A partir de esta noticia aparecida en el Diario de Burgos Digital, anterior a la edición 2008 de la Vuelta a Burgos, en el foro de APM varios miembros de la Plataforma decidieron explorar y mostrar las posibilidades de Burgos en cuanto a recorridos ciclistas, en principio para la Vuelta a Burgos pero que serían también interesantes, como no, para la Vuelta a España.
Lo primero, felicitar a los organizadores que sacaron la Vuelta adelante, y no solo eso, si no que en la clásica etapa reina de las Lagunas de Neila, se utilizó una nueva vertiente recientemente asfaltada del puerto para presentar un circuito innovador que endurecía no tanto el final en alto, como sobre todo el primer paso por el puerto, aumentado así la selección anterior y la posibilidad de ver movimientos lejanos tal y como posteriormente sucedió. Todo un acierto.
Sin embargo el resto de etapas, pese a presentar algunas puertos de 3ª cerca de meta el primer día, tres etapas eran claramente para el sprint masivo y solo en Villarcayo se podía pensar en una fuga, pero nunca de primeros espadas por la falta de dureza.
Sin embargo, las carreteras de Burgos ofrecen posibilidad de hacer bonitas etapas de media montaña (como casi toda la Península), tiene un puerto duro como las Lagunas de Neila en el que además se pueden hacer muy interesantes circuitos, y quizá en un futuro sea posible el paso por un coloso que ahora presenta problemas de asfaltado como luego comentaremos.
Es por ello que se decidió diseñar varias etapas por la provincia de Burgos, usando para ello los 4 finales de etapa más clásicos de la carrera, que son Burgos, Miranda de Ebro, Aranda de Duero y las Lagunas de Neila. Además de estos finales, se decidió incluir otros perfectamente viables, en pueblos grandes como Villarcayo (final de la primera etapa de 2008) y Espinosa de los Monteros, y un final en alto en la Estación de Esquí de Lunada, ya que los tres pueden deparar bonitos finales.
Y como una imagen vale más que mil palabras, mejor ver los perfiles de las etapas diseñadas:
Primero, los 4 finales clásicos:
1.- Espinosa de los Monteros – Miranda de Ebro (San Juan del Monte)
La etapa más larga de todas, y aun así se queda en unos 180km, empieza con 80km con tres puertos no muy duros pero que no darán respiro y abrirán las primeras hostilidades: los altos de Bocos, Ro y Peña Angulo. Los siguientes 40km llanos nos acercan a otro puerto de 2ª, el Portillo del Busto, que dará continuidad a las dificultades de la etapa. La parte final sigue siendo nerviosa pese a no tener grandes puertos, con La Ventilla (3,45km al 4,2%) situada a escasa distancia de la meta por lo que si se quiere la victoria es el lugar ideal para atacar.
Como se ve en el gráfico, la meta puede bien situarse en la misma Miranda de Ebro, más cerca de La Ventilla, o en el repecho de San Juan del Monte, donde se disputo una pequeña cronoescalada en la edición de 2000. Por cierto, San Juan del Monte tiene bajada, por lo que es posible hacer un bonito circuito «tipo mundial».
Como se ve, la etapa no cuenta con grandes dificultades pero esto no impide que pueda resultar muy entretenida.
2.- Belorado – Aranda de Duero
Una etapa en principio propicia para un sprint, pero con un recorrido romperpiernas, con 6 pequeños puertos que darán oportunidades a los valientes que intenten la escapada, aunque la parte final llana juegue en su contra.
3.- Lerma – Lagunas de Neila
El final clásico y conocidísimo de Burgos, que se incluyó en una edición de la Vuelta a España incluso. En esta etapa la novedad no es el duro final sino el interesante recorrido anterior. Una primera parte plagada de repechos y puertos de tercera sin mucha dificultad, da paso a un circuito por las Lagunas de Neila. Se asciende en ambas ocasiones desde Quintanar de la Sierra hacia El Collado, y entonces se afrontan los primeros 2km por encima del 11% de la carretera de las Lagunas. A la altura de Rozavientos, se desciende por la carretera antigua de nuevo a Quintanar para ascender por última vez a Neila, esta vez al completo.
La clave de la etapa para ver un gran espectáculo y lejos de meta es el primer paso por Rozavientos. Se llega ya con desgaste acumulado, y sus brutales últimos 2km pueden romper la carrera a mas de 20km de meta. Como ya comentamos, esta es solo una de las posibilidades de la zona, pues gracias a las 4 variantes de este puerto se pueden hacer múltiples circuitos como habitualmente ocurre en la Vuelta a Burgos, destacando el del año pasado.
