TOUR DE FRANCIA 2010

Al igual que hicimos en el Tour de Francia 2009 y demás carreras de 3 semanas, hemos optado por dividir este análisis en varias partes, para que no quede una entrada excesivamente larga y facilitar la búsqueda de información.

En esta primera parte: Introducción y análisis general del recorrido.

El resto de entradas sobre el Tour de Francia 2010:

  • Previo (Análisis del recorrido y etapas más importantes, en octubre 2009)

Por otro lado, recomendamos  la descarga de la “Guía  Tour de Francia 2010″, un estupendo trabajo realizado por  Javi Fuertes. Este es el enlace para su descarga: GUÍA TOUR 2010 (botón derecho–>Guardar enlace como)

Introducción


El sábado 3 de Julio da comienzo la 97ª edición del «Tour de France», la carrera por etapas más prestigiosa y deseada del calendario, así como la más esperada por la gran mayoría de aficionados al ciclismo.

Se puede discutir si esta clara hegemonía del Tour, fomentada por los medios de comunicación, es positiva o negativa para el ciclismo (en nuestra opinión resulta muy perjudicial), pero no cabe duda de que a día de hoy la importancia mediática de esta prueba es muy superior al resto, siendo probablemente la única carrera ciclista que despierta verdadero interés en todo el mundo … y el tercer acontecimiento deportivo más seguido, después de los Mundiales de fútbol y las Olimpiadas.

El origen del Tour data de inicios del siglo pasado, cuando Geo Lefevre, un redactor del periódico L´Auto (actualmente L´Equipe), le propuso a su director,  Henry Desgranges, la celebración de una carrera ciclista que uniera las principales ciudades francesas. De este modo, en julio de 1903 y no sin dificultades (incluyendo un cambio de fechas respecto a lo que estaba previsto),  se disputó la primera edición del Tour de Francia (mapa), con 2.428 km divididos en 6 etapas y victoria final para Maurice Guerin.

Durante estos primeros años los organizadores tuvieron muchos problemas para sacar la carrera adelante, lo que les llevó a buscar nuevos alicientes.  Así, entre otros cambios, en 1905 el nº de etapas aumentó de 6 a 11 y  hubo una novedad fundamental para la historia de la carrera: la inclusión de puertos de montaña en el recorrido, concretamente el Ballon d´Alsace en los Vosgos y Bayard y Laffrey en los Alpes.

Eso reactivó la prueba … aunque sólo sería un aperitivo de lo que sucedió en 1910: el estreno de los Pirineos. Fueron 2 etapas brutales, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de aquella época (carreteras sin asfaltar, bicicletas sin cambios, preparación de los corredores, etc): Perpiñán – Luchon, 289 km con Port, Portet d´Aspet y Ares, y especialmente Luchon – Bayona, 326 km con Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Aubisque y Osquich. Durante esta 2ª etapa, al coronar el Aubisque, se produjo el famoso grito de Octave Lapize en contra de los organizadores: «¡Asesinos!». En este artículo se puede rememorar la gestación y desarrollo de esa etapa mítica: Memoria de un asesinato.

Precisamente este año se cumple el centenario de los Pirineos en el Tour, incluyéndose como homenaje la mayoría de los puertos que se pasaron en esas 2 etapas de 1910, con especial atención al Col du Tourmalet (historia en el Tour): el puerto emblema de la carrera y que se afrontará en 2 jornadas distintas y por ambas vertientes.

Lapize durante la ascensión al Tourmalet en 1910, que coronó en primer lugar. Solo hubo un ciclista, Gustave Garrigou, que no puso pie a tierra en algún momento

Pese a las quejas de los corredores, el experimento de los Pirineos en 1910 resultó todo un éxito, dándole una nueva dimensión a la carrera. Eso animó a los organizadores a  repetir la experiencia en 1911 y a su vez estrenar  los grandes puertos alpinos, con el interminable Col du Galibier (hasta el túnel) como puerto estrella.

