MILAN SAN REMO 2017

Este sábado se disputa la 108ª edición de la Milano-Sanremo, también conocida como “la Classicissima o “la clásica de la primavera”, y el primero de los 5 monumentos ciclistas, siendo una de las carreras de un día más importantes de toda la temporada, manteniendo tanto su fecha clásica, a la que regresó en la pasada edición después de varios años celebrándose el domingo, como un recorrido idéntico al programado en 2016, con el Turchino, Capo Berta, Cipressa y Poggio como únicas cotas de cierta entidad antes de la llegada en la Via Roma.

Historia

La edición inaugural de la Milán-San Remo, organizada por La Gazzetta dello Sport, tuvo lugar el 14 de abril de 1907, con un recorrido de 288 km y victoria del francés Lucien Petit-Breton tras más de 11 horas sobre la bicicleta. Desde entonces la carrera sólo ha dejado de celebrarse en 1916 y en 1944-45, debido a la 1ª y 2ª Guerra Mundial. La edición más mítica durante los primeros años fue la de 1910, cuando bajo un tiempo infernal, con frío y lluvia durante toda la prueba, sólo 4 corredores de los 63 que habían tomado la salida pudieron terminar la carrera, con triunfo para Eugène Christophe. También histórica fue la edición de 1946, en la que el gran Fausto Coppi se impuso con más de 14 minutos de ventaja tras recorrer los últimos 150 km en solitario.

Ya más recientemente, es muy destacable la edición de 1992 -> vídeo completoúltimos km, con victoria para Sean Kelly tras un descenso “kamikaze” del Poggio, en el que consiguió neutralizar el ataque previo de Moreno Argentin. También son muy recordadas las ediciones de 2008 -> vídeo, cuando Fabian Cancellara se impuso en solitario tras un ataque a 2 km de la llegada, siendo el primero en lograrlo desde 1997; 2011, con la carrera rota desde muy lejos (aunque en parte por varias caídas en el descenso de Le Manie) y 30 km finales espectaculares, con victoria de Mathew Goss por delante de Cancellara y Gilbert; y 2013, cuando una gran nevada obligó a neutralizar parte de la ruta, jugándose finalmente la victoria un grupo de 7 corredores, con triunfo de Ciolek tras superar en el sprint a Sagan y el propio Cancellara.

Los grandes dominadores del palmarés son los corredores italianos, con 50 victorias, destacando los 6 triunfos de Costante Girardengo, el cual además consiguió otros 5 podios, llegando a estar 10 años seguidos sin bajar del “cajón” (de 1917 a 1926); y las 4 victorias de Gino Bartali, con nada menos que 11 años de diferencia entre la 1ª y la última (de 1939 a 1950). Sin embargo, es el belga Eddy Merckx, “el caníbal”, quien tiene el récord de triunfos en la prueba, con 7 victorias repartidas entre 1966 y 1976. Ya en los últimas décadas sobresale el alemán Eric Zabel, con 4 victorias entre 1997 y 2001, además de otros 2 podios.

En el caso de los corredores españoles, durante todo el siglo XX el único que consiguió subir al podio fue Miguel Poblet, el primer gran clasicómano español, con victorias en 1957 y 1959, además de un 2º puesto en 1958. Pero en los últimos años destaca sobremanera Oscar Freire, retirado en 2012 y que con sus 3 triunfos, en 2004, 2007 y 2010 (más un podio anterior en el año 2000) es el corredor más laureado de la prueba en los que llevamos de siglo XXI.

El año pasado, en una accidentada edición en la que hubo que modificar parte del recorrido debido a un desprendimiento de tierras, y donde ya en la parte final se produjeron múltiples caídas, afectando a varios de los favoritos, el triunfo fue para el francés Arnaud Demare, que tras haberse quedado cortado por una caída antes de la Cipressa fue capaz de regresar al grupo (con acusaciones de que habia sido remolcado por el coche de su equipo) e imponerse en el sprint final, muy condicionado por otra caída, en este caso de Gaviria y que Sagan pudo salvar «in extremis», completando el podio Ben Swift y Jurgen Roelandts, con Bouhanni 4º tras un salto de cadena.