4.- Briviesca – Burgos
Burgos suele ser la última etapa de cada edición, y aunque suele incluir algún puerto de 2ª como Altotero, están lejos de meta. Es por eso que incluir un repecho en la parte final como el Alto del Castillo, en las mismas calles de Burgos, puede aportar emoción por la victoria de etapa y quien sabe si se puede dar un vuelvo a la general. Terreno hay para intentarlo, pues la etapa cuenta con dos puertos de cierta entidad como La Mazorra y Altotero (8,2km al 5,5%), este último a menos de 50km de meta, siendo un buen lugar para tensar la carrera y buscar la sorpresa. Desde Altotero a meta, el terreno es en principio favorable pero la última parte cuenta con varios repechos antes del Alto del Castillo, situado a poco mas de un kilómetro de la meta y decidirá el ganador de la etapa. Este sería el plano de la parte final.
En segundo lugar, el resto de posibilidades:
5.- Medina de Pomar – Villarcayo
La mejor etapa de media montaña de todas las aquí presentadas es sin duda esta, con un recorrido plagado de puertos, y además en un entorno magnifico, por la zona de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón. La etapa cuenta ya de inicio con dificultades, como La Nevera, y continua con dos buenos puertos de 3ª que son el Portillo del Castillo (4,4km al 6,7%) y el Escalerón (3,9km al 6,4%). Tras estos primeros tres puertos, un tramo llano por las Hoces de Orbaneja del Castillo, nos adentra en Cantabría por donde la carrera transcurre durante solo 17km. Y se llega entonces al puerto clave de la etapa, La Lora, con un km. entero al 12% y rampas de hasta el 16%, punto ideal para romper la carrera. Pero ahí no se acaban las subidas, pues todavía queda afrontar el irregular Alto de la Mota (4km al 5,1%) y sin respiro, el último puerto del día, La Eme. Tras coronarlo a unos 25km de meta, se llanea durante varios kilometros antes de afrontar la bajada hasta Incinillas y llegar a Villarcayo.
6.- Medina de Pomar – Espinosa de los Monteros (E.E. de Lunada)
Otra gran etapa de media montaña con salida en Medina de Pomar (aunque podría salir de la vecina Villarcayo), que también afronta de salida La Nevera, con el Alto de Bocos y un par más de repechos en la primera mitad del recorrido. Pero lo realmente interesante viene tras bajar Peña Angulo y afrontar de forma consecutiva el Alto de Ro, el Carel, el tendido repecho de Campillo de Mena y terminando con el más duro de todos, el Cabrío. Unos 10km de falsos llanos separan su cima de la meta en Espinosa de los Monteros por lo que se deberían de suceder los ataques en este puerto.
Existe la posibilidad de cambiar el estilo de etapa, quitándole protagonismo al Cabrío, que serviría de desgaste para un final en alto, en la Estación de Esquí de Lunada, que sin ser muy dura podría sin embargo abrir algunas diferencias por el encadenado final de puertos.
Y por último, comentábamos al principio la existencia de un coloso en Burgos, más duro incluso que las Lagunas de Neila. Se trata de la subida a la antigua base militar de Picón Blanco (similar a la actual de Aitana). Sus 8,5km comienzan en Espinosa de los Monteros y tienen una media del 9,1% con puntas del 17%, un verdadero «puertaco».
Click para acceder a una completa descripción del puerto (altimetrias.com)
Sería sin duda y gran final en alto que despertaría mucha atención (es sabido que los organizadores de la Vuelta a Burgos han intentado realizar un final en alto en este puerto), y más interesante sería si se asfaltase su bajada hasta la cima del Portillo de la Sía, que es ahora mismo una pista de tierra de 5km, aunque en buen estado. Si se pudiese hacer como puerto de paso, los etapas que se podrían realizar en Burgos nada tendrían que envidiar a las grandes vueltas. Veamos un ejemplo:
El tramo sin asfalto, de 5km, esta marcado en grís.
Así quedaría la anterior etapa cambiando La Nevera por el brutal Picón Blanco. Los últimos 80km son magníficos, con Ro, Carel y Cabrío para menguar las fuerzas antes de que Picón Blanco ponga a cada cual en su sitio, y con la Estación de Esquí de Lunada para aumentar las diferencias. Una sucesión del estilo de la famosa Mortirolo – Aprica «en pequeño».
En este enlace se pueden ver varias fotos de la subida y la bajada de Picón Blanco.
Me encanta la etapa de Villarcayo, la zona de los cañones del Ebro es una pequeña mina para emboscadas, lástima que no haya una localidad importante más cercana. Esta etapa saliendo de Cantabria y con el Escudo de salida haría mucho daño como colofón a un bloque de montaña cantábrico.
Alguien tiene la altimetría de Altotero desde Poza de la Sal?
Un saludo.
Hola Wayne.
No hemos encontrado ninguna altimetría «oficial», pero este sería el perfil con % cada 500 m medido sobre mapa: https://unavueltamejor.files.wordpress.com/2011/05/altotero-por-poza-de-la-sal.png
Un saludo.