Desde entonces, con Alpes y Pirineos como símbolo de la exigencia de la carrera, el Tour ha ido adquiriendo cada vez un mayor protagonismo,  tanto dentro del ciclismo como en el deporte en general, dejándose de disputar sólo durante las dos guerras mundiales, concretamente de 1915 a 1918 y de 1940 a 1946. Fue precisamente después de la 1ª Guerra Mundial, en 1919, cuando el Tour estrenó una de sus señas de identidad: el maillot amarillo para distinguir al líder de la clasificación general.

En cuanto a los dominadores del palmarés, a lo largo de la historia del Tour hay cinco corredores  que destacan sobre todos los demás: Jacques Anquetil (1957-61-62-63-64), Eddy Merckx (1969-70-71-72-74), Bernard Hinault (1978-79-81-82-85) y Miguel Indurain (1991-92-93-94-95), los cuatro con 5 victorias, y Lance Armstrong, con 7 triunfos consecutivos (1999 a 2005). Por otro lado, Richard Virenque y Eric Zabel tienen el mayor nº de victorias en la clasificación de la montaña y la regularidad, respectivamente.

El Tour de este año presenta una gran partipación, con  varios equipos repletos de buenos corredores y destacando sobre todo las escuadras Saxo Bank y Radioshack. En las filas de éste último equipo está precisamente el «recordman» de victorias en el Tour, L.Armstrong, que buscará aumentar su cuenta … pero no lo tendrá nada fácil con la presencia  del vigente ganador y mejor «vueltómano» de los últimos años, Alberto Contador (Astaná), sin duda el máximo favorito.

Aparte de ellos, los corredores con más opciones para ocupar los primeros puestos de la general son Andy Schleck, 2º el año pasado, y su hermano Frank (ambos en Saxo Bank), Ivan Basso, reciente ganador del Giro, y su compañero Roman Kreuziger (Liquigas), Dennis Menchov y Robert Gesink (Rabobank), Cadel Evans (BMC), Carlos Sastre (Cervelo), Bradley Wiggins (Sky), Samuel Sánchez (Euskaltel), Alexandre Vinokourov (Astana), y Andreas Kloden y Levy Leipheimer (Radioshack).

Otros corredores que pueden brillar durante la carrera: Damiano Cunego (Lampre), Tony Martin y Michael Rogers (Columbia), Joaquín Rodriguez y Vladimir Karpets (Katusha), Luis Leon Sanchez (Caisse d´Epargne), Fabian Cancellara y Jakob Fuglsang (Saxo Bank), Rein Taaramae (Cofidis), Sandy Casar y Christophe Le Mevel (Francaise des Jeux), Christian Vandevelde y David Millar (Garmin), Janez Brajkovic (Radioshack), Jurgen Van Den Broeck (Lotto), Edvald Boasson Hagen (Sky), etc.

En cuanto a los velocistas,  Mark Cavendish (Columbia), Tyler Farrar (Garmin), Alessandro Pettachi (Lampre), Oscar Freire (Rabobank) y Thor Hushovd (Cervelo) son los grandes favoritos para vencer en los sprints masivos, con el español Jose Joaquín Rojas (Caisse) también buscando su oportunidad.

  • Recorridos

Centrándonos en los recorridos, la seña de identidad de la carrera son los Alpes y Pirineos, normalmente rotando el orden de un año para otro. Dentro de esas cordilleras destacan  una serie de ascensiones que debido a su dureza (sin rampas exageradas pero con mucho desnivel acumulado), y por qué no decirlo, constante repetición, han sido claves en muchas ediciones de la carrera, alcanzando la categoría de puertos míticos: Tourmalet (se celebra este año su centenario), Galibier, Alpe d´Huez, Mont Ventoux, Aubisque, Izoard, etc.

Cordilleras más modestas como los Vosgos y el Macizo Central también han sido importantes históricamente, pero su relevancia en carrera casi  siempre ha sido secundaria, ya que no se han aprovechado a fondo sus posibilidades  y además el Tour suele estar más basado en la alta que en la media montaña. Un caso excepcional sería el Puy de Dôme, en el Macizo Central: un muro con 4 km finales a casi el 12% y gran protagonista en varias ediciones … hasta 1988, último año que estuvo incluído en el Tour, (aunque su ausencia no es achacable a la organización ya que se trata de una propiedad privada).

