Marco Pantani – Una vida al ataque (parte 2)

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1995-1997 – La desgracia del escalador.

Para 1995, Pantani centró su temporada en brillar en Italia, en el Giro, que contaba con un recorrido a priori bueno para él, con mucha montaña, incluyendo 2 auténticos «tappones», Val Senales y Briancon (aunque esta última tuvo que recortarse por avalanchas de nieve en el Agnello), y una durísima contrarreloj mixta con el Colle Gallo y final en Selvino. Sin embargo, un atropello mientras entrenaba por Cesenatico le impedía participar y poder plantar cara al potente Mapei liderado por Rominger, que finalmente se haría con la victoria por delante de Berzin y Ugrumov, ambos del equipo Gewiss.

Ese atropello además iba a hacer que Pantani llegara algo justo al Tour, si bien en la penúltima etapa de la Vuelta a Suiza daba muestras de que para arriba seguía siendo la referencia, haciéndose con la victoria en Flumserberg -> vídeo, aunque el tiempo perdido en la crono y en la jornada de La Punt le habían dejado muy lejos en la general, con victoria final para Tonkov seguido de cerca por Zulle.

En el Tour de Francia volvía a repetir el guión de 1994, perdiendo tiempo en las primeras jornadas y llegando al primer bloque montañoso, en este caso los Alpes, muy retrasado. Además Zulle e Indurain se mostraban superiores en la etapa de La Plagne -> clasificación / vídeo, siendo probablemente la mejor ascensión del navarro a un puerto, lo que unido a su victoria en la crono previa y la exhibición camino de Lieja, cuando puso en jaque al pelotón, hacía que todos sus rivales, excepto el propio Zulle, quedaran ya a más de 5 minutos en la general. Pantani se colocaba 11º, aunque a 14 minutos de Indurain.

Y al día siguiente, Alpe d´Huez, previo paso por colosos como la MadeleineCroix de Fer. Durante la etapa se producía una fuga con hombres peligrosos, como Jalabert, Escartín o Virenque, pero este año el equipo Carrera sí iba a luchar por la victoria y mantenía a la escapada en tiempo, incluyendo un importante trabajo de Chiapucci. Y al llegar al Alpe, Pantani no se lo pensó, demarró con fuerza y dejó a todos mirando, cazando a los fugados y plantándose en meta con casi un minuto y medio sobre el 2º de la etapa, Indurain, que llegaba con Zulle y Rijs -> clasificación / vídeo. La exhibición de Pantani le colocaba 7º y con opciones de mejorar la posición en lo que restaba de prueba.

Pantani consiguiendo su primer triunfo en Alpe d´Huez. Imagen de bikeraceinfo.com

El Alpe se había convertido en el puerto fetiche para Marco. Dos jornadas más tarde, camino de Mende en una larga etapa de media montaña, el equipo Once lanzó una espectacular ofensiva desde lejos, con victoria para Jalabert (que desde entonces da nombre a la subida) y más de 5 minutos de ventaja sobre los favoritos, lo que provocó que el francés saltara al tercer puesto en la general. Pantani, por su parte, lo volvía a intentar en la corta pero dura subida final, aunque no podía deshacerse de Indurain y Rijs, en una bonita ascensión.

En la primera jornada de los Pirineos, con meta en la estación de Guzet Neige, Marco daba una nueva exhibición, dejando tirado a Rominger en el Port de Lers y sacando en la subida final, el encadenado de Latrape + los 6,5 km finales de Guzet Neige, aún más tiempo a sus perseguidores, con el 2º en la etapa, Laurent Madouas, llegando a 2 minutos y medio en un grupo con Indurain, Zulle, Gotti y Rijs -> clasificación / vídeo.

Marco cruzando victorioso la meta en Guzet Neige. Imagen de bettiniphoto.net

«Il pirata» se colocaba a 10 minutos en la general, todavía 7º … pero a tiro del 5º puesto (apenas a un minuto) y restando aún 2 duras etapas en los Pirineos, especialmente la durísima jornada de Cauterets, con los puertos de Aspet, Mente, Peyresourde, AspinTourmalet antes de la subida final, por lo que si mantenía el nivel podía incluso acercarse al podio, hasta ese momento copado por Indurain y los corredores de la Once, Zulle y Jalabert, aunque este último si se había mostrado vulnerable en las etapas de alta montaña.

