio (como dijo él mismo después de la etapa), por no haberse alimentado cuando debía o simplemente por el gran esfuerzo realizado hasta entonces, pero el caso es que es su ritmo iba decayendo cada vez más.
Pantani, en cambio, volaba hacia la cima, con la victoria de etapa en mente y la general del Giro de trasfondo: podía colocarse segundo o incluso líder si Berzin desfallecía. Por detrás Indurain se hundía, perdiendo sus opciones de ganar el Giro … o no, porque Berzin también sufría lo suyo. El navarro era superado por Chiapucci y alcanzado también por Belli, que se unía al español y a un Cacaíto que a pesar de no haber dado un relevo también sufría en la encerrona de Santa Cristina.
Tras coronar y afrontar un pequeño descenso, Pantani llegaba en solitario a Aprica, convirtiéndose en inmortal como los grandes escaladores, como los míticos Bartali, Coppi, Gaul, Bahamontes, Jiménez o Fuente. Se imponía con diferencias enormes: casi tres minutos de ventaja sobre su compañero Chiapucci (testigo de excepción del relevo generacional que habían deparado las cumbres), tres minutos y medio sobre Belli, Cacaíto e Indurain y algo más de 4 sobre Berzin y Bolts. El resto, con el 8º en la etapa a casi 6 minutos, ya no importaban.
Clasificación de la etapa:
- Marco Pantani: 6h 55′ 58» – 27,12 km/h
- Claudio Chiappucci a 2′ 52»
- Wladimir Belli a 3′ 27»
- Nelson Rodriguez m.t.
- Miguel Indurain a 3′ 30»
- Evgeni Berzin a 4′ 06»
- Udo Bölts m.t.
- Gianni Bugno a 5′ 50»
- Vladimir Poulnikov m.t.
- Pavel Tonkov m.t.
- Laudelino Cubino m.t.
- Flavio Giupponi a 6′ 59»
Clasificación general:
- Evgeni Berzin: 67h 19′ 49′
- Marco Pantani a 1′ 18»
- Miguel Indurain a 3′ 03»
- Gianni Bugno a 4′ 08»
- Vladimir Belli a 4′ 11»
- Armand de las Cuevas a 5′ 12»
- Pavel Tonkov a 7′ 53»
- Claudio Chiappucci a 9′ 13»
- Nelson Rodríguez a 10′ 15»
- Andrew Hampsten a 11′ 48»
Aún quedaba Giro por delante, con varias etapas donde Pantani e Indurain podían buscar el asalto al liderato. Sin embargo, Berzin aumentó diferencias en la durísima crono mixta al Passo del Bocco (que incluía el Passo del Ghiffi, con 6 km finales a casi el 10% de media), haciéndose además con una nueva victoria parcial -> clasificacion, la tercera en el Giro.
Pero Pantani no iba a rendirse, y tras haber salvado por menos de 30 segundos su 2º puesto en la general frente a Indurain, se lanzaría en «plan kamikaze» en la etapa de Deux Alpes, con un ataque en el espectacular Agnello a más de 100 km de meta. Inicialmente abrió hueco, con más de 2 minutos de ventaja al pie del Izoard, pero el viento en contra y el gran trabajo de Argentin, compañero de equipo de Berzin, arruinaron su intento, siendo atrapado por el grupo de favoritos al poco de comenzar el Lautaret. Aún así, resistiría en Deux Alpes, las tentativas de Indurain y el propio Berzín, llegando los tres en el mismo tiempo, mientras que Vladimir Poulnikov, compañero de equipo Pantani, se hacía con la victoria de etapa -> clasificación.
Al día siguiente, cuando se esperaba una gran ofensiva de Indurain, el mal tiempo condicionaba la jornada de Sestriere, dando todos los favoritos por buena su posición en la general y triunfando una escapada con Pascal Richard. De este modo, Berzin ganaba finalmente el Giro, mientras que Pantani acababa 2º, a 2’51», e Indurain 3º a 3’23», un resultado totalmente inesperado al inicio de la prueba.
