MILAN SAN REMO 2018

Este sábado se disputa la 109ª edición de la Milano-Sanremo, también conocida como “la Classicissima o “la clásica de la primavera”, y el primero de los 5 monumentos ciclistas, siendo una de las carreras de un día más importantes de la temporada, manteniendo su fecha clásica, a la que regresó en 2016 después de varios años celebrándose el domingo, y el recorrido de las últimas ediciones, con el Turchino, Capo Berta, Cipressa y Poggio como únicas cotas de entidad antes de la llegada en la Via Roma, aunque ojo a las condiciones meteorológicas, estando previsto lluvia.

Historia

La edición inaugural de la Milán-San Remo, organizada por La Gazzetta dello Sport, tuvo lugar el 14 de abril de 1907, con un recorrido de 288 km y victoria del francés Lucien Petit-Breton tras más de 11 horas sobre la bicicleta. Desde entonces la carrera sólo ha dejado de celebrarse en 1916 y en 1944-45, debido a la 1ª y 2ª Guerra Mundial. La edición más mítica durante los primeros años fue la de 1910, cuando bajo un tiempo infernal, con frío y lluvia durante toda la prueba, sólo 4 corredores de los 63 que habían tomado la salida pudieron terminar la carrera, con triunfo para Eugène Christophe. También histórica fue la edición de 1946, en la que el gran Fausto Coppi se impuso con más de 14 minutos de ventaja tras recorrer los últimos 150 km en solitario.

Ya más recientemente, destaca la edición de 1992 -> vídeo completoúltimos km, con victoria para Sean Kelly tras un descenso “kamikaze” del Poggio, en el que consiguió neutralizar el ataque previo de Moreno Argentin, así como las ediciones de 2008 -> vídeo, cuando Fabian Cancellara se impuso en solitario tras un ataque a 2 km de la llegada, siendo el primero en lograrlo desde 1997; 2011, con la carrera rota desde muy lejos (en parte por varias caídas en el descenso de Le Manie) y 30 km finales espectaculares, con victoria de Mathew Goss por delante de Cancellara y Gilbert; y 2013, cuando la nieve obligó a neutralizar parte de la ruta, jugándose finalmente la victoria un grupo de 7 corredores, con triunfo de Gerald Ciolek tras superar en el sprint a Sagan y el propio Cancellara.

Los grandes dominadores del palmarés son los corredores italianos, con 50 victorias, destacando los 6 triunfos de Costante Girardengo, el cual además consiguió otros 5 podios, llegando a estar 10 años seguidos sin bajar del “cajón” (de 1917 a 1926); y las 4 victorias de Gino Bartali, con nada menos que 11 años de diferencia entre la 1ª y la última (de 1939 a 1950). Sin embargo, es el belga Eddy Merckx, “el caníbal”, quien tiene el récord de triunfos en la prueba, con 7 victorias repartidas entre 1966 y 1976. Ya en los últimas décadas sobresale el alemán Eric Zabel, con 4 victorias entre 1997 y 2001, además de otros 2 podios.

En el caso de los corredores españoles, durante todo el siglo XX el único que consiguió subir al podio fue Miguel Poblet, el primer gran clasicómano español, con victorias en 1957 y 1959, además de un 2º puesto en 1958. Pero en los últimos años destaca sobremanera Oscar Freire, retirado en 2012 y que con sus 3 triunfos, en 2004, 2007 y 2010 (más un podio anterior en el año 2000) es el corredor más laureado de la prueba en los que llevamos de siglo XXI.

El año pasado el triunfo fue para Michal Kwiatkowski (Sky), que tras una parte final muy emocionante, la mejor de los últimos años gracias al tremendo ataque en el Poggio del eslovaco Peter Sagan, batió en el sprint al corredor de Bora y al francés Julian Alaphilippe, siendo una de las imágenes de la temporada. A 5 segundos llegó el grupo principal, con unos 50 corredores, encabezado por Alexander Kristoff, volviendo a demostrar que cuanto más fondo exija una prueba mejor para sus condiciones, y Fernando Gaviria.