Sin embargo, lo que debía haber sido un día de fiesta para el ciclismo pronto se convirtió en una pesadilla: en el descenso del Portet d´Aspet Fabio Casartelli, campeón olímpico en Barcelona 92, sufría una gravísima caída (junto a otros corredores, como Rezze, Baldinger o Perini, aunque él fue el más afectado), golpeándose la cabeza contra la carretera. Pese al traslado en helicóptero y los múltiples intentos intentos de reanimación, los médicos no pudieron salvarle la vida -> «La muerte coge a Casartelli en el kilómetro 34».

Casartelli tras el brutal impacto. Foto de picture-alliance

Tras confirmarse la terrible noticia, los directores decidieron no informar a los ciclistas hasta el final de la etapa … pero algunos si se enteraron, entre ellos un Pantani que quedó devastado, desconectando de la etapa y perdiendo más de 13 minutos en meta respecto al ganador, Richard Virenque -> clasificación. La tragedia de su amigo Cassartelli daba por concluidos sus intentos de podio en aquel Tour. Finalmente, Pantani llegaba a París 13º a más de 26 minutos de Indurain, al que acompañaron en el podio Zulle y Rijs, si bien volvía a ser el mejor joven y con un botín de 2 victorias de etapa.

No obstante, aún no había acabado el año para Pantani, que se plantaba en Duitama con ganas de ser campeón del mundo. En una carrera durísima por el recorrido, con 15 vueltas a un circuito con el Alto del Cogollo y alrededor de 5200 m de desnivel acumulado, y las condiciones meteorológicas, con lluvia durante gran parte de la jornada, Pantani hacía de la subida al Cogollo su escenario ideal y con varios ataques dinamitaba la carrera, aunque no pudiendo romper la vigilancia del equipo español, que contaba con Indurain como gran favorito al oro.

Pantani, Rincón e Indurain en la subida al Cogollo. Foto de «la gazzetta della bici» / velominati

Sin embargo, poco antes de empezar la última vuelta Olano, que tras su 2ª puesto en la Vuelta a España, sólo superado por Jalabert, había llegado a Colombia en un gran estado de forma, aprovechaba las circunstancias de carrera para marcharse en solitario y abrir hueco rápidamente. El marcaje de Indurain y un puñado de segundos impedían que Marco atrapara al vasco antes de coronar el último paso por el Cogollo, no consiguiendo reducir diferencias en el descenso y llano hasta meta. Pantani llegaba 3º a meta, superando en el sprint al suizo Giannetti pero siendo batido por Indurain, mientras que Olano se proclamaba campeón del mundo pese a un inoportuno pinchazo en los últimos km. Un podio de «campanillas» para uno de los mundiales más duros de la historia, con apenas 20 corredores logrando acabar la prueba -> clasificación / vídeo.

El podio del Mundial, con Olano, Indurain y Pantani. Foto de bikeraceinfo / jotdown

A pesar de ser un poco decepcionante para el italiano, que lo había dado todo en busca del oro, el podio no era mal broche para su temporada. Sin embargo, el año iba acabar de forma terrorífica en la Milan-Turín, cuando en el descenso de Superga un todoterreno accedía a la carretera desde un camino vecinal y Pantani, junto a otros dos corredores, se lo encontraba de frente al salir de una curva, chocando contra él y destrozándose la pierna izquierda con una fractura de tibia y peroné que estuvo a punto de acabar con su carrera. Las pruebas que le hacían en el hospital reaparecerían años más tarde como una pesadilla para perseguir a Marco: los valores de hematocrito eran sorprendentemente altos.

Esta lesión hacía desaparecer al italiano del mundo ciclístico durante casi todo el año 1996, no reapareciendo hasta el mes de agosto, en el critérium de Cepagati. Una temporada en la que sin el accidente podría haber luchado por la victoria en el Giro, en el que finalmente se imponía Pavel Tonkov, con Olano en tercer lugar; y en la que también podría haber sido un importante protagonista del Tour, dominado por el Telekom con el triunfo de Bjarne Rijs y el 2º puesto de un jovencísimo Jan Ullrich. Asimismo, Marco terminaba su relación con el equipo Carrera, que se disolvía tras 18 años en el ciclismo profesional (aunque desde 1979 a 1983 estuvo bajo el patrocinio de Inoxpram), y se marchaba al Mercatone Uno, con el que tendría que empezar de cero, volver a sentirse ciclista.

En la temporada de 1997, Pantani se centraba en intentar brillar de nuevo en el Giro de Italia tras aquella gran edición de 1994. Contaba además con un recorrido que parecía diseñado para él, con varias etapas de montaña muy duras, como Breuil Cervinia, Falzés y Edolo, esta última con paso por el Mortirolo antes del descenso a meta, y sólo una contrarreloj llana, de 40 km, más otra mixta de 18 km con la subida a San Marino.

