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1998 – Un año mágico e irrepetible.
El año 1998 iba ser importante para Pantani, que tras haber sido 2º en 1994, no haber podido participar en 1995 y 1996 y tener que retirarse en 1997, tras una grave caída, quería por fin conseguir su carrera, el Giro. Y a ello dedicaba una progresión lenta pero segura, incluyendo la victoria en la etapa reina de la Vuelta a Murcia, con meta en el Morrón de Totana y el Collado Bermejo como puerto estrella.
La carrera italiana iba a ser particularmente «impegnativa» en la tercera semana, con 3 etapas de alta montaña y una CRI en los últimos 6 días, y a pesar de que el italiano tenía quejas sobre el recorrido, sobre todo por los más de 80 km de crono individual, la iba a afrontar con todas sus ganas. Y ese ímpetu de Pantani, junto a la entrega de otros muchos corredores, como Bartoli, Bettini, Zulle, Tonkov, Guerini, Camenzind, etc la iban a convertir en una de las GV más espectaculares de los últimos 20 años.
La 1ª parte del Giro era dominada por un arrollador Zulle y la dupla italiana del equipo Asics, Bartoli y Bettini, si bien el suizo era el hombre fuerte para la general, demostrando que iba en serio con exhibiciones como la del prólogo de Niza y sobre todo la de Lago Laceno, cuando además de hacerse con el triunfo de etapa recuperó el liderato -> clasificación / vídeo, mientras que en las «volatas» brillaba Cippollini, con 4 victorias. Por contra, Pantani debía conformarse con atacar día sí, día también, a poco que la carretera se empinaba hacia arriba, hasta finalmente dar en la diana en la jornada de Piancavallo -> clasificación / vídeo, ganando una etapa en el Giro cuatro años después de victoria en Aprica.
En vísperas de la contrarreloj de Trieste se veía que Tonkov iba a más, tras haber empezado la prueba algo corto de forma, que Zulle era el corredor más fuerte de la primera mitad de Giro y que por el contrario el campeón del año anterior, Ivan Gotti, estaba muy lejos del nivel mostrado en 1997. Pantani llegaba a la contrarreloj en 2ª posición y con un maillot verde de la montaña que le hacía honor. Sin embargo, el palo en la crono era tremendo, siendo doblado por Zulle, con quién acabó perdiendo 3’26» y que alejaba en la general a casi 4 minutos.
Clasificación general:
1. Alex Zulle 67h 45′ 49»
2. Pavel Tonkov a 2′ 02»
3. Marco Pantani a 3′ 48»
4. Giuseppe Guerini a 4′ 21»
5. Andrea Noe a 4′ 34»
6. Michele Bartoli a 4′ 52»
7. Oscar Camenzind a 5′ 21»
8. Serguei Gontchar a 5′ 48»
Pantani explotaba contra la organización, que según él hacía recorridos demasiado favorables para los contrarrelojistas, sesgando las opciones de espectáculo para el espectador, que eran las que daban los escaladores como él. Sin embargo, aún quedaba un durísimo tríptico montañoso que pasaría a la historia de este deporte …
La primera etapa dolomítica, de 217 km, llegaba a Selva di Val Gardena, con el Passo Duran, el irregular Forcella Staulanza y la terrible Marmolada –Passo Fedaia– por el camino, teniendo también que superar el Passo Sella, Cima Coppi con su más de 2200 m de altitud y tras cuyo rápido descenso (hasta el km 10) y un pequeño repecho se encontraba la meta.
A mitad de la Marmolada llegaba el Festina ya muy debilitado, con sólo Belli escoltando a Zulle. Mientras tanto, Pantani preguntaba a su compañero Conti cuando empezaba el puerto y éste, incrédulo, le respondía que ya estaban en lo más duro … Justo en ese momento atacaba Tonkov, que se llevaba a Pantani y Guerini a rueda. En cambio Zulle sufría, ya no era el de las dos primeras semanas. Pantani quería más y tomaba la iniciativa, cediendo ahora Tonkov. «Il Pirata» empezaba asoñar, podía dar un golpe importante al Giro.
Al coronar el puerto y restando aún 40 km a meta, Tonkov ya cedía casi un minuto, mientras que Zulle perdía alrededor de 2. En la bajada de la Marmolada y primeras rampas del Passo Sella, Pantani y Guerini cazaban a los últimos supervivientes de la escapada del día (formada en el Passo Duran), Camenzind, Buenahora y el Chepe González, los cuales, a pesar de una avería mecánica del «pirata», pronto quedarían descolgados, con la dupla italiana yéndose a por la etapa … y a por el Giro -> vídeo últimos 30 km.