Otra característica histórica de la prueba es la gran cantidad de kilometros contrarreloj (algo que ha cambiado mucho en los últimos años, como analizaremos más adelante), tanto individuales como por equipos. De tal modo que los corredores, para ocupar los primeros puertos, tenían que subir bien y a la vez ser buenos rodadores, teniendo además una clara ventaja en caso de estar en un equipo potente cuando había C.R.E.

En cuanto a la estructura, durante mucho tiempo ha sido realmente similar de una edición  a otra (con algunas excepciones):

· 1ª semana: prólogo + etapas llanas + CRE  y/o CRI larga

· 2ª semana: Alpes/Pirineos + macizo central

· 3ª semana: Pirineos/Alpes + etapas llanas + CRI larga + París

Esto venía provocado por las propias características orográficas francesas y  sobre todo el inmovilismo de los organizadores. El «rechazo» a las novedades también ha afectado a los puertos concretos, repitiendo mucho algunas subidas y dejando otras inéditas u olvidadas desde hace muchos años. Una pena, porque si bien los puertos habituales no están nada mal, en Francia hay más potencial del que enseña el Tour, ya sea en regiones  con poco protagonismo como los Pirineos Atlánticos (Issarbe, Arthaburu, Ahusquy, etc), Alpes de Sur (Col de la Cayolle, Col de Champs, Col de Couillole, Col de Turini, etc) y Annecy-Chambery-Grenoble (Grand  Colombier, Col de la Biche, Mont du Chat, Crêt de Chatillon, Col du Coq, Col Luitel,  etc), o en zonas muy transitadas, con las «caras B» de algunos puertos ignoradas desde hace mucho tiempo o completamente inéditas: Iseran S, Madeleine SO, Mont Ventoux O, Sarenne (Alpe d´Huez E), Viscos (Luz Ardiden N), Signal du Bisanne (Saisies SO), Col du Pre (Cormet de Roselend O), etc.

Sin embargo, los recorridos de los últimos años, ya con C.Prudhomme al mando después de relevar a J.M.Leblanc, se han alejado bastante de lo que era habitual en el Tour: hay más jornadas de media montaña y  la alta montaña llega antes, reduciéndose el número de etapas  llanas, sobre todo en la primera semana. Además se han estrenado o recuperado algunos puertos muy interesantes, aunque con cuentagotas. Pero hay cambios que no han sido tan positivos, como la drástica reducción de km contra el crono, si bien es cierto que esta tendencia es compartida por las otras dos grandes vueltas. Aparte, el diseño concreto de algunas etapas y su colocación en carrera ha dejado bastante que desear (en nuestra opinión al menos).

Así, después del espectacular recorrido de 2007, al que sólo le faltaba algo más de media montaña para llegar al sobresaliente, llegó un Tour 2008 muy novedoso y con una primera semana muy atractiva … pero que después resultaba decepcionante al reducir la dureza de la alta montaña (sólo una jornada con más de 2 grandes puertos) y colocar las grandes etapas estorbándose entre sí, con las llegadas en alto como final de bloque y perjudicando posibles ataques en las jornadas previas (como así sucedió).

El recorrido del año pasado fue todavía más novedoso que el de 2008. El problema es que tenía ideas muy interesantes pero  mal ejecutadas (en general), como poner muchas etapas de montaña sin finales duros … pero con malos encadenados previos (ya fuera por los km llanos hasta meta o entre los puertos), o que la  última jornada decisiva fuera de montaña en vez de una crono … pero con final en alto y encima unipuerto.  De hecho, en la gran mayoría de etapas había opciones mucho mejores que las escogidas por la organización > etapas alternativas. Además la carrera estaba muy descompensada, con la 3ª semana mucho más exigente que las otras  dos (flojísima 2ª semana), y la cantidad de km CRI era ridículamente baja.

