TOUR DE FRANCIA 2016

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Al igual que en las demás carreras de 3 semanas, el análisis de la prueba estará dividido en varias partes, para facilitar la búsqueda de la información y que no quede una entrada excesivamente larga.

En esta 1ª parte: historia de la prueba y análisis del recorrido, incluyendo los enlaces a todas las etapas, puertos, antecedentes y valoración crítica.

Las demás entradas sobre el Tour de Francia 2016:

  • Previo (análisis del recorrido tras la presentación, con etapas de montaña, enlaces a puertos y valoración).
  • Participación (ránking de favoritos a la general, clasicómanos y velocistas, etc).
  • 1ª Semana (etapas 1ª a 9ª, con los perfiles, puertos y resultados anteriores).
  • 2ª Semana (etapas 10ª a 16ª, con los perfiles, puertos y antecedentes).
  • 3ª Semana (etapas 17ª a 21ª, con perfiles, puertos y resultados anteriores).

Introducción e historia


El próximo sábado 2 de julio dará comienzo en el Mont Saint Michel la 103ª edición del “Tour de France”, la prueba por etapas más prestigiosa de la temporada, así como la más esperada por la gran mayoría de los aficionados al ciclismo profesional, siendo el tercer acontecimiento deportivo más seguido después de los Mundiales de fútbol y las Olimpiadas, que este año se celebrarán en Río de Janeiro, entre el 5 y el 21 de agosto.

Y si normalmente la carrera ya se presenta muy interesante, este año ha generado aún más expectación, contando con una participación fabulosa, incluídos todos los ganadores de GV desde 2013 (salvo Horner), con Chris Froome, Nairo Quintana y Alberto Contador como a priori grandes favoritos, además de varios jóvenes muy prometedores y veteranos que aún puede dar mucha «guerra». Y todo ello en un recorrido exigente, que si bien sigue estando muy desequilibrado al menos han reducido el nº de finales en alto, dando mayor protagonismo a los puertos de paso, con varios estrenos muy interesantes, y aumentado los km contrarreloj, aunque sigue echándose en falta una CRI larga, así como una etapa de alta montaña de gran fondo.

El origen del Tour data de inicios del siglo pasado, cuando Geo Lefevre, redactor del periódico L´Auto (actualmente L´Equipe), le propuso a su director, Henry Desgranges, la celebración de una carrera ciclista que uniera las principales ciudades francesas, para conseguir aumentar las ventas del periódico y superar al diario competidor Le Velo. Así pues, en julio de 1903 y no sin dificultades, incluyendo un cambio de fechas respecto a lo que estaba previsto, se disputó la edición inaugural -> mapa, con 2.428 km divididos en 6 etapas y victoria final para Maurice Guerin, con casi 3 horas de ventaja sobre el 2º clasificado y una velocidad media de 25,7 km/h.

Durante los primeros años los organizadores tuvieron muchos problemas para sacar la carrera adelante, lo que les llevó a buscar nuevos alicientes. De este modo, en 1905 la general se estableció en base a una clasificación por puntos (sumando la posición en cada etapa, siendo 1º el que acumulara menos puntos) en lugar de por tiempos, aunque volvería a calcularse de ese modo en 1913. Además, aumentó el nº de etapas de 6 a 11, sustituyendo el Col de la Republique, que había sido la única dificultad montañosa de las primeras ediciones, por Ballon d´Alsace en los Vosgos y Bayard + Laffrey en los Alpes.

Esto reactivó la prueba, pero cuando en 1909 Francois Faber, un corredor de casi 90 kilos, ganó 6 etapas y la general final, los organizadores decidieron jugarse el todo por el todo y estrenar los Pirineos en 1910, programando 2 etapas brutales, sobre todo por el kilometraje y las condiciones de la época, con los puertos sin asfaltar: Perpiñán-Luchon (289 km), con Port, Aspet y Ares; y Luchon-Bayona (326 km) -> galería fotográfica, teniendo que superar Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Aubisque y Osquich. Durante esta 2ª etapa, al coronar el Aubisque, se produjo el famoso grito de Octave Lapize en contra de los organizadores: “Assassins, vous êtes des assassins!”. En el artículo Memoria de un asesinato se puede rememorar la gestación y desarrollo de esta mítica etapa.