El triunfo de Demare en 2016. Foto de milanosanremo.it, click para ver galería

Recorridos

Las principales características de la prueba son el largo kilometraje, rozando los 300 km, siendo con mucha diferencia la carrera de mayor longitud que se disputa actualmente, y un trazado con escasas dificultades orográficas y en general poco exigentes (aunque varias de ellas situadas en la parte final), lo que la convierte en el Monumento más favorable para los sprinters. De todos modos, no siempre ha sido una carrera propicia para los velocistas. Y no porque antiguamente hubiera mayor cantidad de repechos o más duros (todo lo contrario), sino porque la forma de correr, más ofensiva que la actual, el peor estado de las carreteras, el tipo de bicicletas y la diferente preparación de los ciclistas hacía que los sprints masivos fueran muy poco habituales, triunfando escapadas lejanas y corredores que podían no tener una gran punta de velocidad.

De hecho, durante muchos años la única subida reseñable fue el Passo del Turchino, que afrontado por el norte no pasa de ser un 3ª, colocado además muy lejos de meta. Pero a medida que la carrera fue resultando cada menos selectiva la organización fue endureciendo la ruta para evitar que grandes pelotones se jugaran la victoria al sprint, añadiendo diversas cotas. De este modo, en 1960 incluyeron el Poggio, una subida sin mayor dificultad (3,7 km al 3,7 %) pero cuya cercanía a la llegada y el hecho de que se afronte con muchos km en las piernas la convierten en decisiva, teniendo además un descenso bastante técnico. En 1982 le llegó el turno a la Cipressa, una cota algo más exigente (5,6 km al 4,1%) aunque situada a mayor distancia de meta. Desde esa edición el recorrido se mantuvo prácticamente inalterable durante más de 25 años.

El recorrido típico desde 1982 hasta 2007, aunque en 2001 y 2002 no se subió el Turchino

Hasta que hace unos años, en la edición de 2008, los organizadores, forzados por el exceso de llegadas masivas a finales de la década de los 90 y principios del 00, endurecieron de nuevo la ruta, añadiendo la cota de Le Manie, mucho más exigente que Cipressa y Poggio, con 4,7 km al 6,7%, aunque situada a 95 km de meta. Ese mismo año también variaron la calle donde finalizaba la prueba, pasando de la Via Roma a Lungomare Italo Calvino, lo que alejó la cima del Poggio de meta, pasando de 5,7 km a 6,2 km. Y el aumento de dureza funcionó, ya que en los años siguientes la mayor parte de ediciones se resolvieron mediante un ataque o al sprint en un pequeño grupo de corredores (2008, 2011, 2012 y 2013), aunque tampoco se eliminaron por completo las llegadas masivas (2009 y 2010), volviendo a ser una carrera imprevisible y con opciones para corredores de diferentes características.

El recorrido entre 2008 y 2013, con Le Manie a 94 km de meta (en 2013 se recortó por la nieve)

No obstante, desde hace ya mucho tiempo se venía rumoreando con la inclusión de una nueva cota cerca de meta, la Pompeiana, algo más rompedora que Cipressa y Poggio, con 4,8 km al 5,2% de media (incluyendo un tramo de 400 m al 9,5%), y situada justo entre ambos. Y aunque el estreno de Le Manie pareció enfriar el interés de los organizadores, los rumores volvieron a aumentar en los años siguientes … hasta que en septiembre de 2013 se confirmó la noticia: la Milán San Remo cambiaba su recorrido para 2014, estrenandose la Pompeiana y eliminando precisamente Le Manie, acumulando una dureza similar (incluso algo inferior) pero mucho más concentrada en la parte final de la ruta, generando una gran polémica, con opiniones tanto negativas como positivas.

Sin embargo, finalmente no incluyeron ninguna de las 2 cotas, ni Pompeiana ni Le Manie. La explicación oficial sobre la Pompeiana fue el mal estado de la carretera debido a las lluvias, no pudiendo garantizar la seguridad de los corredores, pero en el caso de Le Manie no aclararon nada, dejando un recorrido idéntico al de la mayoría de ediciones de 1982 a 2007. Lo más surrealista es que los organizadores dijeron que lo de Pompeiana sólo era un retraso, quedando pendiente su estreno para 2015 … y ambas cotas volvieron a quedar fuera del trazado, sin que de nuevo dieran explicaciones sobre Le Manie, con el único cambio respecto a 2014 del regreso a la Via Roma como final de la prueba, acercando el Poggio a meta, manteniendo la misma ruta dese entonces.