Clasificación final del Giro 1994:
- Evgeni Berzin (Gewiss-Ballan): 100h 21′ 21»
- Marco Pantani (Carrera) a 2′ 51»
- Miguel Indurain (Banesto) a 3′ 23»
- Pavel Tonkov (Lampre) a 11′ 16»
- Claudio Chiappucci (Carrera) a 11′ 55»
- Nelson Rodriguez (ZG Mobili) a 13′ 17»
- Massimo Podenzana (Navigare) a 14′ 35»
- Gianni Bugno (Polti) a 15′ 26»
- Armand de las Cuevas (Castorama) a 15′ 35»
- Andrew Hampsten (Motorola) a 17′ 21»
Pronto Indurain y Pantani volverían a verse las caras, con «el pirata» probando suerte en su primer Tour. Sin embargo, en Francia las cosas eran distintas. Allí había un patrón, ganador de las 3 ediciones anteriores, y que además había dejado la carrera casi sentenciada camino de Bergerac, en una contrarreloj donde Pantani había perdido una minutada … al igual que la mayoría de corredores, ya que tan sólo Tony Rominger se había dejado menos de 4 minutos frente a Indurain en esa crono (De las Cuevas fue 3º … a casi 5 minutos!), lo que provocó que Miguelón recibiera un nuevo apodo: «el tirano de Bergerac» -> crónica y clasificación.
Pantani intentó limar la desventaja en los Pirineos, con dos bravos ataques en Hautacam y en el Tourmalet camino de Luz Ardiden, pero no pudo vencer ninguna de las etapas: en Hautacam (hasta la cota 1520 m) se encontró de nuevo con un fortísimo Indurain, al que sólo pudo superar Leblanc tras no dar ni un relevo durante toda la subida -> clasificación; y al día siguiente, en la etapa de Luz Ardiden, con Peyresourde, Aspin y Tourmalet antes de la subida final, se vió perjudicado por la escapada lejana de Virenque, aunque al menos si pudo recuperar bastante tiempo respecto a los demás rivales -> clasificación, llegando a los Alpes aún lejos en la clasificación pero con opciones de podium, ya que además ese año estaban especialmente cargados, con nada menos que 4 etapas de alta montaña y una tremenda cronoescalada de casi 50 km.
Y ya en la 1ª jornada alpina, con meta en Carpentras, Pantani iba a dejar su impronta, coronando 2º el durísimo Mont Ventoux tras el escapado Eros Poli, quién a pesar de perder 20 minutos durante la ascensión, lastrado por sus 90 kilos de peso, seguía manteniendo una buena ventaja en la cima. Ninguno de los favoritos había podido seguir al «Pirata», aunque sería cazado tras el descenso, consiguiendo la victoria un Eros Poli que, tras haber sufrido de un modo increíble en la subida, se hacía con su mejor triunfo en profesionales.
En la etapa siguiente Pantani llegaría rabioso a una cima que le inspiraba, el mítico Alpe D´huez. Sólo hubo un problema: de nuevo una fuga consentida, que su equipo no trató de echar abajo, permitía a Roberto Conti ganar la etapa, con Pantani teniendo que conformarse «solo» con seguir recortando diferencias de cara a la general -> clasificación, situándose 5º a casi 10 minutos de Indurain … pero a poco más de dos minutos del 2º clasificado, el francés Richard Virenque.
