Las demás entradas sobre el Tour de Francia 2019:
- Historia (orígenes, evolución de la prueba, ciclistas destacados, puertos míticos, recorridos, últimas ediciones).
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Como decíamos en el artículo previo, este año se disputa la edición nº 106 de la prueba, cumpliéndose el 100º aniversario del maillot amarillo, que se entregó por 1ª primera vez en 1919, y los 50 años de la 1ª victoria del belga Eddy Merckx, al que se rinde homenaje con la salida desde Bruselas el sábado 6 de julio, mientras que el final de la carrera será de nuevo en los Campos Elíseos de París, el domingo 28 del mismo mes. En total, 3.480 km divididos en 21 etapas, incluyendo 2 contrarrelojes, una por equipos y otra individual, aunque bastante cortas; 6 etapas de alta montaña, la mayoría con llegada en la cima de puerto; otras 6 de media montaña / quebradas, en este caso con final tras bajada; así como 7 jornadas para los sprinters, aunque sin ser totalmente llanas, incluyendo pequeñas cotas.
Video presentación del recorrido
El trazado de este año supone una vuelta de tuerca más a los cambios vistos desde finales de la pasada década, con mayor protagonismo de la media montaña de lo habitual en el Tour, sobre todo durante la 1ª semana, plagada de etapas quebradas, con los Vosgos y Macizo Central, y pocas jornadas llanas; etapas de alta montaña cortas, con tres de ellas teniendo solo 120-130 km y no habiendo otras de gran fondo que lo compensan, ya que únicamente la de Embrun-Valloire supera los 190 km (también la de Bagneres de Bigorre, pero quizás es más realista considerarla de media montaña); y escasez de contrarreloj, habiendo sólo 2 etapas de este tipo, una por equipos y otra individual, y cada una de ellas con apenas 27 km, siendo el 2º Tour con menos CRI de la historia desde que se realizan este tipo de etapas (1934), solo “superado” por los infames 14 km del Tour 2015.
Por otro lado, junto a las habituales bonificaciones en meta, de 10, 6 y 4 segundos para los 3 primeros respectivamente, habrá bonificaciones en varios puertos de paso, con 8, 5 y 2 segundos respectivamente para los corredores que pasen en cabeza por las ascensiones de Mutigny (3ª etapa); Chevrères (6ª); Jailliere (8ª); Saint Just (9ª); Hourquette (12ª); Peguère (15ª); Galibier (18ª); e Iseran (19ª). No obstante, aclarar que si bien es algo novedoso en lo que llevamos de siglo, las bonificaciones en los puertos eran algo habitual hace varias décadas. Y otorgando bastante más tiempo de ventaja a los primeros. En cualquier caso, esperemos que esta medida sirva para ver una mayor combatividad.
PRIMERA SEMANA
- 1ª etapa (sábado 6 julio): Bruxelles – Brussel (194,5 km) -> perfil / mapa
- 2ª etapa (domingo 7 julio): Bruxelles Palais Royal – Brussel Atomium (CRE) (27,6 km) -> perfil / mapa
- 3ª etapa (lunes 8 julio): Binche – Épernay (215 km) -> perfil / mapa
- 4ª etapa (martes 9 julio): Reims – Nancy (213,5 km) -> perfil / mapa
- 5ª etapa (miércoles 10 julio): Sant dié des Vosges – Colmar (175,5 km) -> perfil / mapa
- 6ª etapa (jueves 11 julio): Mulhouse – La Planche de Belles Filles (160,5 km) -> perfil / mapa
- 7ª etapa (viernes 12 julio): Belfort – Chalon sur Sâone (230 km) -> perfil / mapa
- 8ª etapa (sábado 13 julio): Mâcon – Sant Étienne (200 km) -> perfil / mapa
- 9ª etapa (domingo 14 julio): Sant Étienne – Brioude (170,5 km) -> perfil / mapa
- 10ª etapa (lunes 15 julio): Saint Flour – Albi (217,5 km) -> perfil / mapa
De este modo, la prueba comienza con una etapa de 195 km en torno a la ciudad de Bruselas, que ya albergó la salida de la prueba en edición de 1958, incluyendo esta vez los míticos Kapelmuur y Bosberg, durante años las cotas finales del Tour de Flandes, si bien en la etapa del Tour estarán en la parte inicial, así como un tramo adoquinado a mitad de la ruta y varios repechos en los últimos 40 km, aunque de escasa dureza, siendo un día para los velocistas. Y ojo al riesgo de caídas, muy habituales en los primeros días. En cualquier caso, una pena que la etapa no se haga en sentido contrario, pudiendo haber afrontado Kapelmuur + Bosberg a menos de 40 km de la llegada. Al día siguiente, turno para una crono por equipos de 27 km, con salida desde Palacio Real y llegada junto al Atomium de Bruselas, construido para exposición universal de 1958. Salvo por algunos repechos tendidos, el recorrido es bastante llano (más de lo que aparenta el perfil), incluyendo además largas rectas, aunque con un final más técnico, siendo de todos modos favorable para los equipos con potentes rodadores, aunque debido a su poca longitud las diferencias no serán grandes.
