VUELTA A ESPAÑA 2023 – Recorrido

Las demás entradas sobre la Vuelta a España 2023:

  • Análisis general e historia (participación, recorrido, orígenes de la prueba, ciclistas, puertos míticos, trazados, últimas ediciones).

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Como decíamos en el artículo previo, se trata de la 78ª edición de la prueba, con salida desde Barcelona el 26 de agosto y final en Madrid el 17 de septiembre, incluyendo 2 contrarrelojes, una por equipos y otra individual; 7 etapas de montaña, casi todas con final en alto; 8 de media montaña, contando también las 2 jornadas unipuerto; y 4 etapas llanas; además de 2 días de descanso intercalados. En total, 21 etapas que suman 3158 km, sin contar los tramos neutralizados, siendo prácticamente el mismo recorrido presentado en enero, con los únicos cambios de ajustes en el kilometraje.

Info en la web oficial / Video de la ruta en 3D / Reglamento (PDF)

En general, el recorrido sigue el modelo de la última década, con muchas etapas de montaña distribuidas a lo largo de toda la prueba, incluyendo una enorme cantidad de finales en alto (oficialmente 10, aunque en el Xorret de Catí hay descenso hasta meta), la mayoría bastante duros, habiendo solo 4 jornadas realmente llanas y de nuevo muy poca contrarreloj, sumando apenas 40 km entre la crono por equipos y la individual, esta última de sólo 26 km, una de las cifras más bajas en la historia de la prueba. Y ambas colocadas del mismo modo que el año pasado: el primer día y en la 10ª jornada. No obstante, también hay cambios, como el aumento en la dureza de los puertos de paso, con varios Especiales, y mayor variedad en los kilometrajes, si bien predominando las etapas cortas, con solo 2 superando los 200 km y hasta 8 por debajo de 160 km (sin contar las cronos), incluídas casi todas las etapas de montaña, favoreciendo a los escaladores explosivos.

Respecto a las bonificaciones, se mantienen las otorgadas en meta, con 10, 6 y 4 segundos respectivamente para los 3 primeros de cada etapa, así como la novedad del año pasado: sprints intermedios bonificados en la mitad de las etapas y puertos bonificados en la otra mitad, con 6, 4 y 2 segundos para los 3 primeros que pasen por la cima de estos puertos: Montjuic, Ordino, Carrasqueta, Spandelles, Larrau, Zuarrarrate, Cruz de Linares y San Lorenzo del Escorial. Esta medida ya fue aplicada por el Tour en otras ediciones, si bien con más segundos de premio, 8, 5 y 2 respectivamente, recuperándolo este año.

PRIMERA SEMANA

Así pues, la carrera se inicia con la mencionada crono por equipos en Barcelona, de 15 km y perfil llano pero con trazado urbano, incluyendo múltiples curvas de 90º, que dificultan el acople de los equipos y añaden peligrosidad, habiendo sido más lógico una CRI, seguida por una etapa de 182 km entre Mataró y Barcelona, con un recorrido quebrado que incluye los puertos de San Bartomeu y Estenalles, largo pero muy tendido, además de varias subidas no puntuadas, antes de una zona llana previa al circuito en Montjuic, con la subida al Castillo, que tiene 800 m al 11%, descenso y meta en repecho en el Estadio Olímpico. Un final tipo clásica ya hecho en la Vuelta 2012, con triunfo de Gilbert por delante de Rodríguez, aunque es distinto al habitual de la Volta a Cataluña.

El tercer día, turno para la 1ª etapa de montaña, con casi 160 km entre Súria y la estación de esquí de Arinsal, situada en Andorra, incluyendo 2 cotas no marcadas en torno a Solsona y ya en los últimos 40 km el encadenado del Coll d’Ordino -> perfil completo, irregular pero largo y con tramos exigentes, acumulando bastante desnivel, y con descenso revirado aunque en buenas condiciones; y la subida final -> otro perfil (desde km 5), inédita en la Vuelta a España, aunque no en la Volta, donde fue llegada en 2007, y que con 7 km finales al 8,3% de media, incluyendo 2 km al 10%, puede hacer daño a los corredores que lleguen cortos de forma.