Tour 1910, Lapize en el Tourmalet

Lapize en el Tourmalet en 1910. Foto de arueda.com, click para crónica

A pesar de las quejas de los corredores, el éxito deportivo y mediático hizo que en 1911 los organizadores no sólo repitieran las jornadas pirenaicas sino que se atrevieran con el más difícil todavía: una etapa en el corazón de los Alpes, Chamonix-Grenoble (366 km), en la que se estrenó el impresionante Galibier (hasta la cota 2556 m, atravesando la parte final por el túnel). El ciclista que cornó en primer lugar fue Émile Georget, que tras 2h y 38′ de ascensión sin poner pie a tierra exclamó ante los aficionados: “¡Os he dejado pasmados”!. El impacto del Galibier fue tal que el propio Desgranges abrió el periódico L´Auto al día siguiente con un “acta de adoración” a la grandiosidad del puerto y el esfuerzo de los corredores para superarlo.

Ya con Pirineos y Alpes consolidados en el recorrido, el Tour fue creciendo en importancia, aumentando el kilometraje y nº de etapas, con los récords de 5.745 km en 1926 y 31 etapas en 1937 (12 normales, 5 dobles sectores y 3 triples), dejando sólo de disputarse durante las Guerras Mundiales: de 1915 a 1918 y de 1940 a 1946. Y fue en 1919, tras el 1º de estos conflictos, en el que murieron 3 ganadores de la prueba (Lucien Petit-Breton, Francois Faber y el propio Lapize), cuando el Tour estrenó una de sus señas de identidad: el maillot amarillo para distinguir al líder de la general. El resto de maillots fueron introducidos mucho más tarde, con el verde de la regularidad y el blanco con puntos rojos de la montaña estrenándose en 1953 y 1975 respectivamente.

A lo largo de la historia hay 4 corredores que destacan claramente en el palmarés del Tour, habiendo obtenido 5 victorias en la general: Jacques Anquetil (1957, 61, 62, 63 y 64), Eddy Merckx (1969, 70, 71, 72 y 74), Bernard Hinault (1978, 79, 81, 82 y 85) y de 1991 a 1995  Miguel Indurain, teniendo “el caníbal” el record de victorias de etapa y días de amarillo, con 34 y 96 respectivamente. Aclarar que hasta 2012 figuraba en cabeza del palmarés Lance Armstrong, con 7 triunfos consecutivos desde 1999 a 2005, pero su sanción por dopaje hizo que todos sus resultados a partir de agosto de 1998 fueran eliminados, quedando la victoria en la general vacante debido a “la nube de sospechas que permanece desde ese periodo oscuro”, según palabras del propio comunicado oficial que publicó la UCI.

Mención especial merecen Philippe Thijs y “el fraile volador”, Gino Bartali, con 3 y 2 victorias respectivamente pero que sin los parones provocados por las guerras mundiales podrían haber alcanzado un palmarés aún mejor. De hecho, fueron capaces de ganar antes y después de los conflictos bélicos, con 10 años de diferencia en el caso de Bartali (1938 a 1948). Otros ciclistas con resultados de mucho mérito son Raymond Poulidor, con 8 podios, y Joop Zoetemelk, con 7 (incluída una victoria), ambos con carreras muy largas pero perjudicados al haber coincidido con grandes dominadores: Anquetil y Merckx en el caso de “Pou Pou” y el propio Merckx e Hinault en el de Zoetemelk.

Respecto a los corredores españoles, hasta finales de los 50 sólo Bernardo Ruiz acabó en el podio (1952), pero desde entonces se han convertido en grandes protagonistas, destacando las victorias de F. M. Bahamontes en 1959 (+ 2 podios y 6 maillots de la montaña); Luis Ocaña en 1973, un triunfo que podría haber conseguido ya en 1971 de no ser por su grave caída en el descenso de Mente, cuando era líder; Pedro Delgado en 1988 (más otros 2 podios); el “repóker” de Indurain en los 90; Oscar Pereiro en 2006, tras la descalificación de Landis por positivo; Carlos Sastre en la edición de 2008, con un gran ataque en Alpe d´Huez; y Alberto Contador en 2007 y 2009 (también acabó 1º en 2010 pero fue sancionado posteriormente), colocándose como el tercer país con más triunfos después de Francia y Bélgica, con 36 y 18 victorias respectivamente.

