MILAN SAN REMO 2016

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El sábado 19 de marzo se celebra la 107ª edición de la Milano-Sanremo, también conocida como “la Classicissima o “la clásica de la primavera”, y el primero de los 5 monumentos ciclistas, siendo una de las carreras de un día más importantes de toda la temporada, con la novedad este año de regresar a su fecha habitual, disputándose en sábado en lugar de en domingo, mientras que por el contrario el recorrido es casi idéntico al de 2015, con el Turchino, Capo Berta, Cipressa y Poggio como únicas cotas de cierta entidad antes de la llegada en la Via Roma.

Historia

La edición inaugural de la Milán-San Remo, organizada por La Gazzetta dello Sport, tuvo lugar el 14 de abril de 1907, con un recorrido de 288 km y victoria del francés Lucien Petit-Breton tras más de 11 horas sobre la bicicleta. Desde entonces la carrera sólo ha dejado de celebrarse en 1916 y en 1944-45, debido a la 1ª y 2ª Guerra Mundial. La edición más mítica durante los primeros años fue la de 1910, cuando bajo un tiempo infernal, con frío y lluvia durante toda la prueba, sólo 4 corredores de los 63 que habían tomado la salida pudieron terminar la carrera, con triunfo para Eugène Christophe. También histórica fue la edición de 1946, en la que el gran Fausto Coppi se impuso con más de 14 minutos de ventaja tras recorrer los últimos 150 km en solitario.

Ya más recientemente, es muy destacable la edición de 1992 -> vídeo completoúltimos km, con victoria para Sean Kelly tras un descenso “kamikaze” del Poggio, en el que consiguió neutralizar el ataque previo de Moreno Argentin. También son muy recordadas las ediciones de 2008 -> vídeo, cuando Fabian Cancellara se impuso en solitario tras un ataque a 2 km de la llegada, siendo el primero en lograrlo desde 1997; 2011, con la carrera rota desde muy lejos (aunque en parte por varias caídas en el descenso de Le Manie) y 30 km finales espectaculares, con victoria de Mathew Goss por delante de Cancellara y Gilbert; y 2013, cuando una gran nevada obligó a neutralizar parte de la ruta, jugándose finalmente la victoria un grupo de 7 corredores, con triunfo de Ciolek tras superar en el sprint a Sagan y el propio Cancellara.

Los grandes dominadores del palmarés son los corredores italianos, con 50 victorias, destacando los 6 triunfos de Costante Girardengo, el cual además consiguió otros 5 podios, llegando a estar 10 años seguidos sin bajar del “cajón” (de 1917 a 1926); y las 4 victorias de Gino Bartali, con nada menos que 11 años de diferencia entre la 1ª y la última (de 1939 a 1950). Sin embargo, es el belga Eddy Merckx, “el caníbal”, quien tiene el récord de triunfos en la prueba, con 7 victorias repartidas entre 1966 y 1976. Ya en los últimas décadas sobresale el alemán Eric Zabel, con 4 victorias entre 1997 y 2001, además de otros 2 podios.

En el caso de los corredores españoles, durante todo el siglo XX el único que consiguió subir al podio fue Miguel Poblet, el primer gran clasicómano español, con victorias en 1957 y 1959, además de un 2º puesto en 1958. Pero en los últimos años destaca sobremanera Oscar Freire, retirado en 2012 y que con sus 3 triunfos, en 2004, 2007 y 2010 (más un podio anterior en el año 2000) es el corredor más laureado de la prueba en los que llevamos de siglo XXI.

El año pasado, en una edición que volvió a resolverse al sprint en un grupo de unos 30 corredores, el triunfo fue para el alemán John Degenkolb, que logró su 1ª victoria en un Monumento (semanas después conseguiría la 2ª, al imponerse también en la París-Roubaix) tras superar al noruego Alexander Kristoff, ganador en 2014, y al australiano Michael Matthews, mientras que los grandes animadores de la prueba, el equipo BMC, con ataques de Oss, Gilbert y Van Avermaet, y Geraint Thomas (Sky), que se había marchado con Oss en el llano tras Cipressa, no tuvieron ninguna recompensa.