Las 2 etapas siguientes son similares entre sí, con 185 km entre Andorra y Tarragona, incluyendo en el tercio final los puertos de Belltall y Col de Lilla, aunque son bastante tendidos, con Lilla a 30 km de meta, que pica hacia arriba; y 186 km entre Morella y Burriana, en Castellón, teniendo un inicio quebrado, con Ares del Maestrat, donde ganó Herrada en 2019, aunque yendo en sentido contrario, y Culla, para tras el paso por Onda afrontar el Cdo. de la Ibola / Espadán, irregular pero muy escénico, seguido por Marianet, aunque el final de etapa es muy llano, ayudando a reagrupamientos.

Los favoritos tendrán la mente en la 6ª jornada, con 183 km entre La Vall d’Uixo y el Observatorio de Javalambre, en Teruel, con 183 km muy quebrados, incluyendo los puertos de Arenillas y Fuente de Rubielos, además de varias cotas no puntuadas, como Torrijas, antes de la dura subida al Pico del Buitre -> otro perfil, donde está el Observatorio Astrofísico. Estrenado en la Vuelta 2019 -> vídeo, con triunfo de Madrazo y López nuevo líder, tiene 7,5 km finales al 9,3%, incluso a pesar de un llano intermedio, lo que unido a la ruta previa, muy «pestosa», hará daño. No en vano, la etapa ronda los 4000 m de desnivel.

La 7ª etapa, con 200 km entre Utiel y Oliva, en Valencia, es a priori de transición, teniendo un inicio ondulado pero con la 2ª mitad muy llana, circulando junto a la costa (ojo al viento), en un día para los sprinters y con la última curva a solo 300 m de meta -> plano del final, pudiendo ser clave. El sábado, turno para la media montaña en Alicante, con 165 km entre Dénia y el Xorret de Catí, incluyendo 5 puertos y varias subidas no puntuables: Vall d’Ebo, con 8 km a casi el 6%; Tollos, irregular pero con rampas duras; Benifallim, con 9 km finales al 5,2%; Carrasqueta (desde km 4,5 a 16). largo pero tendido; Ibi y Banyeres-Onil, que no puntúan; y el Xorret de Catí -> otro perfil, un muro de casi 4 km al 11,5%, que con un km central al 15,5% y puntas del 22% está en la lista de km más duros, coronándose a 3,5 km de meta, la mayoría de descenso (hasta km 11) -> plano, pero con el km final picando hacia arriba. Estrenado en 1998 -> vídeo, con triunfo de Jiménez, es la 6ª vez que se sube en la Vuelta, con el último antecedente en 2017, ganando Alaphilippe, aunque sería interesante que algún año probaran con el descenso completo hasta Petrer / Elda.

Cerrando la 1ª semana, etapa de 185 km entre Cartagena y Alto de La Barquilla, en Caravaca de la Cruz, teniendo un perfil quebrado que incluye el Alto de La Perdiz, parte del Collado Bermejo y catalogado exageradamente de 1ª, con 12 km al 5%, antes del paso por Mula y un largo rodeo por Calasparra previo a Caravaca de la Cruz, donde comienza la irregular subida final a La Barquilla -> otro perfil / gráfico oficial, inédita en profesionales y que alterna rampones y descansillos, para un total de 8 km al 5,5%, aunque la media es muy engañosa, con puntas que llegan al 20%. Una etapa con un diseño discutible, que si bien tiene la novedad de La Barquilla, que puede dar juego, cuenta con una ruta previa muy mejorable, donde lo lógico habría sido subir entero el Collado Bermejo, aparte de que habiendo ya otros 3 finales en alto en la 1ª semana se podría haber realizado una etapa de diferentes características.

SEGUNDA SEMANA

Tras el día de descanso y un largo traslado hasta Valladolid, la prueba se reanuda con una crono individual de 26 km en torno a la ciudad, con una 1ª parte bastante revirada, incluyendo además un pequeño repecho, pero con los últimos 17 km completamente llanos y con largas rectas, siendo muy favorable para los especialistas. No obstante, siendo la única CRI se echa en falta una distancia superior, rondando al menos los 40 km, si bien es cierto que es más llana y llega antes que en otras ediciones … aunque no respecto a 2022, cuando se disputó en la misma jornada y con 30 km totalmente llanos en Alicante, ganando Evenepoel.