Sobre el resto de categorías, el francés Richard Virenque tiene el mayor número de victorias en la clasificación de la montaña, con 7 triunfos entre 1994 y 2004, superando las 6 que consiguieron dos de los mejores escaladores de la historia, el mencionado Bahamontes y Lucien Van Impe. Asimismo, el alemán Eric Zabel domina la clasificación de la regularidad, con 6 triunfos consecutivos entre 1996 y 2001, seguido por los 4 maillots verdes de Sean Kelly en la década de los 80 y más recientemente los 4 de Peter Sagan, también consecutivos; mientras que Jan Ullrich y Andy Shleck empatan a 3 victorias en la clasificación de los jóvenes.

El año pasado la victoria fue para el inglés Chris Froome, que se hacía con su 2º triunfo, tras el logrado en 2013, alcanzando el liderato en la 7ª jornada y manteniéndolo hasta el final de la prueba, siendo clave el hueco que abrió en la etapa de la P.S.Martin, con triunfo incluído, si bien lo pasó mal en los Alpes, con el colombiano Nairo Quintana siendo el más fuerte los últimos días, además de líder de los jóvenes, mientras que el 3º fue Alejandro Valverde, que 10 años después de su debut en el Tour conseguía el ansiado podio. En los sprints el dominador fue Andre Greipel, con 3 victorias, si bien el ganador de la regularidad fue de nuevo un combativo Peter Sagan.

Podio Tour 2015

El podio final de 2015, con Froome, Quintana y Valverde. Foto de E.Bernaola / Marca.com

  1. Christopher Froome (Sky) 84 h 46′ 14” (39.64 km/h)
  2. Nairo Alexander Quintana (Movistar) a 7′ 37”
  3. Alejandro Valverde (Movistar) a 5′ 25”
  4. Vincenzo Nibali (Astana) a 8′ 36”
  5. Alberto Contador (Tinkoff) a 9′ 48”
  6. Robert Gesink (Lotto NL Jumbo) a 10′ 47”
  7. Bauke Mollema (Trek) a 15′ 14”
  8. Mathias Frank (IAM Cycling) a 15′ 39”
  9. Romain Bardet (Ag2r la Mondiale) a 16′ 00”
  10. Pierre Rolland (Europcar) a 17′ 30”

Recorridos

A lo largo de la historia, una de las señas de identidad de la prueba han sido una serie de grandes puertos de paso que por su dureza, sin rampas exageradas pero largos y con mucho desnivel, y habitual presencia en carrera han sido claves en muchas ediciones, convirtiéndose en míticos. En ese sentido, junto a los ya mencionados Tourmalet, Aubisque, Peyresourde y Galibier, destacan los puertos alpinos del Izoard  (últimos 14 km) y Vars, estrenados en 1922; Glandon – Croix de Fer, en 1947; el temido Mont Ventoux en 1951, aunque después también ha sido meta, como será de nuevo en esta edición; Madeleine (1969), estrenándose en 1975 la vertiente sur, aún más dura; y el Joux Plane (1978), más corto que los anteriores pero con mayor pendiente media, con casi 12 km al 8,5%, y un peligroso descenso hasta Morzine, regresando este año al Tour después de 10 años desde su último paso.

En 1952 fue el turno para los primeros finales en alto, con el estreno de Alpe d´Huez“la montaña de los holandeses”Sestriere, en territorio italiano, y el volcán del Puy de Dôme, en el Macizo Central, todos con victorias de Coppi. Lo curioso es que este tipo de llegadas, hoy en día muy abundantes, no gustaron en su momento, ya que la lucha podía quedar reducida a la subida final. Como ejemplo las declaraciones de Jacques Goddet, jefe de de ciclismo en L´Equipe: “Nada incita a militar por llegadas en alto”. Esto provocó que salvo cronoescaladas (Ventoux 1958 y Puy de Dôme 1959) no hubiera más finales en alto hasta 1961, y sólo 1 ó 2 en ediciones posteriores. Sería en la década de los 70 cuando empezaron a ganar protagonismo, incluyendo el retorno de Alpe d´Huez en 1976, desde entonces la subida más icónica de la prueba con 29 ascensiones, 28 como meta.