La resolución de la prueba en 2017, con Kwiatkowski, Sagan y Alaphilippe. Foto de Tim de Waele / TDWSport, galería en Cyclingnews

Recorridos

Las principales características de la prueba son el largo kilometraje, rozando los 300 km, siendo con mucha diferencia la carrera de mayor longitud que se disputa actualmente, y un trazado con escasas dificultades orográficas y en general poco exigentes (aunque varias de ellas situadas en la parte final), lo que la convierte en el Monumento más favorable para los sprinters. De todos modos, no siempre ha sido una carrera propicia para los velocistas. Y no porque antiguamente hubiera mayor cantidad de repechos o más duros (todo lo contrario), sino porque la forma de correr, más ofensiva que la actual, el peor estado de las carreteras, el tipo de bicicletas y la diferente preparación de los ciclistas hacía que los sprints masivos fueran muy poco habituales, triunfando escapadas lejanas y corredores que podían no tener una gran punta de velocidad.

De hecho, durante muchos años la única subida reseñable fue el Passo del Turchino, que afrontado por el norte no pasa de ser un 3ª, colocado además muy lejos de meta. Pero a medida que la carrera fue resultando cada menos selectiva la organización fue endureciendo la ruta para evitar que grandes pelotones se jugaran la victoria al sprint, añadiendo diversas cotas. De este modo, en 1960 incluyeron el Poggio, una subida sin mayor dificultad (3,7 km al 3,7 %) pero cuya cercanía a la llegada y el hecho de que se afronte con muchos km en las piernas la convierten en decisiva, teniendo además un descenso bastante técnico. En 1982 le llegó el turno a la Cipressa, una cota algo más exigente (5,6 km al 4,1%) aunque situada a mayor distancia de meta. Desde esa edición el recorrido se mantuvo prácticamente inalterable durante más de 25 años.

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El recorrido típico desde 1982 hasta 2007, aunque en 2001 y 2002 no se pasó por el Turchino

Hasta que hace unos años, en la edición de 2008, los organizadores, forzados por el exceso de llegadas masivas a finales de la década de los 90 y principios del 00, endurecieron de nuevo la ruta, añadiendo la cota de Le Manie, mucho más exigente que Cipressa y Poggio, con 4,7 km al 6,7%, aunque situada a 95 km de meta. Ese mismo año también variaron la calle donde finalizaba la prueba, pasando de la Via Roma a Lungomare Italo Calvino, lo que alejó la cima del Poggio de meta, pasando de 5,7 km a 6,2 km. Y el aumento de dureza funcionó, ya que en los años siguientes la mayor parte de ediciones se resolvieron mediante un ataque o al sprint en un pequeño grupo de corredores (2008, 2011, 2012 y 2013), aunque tampoco se eliminaron por completo las llegadas masivas (2009 y 2010), volviendo a ser una carrera imprevisible y con opciones para corredores de diferentes características.

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El recorrido entre 2008 y 2013, con Le Manie a 94 km de meta (en 2013 se recortó por la nieve)

No obstante, desde hace ya mucho tiempo se venía rumoreando con la inclusión de una nueva cota cerca de meta, la Pompeiana, algo más rompedora que Cipressa y Poggio, con 4,8 km al 5,2% de media (incluyendo un tramo de 400 m al 9,5%), y situada justo entre ambos. Y aunque el estreno de Le Manie pareció enfriar el interés de los organizadores, los rumores volvieron a aumentar en los años siguientes … hasta que en septiembre de 2013 se confirmó la noticia: la Milán San Remo cambiaba su recorrido para 2014, estrenandose la Pompeiana y eliminando precisamente Le Manie, acumulando una dureza similar (incluso algo inferior) pero mucho más concentrada en la parte final de la ruta, generando una gran polémica, con opiniones tanto negativas como positivas.