Después de la crono, etapa unipuerto de 163 km entre Lerma, en Burgos, y Vinuesa / Laguna Negra de Urbión, en Soria, por lo que salvo viento de costado la lucha entre los favoritos quedará reducida a la subida final, que tiene 6,5 km al 7% de media, siendo más realista considerla un 2ª, aunque con tramos duros, destacando el medio km final al 11%. Su único antecedente data de 2020 -> vídeo, con triunfo de Dan Martin el tercer día de carrera, por lo que tenían excusa para que la ruta previa fuera floja, mientras que en esta edición, a mitad de la prueba, resulta muy decepcionante, máxime viendo las opciones de la zona, que ofrece estupendas posibilidades, pudiendo haber enlazado Montenegro + Santa Inés antes de la subida final. En la 12ª jornada, etapa de 150 km entre Ólvega y Zaragoza, sin cotas puntuables y con a priori el viento como factor clave, que ya causó estragos en otras llegadas en Zaragoza, siendo en cualquier caso una etapa para los velocistas, que deberían aprovechar esta oportunidad.

Y es que al día siguiente llega el bloque pirenaico, con una etapa corta pero muy dura entre Formigal, varias veces final de etapa, y el Col du Tourmalet, afrontando de inicio los 4,5 km finales del Portalet (desde km 14), frontera entre España y Francia y cuyo largo descenso hasta Laruns se enlaza con el famoso Col d’Aubisque, con casi 17 km al 7% y cuyo bonito descenso, atravesando el Cirque du Litor y el Soulor, lleva al inicio de Spandelles, una trampa con 10,4 km al 8,3% por ctra. estrecha, con una bajada irregular haciaArgeles Gazost, dando paso a 18 km de falso llano hasta Luz S.Sauveur, comienzo del mítico Tourmalet -> perfil por tramos, que tiene 19 km al 7,4% de media, con 1,5 km finales al 10%. En total, más de 4000 m de desnivel, con los 3 primeros puertos seguidos y la 1ª vez que el Tourmalet se sube por esta vertiente en la Vuelta (las 2 anteriores fueron por S.M.Campan), aunque ya ha sido 3 veces meta en el Tour, la última en 2019 -> vídeo, ganando Pinot. A nivel de diseño, aparte de hacer la etapa reina en Francia, es una pena que hayan «capado» el Portalet, algo evitable incluso manteniendo la salida, haciendo un bucle.

Al día siguiente, más alta montaña, con 156 km entre Sauveterre de Béarn y Larra-Belagua, teniendo un inicio llano pero donde a partir del km 50 se encadenan los colosales Issarbe / Hourcére -> perfil completo, con 12 km al 8,5%, además de un largo descenso por Sainte Engrace; y Port de Larrau -> otro perfil, con casi 15 km al 8%, incluyendo más de 10 km al 9,5% hasta Erroymendi. Su bajada por la vertiente española, más tendida, enlaza con el Puerto de Laza (solo 3,5 km finales), dando paso a una zona de falsos llanos en busca de Isaba y el Puerto de Belagua (meta km 9,5) -> perfil completo, en la Piedra San Martín, aunque subiendo «solo» hasta Roncalia, con 7 km iniciales al 7,5% antes de llano final. Aunque menos publicitada que la jornada previa, es la etapa más novedosa de esta edición, tanto por puertos, todos inéditos en la Vuelta (aunque vistos en el Tour), como por diseño, con 2 HC de paso y subida final más blanda, algo nada habitual en esta carrera. En ese sentido, una jornada impredecible, pudiendo ser espectacular si la carrera se rompe en Larrau … o decepcionante si los favoritos dejan la batalla para Belagua.