La cima del mítico Mont Ventoux. Foto de Velorooms / php4.arte.tv

El lado negativo es que al repetir tanto ciertas subidas han dejado de lado otras igual o incluso más interesantes, con grandes puertos inéditos u olvidados desde hace años por los organizadores, destacando el potencial de varias regiones muy poco transitadas por el Tour, como los Pirineos Atlánticos (IssarbeArthaburuAhusquy, Burdinkurutzeta-Bagargi …), Alpes del Sur (CayolleChampsCouilloleTurini …) y la zona entre Bellegarde S.Valserine y Grenoble, con BicheChatCoqLuitel, etc… así como las “caras b” de algunos puertos clásicos que siguen inéditas (salvo en los tramos compartidos con la subida tradicional), como Madeleine SO, con 19 km al 8%, Viscos (Luz Ardiden N) y Col du Pré (Cormet Roselend O), con un tramo de 7 km al 9,4% de media. Un caso muy extraño es el del Iseran S, utilizado como bajada pero ignorado como subida desde 1963. O Spandelles, que pese a su perfecto encadenado con Aubisque/Soulor y Hautacam sigue inédito en el Tour, habiendo estado en otras carreras.

No obstante, en los últimos años (incluída esta edición), se han producido avances en este aspecto, como el estreno de Romme en 2009; Hourquette d´Ancizan en 2011; Grand Colombier, aunque no por su vertiente más dura, y Peguere en la edición de 2012; Chatillón-Semnoz y la continuación de Alpe d´Huez, Sarenne, con su espectacular descenso, en 2013; Petit Ballon y Chevreres en 2014; y el Col de Chaussy en 2015, pero aún así todavía quedan muchas grandes ascensiones por descubrir o recuperar tanto en los Alpes y Pirineos como en el Jura, Macizo Central y Vosgos, si bien a estos últimos se les dio un buen repaso en 2014.

Otra característica desde 1934, cuando se estrenaron en el Tour, ha sido la gran cantidad de km contrarreloj, con multitud de ediciones que entre CRI y cronos por equipos sumaban más de 100 km, no bajando de 170 entre finales de los años 70 y mediados de los 90, lo que unido a la dureza de la montaña hacía que para alcanzar el podio los ciclistas tenían que ser muy completos, subiendo bien y a la vez siendo grandes rodadores (o muy superiores en algún terreno), con el equipo como otro factor clave si había CRE. Sin embargo, a partir de 2008 y con la única excepción del año 2012, cuando volvió a haber un prólogo y 2 cronos individuales largas, ha habido un claro descenso en el nº y longitud de las cronos, llegando a los extremos de 2011, cuando apenas incluyeron 42,5 km de CRI; 2014, con una sola crono (aunque bastante larga), algo que no sucedía desde 1953; y sobre todo 2015, batiendo todos los records negativos de CRI, con únicamente 14 km.

Grafico grande

Las cronos en las GV desde 1955 hasta 2014. Click para ver la entrada completa

En cuanto a la estructura, durante mucho tiempo el esquema del recorrido fue bastante similar, algo provocado por las características orográficas del país pero también por el inmovilismo de los organizadores una vez que dieron con su trazado ideal. De este modo, desde mediados de los 60 hasta hace pocos años lo habitual era empezar con un prólogo, seguido por una 1ª semana de etapas llanas (y hasta los 80 con alguna jornada de pavé), incluyendo una larga crono por equipos y otra individual, para a continuación afrontar la alta montaña, ya fueran Alpes o Pirineos y normalmente rotando de una edición a otra, seguida por varias etapas de enlace antes de encarar el 2ª bloque montañoso y las jornadas de aproximación a París, con una CRI en los últimos días.

Pero en los últimos años, ya con Prudhomme al mando tras sustituir a Leblanc, ha habido muchos cambios respecto a la tradición de la prueba, tanto para bien, con menos etapas llanas en la 1ª semana y más media montaña, como para mal, con la mencionada reducción de contrarreloj y la menor dureza de la alta montaña, haciendo además que la última gran etapa acabe en un HC. Así, después del gran recorrido de 2007, con una estupenda alta montaña y dos buenas cronos, faltando sólo más media montaña para el sobresaliente, llegó una edición 2008 novedosa y con una 1ª semana atractiva, pero que después resultaba decepcionante al haber sólo una jornada con 3 grandes puertos, además de una estructura donde las etapas se estorbaban entre sí, con las llegadas en alto como final de bloque perjudicando las jornadas previas.