Ya en Selva di Val Gardena, Pantani cedía el triunfo a Guerini, agradeciéndole su colaboración durante la subida y el descenso del último puerto. A más de 2 minutos entraron el Chepe González y Tonkov, 3º y 4º respectivamente, mientras que Zulle se dejaba más de 4 minutos y medio, perdiendo el liderato. Como muestra de la dureza y el ritmo que hubo durante la etapa, 43 corredores llegaron fuera de control. Y al contrario de lo que suele suceder ahora, no fueron readmitidos.
Clasificación de la etapa:
- Giuseppe Guerini 6h 16′ 58»
- Marco Pantani m.t.
- «Chepe» Gonzalez a 2′ 04»
- Pavel Tonkov m.t.
- Oskar Camenzind a 2′ 18»
- Nicola Miceli a 3′ 03»
- Daniele De Paoli a 3′ 25»
- Stefano Garzelli a 4′ 37»
- Alex Zülle m.t.
- Daniel Clavero m.t.
General:
- Marco Pantani: 80h 12′ 02»
- Pavel Tonkov a 30»
- Giuseppe Guerini a 31»
- Alex Zülle a 1′ 01»
- Oskar Camenzind a 4′ 13»
- Nicola Miceli a 7′ 18»
- Riccardo Forconi a 9′ 02»
- Daniel Clavero a 9′ 35»
- Serguei Gontchar a 9′ 36»
- Wladimir Belli a 10′ 22»
La general estaba ahora liderada por pantani. Sí, el de Cesenatico había cumplido un sueño, por fin era líder del Giro. Y todavía quedaban dos etapas de montaña, Pampeago y Montecampione, para aumentar diferencias y contrarrestar las posibles pérdidas de la contrarreloj final. No obstante, la general estaba muy apretada, por lo que sin duda tenía que seguir atacando.
Y eso iba a hacer Pantani al día siguiente, en una etapa muy corta pero con el duro encadenado de San Floriano + Passo Lavaze (últimos 6,4 km) antes de la explosiva subida a Alpe di Pampeago, que al igual que los puertos previos se estrenaba en el Giro. Sin embargo, un rocoso Tonkov era capaz de aguantar sus embestidas, llevándose la victoria -> clasificación / vídeo. El ruso era ahora el mayor rival de Pantani. En cambio Zulle, pese a haber atacado en San Floriano, volvía a perder tiempo, al igual que Guerini, perjudicado por la explosividad de la etapa, quedando a 2’08» y 1’47» en la general respectivamente, dando la sensación de que iban a menos, sobre todo el suizo.
Y llegaba el día que iba a cambiar la vida de Pantani, la ya mítica etapa de Montecampione, con casi 240 km y los puertos de Fai della Paganella (Andalo), Passo Ballino, Molina di Ledro y el interminable Goletto di Cadino (Passo Croce Domini), que enterraba las esperanzas de podio de Zulle al quedar descolgado del grupo de favoritos (acabaría perdiendo media hora en meta), antes de la subida final a Montecampione, un coloso con 19 km a casi el 8% de media y donde se iba a vivir un duelo Pantani vs. Tonkov por todo lo alto -> vídeo.
Pantani atacaba a más de 15 km de la cima, marcando un ritmo infernal que sólo aguantaba Tonkov. No obstante, quedaba mucho a meta y el italiano se desesperaba por momentos, pidiendo relevos al ruso. Necesitaba más tiempo para la contrarreloj de Lugano, y conforme pasaban los kilómetros la impotencia se apoderaba de él, hasta el punto que a falta de 3 kilómetros se quitaba el pendiente y lo arrojaba al asfalto, todo le sobraba y necesitaba un último arreón. Y cuando parecía que el giro se decantaba del lado ruso, el delirio, la apoteosis: un metro, dos, cinco … «scatta Pantani!» …
De ahí a meta, iban cayendo los segundos sobre un Tonkov que de todos modos no estaba hundido y luchaba por mantener sus opciones. Finalmente, Pantani ganaba en Montecampione, como había hecho Hinault 16 años antes (aunque en aquella edición con la meta situada en la cota 1200 m), sacando 57″ a Tonkov junto además de los 4» de diferencia por la bonificación. El resto ya no contaba, llegando a meta con diferencias enormes, con Guerini 3º a más de 3 minutos y el 20º en la etapa dejándose casi 13 minutos …
Marco llegaba a la última crono con 1’28» de ventaja. Una contrarreloj que iba a venir precedida de polémica debido a la expulsión de Forconi, compañero de equipo de Pantani, por hematocrito superior al permitido, entre voces que decían que el control que había dado alto era el de Pantani. Quizás éste aviso le iba a pasar factura en un futuro al Pirata.