Recorrido Milán San Remo 2017

Dificultades montañosas:

  • Passo del Turchino (km 142,2):  532 m – 3,2 km – 4,3 %
  • Capo Berta (km 252,6):  130 m – 2,5 km – 5 %
  • Cipressa (km 269,5):  239 m – 5,65 km – 4,1 %
  • Poggio di Sanremo (km 285,6):  160 m – 3,7 km – 3,7 %

Los primeros 120 km, casi siempre en dirección sur, no tienen ninguna dificultad reseñable, pero a partir de la localidad de Ovada la carretera empieza a picar hacia arriba en busca de Campo Ligure y el Passo del Turchino, aunque por esta vertiente se trata de una subida muy tendida, siendo prácticamente un falso llano a excepción de los 2 últimos km, que ya si alcanzan cierta dureza, con un 5% de media. De todos modos, más complicado que la ascensión puede resultar el propio descenso, sin mucha pendiente pero revirado y de bastante longitud, pudiendo ser peligroso para un pelotón, sobre todo con el asfalto mojado.

La suave vertiente norte del Passo del Turchino. Perfil de Cyclingcols

Una vez terminado el descenso, en las afueras de la ciudad de Génova y ya junto a las costas del Mediterráneo, hay 2 pequeños repechos antes de llegar a la localidad de Varazze, donde se inicia un tramo de 65 km casi completamente llano, con Savona y Finale Ligure como localidades de paso más importantes, hasta llegar a los alrededores de Laigueglia, población en torno a la cual, durante el mes de febrero, se celebra la carrera homónima: el Trofeo Laigueglia, perteneciente a la categoría 1.HC del circuito europeo de la UCI, este año con triunfo para Fabio Felline.

Volviendo al recorrido de la Milan – San Remo, una vez que se deja atrás Laigueglia se inicia el encadenado de los “Tres Capos”, si bien los 2 primeros, Capo Mele y Capo Cervo, son subidas cortas y muy tendidas. Algo más exigente resulta la subida a Capo Berta, con 2,5 km al 5% según las cifras oficiales (aunque de acuerdo a otros fuentes es más empinado, con 2 km al 6,5%), pudiendo estirar mucho el pelotón si la velocidad es alta e incluso quedando ya cortados algunos corredores, ya sea por falta de fuerzas o por haber cumplido el trabajo asignado por su equipo.

Después de estas cotas hay un pequeño tramo llano hasta llegar a San Lorenzo al Mare, localidad donde se abandona la Via Aurelia para afrontar la Cipressa -> perfil cada 200 m, una subida que con 4 km al 5% de media (sin contar el falso llano de la cima) y varias zonas al 7% suele hacer daño cuando el ritmo es elevado, siendo un punto clave para eliminar gregarios. Asimismo, los corredores no pueden despistarse en la bajada -> vídeo del descenso, con bastante pendiente y alguna curva complicada, aunque la carretera está en perfectas condiciones

Los perfiles y datos oficiales de la Cipressa y el Poggio di Sanremo

Terminado el descenso, ya de vuelta en la Via Aurelia, hay 9 km llanos hasta el inicio de la subida más famosa e icónica de la prueba: el Poggio di San Remo -> perfil cada 200 m / vídeo. Se trata de una ascensión corta y muy tendida, pero el desgaste acumulado, con mas de 280 km en las piernas, y la gran velocidad de subida, con habitualmente muchos ataques, provocan que se haga más dura de lo que indican sus cifras, aunque por supuesto también es clave el ritmo previo. La zona más exigente está poco antes de coronar, con 400 m al 6% y rampas máximas del 8%, siendo el lugar donde normalmente se produce la selección definitiva.