Sin embargo, finalmente no incluyeron ninguna de las 2 cotas, ni Pompeiana ni Le Manie. La explicación oficial sobre la Pompeiana fue el mal estado de la carretera debido a las lluvias, no pudiendo garantizar la seguridad de los corredores, pero en el caso de Le Manie no aclararon nada, dejando un recorrido idéntico al de la mayoría de ediciones de 1982 a 2007. Lo más surrealista es que los organizadores dijeron que lo de Pompeiana sólo era un retraso, quedando pendiente su estreno para 2015 … y ambas cotas volvieron a quedar fuera del trazado, sin que de nuevo dieran explicaciones sobre Le Manie, con el único cambio respecto a 2014 del regreso a la Via Roma como final de la prueba, acercando el Poggio a meta, manteniendo una ruta casi idéntica desde entonces.

Recorrido Milán San Remo 2018

 

Dificultades montañosas:

  • Passo del Turchino (km 145,2):  532 m – 3,2 km – 4,3 %
  • Capo Berta (km 255,6):  130 m – 2,5 km – 5 %
  • Cipressa (km 272,5):  239 m – 5,65 km – 4,1 %
  • Poggio di Sanremo (km 288,6):  160 m – 3,7 km – 3,7 %

Los primeros 120 km, casi siempre en dirección sur, no tienen ninguna dificultad reseñable, pero a partir de la localidad de Ovada la carretera empieza a picar hacia arriba en busca de Campo Ligure y el Passo del Turchino, aunque por esta vertiente se trata de una subida muy tendida, siendo prácticamente un falso llano a excepción de los 2 últimos km, que ya si alcanzan cierta dureza, con un 5% de media. De todos modos, más complicado que la ascensión puede resultar el propio descenso, sin mucha pendiente pero revirado y de bastante longitud, pudiendo ser peligroso para un pelotón, sobre todo con el asfalto mojado.

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La suave vertiente norte del Passo del Turchino. Perfil de Cyclingcols

Una vez terminado el descenso, en las afueras de la ciudad de Génova y ya junto a las costas del Mediterráneo, hay 2 pequeños repechos antes de llegar a la localidad de Varazze, donde se inicia un tramo de 65 km casi completamente llano, con Savona y Finale Ligure como localidades de paso más importantes, hasta llegar a los alrededores de Laigueglia, población en torno a la cual, durante el mes de febrero, se celebra la carrera homónima: el Trofeo Laigueglia, perteneciente a la categoría 1.HC del circuito europeo de la UCI, este año con triunfo para Fabio Felline.

Volviendo al recorrido de la Milan – San Remo, una vez que se deja atrás Laigueglia se inicia el encadenado de los “Tres Capos”, si bien los 2 primeros, Capo Mele y Capo Cervo, son subidas cortas y muy tendidas. Algo más exigente resulta la subida a Capo Berta, con 2,5 km al 5% según las cifras oficiales (aunque de acuerdo a otros fuentes es más empinado, con 2 km al 6,5%), pudiendo estirar mucho el pelotón si la velocidad es alta e incluso quedando ya cortados algunos corredores, ya sea por falta de fuerzas o por haber cumplido el trabajo asignado por su equipo.

Después de estas cotas hay un pequeño tramo llano hasta llegar a San Lorenzo al Mare, localidad donde se abandona la Via Aurelia para afrontar la Cipressa -> perfil cada 200 m, una subida que con 4 km al 5% de media (sin contar el falso llano de la cima) y varias zonas al 7% suele hacer daño cuando el ritmo es elevado, siendo un punto clave para eliminar gregarios. Asimismo, los corredores no pueden despistarse en la bajada -> vídeo del descenso, con bastante pendiente y alguna curva complicada, aunque la carretera está en perfectas condiciones

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Los perfiles y datos oficiales de la Cipressa y el Poggio di Sanremo

Terminado el descenso, ya de vuelta en la Via Aurelia, hay 9 km llanos hasta el inicio de la subida más famosa e icónica de la prueba: el Poggio di San Remo -> perfil cada 200 m / vídeo. Se trata de una ascensión corta y muy tendida, pero el desgaste acumulado, con mas de 280 km en las piernas, y la gran velocidad de subida, con habitualmente muchos ataques, provocan que se haga más dura de lo que indican sus cifras, aunque por supuesto también es clave el ritmo previo. La zona más exigente está poco antes de coronar, con 400 m al 6% y rampas máximas del 8%, siendo el lugar donde normalmente se produce la selección definitiva.