Pantani, al igual que varios de sus compañeros del Mercatone, hacía una sorprendente contrarreloj, quedando 3º e incluso aumentando su diferencia respecto a Tonkov en 5» -> clasificación. Lo imposible se había conseguido, el escalador romántico ganaba el Giro, emulaba a su admirado Charly Gaul, «el Ángel de las Montañas».
General final:
- Marco Pantani (Mercatone Uno) 98h 48′ 32»
- Pavel Tonkov (Mapei) a 1′ 33»
- Giuseppe Guerini (Polti) a 6′ 51»
- Oscar Camenzind (Mapei) a 12′ 16»
- Daniel Clavero (Vitalicio Seguros) a 18′ 04»
- Gianni Faresin (Mapei) a 18′ 31»
- Paolo Bettini (ASICS) a 21′ 03»
- Daniele De Paoli (Ros Mary-Amica Chips) a 21′ 35»
- Paolo Savoldelli (Saeco) a 25′ 54»
- Serguei Gontchar (Cantina Tollo) a 25′ 58»
¿Y el Tour?. No parecía claro que Pantani fuera a correrlo, ya que además tenía peor recorrido para sus cualidades que el Giro, al incluir 2 cronos individuales por encima de los 50 km y pocas etapas de montaña (aunque muy duras). Pero el destino es caprichoso y no siempre respecta la intención de las personas: el 26 de Junio fallecía Luciano Pezzi, mentor de Pantani. El Tour pasaría a ser un reto y una dedicatoria para Pezzi. ¿Acusaría Pantani el esfuerzo del Giro?.
A priori la carrera francesa contaba con un claro patrón, el joven alemán Jan Ullrich, ganador en 1997 con más de 9 minutos de ventaja sobre el 2º, pero que sin embargo había mostrado una alarmante baja forma durante la temporada, a la par que un exagerado sobrepeso. Su máxima amenaza era en principio el equipo Festina, con Zulle, Virenque y Dufaux en sus filas, aunque sin olvidar a Olano, con un trazado propicio para sus características, Jalabert, Escartín, Casagrande y Leblanc.
La prueba se inició en Dublín, con un prólogo de 5,6 km y victoria para el especialista Chris Boardman, con Pantani llegando el 181 de 189 participantes, a 48 segundos del británico y a 43 de Ullrich. Una primera concesión que hacía presagiar un pirata en busca de etapas y desentendiéndose de la general. Sin embargo, tras el paso de las primeras etapas y la contrarreloj de Correze, de 58 km y que ganaba Ullrich con 1’10» de ventaja sobre Hamilton -> clasificación, Pantani estaba a algo menos de 5 minutos en la general, y si bien la montaña no era abundante, el italiano tenía relativamente cerca a los mejores (comparado con su situación en otros Tours), Ullrich incluído.
No obstante, justo antes de la crono se produjo un hecho clave para el devenir de aquel Tour … y en general de todo el ciclismo profesional desde 1998 hasta nuestros días: la expulsión del equipo Festina. Y es que apenas 3 días antes de empezar el Tour, el masajista del equipo, Willy Boet, había sido detenido en un control aduanero con el coche cargado de productos dopantes. Inicialmente declaró que eran para consumo propio, pero ante la presión de las autoridades francesas acabó confesando un dopaje organizado dentro del equipo. Y no sólo sólo, sino que parte de los productos eran para corredores de otros equipos. La tormenta no había hecho más que comenzar …
Volviendo al desarrollo deportivo de la carrera, en la 1ª etapa pirenaica, marcada por la lluvia y con el clásico recorrido entre Pau y Bagneres de Luchon, con el Aubisque, Tourmalet, Aspin (últimos 13 km) y Peyresourde, Pantani arañaba 23 segundos al resto de favoritos, entre los que ya no se hallaba Casagrande, que había tenido que abandonar por una caída en el descenso del Aubisque, ni Olano, que perdía casi 2 minutos en meta, también afectado por otra caída y que abandonaría al día siguiente. Marco había estado cerca de la victoria de etapa, siendo 2º tras Massi -> clasificación / vídeo. Quizás había tardado demasiado en atacar, esperando a los últimos km del Peyresourde.