Al día siguiente, en una etapa corta pero durísima camino de Val Thorens, Pantani sufríó una caída en el Glandon y se temío por su retirada, pero el bravo italiano se sobrepuso. Y cuando al incorporarse al grupo pasó al lado del líder Indurain, que se había retrasado para recibir instrucciones, éste no le hizo ni un leve comentario, lo que provocó el enfado de Pantani (en meta comentaría que Indurain era el más fuerte, pero que no lo era por tanto como para no dignarse a mostrar preocupación por un rival), que atacó en la Madeleine dejando el grupo hecho un solar, aunque después todo se calmó en espera de la interminable subida final … donde volvió a atacar para aventajar en un minuto y medio a los demás favoritos y colocarse 3º en la general. La victoria fue para «Cacaito» Rodríguez, que se impuso sobre un Piotr Ugrumov que ya empezaba a mostrar que había llegado fortísimo a la última semana -> clasificación.
Camino de Cluses, con los puertos de Saisies, Marais, Croix Fry y la Colombiere (desde el km 14,7) como grandes dificultades, «el pirata» no tuvo su mejor día, perdiendo tiempo frente a Ugrumov, que le arrebataba el tercer puesto, Virenque e Indurain -> clasificación. Sin embargo en la jornada siguiente, una brutal contrarreloj mixta de 48 km con final en Avoriaz, que además de la exigencia del recorrido se vió endurecida por el mal tiempo, con lluvia constante, Pantani recuperaba el golpe de pedal, siendo sólo superado por un increíble Ugrumov, que tras una nueva victoria alcanzaba el 2º puesto en la general, colocándose Pantani 3º, mientras que el gran damnificado era Virenque, que tras perder más de 6 minutos bajaba del 2º al 5º puesto en la clasificación. Por su parte Indurain estuvo más flojo de lo esperado, si bien la gran ventaja que tenía en la general hizo que su victoria en el Tour no peligrara en ningún momento.
Clasificación del Tour 1994:
- Miguel Indurain (Banesto) 103h 38′ 38′
- Piotr Ugrumov (Gewiss-Ballan) a 5′ 39»
- Marco Pantani (Carrera) a 7′ 19»
- Luc Leblanc (Festina) a 10′ 03»
- Richard Virenque (Festina) a 10′ 10»
- Roberto Conti (Lampre) a 12′ 29»
- Alberto Elli (GB-MG) a 20′ 17»
- Alex Zulle (ONCE) a 20′ 35»
- Udo Bolts (Telekom) a 25′ 19»
- Vladimir Poulnikov (Carrera) a 25′ 28»
Asi pues, Pantani acababa la temporada con podios en Giro y Tour (y siendo además el ganador de los jóvenes en la prueba francesa), algo al alcance sólo de los más grandes … y con mayor mérito teniendo en cuenta su edad, 24 años. Sin duda la temporada 1995 podía terminar de consagrarlo, pero el mal fario que alguna vez lo había perseguido antes de convertirse en profesional lo estaba acechando de nuevo e iba a estar a punto de arruinar su carrera …
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- 1995-1997, la desgracia del escalador
- 1998, un año mágico e irrepetible
- 1999-2000, caída en desgracia y Armstrong
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Una pregunta, ¿el accidente en la milan-turin fue despues del tour del 95 no?
Una pregunta. ¿el accidente en la milan-turin fue despues del tour del 98 no?
Hola Cliff.
El accidente en la Milán-Turín fue en octubre de 1995, no pudiendo participar en ninguna carrera hasta agosto del año siguiente.
Un saludo.
¿Y porque no hizo una buena clasificación general en el tour del 1995?, ¿tanto perdio en las cronos y etapas llanas?
Al Tour de 1995 llegó muy justo debido a un atropello mientras entrenaba (por eso no participó en el Giro). Y aunque en la 1ª semana perdió mucho tiempo, fue a rápidamente a mas y ganó 2 etapas, llegando a estar a sólo 1 minuto del 5º cuando aun faltaban las etapas más duras de los Pirineos. Pero la muerte de Casartelli le afectó mucho, haciendo que «desconectara» de la prueba y volviera a perder tiempo con los demás favoritos. En cualquier caso, todo esto lo explicaremos de un modo detallado en la próxima entrada.
Un saludo.
Ok. Gracias.