Siendo justos, no todo era negativo, destacando para bien el etapón de Le Grand Bornand (a la postre la mejor etapa con diferencia de la carrera), pero globalmente resultaba un recorrido muy decepcionante.

Recorrido del Tour 2010


Vídeo presentación del recorrido en 3D

El recorrido definitivo es prácticamente el mismo que se anunció en la presentación y comentamos en este primer análisis (aunque faltaba por conocer la ruta detallada de las etapas más modestas), así que nuestra opinión es básicamente la misma: globalmente, un recorrido muy interesante. Y comparado con el 2009, claramente superior. Lástima que por ciertos detalles se queda «sólo» en bueno cuando podía haber sido magnífico.

Lo primero que llama la atención positivamente de este recorrido es la gran cantidad de etapas propicias para que pasen cosas y se vea una buen espectáculo, tanto de cara a la clasificación general como en la lucha por la victoria etapa. Y es que, salvo en la 1ª semana, no hay más de 2 jornadas de transición seguidas (en principio, luego ya dependerá de la actitud de los corredores), quedando las etapas importantes muy repartidas a lo largo de toda la carrera.

En ese sentido, nos parece muy acertada la apuesta por la media montaña, con 4 etapas a priori muy interesantes: Spa (4ª), Station des Rousses (7ª), Gap (10ª) y Mende (12ª). Y en el caso de la jornada de Gap, atención a la posibilidad de fuga-bidón.  Además, este aumento de  la media montaña respecto a otros Tours no se hecho a expensas de la alta montaña, sino reduciendo el nº de etapas llanas.

Pero es que incluso hay varias jornadas sin dificultades montañosas  que podrían resultar decisivas (aparte de las cronos): Bruselas (1ª), muy favorable para que se produzcan abanicos, y Arenberg/Porte du Hainut (3ª), con el regreso del pavé al Tour … y no precisamente de un modo testimonial, con 7 sectores que suman 13,2 km sobre esta superficie (la mayoría en los 30 km finales de la etapa). Es una decisión atrevida por parte de la organizadores y esperemos que salga bien.

Las etapas montañosas de la primera mitad del Tour 2010.

Centenario de los Pirineos en el Tour ... y 4 duras etapas para celebrarlo.

Respecto a la alta montaña, en el año que se cumple el centenario de «Les Pyrénées» en el Tour, la carrera va bien servida: 6 etapas, 2 en los Alpes y 4 en los Pirineos. Destacan por sus encadenados Ramaz+Avoriaz (8ª) y  sobre todo Pailheres+Bonascre (14ª). Y por la dureza global, Saint Jean de Maurienne (9ª), Pau (17ª) y Col du Tourmalet (18ª), acercándose y en los dos primeros casos superando los 4000 m de desnivel acumulado. Y la jornada que queda, Bagneres de Luchon (15ª), tiene un gran puerto como Balés a menos de 25 km de la línea de meta. Otro punto positivo de la montaña de este año es que hay sólo un final en alto realmente duro (Tourmalet), «forzando» a los corredores a mover la carrera desde más lejos si quieren ganar tiempo.

En general, es un recorrido muy exigente, tanto por la dureza de los puertos de montaña, como por la ya comentada escasez de etapas de transición, obligando a los favoritos a estar muy atentos durante casi todos los días. Sobre la dureza de los puertos, podemos decir que en total hay: 7 ascensiones que se podrían considerar sin problemas como HC, 9 de 1ª categoría (16 subidas superando los 140 de coeficiente APM) y varios 2ª muy duros.

El Tour de Francia 2010 acumula mucha dureza, con hasta 16 puertos de cifras bastante serias

Un gran avance respecto a los 2 últimos años es el orden de las jornadas montañosas, ya que no hay casi etapas que se estorben entre sí. Incluso los días de descanso, ya sea  buscado por los organizadores o simple casualidad, están bien colocados para favorecer que las etapas anterior y posterior sean aprovechadas por los corredores.