El día en que salga del todo a la luz Picón Blanco… como bien decís, asfaltando esos 4,6 km tendríamos un puerto que podría catalogarse en carrera como especial de paso. Y lo mejor es que permite crear una etapa reina con salida en Cantabria y final en Burgos, compartiendo ambas provincias el protagonismo en una jornada muy escénica por los valles pasiegos tanto cántabros como burgaleses, para dar descanso a la zona asturiana y sustituir la trilladísima subida a Peña Cabarga. Aquí os dejo una etapa que sería sin duda la reina de la vuelta, corta y sin mil puertos al estilo de las etapas de La Farrapona o Andorra.
Puente Viesgo – Estación de Esquí de Lunada, 160 km, 4.300 m de desnivel positivo, 6 puertos:
– Cocejón-Matanela (1ª)
– Guzparras (1ª)
– El Caracol (1ª)
– Lunada (1ª)
– Picón Blanco (E)
– E.E. Lunada (2ª)
Se sale de Puente Viesgo en dirección al Escudo, del cual se suben 5 km (al 8%) para después coger el desvío hacia el barrio de Resconorio, con 4 km de bajada muy técnica y luego otros 4,5 de subida a casi el 7% para alcanzar el alto de Cocejón (un poco antes de la Matanela). El largo descenso se hace por San Pedro del Romeral, buen asfalto y muchas sombras hasta dar con la carretera de Vega de Pas parar girar a la izquierda y, tras 4 km favorables, enlazar con la ascensión a La Barrancosa-Gamonal por Guzparras, con 4 km inciales a casi el 10% y otros 6 irregulares de subida y bajada hasta enlazar con el alto de La Braguía. Se desciende también por buen asfalto hasta Selaya para, sin un metro llano, encarar El Caracol, conocido de la vuelta que con casi 120 de coeficiente APM se podría catalogar como 1ª en una etapa de esta dureza. El descenso, de nuevo por buena carretera pero rápido, nos deja en el cruce para ascender los constantes 14 km finales de Lunada al 6%, con piso muy irregular. Entramos en Burgos para llegar a Espinosa tras 11 km de descenso y 8 favorables y enlazar con el fantástico final aquí propuesto.
Hay que decir que si bien Picón Blanco es infinitamente menos duro que el terrible Mortirolo, podría hacer un destrozo similar después de un recorrido tan duro y, además, la ascensión a la Estación de Esquí es más dura que la vertiente de Aprica que se subió por ejemplo en el último giro.
De cara a la financiación y posibles conflictos autonómicos, sería una etapa ideal para culminar por ejemplo tres días de montaña entre Asturias y Cantabria-Burgos, de forma repartida entre las tres provincias. La primera sería para Lagos de Covadonga o Jitu Escarandi, el puerto más duro de los tres días pero con un encadenado previo algo más suave (por ejemplo con el Fito, vuelta a la costa y el Torno). Una buena segunda etapa del tríptico podría ser la doble subida final a la Cueva del Soplao, saliendo desde Cangas de Onís por Panderrueda (1ª), Pandetrave (1ª) y San Glorio, o bien en una etapa casi íntegramente cántabra saliendo desde Llanes para terminar con un final en descenso en el valle de Iguña tras ascender Carmona (2ª), Palombera (1ª), Collada de Cieza (2ª) y Collada de Brenes (1ª) en otra etapa de media-alta montaña que sería también muy interesante aunque algo más suave para no perjudicar el espectáculo del día siguiente, y que permitiría a Cantabria disfrutar del protagonismo de final de etapa que no tendría en la jornada reina. De esta forma esraríamos ante 3 etapas diferentes, con dureza pero contenida y bien repartida, y con protagonismo en tres provincias. Si tras un día de descanso se pusiera una contrarreloj prácticamente llana de 50 km en Burgos o Palencia, la vuelta ya podría ser una maravilla :-O
Saludos!
Hola Salcedillo, gracias por el comentario.
Desde luego es una pena que el Picón Blanco siga inédito en profesionales. Si ya como final en alto podría dar mucho juego, como puerto de paso sería aún mejor, favoreciendo que la carrera pudiera romperse desde lejos.
La etapa que propones es a priori magnífica, con un estupendo encadenado de puertos e incluyendo mucha dureza pero de un modo realista (mas allá de los arreglos que necesita Picón Blanco). Ójala alguna vez veamos algo parecido. A poco que los ciclistas se mostraran combativos, el espectáculo sería fabuloso
Otra opción sería utilizar Alisas + La Sía como puertos previos al Picon Blanco, como en esta otra entrada: https://plataformarecorridosciclistas.org/2010/06/19/portillo-de-la-sia-portillo-de-lunada-y-estacas-de-trueba/, aunque es cierto que la continuidad de puertos antes de Alisas sería peor que antes de Caracol + Lunada.
Saludos.