Pero la desgracia todavía perseguía a Marco, que veía como en la 8ª etapa, con llegada en Cava dei Tirreni, un gato negro se cruzaba en el camino del pelotón a 30 km de meta, provocando una caída con Pantani como uno de los afectados -> secuencia de imágenes. A pesar de la ayuda de sus compañeros y de que consiguió acabar la etapa (llegando a 12 minutos del grupo del líder), terminaba abandonando y se perdía su tercer giro consecutivo. Iba 5º, a 1’31» de Tonkov, y de nuevo el sueño de hacerse con el maillot rosa desaparecía en forma de desgracia. Además, la caída hacía que de nuevo fuera a llegar al Tour justo de forma, por lo que podía ser otra temporada perdida.

Marco ayudado por un compañero tras la caída. Foto de Roberto Bettini / Ilpost.it

La maldición parecía no tener fin para Marco, que se presentaba en el Tour de Francia con muchas inseguridades y la necesidad de sentirse ciclista 2 años después. Y para no cambiar de guión, y a pesar de no haber tenido que afrontar ninguna contrarreloj, Pantani llegaba a la montaña a más de 7 minutos del líder, Cedric Vasseur, y con más de 4 minutos de retraso respecto a varios de los grandes favoritos, como Ullrich, Olano y Jalabert.

En la primera etapa pirenaica, con los puertos de Soulor, Tourmalet, Aspin (desde el km 13) y Azet antes de la meta en Loudenvielle, y con Vasseur defendiendo el amarillo con uñas y dientes, Pantani aguantaba las embestidas de Virenque y llegaba junto al francés y al alemán Ullrich a 14 segundos de Laurent Brochard, vencedor de la etapa -> clasificación. Al día siguiente, en una jornada durísima camino de Andorra, con 250 km y los puertos de Ares, Aspet -por la vertiente contraria a la de 1995-, Port, el larguísimo Envalira y Ordino (desde Canillo) antes de la subida final a Arcalís, era Ullrich el que daba una exhibición portentosa, ganando la etapa y colocándose como líder destacado, mientras que Pantani llegaba 2º, a algo más de un minuto junto a Virenque, y subía hasta el 5º puesto en la general, a 5’29» del aléman pero con el podio a tiro, a menos de 50 segundos -> clasificación.

Luchon-Arcalis, la etapa más dura con final en Andorra y la consagración de Ullrich

Pantani había vuelto. Y lo demostraría dos días después en la dura contrarreloj de Saint Etienne, con 55 km y paso incluído por la Croix de Chaubouret, donde quedaba 5º pero a escasos segundos de Virenque (favorecido al coger la estela de Ullrich), Rijs y Olano. Lo de Ullrich ya era distinto: tras arrasar en la crono, el alemán lideraba el Tour con 5’42» sobre Virenque, 8 minutos sobre Olano, 8’01» sobre Rijs y 9’11» sobre el escalador italiano, por lo que salvo desgracia o hundimiento inesperado el Tour era suyo.

No obstante, aún faltaban por disputarse todos las jornadas alpinas, la primera de ellas con meta en la cima fetiche de Pantani, Alpe d´Huez. En esta ocasión y al contrario de lo habitual, la etapa era prácticamente unipuerto, con sólo Grand Bois, situado justo de salida, como puerto de paso. Al llegar la subida final Pantani iba a atacar pronto, como solía en esta cima.

Pantani seguido por Virenque, Ullrich y Rijs. Foto de getty / sbs.com

Primero destrozaba a Casagrande y Escartín, aunque Olano ya se había descolgado antes del grupo. Después era Rijs el que no podía aguantar el ritmo, y breves instantes más tarde era Virenque quien se abría … hasta que finalmente el teutón, que se había mostrado como imbatible en lo que iba de Tour, también perdía rueda. Y Marco se iba en solitario hacia la cima, batiendo el récord de la subida (aunque debido al diferente punto donde se marco el inicio es posible que la de 1995 fuera unos segundos más rápida) y ganando en Alpe dos años después de su primer triunfo, confirmando su regreso a la élite.