El trazado de 2009 fue aún más original … pero también más decepcionante, ya que tenía ideas interesantes pero muy mal ejecutadas (en nuestra opinión al menos): etapas de montaña sin finales duros pero con demasiado llano entre puertos o hasta meta, y una última jornada decisiva de montaña en vez de crono pero con final en alto y encima unipuerto. De hecho, en la mayoría de etapas había opciones mejores que las programadas. Además, la carrera estaba descompensada, con una 2ª semana muy floja y un total de CRI escaso. En el lado positivo, el etapón de Le Grand Bornand -> vídeo, que provocó grandes diferencias en meta, con el 10º a más de 6 minutos, siendo la mejor etapa de las tres grandes vueltas en la temporada 2009.

Comparado con 2009, el recorrido de 2010 supuso un gran avance: no más de 2 etapas llanas seguidas, mucha media montaña y una alta montaña muy variada, además de incluir una etapa con pavé, siendo globalmente un trazado muy duro. Pero no todo era positivo: de nuevo pocos km de crono, un diseño mejorable en algunas etapas y ni un sólo gran puerto novedoso, algo que si habían aportado ediciones previas. A la hora de la verdad, la pobre actitud de los favoritos en etapas clave hizo que resultara decepcionante, aunque también hubo jornadas espectaculares, como St. Jean de Maurienne -> vídeo, con el grupo totalmente roto a 40 km de meta en las rampas de la Madeleine, y la mencionada jornada del pavé, en la 1ª semana.

El recorrido de 2011 se podía dividir en 2 partes: una 1ª mitad donde abundaban las jornadas más o menos llanas pero con final en repecho, y una 2ª mitad donde se acumulaban todas las etapas decisivas, con un exceso de finales en alto duros (4 llegadas HC/1ª muy duro) y apenas 42,5 km de CRI, una cifra ridícula para un GV y que encima no llegaba hasta el penúltimo día. Esta descompensación, unida a una actitud “amarrategui” de la mayoría de favoritos, hizo que las 2 primeras semanas fueran muy aburridas, además de producirse múltiples caídas, si bien la emocionante semana final, con espectaculares ataques lejanos de Contador camino de Gap y Alpe d´Huez, y de Andy Schleck en la etapa con meta en el Galibier, salvó la prueba.

En 2012 hubo un cambio radical, reduciendo la cantidad y dureza de finales en alto, recayendo el protagonismo en los puertos de paso, y aumentando km de crono, con 2 CRI largas (lo que no sucedía desde 2007), teniendo las etapas decisivas más repartidas. Sin embargo, pese a una buena idea general fallaba la ejecución, con un orden y diseño de las etapas mejorable. Finalmente, la carrera tuvo 2 partes muy diferentes: una 1ª mitad muy entretenida y con ataques lejanos de los favoritos en varias etapas … pero una 2ª con unos Pirineos decepcionantes y notándose mucho la ausencia de Contador y Schleck, con un exagerado dominio de Sky, donde estaban los 2 corredores más fuertes, Wiggins y Froome, y la general decidida muy pronto.

Al año siguiente los organizadores dieron marcha atrás a varios de los cambios de 2012, al aumentar la dureza de los finales en alto y reducir la longitud de las cronos (además de hacer que la 2ª fuera mixta, incluyendo 2 puertos), con una cantidad sorprendente de novedades para tratarse de la 100ª edición, como las etapas en Córcega. Globalmente, la carrera resultó entretenida, aunque con el regusto amargo de que salvo la etapa de S.A.Montrond, donde los “abanicos” destrozaron el pelotón, no hubo ninguna jornada de sobresaliente, con la lucha entre los favoritos reducida a las subidas finales o el “coitus interruptus” de Bagneres de Bigorre, donde si hubo batalla inicial pero después todo se acabó calmando pese a que Froome estaba sin compañeros.