Degenkolb cruzando victorioso la meta en 2015. Foto Tim de Waele / TDWSport

Recorridos

Las principales características de la prueba son el largo kilometraje, rozando los 300 km, siendo con mucha diferencia la carrera de mayor longitud que se disputa actualmente, y un trazado con escasas dificultades orográficas y en general no muy exigentes (aunque varias de ellas situadas en la parte final), lo que la convierte en el Monumento más favorable para los sprinters. De todos modos, no siempre ha sido una carrera propicia para los velocistas. Y no porque antiguamente hubiera mayor cantidad de repechos o más duros (todo lo contrario), sino porque la forma de correr, más ofensiva que la actual, el peor estado de las carreteras, el tipo de bicicletas y la diferente preparación de los ciclistas hacía que los sprints masivos fueran muy poco habituales, triunfando escapadas lejanas y corredores que podían no tener una gran punta de velocidad.

De hecho, durante muchos años la única subida reseñable fue el Passo del Turchino, que afrontado por el norte no pasa de ser un 3ª, colocado además muy lejos de meta. Pero a medida que la carrera fue resultando cada menos selectiva la organización fue endureciendo la ruta para evitar que grandes pelotones se jugaran la victoria al sprint, añadiendo diversas cotas. De este modo, en 1960 incluyeron el Poggio, una subida sin mayor dificultad (3,7 km al 3,7 %) pero cuya cercanía a la llegada y el hecho de que se afronte con muchos km en las piernas la convierten en decisiva, teniendo además un descenso bastante técnico. En 1982 le llegó el turno a la Cipressa, una cota algo más exigente (5,6 km al 4,1%) aunque situada a mayor distancia de meta. Desde esa edición el recorrido se mantuvo prácticamente inalterable durante más de 25 años.

El recorrido típico desde 1982 hasta 2007, aunque en 2001 y 2002 no se subió el Turchino

Hasta que hace unos años, en la edición de 2008, los organizadores, forzados por el exceso de llegadas masivas a finales de la década de los 90 y principios del 00, endurecieron de nuevo el recorrido, añadiendo la cota de Le Manie, mucho más exigente que Cipressa y Poggio, con 4,7 km al 6,7%, aunque situada a casi 100 km de meta. Ese mismo año también variaron la calle donde finalizaba la prueba, pasando de la Via Roma a Lungomare Italo Calvino, lo que alejó la cima del Poggio a meta, pasando de 5,7 km a 6,2 km. Y el aumento de dureza funcionó, ya que en los años siguientes la mayor parte de ediciones se resolvieron mediante un ataque o al sprint en un pequeño grupo de corredores (2008, 2011, 2012 y 2013), aunque tampoco se eliminaron por completo las llegadas masivas (2009 y 2010), volviendo a ser una carrera imprevisible y con opciones para corredores de características diferentes.

El recorrido entre 2008 y 2013, con Le Manie a 94 km de meta (en 2013 se recortó por la nieve)

No obstante, desde hace ya mucho tiempo se venía rumoreando con la inclusión de una nueva cota cerca de meta, la Pompeiana, algo más rompedora que Cipressa y Poggio, con 4,8 km al 5,2% de media (incluyendo un tramo de 400 m al 9,5%), y situada justo entre ambos. Y aunque el estreno de Le Manie pareció enfriar el interés de los organizadores, los rumores volvieron a aumentar en los años siguientes … hasta que en septiembre de 2013 se confirmó la noticia: la Milán San Remo cambiaba su recorrido para 2014, estrenando la Pompeiana y eliminando precisamente Le Manie, acumulando una dureza similar (incluso algo inferior) pero mucho más concentrada en la parte final de la ruta, generando una gran polémica, con opiniones tanto negativas como positivas.

