El sábado 19 de Marzo se disputa la edición nº 102 de la Milán – San Remo, prueba también conocida como «la Classicissima» o «la clásica de la primavera». Es una de las carreras de un día más importantes de la temporada, siendo el primero de los 5 monumentos ciclistas.
La edición inaugural de la prueba tuvo lugar en 1907, con victoria para Lucien Petit-Breton, y desde entonces sólo dejó de disputarse en 1916 y en 1944-45, con motivo de la 1ª y 2ª Guerra Mundial. Los grandes dominadores del palmarés son los corredores italianos, con 50 victorias, destacando los 6 triunfos de Costante Girardengo. Sin embargo es el belga Eddie Merckx, «el caníbal», el corredor que tiene el record de triunfos en la prueba, con 7 victorias repartidas entre la década de los 60 y los 70.
En cuanto a los ciclistas españoles, hasta hace pocos años el único que había logrado subir al podium era el gran Miguel Poblet, con triunfos en 1957 y 1959, pero en las últimas ediciones ha emergido la figura de Oscar Freire, que con sus 3 triunfos (2004-2007-2010) se ha convertido en el dominador de la prueba en los que llevamos de siglo XXI.
Este año el propio Oscar Freire (Rabobank) volverá a ser uno de los grandes favoritos, junto con velocistas de la talla de Mark Cavendish -vencedor 2009- (HTC), Alessandro Pettachi -vencedor 2005- (Lampre), Tom Boonen (Quickstep), el tridente del equipo Garmin -Heinrich Haussler, Thor Hushovd y Tyler Farrar-, Juan Jose Haedo (Saxobank), etc. Asi mismo hay otros corredores potentes capaces de sorprender en los últimos km y triunfar en solitario o al sprint en un grupo reducido, destacando Fabian Cancellara -vencedor 2008- (Leopard), Philippe Gilbert (Lotto), Filippo Pozzato -vencedor 2006- (Katusha), Edvald Boasson Hagen (Sky) y Alessandro Ballan (BMC).
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Las principales características del recorrido de la Milán San Remo son el largo kilometraje, cercano a los 300 km, y un trazado con pocas dificultades orográficas y no muy exigentes (aunque la mayoría de ellas situadas en la parte final), lo que la convierte en la gran clásica más favorable para los sprinters.
Sin embargo, no siempre ha sido así. Y no porque el recorrido tuviera mayor cantidad de repechos o más duros (todo lo contrario) sino porque la propia forma de correr, mucho más ofensiva, y la diferente preparación de los corredores hacía que los sprints fueran mucho menos habituales que en la actualidad, triunfando escapadas y corredores que no siempre tenían una gran punta de velocidad.
De hecho, durante muchos años la única subida reseñable fue el Passo del Turchino, que no pasa de ser un 3ª y colocado muy lejos de la línea de meta. Pero a medida que la carrera fue haciéndose cada vez menos selectiva la organización se vio obligada a ir endureciendo el recorrido. Asi, en 1960 incluyeron el Poggio, una cota sin mayor dificultad pero cuya cercanía a la llegada y el hecho de que se afronte con muchos km en las piernas la convierten en decisiva. Y en 1982 llegó el turno de la Cipressa. Desde esa edición el recorrido se mantuvo prácticamente inalterable (perfil 2007) durante más de 25 años, hasta que en la edición de 2008 los organizadores añadieron una nueva dificultad, la cota de Le Manie, más exigente que Cipressa y Poggio pero situada a casi 100 km de la llegada. Ese mismo año también cambiaron la calle donde finalizaba la prueba, pasando de la Via Roma a Lungomare Italo Calvino, lo que provocó un pequeño aumento en la distancia desde la cima del Poggio a meta: de 5,7 km a 6,2 km.
El recorrido de este año es idéntico al de las 3 últimas ediciones, con un inicio completamente llano, el Passo del Turchino y Le Manie a mitad de la prueba para desgastar, y 45 km finales donde se encadenan «los 3 Capos» (Mele, Cervo y Berta), la Cipressa y el Poggio, finalizando la carrera en Lungomare Italo Calvino después de 298 km de recorrido.