La 3ª etapa, con 215 km, unirá las localidades de Binche, al sur de Bélgica, y Epernay, en el departamento de Marne, ya en Francia, con un trazado básicamente llano durante la gran parte de la ruta pero incluyendo múltiples cotas en la parte final, destacando Hautvillers, con casi un km al 10%, y el muro de Mutigny, con un tramo de 800 m a más del 13% de media -> perfil, y que como decíamos antes estará bonificado, coronándose a 15 km de meta, para tras una zona llana, y ya dentro de los últimos 5 km, afrontar la cota de Mont Bernon y el repecho final de Epernay, con 500 m al 8%, siendo un día para los clasicómanos y “up-hill finishers”. La etapa siguiente, con kilometraje muy similar, comenzará en Reims, dirigiéndose hacia el oeste en busca de Nancy, capital de Meurthe-et-Moselle, con un recorrido en general llano aunque con la cota de Maron, con 3,2 km al 5%, a 15 km de la llegada, como ya ocurrió en la etapa de 2005 -> vídeo, con triunfo de Bernucci tras caída de Mengin en última curva; y 2014, con victoria de Trentin después de otro final muy accidentado, si bien en este último caso, además de Maron, los corredores tenían que superar el duro repecho de Bouffers a 6 km de meta, algo que no sucede este año, siendo un día para los sprinters.
La 3ª jornada, con meta en Epernay tras una parte final tipo clásica
En las jornadas siguientes será el turno para los Vosgos, comenzando con una etapa de media montaña entre St. Die de Vosges y Colmar, incluyendo en los últimos 80 km los puertos de Koenigsbourg (hasta cota 555 m), con casi 6 km al 6% de media; el más duro Trois Epis, que tiene 4 km finales al 7,5%; y tras su descenso Cinq Châteaux, que cuenta con 4,5 km al 7% antes del falso llano de la cima, alcanzando la cota más alta a 17 km de la llegada: los primeros 6 de fuerte descenso y los último 11 ya completamente llanos. Una etapa interesante, que puede dar juego en la lucha por victoria, aunque es poco probable que haya diferencias entre los favoritos, que buscarán reservar fuerzas. En lo que llevamos de siglo XXI, ha habido otros 2 finales en Colmar, en ambos casos triunfando una escapada: 2001 -> clasificación, con victoria de Jalabert; y 2009 -> clasificación, imponiéndose Haussler bajo la lluvia, mientras que los candidatos a la general se “fumaron” la etapa, cuya ruta daba para más, con los puertos de Platzerwasel, con un tramo de 7 km al 8-9%, Bannstein y Firstplan en los últimos 70 kilómetros.
Al día siguiente, el primer final en alto de esta edición, la estación de esquí de la Planche des Belles Filles, teniendo que superar los puertos de Grand Ballon por Le Markstein, con largos tramos al 8% aunque separados por descansos; Hunsdruck, con 5,5 km a casi el 7% de media; el Ballon d’Alsace, estrenado en 1905 y que por esta vertiente tiene un tramo de 5 km al 8,4%; Col des Croix; y ya en los últimos 25 km el Col de Chevrères, un muro con 2,5 km finales al 11%, incluyendo uno entero a más del 13%; y que tras su descenso dará paso a la dura subida final -> fotos, que al ascenso de otros años (cota 1040 m) añade un km más, al 10%, sin asfaltar y con puntas de hasta el 24%, formando parte de la lista de rampas máximas en carrera, para un total de 7 km al 8,7%, aunque ese añadido puede perjudicar ataques previos, con los favoritos esperando al final. En cualquier caso, quienes lleguen cortos de forma van a sufrir. Tras su estreno en 2012 -> clasificación / vídeo, con victoria de Froome y el amarillo para Wiggins, la P.D.Belles Filles se ha convertido en un clásico de la prueba, con llegadas en 2014 -> clasificación / vídeo, imponiéndose Nibali en una dura etapa en la que Contador tuvo que retirarse por una caída; y 2017, con triunfo de Aru tras atacar a 2,4 km de meta -> clasificación / vídeo, mientras que en la general Froome recuperó el liderato.