Sin embargo, finalmente no incluyeron ninguna de las 2 cotas, ni Pompeiana ni Le Manie. La explicación oficial sobre la Pompeiana fue el mal estado de la carretera debido a las lluvias, no pudiendo garantizar la seguridad de los corredores, pero en el caso de Le Manie no aclararon nada, siendo una exclusión muy extraña y que dejaba un recorrido idéntico al que hubo en casi todas las ediciones de 1982 a 2007. Lo más surrealista es que los organizadores dijeron que lo de Pompeiana sólo era un retraso, quedando pendiente su estreno para 2015 … cuando ambas cotas volvieron a quedar fuera del trazado, sin que de nuevo dieran explicaciones sobre Le Manie, con el único cambio respecto a 2014 del regreso a la Via Roma como final de la prueba, acercando el Poggio a meta.

Recorrido Milan San Remo 2016

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Dificultades montañosas:

  • Passo del Turchino (km 142,2):  532 m – 3,2 km – 4,3 %
  • Capo Berta (km 252,6):  130 m – 2,5 km – 5 %
  • Cipressa (km 269,5):  239 m – 5,65 km – 4,1 %
  • Poggio di Sanremo (km 285,6):  160 m – 3,7 km – 3,7 %

Los primeros 120 km, casi siempre en dirección sur, no tienen ninguna dificultad reseñable, pero a partir de la localidad de Ovada la carretera empieza a picar hacia arriba en busca de Campo Ligure y el Passo del Turchino, aunque por esta vertiente se trata de una subida muy tendida, siendo prácticamente un falso llano a excepción de los 2 últimos km, que ya si alcanzan cierta dureza, con un 5% de media. De todos modos, más complicado que la ascensión puede resultar el propio descenso, sin mucha pendiente pero revirado y de bastante longitud, pudiendo ser peligroso para un pelotón, sobre todo con el asfalto mojado.

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La vertiente norte del Passo del Turchino. Perfil de cyclingcols

Una vez terminado el descenso, en las afueras de la ciudad de Génova y ya junto a las costas del Mediterráneo, hay 2 pequeños repechos antes de llegar a la localidad de Varazze, donde se inicia un tramo de 65 km casi completamente llano, con Savona y Finale Ligure como localidades de paso más importantes, hasta llegar a los alrededores de Laigueglia, población en torno a la cual, durante el mes de febrero, se celebra la carrera homónima: el Trofeo Laigueglia, perteneciente a la categoría 1.HC del circuito europeo de la UCI, este año con triunfo para el joven Andrea Fedi.

Volviendo al recorrido de la Milan – San Remo, una vez que se deja atrás Laigueglia se inicia el encadenado de los “Tres Capos”, si bien los 2 primeros, Capo Mele y Capo Cervo, son subidas cortas y muy tendidas. Algo más exigente resulta Capo Berta, con 2,5 km al 5% según las cifras oficiales (aunque de acuerdo a los mapas sería más empinado, con 2 km al 6,5%), pudiendo estirar mucho el pelotón si la velocidad es alta e incluso quedando ya cortados algunos corredores, ya sea por falta de fuerzas o por haber cumplido el trabajo asignado por su equipo.

Después de estas cotas hay un pequeño tramo llano hasta llegar a San Lorenzo al Mare, localidad donde se abandona la Via Aurelia para afrontar la Cipressa -> perfil cada 200 m, una subida que con 4 km al 5% de media (sin contar el falso llano de la cima) y varias zonas al 7% suele hacer daño cuando el ritmo es elevado, siendo un punto clave para eliminar gregarios. Asimismo, los corredores no pueden despistarse en la bajada -> vídeo del descenso, con bastante pendiente y alguna curva complicada, aunque la carretera está en perfectas condiciones.

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Los perfiles y datos oficiales de la Cipressa y el Poggio di San Remo

Terminado el descenso, ya de vuelta en la Via Aurelia, hay 9 km llanos hasta el inicio de la subida más famosa e icónica de la prueba: el Poggio di San Remo -> perfil cada 200 m / vídeo. Se trata de una ascensión corta y muy tendida, pero el desgaste acumulado, con mas de 280 km en las piernas, y la gran velocidad de subida, con habitualmente muchos ataques, provocan que se haga más dura de lo que indican sus cifras, aunque por supuesto también es clave el ritmo previo. La zona más exigente está poco antes de coronar, con 400 m al 6% y rampas máximas del 8%, siendo el lugar donde normalmente se produce la selección definitiva.