Y cerrando la 2ª semana, etapa de media montaña en Navarra, con casi 160 km entre Pamplona y Lekunberri, teniendo que superar varios repechos y el irregular Puerto de Lizárraga -> subida completa, antes de una zona llana y el doble paso por Zuarrarrate -> otro perfil, con un tramo de 5 km al 5,7% , descansillo y repecho final, cuya suave bajada termina muy cerca de meta. Un día para escapadas consentidas, pudiendo dar juego de cara a la victoria de etapa, si bien es una pena que hayan esquivado San Miguel de Aralar, un buen 1ª cuyo descenso también acaba en Lekunberri, siendo más rompedor que Zuarrarrate, como ya se vio en 2020, con triunfo para Soler.

TERCERA SEMANA

Ya en la última semana, etapa unipuerto de solo 120 km entre Liencres y Bejes, en Cantabria, circulando junto a la costa durante gran parte de la ruta, con Yuso como repecho más duro, antes de dirigirse hacia el interior en busca de La Hermida y la inédita subida final -> otro perfil (hasta cota 520 m), con casi 5 km al 8,7%, incluyendo un inicio y final muy duros, con un falso llano central que baja la media, aunque paradójicamente no se llega al propio Bejes, con la meta antes. Y aparte de «capar» la subida final, no llegando ni a la mitad del Salto de la Cabra, la ruta previa es muy decepcionante, con una distancia ridículamente corta y esquivando los Collados (Carmona, Ozalba y Hoz) pese a que encadenaban de un modo perfecto -> alternativa, pudiendo también haber hecho un final tras descenso. Una pena que Unipublic siga desaprovechando las estupendas opciones que ofrece Cantabria para etapas de media o alta montaña, prefiriendo el muro final de turno con escasa dureza previa.

El miércoles comienza el bloque asturiano, con una etapa muy corta pero exigente entre Ribadesella y el Angliru, incluyendo en la 2ª mitad de la ruta los puertos de la Colladiella -> perfil y fotos, que tiene 4,5 km finales al 9%, con un descenso clave en la Vuelta 2005, y el Cordal, irregular pero con tramos muy duros, para un total de 5,5 km a más del 9%, teniendo además una bajada peligrosa, con caídas otras ediciones, antes del brutal Angliru -> otro perfil / fotos, cuyas cifras asustan: 12,5 km al 10%, los últimos 6,5 km a más del 13% (sin contar bajada a meta) y rampas del 23% en la Cueña les Cabres, estando en el top-5 de puertos más duros en carrera al superar los 500 APM. Estrenado en 1999, en una etapa más larga y con Ventana y Cobertoria antes del Cordal, ganando Jiménez, el Angliru se convirtió rápidamente en un ascenso mítico -> historia en la Vuelta (hasta 2013), subiéndose en otras 7 ocasiones, las dos últimas en 2017 -> video, ganando Contador y con Froome certificando su victoria en la general; y 2020 -> vídeo, imponiéndose Carthy, si bien Roglic mantuvo el liderato, en una subida sin público por la pandemia y con una ruta previa similar a este año, también muy corta.

Al día siguiente, una de las etapas más duras de esta edición, con 180 km entre Pola de Allande y la Cruz de Linares, incluyendo 5 puertos, todos con tramos exigentes. Primero el Alto de Las Estacas -> otro perfil, un encadenado de 3 subidas con la última de 5 km al 7,5%, para tras su descenso y un largo falso llano afrontar el puerto de San Lorenzo -> perfil nuevo / gráfico y fotos, cuyos datos totales, 10 km al 8,5%, no le hacen justicia, teniendo 7 km al 11%, aunque también descansos. Tras su fuerte bajada, en perfectas condiciones, y una zona favorable llega Tenebredo -> otro perfil, marcado de 3ª pero con 3,5 km al 9,5%, incluyendo 600 m al 16%, y cuyo descenso da paso al repecho de Las Caldas, seguido por el doble ascenso al inédito puerto de la Cruz de Linares -> perfil y fotos. Por esta vertiente tiene 8,2 km al 8,7%, aunque son cifras engañosas, con 4,5 km iniciales al 10,5% y una 2ª mitad más irregular. Y ojo al escenso, también por ctra. estrecha y muy empinado, habiendo luego 10 km llanos hasta la 2ª subida. En total, 4300 m de desnivel, lo que unido al desgaste del Angliru puede provocar hundimientos inesperados, aunque viendo el global, con 10 finales en alto, habría sido un buen día para acabar tras descenso.