En 2014 fueron un paso más allá, alejándose de gran parte de las características habituales de la prueba, con un trazado que incluía muchas etapas nerviosas, teniendo especial protagonismo la media montaña, sobre todo en los primeros 12 días, y una alta montaña más blanda, aunque con bastantes llegadas en alto, habiendo además sólo una contrarreloj, que no llegaba hasta el penúltimo día. Curiosamente y aunque por diferentes motivos, el desarrollo acabó siendo parecido al de 2012, con una 1ª mitad entretenida, destacando el etapón camino de Arenberg, pero con unos Pirineos decepcionantes (salvo la etapa de Luchon) y la general decidida muy pronto a favor de Nibali, que tras los abandonos de Froome y Contador arrasó a sus rivales.

Recorrido del Tour de Francia 2016

map_route_tour 2016

Video presentación del recorrido  /  Dossier de prensa (PDF 13 MB)

Tour 2016_perfil general etapas 1-9

El perfil general de las primeras 9 etapas, con el Macizo Central y los Pirineos

El trazado de este año, con salida desde el departamento de La Mancha y final en París tras 21 etapas y un total de 3.535 km, repite varias de las características de las últimas ediciones, siendo de nuevo muy favorable para los escaladores, especialmente los más explosivos, debido a la abundante montaña, con multitud de etapas quebradas pero sin grandes kilometrajes, con el desgaste llegando sobre todo por la acumulación, al haber muchas jornadas exigentes pero ninguna de auténtico fondo. Sin embargo, han cambiado bastante el diseño de las mismas, sobre todo respecto a 2015, al tener menos finales en alto (5 frente a los 9 del año pasado) y programar muchas llegadas tras el descenso de un puerto, algo que en las últimas ediciones sólo se veía con cuentagotas. Asimismo, llama la atención el tipo de puertos utilizados, sobre todo en los Alpes, siendo en general más cortos pero con mayor pendiente de lo habitual, incluyendo varias subidas inéditas.

Tour 2016_perfil general etapas 10-21

Las últimas 12 etapas, con el Mont Ventoux, dos cronos y la traca final en los Alpes

Por otro lado, en lo relativo a las contrarrelojes, los organizadores han programando dos cronos individuales, una a mitad de la prueba, de 37 km y con un perfil quebrado que incluye dos subidas de 3ª (no puntuadas), y otra en la semana final, con una cronoescalada de 17 km aunque no «pura», sumando 54 km, una cantidad que si bien es un avance respecto a la pasada edición, con sólo 14 km de CRI, sigue siendo insuficiente para una carrera como el Tour, máxime teniendo en cuenta que no son cronos llanas. De hecho, la poca distancia de ambas CRI, unida a la ausencia de crono por equipos, hace que sea uno de los Tours con menos crono desde que se hacen este tipo de etapas, sólo por detrás de 2015 y empatado con la edición de 2014, quedando claro que a la actual dirección del Tour no le gustan las contrarrelojes, prefiriendo que no tengan un gran impacto en la general.

listado definitivo etapas tour 2016

De este modo, la carrera se iniciará con una etapa llana entre el precioso Mont Saint Michel, una isla mareal que recibe más de 3 millones de visitas al año, y Utah Beach, una de las playas donde se produjo el desembarco de Normandía en junio de 1944, el “Día D”, con el viento como mayor dificultad de la etapa, al circular durante gran parte de la ruta en paralelo a la costa, pudiendo formarse abanicos, existiendo además un alto riesgo de caídas, que ya protagonizaron anteriores inicios de Tour con una etapa en línea (2011, 13 y 14), siendo en cualquier caso muy favorable para los sprinters. En la 2ª jornada, que unirá las localidades de Saint Lô y Cherbourg-Octeville, habrá de nuevo posibilidad de abanicos, aunque ya con un perfil más quebrado que incluye dos subidas en los últimos km: la modesta Octeville y la más dura cota de la Glacerie, con algo más de 3 km al 5% aunque muy irregulares, incluyendo un tramo central a más del 10%. Un final muy propicio para los “up-hill finishers” y donde puede haber pequeñas diferencias entre los favoritos.