La 7ª etapa, con 230 km entre Belfort y Chalon sur Saône, es la más larga de esta edición, teniendo una 1ª mitad quebrada, con 3 cotas puntuables, pero los últimos 85 km muy llanos, siendo un día para los velocistas, aunque en la anterior llegada, en 1988, Thierry Marie logró sorprender al grupo. En la jornada siguiente regresa la montaña, con una etapa de 200 km entre Mâcon y Saint Étienne, en el noroeste del Macizo Central, circulando por un terreno de sube y baja constante que incluye los puertos de la Croix de Montmain, con 6 km al 7% de media; Croix de Thel, algo más de 4 km al 8%; Croix Paquet, muro con 2 km al 10%; el más largo pero tendido Affoux (hasta el cruce del km 2,5); Croix de Part, que tiene 5 km al 8%; y Aveize, con algo más de 5 km al 6-7%, para ya en la parte final afrontar la irregular subida a St. Christo en Jarez, no puntuada, y la cota de La Jaillière, con casi 2 km al 8% y coronándose a 12 km de la llegada, incluyendo un último repecho a sólo a 2 km de meta. En definitiva, un auténtico «serrucho» con casi 4000 m de desnivel, en un día muy favorable para escapadas y donde si bien los puertos más duros están lejos de meta, siendo probable que los candidatos a la general no se impliquen, ojo a la posibilidad de fuga-bidón si ningún equipo puede o quiere controlar.
La 9ª jornada, con 170 km entre Saint Etienne y Brioude, también es de media montaña, aunque incluyendo menos puertos, si bien el 1º de ellos, Chazourne, también conocido como el muro de Aurec sur Loire, es una buena encerrona, con 3,2 km al 11% según cifras oficiales, destacando un km al 13,5% por el que entra en la lista de km más duros en carrera. Después de esta subida habrá un terreno «pestoso» hasta el siguiente puerto, el más largo pero tendido Guillaumanches, con 8 km finales al 4%, seguido por una zona de cresteo y el descenso hacia Brioude, aunque en lugar de acabar directamente la etapa se hará un bucle con la cota de Saint Just, con 3,6 km al 7,2% de media, como principal dificultad, restando desde la cima 13 km a meta, la mayoría de bajada pero con repecho incluído, pudiendo dar mucho juego. Y como cierre a la 1ª mitad de la prueba, una jornada de casi 220 km entre Saint Flour y Albi, ya en la región de Occitania, teniendo un perfil «rompepiernas», con 4 cotas puntuables, que da opciones tanto a los aventureros como a los velocistas, aunque a priori con ventaja para estos últimos gracias a que los 50 km finales son los más llanos. En la última llegada en esta localidad, en 2013, la etapa se resolvió al sprint (aunque no masivo), imponiéndose Sagan.
SEGUNDA SEMANA
- 11ª etapa (miércoles 17 julio): Albi – Toulouse (167 km) -> perfil / mapa
- 12ª etapa (jueves 18 julio): Toulouse – Bagneres de Bigorre (209,5 km) -> perfil / mapa
- 13ª etapa (viernes 19 julio): Pau – Pau (CRI) (27,2 km) -> perfil / mapa
- 14ª etapa (sábado 20 julio): Tarbes – Bareges / Tourmalet (117,5 km) -> perfil / mapa
- 15ª etapa (domingo 21 julio): Limoux – Foix / Prat d’Albis (185 km) -> perfil / mapa
Después del descanso, etapa de casi 170 km entre Albi y Toulouse, capital histórica del Languedoc, incluyendo varias pequeñas cotas y repechos, el último a 4 de meta, pero de poca dureza, siendo favorable para los sprinters, que ya impusieron su ley en 2008, con triunfo de Cavendish, si bien en 2003 Flecha dio la sorpresa, llegando en solitario a meta. Al día siguiente, turno para la 1ª jornada pirenaica, con 210 km entre Toulouse y Bagnères de Bigorre. La dureza se concentra en los últimos 80 km de la ruta, con los puertos del Peyresourde, todo un clásico de la prueba, con 13,5 km al 7% de media; y Hourquette d’Ancizan -> fotos, que por esta vertiente cuenta con 10,5 km al 7,5% de media, estando lo más duro al inicio de la subida. Una vez coronado, largo descenso hacia Campan, aunque con repecho antes de Payolle, para terminar la etapa con casi 10 km de terreno favorable. Es la 7ª llegada en Bagneres de Bigorre, con los últimos antecedentes en 2008, ganando Ricco … hasta su suspensión por dopaje; y 2013 -> vídeo, con triunfo de Daniel Martin en una etapa que también incluía Hourquette, si bien con mayor dureza previa, y que fue un «coitus-interruptus»: 70 km iniciales de locura pero donde después todo se calmó pese a que Froome estaba sin compañeros. Este año el problema de la etapa es su colocación, justo antes de la CRI, aparte de que la ruta es mejorable con Azet entre Peyresourde y Hourquette, aunque como siempre la última palabra será de los corredores.