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La parte final, con Cipressa y Poggio antes de la meta en Via Roma

Y al igual que en la cota previa, atención al complicado descenso -> vídeo, de nuevo algo más inclinado que la subida (aunque en este caso sin llegar al 5% de media) y con varias curvas cerradas, siendo clave para la resolución de la carrera en varias ediciones. Desde el final de la bajada hasta meta restarán sólo 2,3 km, la mayoría en línea recta pero con un “zig-zag” ya dentro del último km, con una curva de 90º a izquierdas seguida por otra a derechas, que puede dificultar la colocación de los corredores en caso de sprint masivo, si bien la recta de meta, situada de nuevo en la Vía Roma, tiene más de 700 m, con sólo un ligerísimo curveo a medio km del final.

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El plano de los últimos km, con el Poggio y el pequeño llano hasta meta

Analizando los resultados desde finales de la década de los 90, hay una aplastante mayoría de ediciones que se resolvieron al sprint. Y en muchas ocasiones en un grupo bastante numeroso para una prueba de este tipo, superando los 30 corredores. Sin embargo, a partir de 2008 cambió la tendencia, con 4 ediciones en 6 años en las que la prueba se decidió con un sprint muy reducido, con menos de 10 corredores en el grupo de cabeza, e incluso un triunfo en solitario (Cancellara en 2008). ¿Y que tuvieron de diferente esas ediciones? La presencia de Le Manie, que si bien estaba muy lejos de meta hacía la carrera más selectiva. Sólo hay que ver que a excepción del año pasado, desde que han quitado esta cota la prueba ha vuelto a decidirse en grupos de unos 30 corredores … y por las caídas, que si no en 2016 habrían sido bastantes más.

En ese sentido, creemos que dejar fuera Le Manie, que tanto juego había dado para hacer más entretenida la carrera, con bonitas persecuciones y aumentando las opciones de los ciclistas atacantes, es un error, sobre todo teniendo en cuenta que no se ha añadido ninguna otra subida para compensar su ausencia. Y posibilidades hay muchas, ya que la zona está llena de pequeñas cotas. Por ejemplo la Civezza, con 5,4 km al 4,8% de media y que estaría situada antes de la Cipressa, favoreciendo los ataques y que la batalla entre los favoritos se desatara antes de lo habitual, pero a su vez manteniendo una zona para reagrupamientos en caso de parón de los escapados, por lo que los sprinters aún tendrían posibilidades. Y reduciendo además el riesgo de caídas, al llegar un grupo más seleccionado a la parte final, sin un pelotón tan numeroso al pie de Cipressa como en los últimos años.

Alternativa para la parte final con la cota de Civezza entre Capo Berta y la Cipressa

Una opción más dura sería incluir la ya polémica Pompeiana, que si bien es cierto cambiaría bastante el perfil de los últimos 40 km, haciendo que fuera más selectivo y eliminando las opciones de los sprinters puros, seguiría siendo una carrera propicia para rodadores y gente con mucha punta de velocidad, además de aumentar las opciones de otros clasicómanos más escaladores, e incluso de los vueltómanos, ampliando el abanico de posibles ganadores, lo que sería un reflejo fiel de la historia de la prueba. De todos modos, no cabe duda de que comparado con el trazado actual sería un cambio muy brusco, quizás demasiado, por lo que nuestra opción preferida es la Cipressa.