La parte final, con Cipressa y Poggio antes de la meta en Via Roma (el kilometraje es de 2015)

Y al igual que en la cota previa, atención al complicado descenso -> vídeo, de nuevo algo más inclinado que la subida (aunque en este caso sin llegar al 5% de media) y con varias curvas cerradas, siendo clave para la resolución de la carrera en varias ediciones. Desde el final de la bajada hasta meta restarán sólo 2,3 km, la mayoría en línea recta pero con un “zig-zag” ya dentro del último km, con una curva de 90º a izquierdas seguida por otra a derechas, que puede dificultar la colocación de los corredores en caso de sprint masivo, si bien la recta de meta, situada de nuevo en la Vía Roma, tiene más de 700 m, con sólo un ligerísimo curveo a medio km del final.

El plano de los últimos km, con el Poggio y el pequeño llano hasta meta

Analizando los resultados desde finales de la década de los 90, hay una aplastante mayoría de ediciones que se resolvieron al sprint. Y en muchas ocasiones en un grupo bastante numeroso para una prueba de este tipo, superando los 30 corredores. Sin embargo, a partir de 2008 cambió la tendencia, con 4 ediciones en 6 años en las que la prueba se decidió con un sprint muy reducido, con menos de 10 corredores en el grupo de cabeza, e incluso un triunfo en solitario (Cancellara en 2008). ¿Y que tuvieron de diferente esas ediciones? La presencia de Le Manie, que si bien estaba muy lejos de meta hacía la carrera más selectiva. Sólo hay que ver como en los 3 últimos años, ya sin esta cota en el recorrido, la prueba ha vuelto a decidirse en grupos de unos 30 corredores … y por las caídas, que si no en 2016 habrían sido bastantes más.

En ese sentido, creemos que dejar fuera Le Manie, que tanto juego había dado para hacer más entretenida la carrera, con bonitas persecuciones y aumentando las opciones de los ciclistas atacantes, es un grave error por parte de los organizadores, sobre todo teniendo en cuenta que no se ha añadido ninguna otra subida para compensar, por ejemplo la Pompeiana, que si bien es cierto cambiaría bastante el perfil de los últimos 40 km, haciendo que fuera más selectivo y eliminando las opciones de los sprinters puros, seguiría siendo una carrera propicia para rodadores y gente con mucha punta de velocidad, además de aumentar las opciones de otros clasicómanos más escaladores, e incluso de los vueltómanos, ampliando el abanico de posibles ganadores, lo que sería un reflejo fiel de la historia de la prueba.

El perfil de la parte final en caso de incluir Pompeiana

De todos modos, sin hacer un cambio tan radical y para favorecer que la carrera se lanzara desde más lejos, pensamos que lo más acertado sería endurecer el tramo previo. Y posibilidades hay muchas, ya que la zona está llena de pequeñas cotas. Por ejemplo la Civezza, con 5,4 km al 4,8% de media y que estaría situada justo antes de la Cipressa, facilitando los ataques y que la batalla entre los favoritos se desatara antes de lo habitual, pero a su vez manteniendo una zona para reagrupamientos en caso de parón de los escapados, por lo que los sprinters aún tendrían posibilidades, aunque menos que ahora. Y reduciendo además el riesgo de caídas, al llegar un grupo más seleccionado a la parte final, sin un pelotón tan numeroso como en los últimos años.

Alternativa con la cota de Civezza entre Capo Berta y la Cipressa

Una opción intermedia sería incluir mayor dureza pero sin añadir más cotas, por ejemplo sustituyendo los modestos Capo Mele y Capo Cervo por Castello / Colla Miceri (subido en Trofeo Laigueglia) y Bande di La (2,1 km al 7,5%) -> perfil resultante, dos subidas cortas pero exigentes y que apenas aumentarían la distancia total de la prueba, lo que permitía recuperar Le Manie sin pasarse de kilometraje ni tener que cambiar la salida. Siguiendo esa línea, otra de las posibilidades sería sustituir Capo Berta por Serrata, con 2,7 km al 6-7% (sin contar el falso llano de la cima). En cualquier caso, ya sea con alguna de estas opciones u otra distinta, ójala los organizadores se acaben dando cuenta de que ya no basta sólo con Cipressa y Poggio, siendo necesario algo más para que en condiciones normales la carrera resulte selectiva.