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La parte final, con Cipressa y Poggio antes de la meta en Via Roma. *El kilometraje corresponde a 2015

Y al igual que en la cota previa, atención al complicado descenso -> vídeo, de nuevo algo más inclinado que la subida (aunque en este caso sin llegar al 5% de media) y con varias curvas cerradas, siendo clave para la resolución de la carrera en varias ediciones. Desde el final de la bajada hasta meta restarán sólo 2,3 km, la mayoría en línea recta pero con un “zig-zag” ya dentro del último km, con una curva de 90º a izquierdas seguida por otra a derechas, que puede dificultar la colocación de los corredores en caso de sprint masivo, si bien la recta de meta, situada de nuevo en la Vía Roma, tiene más de 700 m, con sólo un ligerísimo curveo a medio km del final.

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El plano de los últimos km, con el Poggio y el pequeño llano hasta meta

Analizando los resultados desde finales de la década de los 90, hay una aplastante mayoría de ediciones que se resolvieron al sprint. Y en muchas ocasiones en un grupo bastante numeroso (para una prueba de este tipo), superando los 30 corredores. Sin embargo, a partir de 2008 cambió la tendencia, con 4 ediciones en 6 años en las que la prueba se decidió con un sprint muy reducido, con menos de 10 corredores en el grupo de cabeza, e incluso un triunfo en solitario (Cancellara en 2008). ¿Y que tuvieron de diferente esas ediciones? La presencia de Le Manie, que si bien estaba muy lejos de meta hacía la carrera más selectiva. Sólo hay que ver como en los 2 últimos años, ya sin esta cota en el recorrido, la prueba ha vuelto a decidirse en grupos de unos 30 corredores.

En ese sentido, creemos que dejar fuera Le Manie, que tanto juego había dado para hacer más entretenida la carrera, con bonitas persecuciones durante los 100 km finales y que aumentaba las opciones de los ciclistas atacantes, es un grave error por parte los organizadores, sobre todo teniendo en cuenta que no se ha añadido ninguna otra subida para compensar, por ejemplo la Pompeiana, que si bien es cierto cambiaría bastante el perfil de los últimos 40 km, haciendo que fuera más “ardenesco” y eliminando las opciones de los sprinters puros, seguiría siendo una carrera propicia para rodadores y gente con mucha punta de velocidad, además de aumentar las opciones de otros clasicómanos más escaladores, e incluso de los vueltómanos, ampliando el abanico de posibles ganadores, lo que sería un reflejo fiel de la historia de la prueba.

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Así quedaría la parte final en caso de incluir la Pompeiana

De todos modos, sin hacer un cambio tan radical y para favorecer que la carrera se lanzara desde más lejos, pensamos que lo más acertado sería endurecer el tramo previo. Y posibilidades hay muchas, ya que la zona está plagada de pequeñas cotas. Por ejemplo la Civezza, con 5,5 km al 4,7% de media y que estaría situada justo antes de la Cipressa, facilitando los ataques y que la batalla entre los favoritos se desatara antes de lo habitual, pero a su vez manteniendo una zona para reagrupamientos en caso de parón de los escapados, por lo que los sprinters aún tendrían posibilidades (aunque menos que con el trazado actual).

Alassio - Sanremo

Alternativa con la cota de Civezza entre Capo Berta y la Cipressa

Una opción intermedia sería incluir mayor dureza pero sin añadir más cotas, por ejemplo sustituyendo los modestos Capo Mele y Capo Cervo por Castello (1,9 km al 8,4%) y Bande di La (2,1 km al 7,5%) -> perfil y mapa, dos subidas cortas pero exigentes y que apenas aumentarían la distancia total de la prueba, lo que permitía mantener Le Manie sin pasarse de kilometraje ni tener que cambiar la salida. Siguiendo esa línea, otra posibilidad sería sustituir Capo Berta por Serrata, con 3 km al 6% (sin contar el falso llano de la cima). En cualquier caso, ya sea con alguna de estas opciones u otra distinta, ójala los organizadores se acaben dando cuenta de que ya no basta sólo con Cipressa y Poggio, siendo necesario algo más para que en condiciones normales la carrera resulte selectiva.