El perfil de los últimos 65 km en caso de incluir Pompeiana, como estaba anunciado en 2014

Una opción intermedia entre el recorrido actual y las opciones más duras, sería mantener el número de cotas pero siendo éstas más rompedoras, por ejemplo sustituyendo los modestos Capo Mele y Capo Cervo por Castello / Colla Miceri (subido en el Trofeo Laigueglia) y Bande di La (2,1 km al 7,5%) -> perfil resultante, dos subidas cortas pero exigentes y que apenas aumentarían la distancia total de la prueba, lo que permitía recuperar Le Manie sin pasarse de kilometraje ni tener que cambiar la salida. Siguiendo esa línea, otra de las posibilidades sería sustituir Capo Berta por Serrata, con 2,7 km al 6-7% (sin contar el falso llano de la cima). Ójala los organizadores se den cuenta de que hace falta algún cambio para que la carrera se lance desde lejos, sin que todo quede para los 10 km finales.

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Participación

Como es habitual en esta prueba, la lista de participantes es excelente, contando con la mayoría de grandes sprinters y clasicómanos, aunque también hay ausencias importantes, como Fernando Gaviria, 5º el año pasado y baja por su caída en Tirreno-Adriático; John Degenkolb, ganador en 2015 y que tuvo que retirarse de París-Niza por una bronquitis; y Dylan Groenewegen, con 5 triunfos en lo que va de temporada. También sorprende que no estén Wellens y Benoot, dos corredores en plena forma y que rinden muy bien con lluvia. En total, serán de la partida 25 equipos, los 18 World Tour y 7 Continentales Profesionales, completando un pelotón de 175 corredores.

Aunque el resultado final es impredecible, ya que cualquier incidente en la parte final puede resultar decisivo, a priori el gran favorito es Peter Sagan (Bora Hansgrohe), 2º en 2013 y el año pasado, además de 4º en 2012 y 2015, y que busca lograr por fin la victoria en esta carrera, en principio perfecta para sus características pero que hasta ahora, pese a ser protagonista en varias ediciones, por unos motivos u otros se le ha escapado. Tiene la ventaja respecto a otros años de llegar con un mejor equipo, incluyendo como escuderos a Daniel Oss y Marcus Burghardt, mientras que su mayor hándicap es de nuevo ser la rueda a seguir, con la duda de si atacar o esperar al sprint.

En caso de que haya una llegada numerosa, sus grandes rivales pueden ser Arnaud Demare (FDJ), vencedor en 2016, aunque no sin polémica, y 6º el año pasado, habiendo brillado en la reciente París-Niza y terminado 2º en Kuurne; Alexander Kristoff (UAE Emirates), ganador en 2014 y 2º en 2015, llevando 5 ediciones seguidas entre los 8 primeros, y con 2 triunfos en lo que va de temporada; Elia Viviani (Quick Step), top-ten en 2017 y que llega en plena forma, con 5 victorias este año, siendo la baza al sprint de su equipo tras la baja de Gaviria; Michael Matthews (Sunweb), podio en 2015, si bien su estado de forma, tras la caída sufrida en OHN es una incógnita, no habiendo corrido desde entonces; Sonny Colbrelli (Bahrain), top-10 varias ediciones y este año podio Kuurne y Dubai; Caleb Ewan (Mitchelton Scott), 10º el año pasado, cuando debutó en la prueba, y con 2 victorias esta temporada, aunque en la reciente Tirreno no dio buenas sensaciones; Magnus Cort Nielsen (Astana), rondando el top-ten en 2017 y que al igual que la mayoría de su equipo ha empezado este año a tope, incluyendo etapa en Omán y podio Dubai; Andre Greipel (Lotto Soudal), que busca romper su «maldición» en esta carrera; y Mark Cavendish (Dimension Data), ganador en 2009 y 5º en 2014, aunque llega a esta edición con problemas físicos, tras su caída en Tirreno.