A priori, el momento decisivo de la prueba llegará al iniciarse la Cipressa (fotos de la ascensión), siendo muy importante el ritmo que se marque en esta cota y en el posterior llano de cara a que la subida al Poggio (perfil cada 100 m / vídeo) pueda realmente hacer daño y evitar el sprint, ya que por sí solo no resulta rompedor. De hecho sólo tiene un tramo de cierta exigencia y situado justo después de un descansillo: 300 m al 6,7% y rampas máximas del 8% .
Atención también a la bajada del Poggio, con varias curvas complicadas y que en algunas ocasiones ha resultado clave para la resolución de la carrera. Desde el final del descenso hasta meta restarán apenas 3 km, la mayoría en línea recta pero con dos «zig-zags» en los últimos 1500 m que pueden dificultar la colocación de los corredores de cara al sprint.
En las 3 últimas ediciones, todas ellas con el mismo recorrido, la carrera se ha resuelto dos veces al sprint, 2009 y 2010, y en una ocasión, 2008, mediante un ataque en los últimos km … precisamente a cargo de uno de los grandes favoritos este año, Fabián Cancellara, aventajando en 4 segundos a un pequeño grupo de corredores.
- Clasificación 2008 / Vídeo
- Clasificación 2009 / Video
- Clasificación 2010 / Vídeo: parte 1 – parte 2
En cuanto a posibles alternativas, lo cierto es que hay muchas opciones para endurecer el recorrido de la prueba y hacerlo más selectivo, sobre todo en los km finales, ya que la zona cercana a San Remo es muy montañosa. En la Plataforma pensamos que sería bueno añadir algo más de dureza pero siempre que no se cambie la propia idiosincrasia de la carrera, para que los ataques individuales tuvieran más posibilidades de éxito pero sin que ello signifique eliminar las opciones de triunfo de los sprinters, dejando una prueba abierta e impredecible.
En ese sentido nos parecería un acierto la inclusión de alguna cota entre Capo Berta y la Cipressa, como la Civezza (5,4 km al 4,6% pero con una media engañosa debido a un descansillo intermedio), o incluso entre la Cipressa y el Poggio, como la rumoreada Pompeiana, de la que se lleva hablando desde hace varios años y que aumentaría mucho la continuidad de la dureza en los últimos 40 km. En cualquier caso, para que el kilometraje no superara los 300 km habría que suprimir a cambio la cota de Le Manie.
Quizás sería un cambio un poco brusco (sobre todo la Pompeiana, no tanto si el añadido fuera la Civezza), pero también lo fueron en su momento el Poggio y la Cipressa y sin embargo hoy en día son considerados parte del ADN de esta carrera.
No estoy seguro que me recuerdo correctamente, pero ¿hablaron los organizadores hace unos años de querer alargar la carrera año tras año hacia los 400 km?
En el PCM, la Milan San Remo tenia un recorrido alternativo en el que metian la Pompeiana. Metiendola quiza cambie mucho el esquema de la carrera, porque al ritmo que se corre, eliminaria a la gran mayoria de los sprinters, seria mas una prueba para gente como Gilbert, Pozatto…
A mi no me parece mal el recorrido actual. Si continuan metiendo cotas nos vamos a encontrar que la mayoria de las clasicas tienden hacia el mismo recorrido y favoreciendo siempre al mismo tipo de corredor.
Esta es una carrera en la que suele llegar un grupo de 30-50 corredores y la disputan los esprinters que hayan conseguido superar el Poggio, tambien deben tener sus oportunidades. Yo no lo veo mal, ademas siempre deja abierta una posibilidad de que triunfe un ataque final en solitario, tanto en la subida como en la bajada, aunque es dificil.
Hola Paco, muchas gracias por el comentario.
Solo puntualizar que el grupo de 30-50 corredores y que se la disputen los sprinters solo es típico desde el año 1997. De hecho, entre 1959 (última edición sin el Poggio) hasta 1996 solo se produjeron dos llegadas al sprint.
Un saludo.