A partir de ahí la carrera tomará dirección sur, con una etapa llana con final en Angers, en el departamento de Maine et Loire, siendo una jornada para los velocistas, aunque tendrán que elegir bien el momento de lanzarse ya que el último km pica hacia arriba (2,5%). Señalar que la última llegada en Angers tuvo lugar en 2004, con triunfo de  Boonen al sprint. Al día siguiente, turno para la etapa más larga, con 237 km entre Saumur y la ciudad de Limoges, teniendo un final quebrado que incluye una cota a 7 km de meta y la propia llegada en subida, con 500 m al 5%, siendo una etapa propicia para los velocistas completos. Respecto a llegadas anteriores, en el caso del Tour hay que remontarse a 2010, con victoria de Agnolutto, aunque más recientemente Limoges también ha albergado varias etapas de la París-Niza, la última de ellas en la edición de 2010 -> clasificación, con triunfo de Bonnet después de que una caída a medio km de meta descontrolara el sprint.

En la 5ª jornada, larga etapa de media montaña en el Macizo Central, teniendo que superar en la parte final los puertos de Pas de Peyrol, con 2 km finales al 12,5% (según el perfil oficial sería más blando); Col de Perthus, irregular pero también con tramos muy exigentes, con varios km al 9-10%; y el Col de Cére (últimos 6 km) antes de un corto descenso y el repecho final en la estación de esquí de Lioran, la más importante del Macizo Central. A priori, una jornada muy interesante, con buen kilometraje y un estupendo encadenado donde si hay batalla desde lejos alguno de los favoritos que hayan llegado cortos de forma lo pueden pasar muy mal. Y ojo también a los descensos, bastante peligrosos. Señalar que la única llegada previa en Lioran tuvo lugar en la mítica edición de 1975, con victoria de Pollentier y Merckx manteniendo el liderato -> clasificación, aunque el recorrido era distinto, llegando a Super Lioran por el este.

etapa 5_tour 2016

En la 6ª jornada, en vísperas del tríptico pirenaico, etapa de 190 km entre Arpajon sur Cere y Montauban, perteneciente a Tarn y Garona, incluyendo varias cotas aunque lejos de meta y de poca dureza, siendo favorable para los velocistas pero sin que pueda descartarse una fuga lejana, como ya ocurrió en 1998, con triunfo de Durand tras imponerse a sus compañeros de escapada. En la 7ª etapa, de media montaña, los corredores tendrán que superar el primer puerto de 1ª de esta edición (oficialmente, al estar Pas de Peyrol marcado de 2ª): el Col d´Aspin, con 10 km finales al 7% de media y la cima a menos de 8 km del Lac de Payolle, donde estará la meta tras el descenso y un pequeño repecho, siendo una jornada sin mucha dureza pero con 20 km finales a priori muy atractivos, aunque por su situación en la prueba, como inicio de bloque, corre riesgo de «fumada». La única llegada previa en Payolle tuvo lugar en la Ruta del Sur 2014, con doblete de Movistar: victoria Jesús Herrada y Valverde 2º -> clasificación, si bien en lugar de subir el Aspin se llegaba desde el lado contrario, con un tendido ascenso desde Bagneres de Bigorre.

La 8ª etapa es una de las más exigentes de este Tour, con un inicio y final clásicos en la historia de la prueba, Pau y Bagneres de Luchon, pero que esta vez, en lugar de la secuencia Ausbique, Tourmalet, Aspin y Peyresourde, se afrontará el Tourmalet como primer puerto, con 19 km al 7,5%, seguido por la Hourquette d´Ancizan -> perfil completo, irregular pero con tramos duros, y tras su complicada bajada Val Louron-Azet (el inicio es por otra variante), con 6 km centrales al 8,3%, y el Peyresourde, con algo más de 8 km al 7,6%, antes del descenso a meta, mejorando el encadenado habitual gracias al Col d´Azet, aunque con menos dureza al no incluir Aubisque. En cualquier caso, dependerá mucho de la actitud de los corredores, viéndose un gran espectáculo si hay ataques desde lejos … o ser decepcionante si los favoritos lo dejan todo para el Peyresourde. El último final en Luchon tras este puerto fue en 2012, con triunfo de Voeckler -> clasificación / vídeo,  mientras que en 2014, con Balés como último puerto, ganó Rogers -> clasificación / vídeo, en ambos casos llegando en solitario tras soltar a sus compañeros de escapada.