La 13ª etapa es a priori una de las más importantes es esta edición. Y es que se trata de la única crono individual de este Tour, con 27 km de perfil quebrado en torno a la ciudad de Pau, siendo bastante complicados los primeros 18 km, con la travesía urbana inicial seguida por cotas de Mazeres, irregular pero con tramos duros, Medout y Esquillot, con un km a más del 7%, mientras que el último tercio, tras el paso por Gan, ya es más sencillo, aunque con varias curvas cerradas antes de meta. Una CRI para corredores completos, capaces de rendir bien en todos los terrenos, aunque siendo la única de la prueba se echa en falta un perfil más llano y sobre todo mayor kilometraje, como mínimo en torno a 40 km. No obstante, este tipo de crono, rondando o por debajo de los 30 km, es por desgracia lo habitual en las últimas ediciones, con los ejemplos de Marsella 2017, con triunfo de Bodnar y Froome sentenciando general, y Espelette 2018, con victoria para Dumoulin, aunque ambas llegaban más tarde, el penúltimo día de carrera.
Después de la crono no habrá descanso para los favoritos, encarando el grueso de los Pirineos, con una 1ª etapa muy corta, de apenas 117 km, pero que incluye 2 grandes puertos: el Col du Soulor -> gráfico desde Asson, con 12 km al 7,6%, y tras su descenso hacia Argeles Gazost, coincidiendo con la vertiente este del Aubisque, y un tramo de 18 km de falso llano ascendente hasta Luz St. Sauveur, el Col du Tourmalet -> perfil por tramos / fotos, el puerto más transitado en la historia del Tour, aunque hasta ahora sólo se había utilizado 2 veces como llegada: 1974 y 2010. Por esta vertiente cuenta con 19 km al 7,4% de media, estando lo más duro al final, con 1,5 km al 10%. En resumen, una subida larga y con tramos muy constantes, pudiendo hacer bastante daño si hay buen ritmo, como ya ocurrió en 2010, con triunfo de A. Schleck tras un gran duelo con Contador -> clasificación / vídeo, si bien la etapa era más dura, tanto por distancia, 174 km, como por puertos, con Marie Blanque antes del Soulor. En ese sentido, es incomprensible que un año más sigan sin incluir Viscos (hasta el km 4), la vertiente norte de Luz Ardiden y que habría encajado perfecto antes del Tourmalet, formando un gran encadenado y con un kilometraje más serio -> alternativa.
Como última etapa en los Pirineos y cerrando una 2ª semana más corta de lo habitual, jornada de 185 km entre Limoux y Prat d’Albis, en las cercanías de Foix. Durante la 1ª mitad de la ruta lo más reseñable es la subida al Col Montsegur, con 5 km finales al 7% de media, pero tras el paso por Tarascon sur Ariège la ruta se endurece con el encadenado del Port de Lers, con 11,4 km al 7%, y el Col de Péguère -> fotos, temido por sus 3,7 km finales al 12% por una vía muy estrecha, para un total de 9,4 km al 7,9%. Ya coronado, a 38 km de meta, largo descenso (desde el km 3,5 del perfil) hacia la localidad de Foix, aunque en lugar de terminar ahí la etapa, como en 2017, se afrontará la inédita subida final a Prat d’Albis (hasta el km 4,5), con casi 12 km al 6,9% de media, destacando la parte central, con un tramo de 4,5 km a más del 9%, mientras que el inicio y final son más suaves. Una jornada exigente, tanto por recorrido como por el desgaste de las etapas previas, si bien la dureza del final puede perjudicar ataques en Peguere. Respecto a los antecedentes, Foix ha acogido etapas en 2008, 2012 y 2017, siendo esta última la mejor con diferencia -> clasificación / vídeo, con la carrera rota desde lejos, destacando el ataque de Contador secundado por Landa y la reacción de Quintana, aunque el triunfo fue para Barguil.