Pero tendría la revancha en la 2ª etapa pirenaica, con los puertos de Mente, Aspet, Core y Port antes de Plateau de Beille, que se estrenaba en el Tour. En esta jornada Ullrich empezaba a notar que el Tour le iba a ser esquivo: pinchaba al pie de la subida final, teniendo que hacer un gran esfuerzo para recuperar posiciones, y justo al llegar a la parte delantera se producía el ataque de Pantani, que se marchaba en solitario, cazando a un sorprendente Meier y ganando la etapa con 1’40» sobre un líder que había tenido que hacer todo el gasto en el grupo perseguidor, con la revelación Julich soldado a su rueda y atacándole en los últimos metros para arañar segundos -> clasificación / vídeo.
Se acababan los Pirineos y Pantani se colocaba 4º en la general, a tres minutos escasos de Ullrich. En Telekom empezaban a esta preocupados y mantenían contactos con Mercatone para controlar la carrera y ver qué pasaba con ellos. Veteranos como Conti los tranquilizaban diciendo que Pantani sólo iba a por etapas, aunque «il pirata» ya tenía muy claro que su objetivo era la victoria final.
En la jornada de descanso el «caso Festina» se iba a complicar aún más, ya que los corredores fueron a declarar a comisaría, convencidos por el director del Tour, Jean Marie Leblanc, de que lo hacían sólo como testigos … y sin embargo fueron detenidos e interrogados, siendo presionados con métodos vejatorios hasta que la mayoría de ellos acabó confesando el uso de EPO. Ese mismo día hubo registros en el hotel del TVM, equipo que ya estaba en sospecha desde meses antes, cuando varios mecánicos fueran detenidos portando dosis de EPO, y la policía de nuevo encontró una gran cantidad de productos dopantes.
Todo lo que se hablaba de la carrera era relativo al doping, con la UCI, cuyo presidente estaba desaparecido, queriendo implantar de manera inmediata un «carnet de salud», así que los ciclistas decidieron hacer un plante y no disputar la etapa de Tarascon, sentándose en la carretera. Pero tras amenazas de J.M.Leblanc a los directores de los equipos, y de estos a sus corredores, con el Telekom (y especialmente Rijs) poniéndose de parte del Tour, la carrera se reanudó, con Pantani, que había sido uno de los cabecillas del plante junto a Jalabert, lamentándose de la falta de unión entre los ciclistas.
Tras varias etapas para escapadas entre bloques montañosos, con la situación aparentemente más calmada, llegaban los Alpes, con una general encabezada por Ullrich, pero con Julich a poco de más de un minuto y Jalabert y Pantani a 3, por lo que el alemán no podía confiarse.
1. Jan Ullrich (All): 66h 11′ 51»
2. Bobby Julich (Usa) a 1′ 11»
3. Laurent Jalabert (Fra) a 3′ 01»
4. Marco Pantani (Ita) m.t
5. Michael Boogerd (Hol) a 3′ 29»
6. Luc Leblanc (Fra) a 4′ 16»
7. Bo Hamburger (Dan) a 4′ 44»
8. Stephane Heulot (Fra) a 5′ 05»
9. Fernando Escartin (Esp) a 5′ 16»
10. Roland Meier (Sui) a 5′ 18»
El 27 de julio se disputaba la etapa reina, con casi 190 km y los colosos alpinos de la Croix de Fer, irregular pero largo y con tramos muy exigentes, y el Telegraphe + Galibier, que contado como una única ascensión está en el top-12 de los puertos más duros afrontados en carrera (el 1º de Francia), antes de la subida final a Deux Alpes -desde el km 11-, cima ya conocida por Pantani al haber sido final de etapa en el Giro 1994.
Lo que había sido calor en los días previos se tornaba en aguacero y condiciones meteorológicas muy deficientes en esta jornada. La etapa se hacía muy dura ya desde la Croix de Fer, con múltiples ataques de los Cofidis y Pantani sufriendo una cáida (aunque sin consecuencias), consiguiendo marcharse Rinero en el descenso junto a otros 5 corredores, entre los que se encontraban Massi, ganador en Luchon y líder de la montaña, y Marcos Serrano, compañero de equipo de Escartín.