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Participación

Como es habitual en esta prueba, la lista de participantes es a priori magnífica, contando con casi todos los grandes sprinters y clasicómanos, del pelotón, aunque con algunas ausencias llamativas, como las de Andre Greipel y Marcel Kittel, si bien es cierto que ambos tenían escasas opciones de luchar por el podio. En total, serán de la partida 25 equipos, los 18 World Tour y 7 Continentales Profesionales, completando un pelotón de 200 corredores.

Aunque en esta carrera es muy complicado predecir el ganador, ya que cualquier incidente en la parte final puede resultar decisivo, a priori hay dos grandes candidatos: Peter Sagan (Bora Hansgrohe), que busca ganar por fin esta prueba, donde ha sido 2º en 2013, 4º en 2012 y 2015, y no pudiendo luchar por el triunfo en 2016 al quedar taponado por la caída de Gaviria, llegando a esta edición a tope de moral tras sus 2 victorias en Tirreno Adriatico, además del triunfo en Kuurne; y el propio Fernando Gaviria (Quick Step), que en la pasada edición, con sólo 21 años, tuvo opciones de victoria hasta su mencionado accidente en el sprint. Y llega de nuevo en plena forma, con 4 triunfos en lo que va de temporada, si bien con el hándicap de una reciente caída entrenando que le ha afectado a la muñeca derecha, lo que podría lastrarle durante la carrera.

En un escalón inferior, pero también con la vitola de favoritos: John Degenkolb (Trek Segafredo), vencedor en 2015 y top-5 en la edición de 2012, habiendo conseguido este año múltiples puestos de honor aunque sólo una victoria, en el Tour de Dubai; Alexander Kristoff (Katusha Alpecin), ganador en 2014 y 2º en 2015, además de acabar entre los 8 primeros en otras 2 ediciones, y con 4 triunfos en lo que va de temporada; Arnaud Démare (FDJ), vigente ganador de la prueba, aunque no sin polémica, y que llega en plena forma, habiendo realizado una gran París-Niza, con triunfo de etapa incluído el primer día; Michael Matthews (Sunweb), podio en 2015 y que el año pasado, cuando era uno de los grandes candidatos, quedó apartado de la lucha por la victora debido a una caída; Nacer Bouhanni (Cofidis), 4º en 2016, tras un salto de cadena que le impidió lanzar a tope el sprint, y 6º en 2015, llegando a esta edición tras arrasar en la llegada de Nokere Korse; y Mark Cavendish (Dimension Data), ganador en 2009 y 5º en 2014, con la incógnita de si el flojo nivel mostrado en Tirreno fue real o buscó pasar desapercibido de cara a esta prueba.

Otros corredores con opciones, sobre todo si la carrera se rompe en el Poggio y se juega la victoria un grupo más reducido: Greg Van Avermaet (BMC), 5º en la última edición y 9º en 2011, siendo esta temporada el ganador de Omloop Het Nieusblad y 2º en la Strade Bianche; Sonny Colbrelli (Bahrain Merida), top-ten en 2014 y el año pasado, habiendo estrenado su casillero en pruebas World Tour en la reciente París-Niza; Michal Kwiatkowski (Sky), brillante ganador en Strade Bianche y 2º en Algarve; Jasper Stuiven, 2º en Kuurne y 3º en una etapa de Tirreno con final parecido, y Fabio Felline (Trek Segafredo), ganador del Trofeo Laigueglia y 4º en Het Nieuwsblad; Ben Swift (UAE Emirates); podio en 2014 y 2016, aunque lleva un año bastante flojo; Julian Alaphilippe, 5º en Abu Dhabi y París-Niza, con triunfo de etapa incluído, Matteo Trentin, top-10 el año pasado y esta temporada 5º en Kuurne; y Philippe Gilbert, podio en la ediciones de 2008 y 2011 (Quick Step); Edvald Boasson Hagen (Dimension Data), top-ten en la carrera de 2015; Jurgen Roelandts, 3º en la última edición, siendo este año 4º en Murcia, y Tony Gallopin, podio en la Vuelta al Algarve y Estrella de Besseges (Lotto Soudal).