TERCERA SEMANA
- 16ª etapa (martes 23 julio): Nîmes – Nîmes (177 km) -> perfil / mapa
- 17ª etapa (miércoles 24 julio): Pont du Gard – Gap (200 km) -> perfil / mapa
- 18ª etapa (jueves 25 julio): Embrun – Valloire (208 km) -> perfil / mapa
- 19ª etapa (viernes 26 julio): Saint Jean de Maurienne – Tignes (126,5 km) -> perfil / mapa
- 20ª etapa (sábado 27 julio): Albertville – Val Thorens (130 km) -> perfil / mapa
- 21ª etapa (domingo 28 julio): Rambouillet – Paris Champs-Élysées (128 km) -> perfil / mapa
Tras el día de descanso la prueba continúa con una etapa circular de casi 180 km en torno a Nîmes, teniendo un perfil llano y favorable para los sprinters, que ya dominaron las dos últimas llegadas: 2008, con triunfo de Cavendish; y 2014, venciendo Kristoff. De todos modos, ojo a la posibilidad de abanicos. La siguiente etapa, con 200 km entre Pont du Gard y la localidad de Gap, ya en el departamento de Altos Alpes, se puede considerar de media montaña, con el tendido Col de Mevouillon a mitad de la ruta y sobre todo el Col de la Sentinelle, que cuenta con 5,2 km al 5-6%, coronándose a 8,5 km de meta. Un día impredecible, pudiendo resolverse con una fuga lejana, un ataque en el último puerto o mediante un sprint reducido. Respecto a los antecedentes, aunque Gap ha acogido otras 6 llegadas desde 2003, la última en 2015 con victoria de Plaza, la única de ellas con Sentinelle como último puerto fue en 2006 -> vídeo, con triunfo de Fedrigo tras una escapada.
En la jornada 18ª, turno para la etapa reina de esta edición (al menos por kilometraje y dureza), con casi 210 km entre Embrun y Valloire, en plena vertiente norte del Galibier, incluyendo, además de una cota inicial de 4 km al 5% media, tres puertos clásicos del Tour: el Col de Vars, con los 5 km finales a casi el 9%; el Col d’Izoard -> últimos 14 km / fotos, precioso puerto con más de 1000 m de desnivel y los últimos 7,5 km rondando el 9% (salvo por la bajada de la Casse Déserte); y el Col du Galibier por Briancon-> fotos, muy tendido hasta el Lautaret, con un largo falso llano precediendo a un tramo de 10 km al 5%, pero que desde el cruce hasta la cima tiene con 8,5 km finales al 7%, con un último km muy duro. Una vez coronado, a más de 2600 m de altitud, fuerte descenso hasta Valloire (km 17), con una primera parte muy técnica y que puede resultar tan o más decisivo que la propia subida. Una jornada muy exigente, aunque por el tipo de puertos y los valles intermedios dependerá mucho de la actitud de los ciclistas, pudiendo verse un gran espectáculo si se muestran valientes y combativos … o decepcionante si los favoritos prefieren no moverse desde lejos y guardar fuerzas para los días siguientes.
En cuanto a las llegadas previos, el único final en Valloire tuvo lugar en 1972, con una «mini-etapa» (formaba parte de un doble sector) que partía desde Briancon, logrando la victoria Merckx. Ya más recientemente, en 2011, hubo una etapa de características similares a la de este año, aunque con el espectacular Agnello en lugar de Vars y acabando en la cima del Galibier, imponiéndose A. Schleck tras haber atacado en el Izoard a más de 60 km de meta, dando una auténtica exhibición -> clasificación / vídeo, con Voeckler, que logró salvar el liderato, y Evans, que tiró sin mirar atrás durante los últimos 10 km, como los otros triunfadores de la jornada.