En la 19ª jornada, etapa de casi 180 km entre La Bañeza, en León, y la localidad de Íscar, en Valladolid, con un perfil en general llano y favorable para los velocistas, aunque ojo a la posibilidad de abanicos. Y el penúltimo día, la etapa más larga de esta edición, con 208 km entre Manzanares el Real y Guadarrama, en la sierra homónima, con un trazado de media montaña sin grandes puertos pero de sube y baja constante, con 10 cotas puntuables. De salida el Cdo. del Portazgo, inicio de la vertiente SE de Navacerrada, seguido por una 1ª subida a la Cruz Verde, desde El Escorial, con 5 km finales al 5,6%, antes de un circuito con La Escondida, Sª.M.ª.de la Alameda (hasta cruce), que tiene 5 km al 5,5%, y Robledondo -> otro perfil, con 4 km al 6%, que se hará en 2 ocasiones. Ya en los últimos 50 km, tras Robledo de Chavela, el Alto de Almojón, no puntuado; la 2ª subida a la Cruz Verde, esta vez por el sureste, más irregular; y San Lorenzo del Escorial / Abantos (del km 3,7 al 4,1 del perfil van por otra variante más blanda), que con 4,6 km al 6,6% y rampas del >20% en la Cañada Nueva es el puerto más duro de la etapa, coronándose a 12 km de meta, los primeros de bajada pero los últimos 7 básicamente llanos.

Una jornada muy exigente, rondando los 4300 m de desnivel y que puede dar mucho juego a poco que los ciclistas sean combativos, tanto de cara a la victoria de etapa como en la pelea por la general, si bien a priri se echan en falta subidas más rompedoras, pudiendo haber llegado a Sª.M.ª.de la Alameda por Hoyo de la Guija / El Carrascal, que tiene tramos muy duros, como en esta propuesta de clásica, y realizando algún paso más por San Lorenzo del Escorial, subiéndolo por la variante de 2007. Tras esta jornada ya solo faltará la clásica etapa final en la ciudad de Madrid, partiendo esta vez desde el Hipódromo de La Zarzuela y con poco más de 100 km, incluyendo el circuito habitual de la última década -> plano oficial, de 5,8 km en torno a la Plaza de Cibeles y al que tendrán que dar 9 vueltas y media, con la llegada picando hacia arriba, siendo en cualquier caso muy favorable para los velocistas, sirviendo además de homenaje para todos los ciclistas que hayan logrado terminar la prueba.

En resumen, un trazado en la línea de las últimas ediciones, con montaña repartida a lo largo de toda la prueba, incluyendo multitud de finales en alto, pocas etapas llanas y solo 26 km de crono individual, lo que hace que sea muy favorable para los escaladores. En el lado positivo, hay varias etapas que pueden dar mucho juego, con estrenos interesantes, buenos encadenados y puertos de paso más duros que en 2022, mientras que la parte negativa vuelve a ser el exagerado abuso de finales en alto, con varios de ellos pareciendo un «pegote», y la escasez de CRI, lo que hace que el recorrido esté globalmente muy desequilibrado, algo que no por habitual no deja de ser injusto, además de desaprovechar zonas con mucho potencial.

Tema aparte es que de nuevo la etapa reina sea fuera de España (salvo 4 km), algo que si bien a nivel deportivo puede no ser relevante, sí lo es de cara al mensaje que se da a periodistas y aficionados, máxime cuando se siguen ignorando los grandes puertos españoles. De hecho, en las 3 etapas pirenaicas solo 3 de los 10 puertos son subidas españolas. Y si bien se agradece el estreno de Larrau en la Vuelta, que se haga un final en el Tourmalet cuando los colosos del Berguedá siguen inéditos … Este ninguneo a la orografía española provoca que siga habiendo gente que repita que «en España no hay puertos así», lo cual es falso. Hay montaña de todo tipo y grandes colosos.

No obstante, como siempre la última palabra será de los corredores. Y aunque el trazado sea mejorable, si los ciclistas se muestran combativos desde lejos, sin esperar a los finales en alto, podrá verse una carrera entretenida, con varios días propicios para la batalla a poco que se aprovechen los puertos de paso.

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