También con claras opciones, sobre todo si la carrera se rompe en el Poggio y se juega la victoria un grupo reducido: Michal Kwiatkowski, vigente ganador de la prueba y que viene de imponerse en Algarve, con 2 etapas, y Tirreno Adriático, y su compañero de equipo Gianni Moscon, podio y 5º el año pasado en monumentos de características tan distintas como Giro de Lombardía y París-Roubaix (Sky); Julian Alaphilippe, podio en 2017 y entre los protagonistas en la reciente París-Niza, siendo a priori de los pocos capaces de romper el pelotón en el Poggio, y Philippe Gilbert, 3º en 2008 y 2011, además de top-ten en otras 2 ediciones, y que este año ha sido también podio en Murcia y Le Samyn (Quick Step); Greg Van Avermaet (BMC), 5º en 2016 y protagonista en 2011, siendo atrapado cerca de meta, aunque tras su espectacular 2017 su inicio de año ha sido decepcionante; Matteo Trentin (Mitchelton), 10º en 2016 y que completó un gran final de 2017; Jasper Stuyven, 4º en Omloop Het Nieuwsblad y brillando también en Kuurne, y Fabio Felline, aunque no ha empezado bien la temporada (Trek Segafredo); Tony Gallopin (Ag2r), top-ten 2015 y este año ganador Besseges y podio en Provenza; Alexei Lutsenko, vencedor en Omán, y su compañero de equipo Luis León Sánchez, ganador en Murcia, podio en Comunidad Valenciana y también protagonista en Andalucía y París-Niza (Astana).

Otros corredores importantes: Jurgen Roelandts, podio en la edición de 2016, Damiano Caruso, 2º en Tirreno, Alberto Bettiol, Jean Pierre Drucker y el veterano Fran Ventoso (BMC); Ben Swift, podio en 2 ediciones, y Diego Ulissi, 4º en Down Under (UAE Emirates); Tom Dumoulin, aunque viene de sufrir una caída, Edward Theuns y Nikias Arndt (Sunweb); Vincenzo Nibali, podio en la edición de 2012, Heinrich Haussler, 2º en el año 2009 y Matej Mohoric, ganador GP Artigianato (Bahrein); Sacha Modolo, top-ten en la edición de 2014, y Matti Breschel (Cannondale);  Lukasz Wisniowski, 2º en OHN, Ian Stannard, 6º en 2013, Dylan Van Baarle, y Luke Rowe (Sky); Oliver Naesen, con Flandes en el punto de mira, Alexis Vuillermoz, 2º en Haut Var y 4º en Ardeche, Cyril Gautier y Alexis Gougeard (Ag2r); Michael Valgren, ganador OHN, y Oscar Gatto (Astana); Marcel Kittel, aunque difícil que pase las cotas, Nathan Haas, 5º en Tour de Omán, y Simon Spilak, que rinde bien con mal tiempo (Katusha); Juanjo Lobato, rozando podio en 2014, Marco Canola, 2º GP Artigianato (Vini Fantini); Daryl Impey, ganador Down Under (Mitchelton); Jens Keukeleire y Jens Debusschere (Lotto Soudal); Daniele Bennati y Carlos Barbero (Movistar); Ariel Richeze (Quick Step); Christophe Laporte (Cofidis); Danny Van Poppel (Lotto Jumbo); Jacub Mareczko (Willier Triestina) y Davide Cilomai (FDJ).

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En cuanto a la retransmisión televisiva, la carrera se podrá seguir en directo a través de Eurosport, conectando a las 14.30 h y con la llegada prevista en torno a las 17.10 h -> enlaces en steephill.tv / cyclingfans.

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Un comentario en “MILAN SAN REMO 2018

  1. Enlazamos un vídeo con la retransmisión de la carrera (últimos 25 km), muy floja hasta mitad de la subida al Poggio … pero con un final espectacular gracias a Vincenzo Nibali, que se convierte en el primer corredor desde Furlan (1994) en ganar “la Classicissima” tras un ataque en solitario en el Poggio:

    Saludos.

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