Volviendo al Tour 2019, tras la jornada de Valloire continua la alta montaña, con una etapa de 126 km entre Saint Jean de Maurienne y la estación de esquí de Tignes, incluyendo varios pequeños puertos, entre los que destaca Aussois, con un tramo de 5 km al 6,7% de media, antes del espectacular Col de l’Iseran -> otro perfil / fotos, que tiene unas cifras de 13 km finales al 7,5%, alternando tramos de 3-4 km duros con sendos descansillos, siendo el puerto natural asfaltado más alto de los Alpes gracias a sus 2770 m de altitud. Ya coronado, a 37 km del final de la etapa, rápido descenso hacia Val d’Isére, donde habrá una zona llana en torno al lago Chevril antes de la subida a Tignes / Val Claret (desde km 11,2), con 7,4 km al 7% según el perfil oficial, incluyendo un inicio y final duros, con la pancarta de puerto a 2 km de meta, siendo este tramo llano. Valorando el trazado, lo mejor es la recuperación del Iseran, que por esta vertiente no se subía desde 1963, formando un interesante enlazado con Tignes, mientras que en el lado negativo está el kilometraje y la falta de un gran puerto antes del Iseran, que podría haber sido Mont Cenis con otro diseño del bloque.
Como última jornada de montaña, etapa corta pero exigente, con salida desde localidad de Albertville, sede de los Juegos Olímpicos de invierno 1992, y llegada en la estación de esquí de Val Thorens. Los corredores tendrán que superar los puertos de Cormet de Roselend, con 20 km de subida y más de 1200 m de desnivel; y Longefoy / Col du Tra, con un primer tramo de 7 km al 7,5%, suavizando arriba, y descenso muy técnico lleno de curvas de herradura, antes de un pequeño llano previo a Moutiers, localidad de inicio de la interminable subida final a Val Thorens (falta último km) -> perfil oficial, con más de 33 km al 5,5% de media. La pendiente es muy irregular durante gran parte de la subida, alternando tramos duros, con una zona de 3 km al 8,7% en la parte inicial, con descansillos y pequeños descensos, para en los últimos 10 km estabilizarse al 6-7%. En total, 380 de coef. APM, estando en la lista de puertos más duros en carrera (>300 APM), algo que en este Tour, con mucha media montaña pero no tantos grandes puertos, solo consigue otra subida: el mítico Tourmalet.
Globalmente, la etapa acumula casi 4000 m de desnivel en sólo 130 km, pudiendo haber sorpresas si hay buen ritmo, aunque la exigencia del subida final puede condicionar las jornadas previas. El único antecedente de Val Thorens data del año 1994, con triunfo de Cacaíto por delante de Ugrumov -> clasificación / vídeos, si bien los puertos anteriores eran más duros, Glandon y Madeleine, aunque a cambio la subida a Val Thorens se hacía por una variante inicial más blanda, acabando luego en la cota 2280 m. Y como cierre de la prueba, después de un largo traslado desde los Alpes hasta París, la clásica etapa con múltiples pasos por el circuito de los Campos Elíseos -> perfil, en esta caso con salida desde Rambouillet y un total de 128 km, con 8 vueltas y medio al circuito. Una jornada muy favorable para los sprinters, teniendo que remontarse a 2005 para ver triunfar un ataque, Vinokourov, y que como es habitual servirá de homenaje para todos los ciclistas que hayan logrado completar las 3 semanas de carrera. Eso sí, aclarar que tendrá un horario distinto al resto de jornadas, ya que comenzará a las 18.10 h y no terminará hasta pasadas las 21.00 h
- Libro de ruta (PDF 162 MB) / Reglamento (PDF 2 MB)
En definitiva, un recorrido donde los organizadores han apostado por incluir muchas etapas con alicientes, repartiendo la montaña, ya sea media o alta, a lo largo de toda la prueba y habiendo menos jornadas llanas de lo habitual … pero donde a cambio no hay etapas de gran fondo (salvo Valloire), con 3 de las de alta montaña teniendo apenas 120-130 km y sin ninguna jornada que se acerque a los 5000 m de desnivel. Y tampoco ayuda su colocación, con las llegadas en alto cerrando los bloques, lo que suele provocar conservadurismo en la etapa de inicio. Otro tanto sucede con las cronos, de solo 27 km tanto la CRE como la individual, una distancia rídicula para ser la única CRI, traicionando la historia Tour, donde históricamente las cronos largas jugaban un papel fundamental.
Todo ello unido hace que parezca un Tour «vueltizado», primando la explosividad sobre el fondo, si bien con grandes diferencias en el tema de los finales en alto, con 5 llegadas de este tipo frente al doble que ha habido en la Vuelta en los últimos años, ya que la mayoría de jornadas de media montaña, que a priori son lo más interesante, acaban tras descenso. En cualquier caso, como siempre la última palabra será de los corredores. Y aunque el recorrido global sea claramente mejorable, terreno hay para ver un buen espectáculo si se muestran combativos desde el primer día, sin dejarlo todo para el bloque alpino.
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