«Il Pirata» durante los km finales de Alpe d´Huez. Foto de Hein Ciere

Ullrich cedía en meta 47″, mientras que Virenque se dejaba 1’27» respecto a un Pantani que se ponía 3º en la general, todavía a más de 8 minutos del alemán pero con más de un minuto de ventaja sobre Rijs -> clasificación

Sin embargo al día siguiente, en una jornada corta pero mucho más dura al incluir tres colosos como Glandon, Madeleine y Courchevel, el grupo «saltaba por los aires» ya desde el primer puerto gracias a una ofensiva total del equipo Festina, llegando incluso a descolgar a Ullrich en el descenso, aunque tras una persecución de casi 80 km, con un gran trabajo de Rijs, el grupito del líder conseguía atrapar a Virenque (sólo en cabeza desde la Madeleine) durante el llano previo a la subida final. Ya en Courchevel, los arreones de Virenque descolgaban a Escartín y Rijs, consiguiendo finalmente la victoria el corredor francés aunque con Ullrich pegado a su rueda -> clasificación / vídeo … y acusaciones de compra de etapa varios años después por parte del propio director de Festina.

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Virenque en cabeza durante la subida a la Madeleine. Foto de Presse-Sports

En cambio, Pantani disputaba la etapa enfermo, perdiendo contacto con los de cabeza ya en el Glandon, aunque acabó limitando su pérdida en meta a poco más de 3 minutos, llegando 5ª, si bien los casi 2 minutos de retraso con Rijs le hacía ceder el tercer puesto en la general. Y ese no era el mayor problema: Pantani quería abandonar, tenía un fuerte catarro y su decisión era firme, se marchaba. Su compañero de habitación, Marcelo Siboni, trataba de convencerlo de todas las maneras posibles. Al día siguiente era la etapa de la que Marco venía hablando desde que se presentó el Tour: la llegada a Morzine tras un duro recorrido con los puertos de Tamie, Forclaz, Croix Fry, Colombier (últimos 16 km), Chatillon y Joux Plane, de la que Pantani había comentado a los suyos que quería demostrar que podía ganar también tras bajada.

La lástima era que el abandono iba a dejar huérfano a su equipo, y en eso se apoyó Siboni para hacer chantaje emocional al Pirata, contando, eso sí, con la inestimable ayuda de Roberto Conti, que durante la noche mantuvo una seria charla con Pantani en la que le rogaba que no abandonara, que siguiera en carrera por el equipo. Finalmente decidió seguir y a la mañana siguiente, al encontrarse mejor, atacaba en el Joux Plane, llegando en solitario a Morzine y ganando la etapa, recuperando además la 3ª plaza de la general con casi 2 minutos de ventaja -> clasificación. Era su su segundo triunfo en aquel Tour, definitivamente estaba de vuelta.

No obstante, aún faltaba una crono llana antes de París, por lo que Pantani necesitaba más tiempo respecto al Rijs para asegurar el podio … y no tardó mucho en conseguirlo, ya que en la etapa posterior a Morzine, una jornada de media montaña con meta en Friburgo, el equipo Mercatone iba a reventar el pelotón en el Col de la Croix, pillando desprevenido al danés, que además empezaba a sufrir los efectos de una gastroenteritis. Finalmente, llegaría en cabeza un «mini-pelotón» de sólo 23 corredores, con Rijs en el grupo perseguidor pero a más de 6 minutos, perdiendo todas sus opciones de podio.

Después de esa jornada ya no hubo más cambios importantes en la general salvo por el ascenso de Olano, que pasó del 5º al 4ª puesto gracias a su victoria en la crono, adelantando a Escartín … aunque cabe señalar que durante la 18ª etapa, en plenos Vosgos y con Grand Ballon y Ballon d´Alsace como puertos principales, Ullrich pasó su peor momento de la carrera al quedar descolgado del grupo de los mejores a más de 80 km de meta, estando sólo acompañado por un compañero de equipo. Pero Virenque, en lugar de mandar a los suyos tirar para aumentar diferencias (que rondaban los 45 segundos), se dedicó a pedir relevos a los demás corredores sin querer dar ejemplo, por lo que al final se produjo el reagrupamiento.

El podio en Paris, con Ullrich, Virenque y Pantani. Foto de Tim de Waele / tdwsport.com

En cuanto a Pantani, a pesar de sufrir en la última contrarreloj y salvar el tercer puesto con Olano por menos de lo previsto, conseguía meterse en el podio final tres años después, dejando atrás las desgracias (más allá del catarro que le hizo estar a punto de retirarse) y demostrando que podía volver a ser el de antes de la Milan-Turin 1995. La siguiente temporada se presentaba ilusionante …

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  • En la próxima entrada: “1998, un año mágico e irrepetible”

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