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Participación

Como suele ser habitual en esta prueba, la lista de corredores es magnífica, incluyendo a casi todos los grandes sprinters y clasicómanos, del pelotón, si bien también hay algunas ausencias muy importantes, como las de John Degenkolb, vigente ganador de la prueba y que sigue convaleciente tras el grave atropello sufrido a finales de enero, y Philippe Gilbert, podio en 2008-11 y que en esta edición es baja por enfermadad. En total, serán de la partida 25 equipos, los 18 World Tour y 7 Continentales Profesionales, cada uno de ellos con 8 corredores por escuadra.

Si bien la carrera se presenta bastante abierta, por estado de forma, características y resultados de años anteriores a priori hay 3 grandes favoritos: Peter Sagan (Tinkoff), 2º en 2013 y rozando el podio en 2012 y el año pasado, llegando a esta edición tras un comienzo de temporada con múltiples puestos de honor, terminando 2º en Het Nieuwsblad y Tirreno Adriático, pero sin ninguna victoria, buscando aquí su primer triunfo tras el Mundial; Alexander Kristoff (Katusha), ganador de la prueba en 2014 y 2º el año pasado, cuando sólo fue batido por Degenkolb, llegando esta temporada con los mismos triunfos de etapa que en 2015, pero con la desventaja de no poder contar con Paolini como gregario, que en la última edición hizo una labor impresionante; y Michael Matthews (Orica Green Edge), 3º el año pasado y que llega a tope de moral tras ganar 2 etapas y la regularidad en la París-Niza, teniendo aquí opciones de luchar por la victoria tanto en una carrera selectiva como en un sprint numeroso.

Y ojo también a Fabian Cancellara (Trek Segafredo), que pese a no ser un velocista lleva ya 5 podios en esta prueba, incluída la victoria en 2008, y llegando este año en plena forma, con triunfos en Tramuntana y Strade Bianche, además de ganar las cronos de Algarve y Tirreno Adriático; Greg Van Avermaet (BMC), vencedor precisamente de la Tirreno Adriático, con triunfo de etapa incluído, y ganador también de la Het Nieuwsblad, mostrándose esta temporada como un auténtico «killer», aunque a costa de ser menos ofensivo que en años anteriores; Edvald Boasson Hagen (Dimension Data), que parece haber recuperado su nivel previo a 2013, con grandes actuaciones y triunfos de etapa en Qatar y Omán, si bien en Tirreno estuvo por debajo de lo esperado; y Nacer Bouhanni (Cofidis), 6º en 2015 y que llega a esta edición con triunfos en Andalucía y París-Niza, en esta última sabiendo reponerse a su descalificación en una etapa previa, cuando sus maniobras en el sprint estuvieron a punto de provocar un grave accidente.

En cuanto a los corredores que podrían dar la sorpresa, evitando la llegada masiva, además de algunos ya mencionados destacan Zdenek Stybar, 7º en 2014, este año con etapa en Tirreno y 2º en Strade Bianche, Gianluca Brambilla, ganador en Andratx y 3º Strade Bianche y Matteo Trentin (Etixx); Michal Kwiatkowski, 2º en Tramuntana y Andratx, buscando resarcirse de caída en 2015, Geraint Thomas, ganador de París-Niza y Algarve, Salvatore Puccio e Ian Stannard (Sky); Vincenzo Nibali, podio en 2012 y este año vencedor en Oman y 6º en Tirreno, donde habría luchado por el triunfo sin la vergonzosa cancelación de la etapa reina, y Luis León Sánchez, 2º en Valencia y ganador de etapa en Algarve (Astana); Alejandro Valverde, ganador en Andalucía, y Giovanni Visconti, podio en Larciano (Movistar); Tony Gallopin, top-ten en 2015 y este año 2º en Besseges, y Jurgen Roelandts (Lotto Soudal); Sep Vanmarcke (Lotto Jumbo), afinando la forma de cara a Flandes y Roubaix; Roman Kreuziguer y Oscar Gatto (Tinkoff), aunque a priori están supeditados a Sagan; Jan Bakelandts (Ag2r la Mondiale), podio en Drome Classic y La Mediterránea; Ramunas Navardauskas, 3º en el Mundial, y Simon Clarke (Cannondale); Filippo Pozzato (Southeast), ganador en 2006 y 2º en la edición de 2008; Daniel Oss (BMC), 9º en 2012; Fabio Felline (Trek), 4º en Laigueglia; y Diego Ulissi (Lampre Merida), podio en Lugano y Etruscos.