Tampoco se puede descartar a Tom Boonen (Quick Step), podio en 2007 y 2010, siendo 4º en 2006; Elia Viviani, múltiples puestos de honor este año, aunque se le resiste triunfo, Luke Rowe, podio Kuurne y top-6 en OHN y Cadel Evans race, Ian Stannard, 6º en 2013 (Sky); Caleb Ewan, 5 triunfos este año, aunque debuta en monumento, Magnus Cort Nielsen, vencedor en Almería, Michael Albasini y Simon Gerrans, ganador en 2012 (Orica); Juanjo Lobato, rozando el podio en 2014, Primoz Roglic, ganador en Algarve y 4º en Tirreno, y Paul Martens (Lotto Jumbo); Francesco Gavazzi (Androni Gioccatoli), 3º en Etruscos y Ardeche; Tiesj Benoot, podio en Colomer, rozándolo también en Kuurne, Tim Wellens, ganador Tramuntana y Colomer, además de podio Strade Bianche, y Jens Debusschere, podio en Almería (Lotto Soudal); Sacha Modolo, 4º en 2010 y 8º en 2014, Diego Ulissi, ganador Etruscos (UAE Emirates); Tom Dumoulin, podio Abu Dhabi y entre los primeros en S.Bianche y Tirreno, Simon Geschke y Nikias Arndt, vencedor Cadel Evans (Sunweb); Filippo Pozzato (Wilier Triestina), ganador 2006 y 2º en 2008, además de otros top-ten; Niccolo Bonifazio, 5º en 2015, y Giovanni Visconti (Bahrein Merida); Luis León Sánchez, top-12 en 2016 y este año 4º en Algarve, Oscar Gatto, 5º en OHN, Matti Breschel y Alexey Lutsenko (Astana); Sam Bennett (Bora), etapa en Niza; y Jan Bakelants (Ag2r), podio Drôme Classic.

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En cuanto a la retransmisión televisiva, la carrera se podrá seguir en directo a través de Eurosport, conectando a las 14.15 h y con la llegada prevista en torno a las 17.05 h -> enlaces en steephill.tv.

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4 comentarios en “MILAN SAN REMO 2017

  1. Como siempre un placer leer vuestros análisis.Totalmente de acuerdo en todo.El único factor que yo añadiría,como en todas las carreras ciclistas,es la climatología.Si no llueve supongo que la carrera seguirá el mismo patrón de los 2 últimos años.En caso de lluvia ,creo que tendría su influencia en el resultado final

  2. Hola
    Como el Twitter no permite extenderse escribo aquí.Tenía la intuición de que Sagan iba a probarlo en el Poggio para evitar un sprint «masivo» donde sería la rueda a seguir por todos.Lo que no pensaba es que pudiera «destrozar» el grupo de esa forma.En cuanto a la victoria de Kwiato está claro que de los 3 era el menos rápido y ha sabido jugar sus bazas.Una pena por Sagan,pero es tan bueno y tan joven,que es cuestión de tiempo que gane la MSR.
    Saludos

  3. Hola Avelino, gracias por los comentarios.

    Muy de acuerdo en la influencia de la meteorología, especialmente en carreras de un día, aunque desde luego ayer el factor clave acabó siendo Sagan: impresionante su ataque, logrando lo que nadie conseguía en el Poggio desde 2012 (y aquel año el recorrido era más duro, con Le Manie, lo que le da aún más mérito a Sagan). Una pena que luego no consiguiera la victoria, al lanzar demasiado pronto el sprint, algo que ya le había pasado en 2013. Ójala en proximos años pueda por fin ganar.

    Sobre Kwiatkowski, brilla en todos los terrenos, además de ser muy listo. Y parece que este año ha mejorado su punto débil, la irregularidad, enlazando ya varias carreras seguidas a gran nivel. Solo discrepo en lo de que era el menos rápido de los tres: en un sprint llano es rapidísimo, más que Alaphilippe (además de a Sagan, ha ganado a corredores como Matthews y Valverde). Distinto son las llegadas en repecho, donde el francés sí tiene ventaja sobre Kwiato.

    Aprovechamos para enlazar un vídeo con la parte final (últimos 23 km):

    Saludos.

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