Sin embargo, no todo es tan positivo, destacando negativamente la escasa cantidad de km contra el crono y su colocación. Y es que, más allá del prólogo, no hay ni una sola contrarreloj hasta la penúltima etapa de la carrera. Eso sí, al menos esa crono final es bastante larga, con 52 km. En total, apenas 61 km de crono en 3 semanas de carrera. Eso desequilibra el recorrido en favor de los escaladores y además puede provocar que éstos sean más conservadores, no necesitando  atacar desde lejos en la montaña (salvo que pierdan tiempo por otras circunstancias).

La reducción de las contrarreloj en el Tour ha sido exagerada en los 2 últimos años (si bien la tendencia ya era anterior), con las cifras más bajas de C.R.I. de los últimos 30 años, aunque es cierto que el año pasado había una C.R.E. que compensaba algo las cifras.

Evolución de los km contra el crono desde 1979, click para ver las cifras detalladas.

Pero este problema no afecta sólo al Tour: Vuelta y Giro también parecen haberse puesto de acuerdo en reducir de un modo drástico los km contra el crono. Se supone que lo hacen buscando una supuesta emoción, al tener a casi todos los favoritos en un pañuelo, pero el efecto suele ser el contrario, propiciándose un ciclismo más especulador.

Es cierto que la carrera también puede romperse en otro tipos de etapas, con abanicos, fugas-bidón, superficies «alternativas», caídas, etc (como pasó en el reciente Giro y es más que probable que suceda también en este Tour), pero se supone que el ganador de una gran vuelta debería demostrar ser el más fuerte y listo globalmente en todos los terrenos. Y si en los últimos años no se ha reducido la montaña (con excepciones), por que sí las cronos?. Da la sensación de que «vende» más la victoria de un escalador que la de un rodador.

Dejando de lado el tema de las cronos, hay varias de etapas de  montaña con un diseño muy mejorable. Y curiosamente las que más destacan en este sentido son las que tienen el recorrido más duro y podrían recibir el calificativo de «reinas»: Saint Jean de Maurienne (9ª), Pau (16ª) y Tourmalet (17ª). En esas 3 etapas hay mucho llano entre los puertos y/o hasta meta, haciendo casi imposible que prosperen ataques individuales antes de la última ascensión (en la de Pau ni siquiera eso). Y lo cierto es que si había alternativas para mejorar los encadenados, pero ya sea por desconocimiento (difícil de creer) o de un modo voluntario, la organización ha elegido peores opciones. Además en las etapas más modestas, a pesar de los buenos  encadenados,  falta dureza previa, haciendo que haya muchas etapas buenas pero ninguna completamente «redonda» como la jornada de Le Grand Bornand del año pasado.

No hay ni un sólo gran puerto novedoso, cuando resulta que varios de ellos estaban “a huevo” y hubieran mejorada claramente las etapas, especialmente Parquetout en la jornada de Gap (10ª) y Viscos en la del Tourmalet. Eso si, también hay que reconocer que varios puertos se utilizan de un modo diferente al habitual, como la Madeleine (etapa de S.J.Maurienne), y otros se recuperan después de mucho años: Laffrey, Noyer y Soulor norte.

Cuestión aparte es la decisión de los organizadores de acabar una etapa en la cima del Tourmalet (aunque ya se hizo en 1974 -> clasificación). Nos parece un error, por la idea que se transmite al público y a los propios corredores de que para darle todo el protagonismo a una subida tiene que ser final en alto (cuando además el Tourmalet es mítico precisamente por lo contrario), pero entendemos que es una cuestión más de concepto que deportiva. Eso sí, aunque no fuera el Tourmalet, el hecho de que la llegada más dura sea justamente la última etapa de montaña puede condicionar negativamente la carrera, haciendo que los corredores sean más especuladores en las jornadas previas.

En cualquier caso, creemos que las virtudes del recorrido superan a los defectos, habiendo terreno más que de sobra para que se vea un buen espectáculo si los corredores se muestran combativos.

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Un comentario en “TOUR DE FRANCIA 2010

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