En el caso de los velocistas, tampoco se puede descartar al joven Fernando Gaviria, ya con 3 triunfos este año, aunque aquí le puede pesar el largo kilometraje, y Tom Boonen, podio en 2007 y 2010 (Etixx Quick Step); Ben Swift (Sky), 3º en 2014, este año con múltiples puestos de honor aunque sin victorias, y Elia Viviani, ganador de etapa en Tour de Dubai; Mark Cavendish (Dimension Data), vencedor en el año 2009 y top-ten en otras 2 ediciones; Sonny Colbrelli (Bardiani), 6º en 2014, este año vencedor de Lugano y 2º en Laigueglia; Sacha Modolo, top-ten en la edición de 2014, y Davide Cimolai, 8º el año pasado (Lampre Merida); Juanjo Lobato (Movistar), que rozó el podio en 2014, pero que este año, excepto por su buena actuación en Dubai, está rindiendo por debajo lo esperado; Giacomo Nizzolo, 2º en Dubai, y Niccolo Bonifazio, 5º en la última edición (Trek); Francesco Gavazzi (Androni), 2º en Etruscos y top-5 en Laigueglia y Artiginiato; Arnaud Demare (FDJ), con dos triunfos esta temporada; Jens Debusschere (Lotto Soudal), que debuta en la prueba; Heinrich Haussler (IAM), 2º en 2009, aunque está lejos de sus mejores años; y Moreno Hofland (Lotto Jumbo).

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En cuanto a la retransmisión televisiva, la carrera se podrá seguir en abierto través de Teledeporte, conectando a las 14.40 h y con la llegada prevista en torno a las 17.05 h., repitiéndose la emisión por la noche.

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4 comentarios en “MILAN SAN REMO 2016

  1. Enlazamos el vídeo con la retransmisión completa en Teledeporte:

    http://www.rtve.es/alacarta/videos/ciclismo/ciclismo-milan-san-remo-2016/3530683/

    Sobre la carrera en sí, más allá de la emoción de los últimos km, fue bastante floja, sin batalla entre los favoritos hasta el final del Poggio y con casi la única selección previa de las caídas, que también marcaron la llegada, además de la polémica por la denuncia de varios corredores de que el ganador se habría agarrado al coche en la Cipressa.

    En cualquier caso, ójala de cara a los próximos años los organizadores se den cuenta de que al recorrido le hace falta algo más que Cipressa y Poggio, recuperando Le Manie y/o añadiendo alguna otra cota. Como mencionábamos en el análisis, las opciones son múltiples.

    Saludos.

  2. mejoraría solo con volver a colocar la meta en Corso Cavallotti (no tendría que haber mucho problema, además la Paris-Roubaix no empieza en Paris sino en Compaigne, y la LBL acaba en Ans)

    • bueno, cuando digo «solo» quiero decir que con esa pequeña modificación ya mejoraría; y no que otras alternativas sean inapropiadas para añadir incertidumbre al final.

    • Hola Arkaitz.

      Es cierto que el final en Corso Cavallotti dificultaría los reagrupamientos tras el Poggio, al reducir el llano final a solo un km (o incluso menos, dependiendo de la colocación exacta de la meta), pero eso no haría que la carrera se lanzara desde mas lejos ni que los favoritos tuvieran que dar la cara antes del Poggio, todo seguiría quedando para esta cota.

      En ese sentido, creemos que el problema no es la colocacion de la meta, que al fin y al cabo ahora también está cerca del Poggio (desde el final del descenso, 2,3 km), sino el recorrido previo, sobre todo el tramo antes de la Cipressa, que necesita mayor dureza para que la carrera llegue seleccionada y los favoritos tengan que dar la cara desde más lejos.

      Saludos.

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