El grupo de escapados llegó al pie del Telegraphe con algo más de 3 minutos de ventaja sobre el pelotón, donde nada más comenzar el puerto Luc Leblanc y Meier iniciaron una serie de demoledores ataques que acabaron reventando a casi todos los compañeros de Ullrich, al cometer estos el error de intentar responder a todos los movimientos, y quedando también descolgado Jalabert, 3º en la general. Si pudo escaparse el Chava, que por su mala situación en la general no preocupaba a los Telekom.
Ya en el Galibier continuaron los ataques de Leblanc, secundados en este caso por Escartín, hasta quedar únicamente Rijs para proteger a Ullrich, que tras un ataque de Boogerd acabó respondiendo en 1ª persona. El acelerón del líder selecciono aun más el grupo, provocando un parón que aprovechó Escartín para marcharse en solitario. Y a menos de 6 km de la cima, tras un nuevo intento de Leblanc que «limpió» el grupo de Cofidis, aguantando sólo Julich, llegó el momento esperado: ataque de Pantani, que de pie sobre la bicicleta abre hueco rápidamente.
Leblanc intentaba seguirle en primera instancia, pero acababa cediendo. Pantani «volaba», metiendo alrededor de medio minuto por km al grupo del líder y atrapando a todos los fugados: Escartín, Chava y los supervivientes de la escapada inicial Rinero, Massi y Marcos Serrano. Pantani coronaba el Galibier con 10» sobre Jiménez, algo más sobre el resto de escapados y 2’49» sobre el grupo de Ullrich y Julich, formado únicamente por 7 corredores, aunque unos metros por delante aún circulaba Leblanc.
En el largo descenso (hasta el km 34) y después de que varios corredores pasaran dificultades para ponerse el chubasquero (entre ellos Pantani, que llegó a pararse), hubo reagrupamiento por delante, aunque el Chava, víctima del esfuerzo previo, se quedaría cortado, con Pantani aprovechando el buen trabajo de su compatriota Massi y de Marcos Serrano para ampliar la ventaja hasta unos 3 minutos y medio sobre el grupo de Julich al inicio de la subida final, mientras que Ullrich perdía algo más de 4 debido a un pinchazo en el tramo previo. El sino del Tour estaba escrito para el alemán.
La subida a Deux Alpes fue una baño de masas para el Pirata, que con un ritmo imposible de seguir para el resto de escapados se marchó en solitario en busca de la victoria, mientras que por detrás atacaban Julich y Boogerd, con Ullrich hundiéndose completamente a pesar del apoyo de Rijs y Bolts, que habían llegado a su altura. Finalmente, Pantani se hacía con el triunfo. Era una victoria mítica, legendaria, digna de un ciclista de otra época, un Gaul moderno, que ponía el Tour a sus pies y entraba en meta sabiéndose nuevo líder y capo de la carrera.
Las diferencias en meta fueron enormes, con sólo Massi y un bravo Escartín perdiendo menos de 2 minutos y el 5º en la etapa, Bobby Julich, dejándose casi 6. Peor le fueron las cosas a Ullrich, que totalmente hundido llegaba a 8’57» junto a Rijs y Bolts: sólo en la subida final había perdido casi 5 minutos respecto al de Cesenatico. Otro de los damnificados era Jalabert, que tras dejarse más de 15 minutos perdía todas sus opciones de podio -> clasificaciónes / vídeo.
Etapa:
1. Marco Pantani (Ita): 5h 43′ 45»
2. Rodolfo Massi (Ita) a 1′ 54»
3. Fernando Escartin (Esp) a 1′ 59»
4. Christophe Rinero (Fra) a 2′ 57»
5. Bobby Julich (Usa) a 5′ 43»
6. Michael Boogerd (Hol) a 5′ 48»
7. Marcos Serrano (Esp) a 6′ 04»
8. Jean Ciril Robin (Fra) a 6′ 34»
9. Manuel Beltran (Esp) a 6′ 40»
10. Dariusz Baranowski (Pol) m.t.
General:
1. Marco Pantani (Ita): 71h 58′ 37»
2. Bobby Julich (Usa) a 3′ 53»
3. Fernando Escartin (Esp) a 4′ 14»
4. Jan Ullrich (All) a 5′ 56»
5. Christophe Rinero (Fra) a 6′ 12»
6. Michael Boogerd (Hol) a 6′ 16»
7. Rodolfo Massi (Ita) a 7′ 53»
8. Luc Leblanc (Fra) a 8′ 01»
9. Roland Meier (Sui) a 8′ 57»
10. Daniele Nardello (Ita) a 9′ 14»
Pero no todo estaba ganado para Pantani, restando aún dos etapas alpinas y la contrarreloj final. En la 1ª de estas jornadas, con más de 200 km e incluyendo Porte, Cucheron, Granier, Grand Cucheron y la colosal Madeleine antes de la llegada en Albertville, Ullrich iba a dar una auténtica demostración de fuerza, lanzando un demoledor ataque en la Madeleine a más de 55 km de meta al que sólo pudo responder Pantani, presentándose ambos en Albertville con 1’49» de ventaja sobre un pequeño grupo con el resto de favoritos, aunque varios top-10 se dejaron más de 4 minutos y Leblanc perdió casi 26 -> clasificación / vídeo. La victoria fue para el teutón por escasos centímetros, colocándose 3º en la general a casi 6 minutos de Pantani pero a sólo 14 segundos de Julich.
Al día siguiente, en medio de protestas por los registros de la policía (ordenados desde la fiscalía y el Ministerio de deportes) en los hoteles de varios equipos, siendo incluso detenidos varios ciclistas del TVM, hubo un nuevo plante de los corredores por lo que consideraban un trato vejatorio. Y aunque finalmente la marcha se reanudó, no sin fuertes discusiones entre los propios ciclistas, con un Rijs que de nuevo se puso de parte de los organizadores, los corredores se quitaron el dorsal y la etapa fue neutralizada, no contando los resultados y con los equipos españoles Banesto, Kelme, Once y Vitalicio, el holandés TVM y el italiano Riso Scotti abandonando la prueba.
Así iba a discurrir el Tour mas polémico de siempre, y aunque con la retirada de Escartín, 4º hasta entonces (y que al año siguiente se resarciría quedando 3º), el podio ya estaba prácticamente decidido, la última contrarreloj, con una nueva victoria de Ullrich, provocaba que el alemán adelantara en la clasificación a Julich, mientras que Pantani, 3º en la etapa, mantenía fácilmente el liderato, con Ullrich 2º a 3’21» y el estadounidense 3º a 4’08». En la jornada de París ya no hubo cambios, llevándose la victoria al sprint Tom Steels.
Clasificación final:
1. Marco Pantani (Ita) Mercatone: 92h 49′ 46»
2. Jan Ullrich (Ger) Telekom, a 3′ 21»
3. Bobby Julich (Usa) Cofidis, a 4′ 08»
4. Christophe Rinero (Fra) Cofidis, a 9′ 16»
5. Michael Boogerd (Ned) Rabobank, a 11′ 26»
6. Jean-Cyril Robin (Fra) US Postal, a 14′ 57»
7. Roland Meier (Swi) Cofidis, a 15′ 13»
8. Daniele Nardello (Ita) Mapei, a 16′ 07»
9. Giuseppe Di Grande (Ita) Mapei, a 17′ 35»
10. Axel Merckx (Bel) Polti, a 17′ 39»
Sucedía Marco en el palmarés al último italiano vencedor de la ronda francesa, Felice Gimondi, que 33 años antes había ganado el Tour por delante de Raymond Poulidor, y se apuntaba un doblete para la historia, el último que se ha producido desde entonces y teniendo que remontarse hasta 1993 y Miguel Indurain para encontrar otra victoria en Giro y Tour del mismo año.
Parecía que por fin el destino, sin la mala suerte y las lesiones de otras temporadas, se aliaba con el Pirata, que afrontaba una preparación invernal en plenas condiciones, y que una vez conocidos los recorridos de las tres grandes para 1999 lo tenía claro: el Tour lo había despreciado y él iría a por su 2º Giro, que contaba con un trazado durísimo, con colosos como la Fauniera y el Mortirolo; y quizás a por la Vuelta, que estrenaba el terrorífico Angliru, además de programar una gran etapa en Andorra.
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Muy buen reportaje pero hay un dato erróneo, Indurain hizo doblete Giro-Tour en el 92 y 93
Gracias Davis Burgos.
Tienes toda la razón en que el doblete Giro-Tour previo al de Pantani fue el de Indurain, que como bien dices lo consiguió por partida doble. Ya está corregido, pero en cualquier caso pedimos disculpas por el error.
Un saludo.