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En vísperas del día de descanso, la etapa reina de los Pirineos, con inicio desde Vielha, en la Val d´Aran, y final en la estación de esquí de Ordino-Arcalís, en Andorra, incluyendo en la 1ª mitad La Bonaigua (desde el km 5), sin grandes rampas pero bastante largo, y el Port de Cantó, con más de 1000 m de desnivel, para ya en los últimos 45 km afrontar La Comella, con 4,3 km al 8% (aunque según los datos oficiales y este otro perfil supera ese %); y Beixalis, estrenado en la pasada Vuelta y con 3 km centrales al 11%, antes de un descenso ratonero y la subida final a la estación, con 10,4 km finales al 7% -> perfil y fotos. Una etapa muy exigente, con 4500 m de desnivel y 3 puertos seguidos en la parte final, lo que sumado al desgaste de las etapas previas puede provocar grandes diferencias, si bien de cara a favorecer ataques lejanos sería mejor acabar en Pal o Arinsal, además de incluir la Gallina. Ésta es la 3ª llegada del Tour en Arcalís, con exhibición de Ullrich en la dura etapa de 1997 -> clasificación / vídeo; y triunfo para Feillu en la jornada de 2009, con Contador dando el primer aviso, aunque el flojo recorrido previo provocó que no hubiera casi diferencias entre los favoritos -> clasificación / vídeo.

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Después de la jornada de descanso, la carrera se reanuda con una etapa de casi 200 km entre Andorra y la localidad francesa de Revel, en el departamento de Haute Garonne, teniendo que superar de salida el Port d´Envalira (falta el inicio, con la salida en la cota 1200 m) antes del larguísimo descenso hacia Ax Les Thermes, circulando después por un terreno sin grandes dificultades aunque con la cota de Saint Ferreol, con 2 km al 6,5%, en los últimos 10 km, pudiendo ser clave en el resultado final, como ya ocurrió en la etapa de 2010, con triunfo en solitario para Vinokourov -> clasificación / vídeo. Al día siguiente, jornada llana entre la localidad amurallada de Carcassonne, declarada Patrimonio de la Humanidad, y la ciudad de Montpellier, en el departamento de Herault, siendo a priori muy favorable para los sprinters, que buscarán repetir el éxito de Greipel en 2013 -> clasificación / vídeo.

El 14 de julio, día de la fiesta nacional francesa al conmemorar el aniversario de la toma de la Bastilla, será el turno para “el gigante de la Provenza”, el colosal Mont Ventoux -> descripción, que con unas cifras de 16 km finales al 8,5%, incluyendo un tramo de 9 km al 9% hasta Chalet Reynard, es uno de los puertos más duros que se han afrontado en carrera, siendo la 2ª subida francesa con mayor coef. APM, sólo por detrás del Galibier. Además hay que añadir la dificultad del viento en la parte alta, sin vegetación y con un “paisaje lunar”, haciendo que sea difícil circular en solitario, aunque por otro lado ésto dificulta los ataques. En cualquier caso, una etapa importante, donde pese al poco desgaste previo quién tenga un mal día puede perder mucho tiempo en meta. Respecto a los antecedentes, ha habido 9 finales en el Mont Ventoux -> historia en el Tour, el último en 2013, con una larga etapa en la que venció Froome -> clasificación / vídeo, llegando sólo Quintana a menos de un minuto del líder.

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En la jornada siguiente, llega otra etapa a priori clave: una crono individual de 37,5 km entre la localidad de Bourg Saint Andeol y la “Caverne de Pont d´Arc“, cerca de la población homónima y en el entorno de las Gorges de l´Ardeche, teniendo que superar de inicio una subida de 7 km al 5%, para tras el llano de Saint Remeze encarar la bajada de Serre Toure, con 2,6 km a casi el 9%, y ya en el final, tras el paso por Vallon Pont d´Arc, afrontar algo más de 3 km de subida de nuevo al 5%. En definitiva, una contrarreloj exigente, tanto por el perfil quebrado como por su situación en la prueba, después de la etapa del Ventoux, siendo favorable para los corredores completos, si bien dado que la otra CRI es una cronoescalada se echa de menos una longitud superior, rondando los 50 km, y un perfil más llano, para que los especialistas también tuvieran su oportunidad y la carrera estuviera más equilibrada, pudiendo además podría provocar una mayor combatividad de los escaladores.

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Superada la contrarreloj, la etapa 14ª será una de las últimas oportunidades para los velocistas, con casi 210 km entre Montelimar, en el departamento de Drôme, y el parque zoológico de “Le Parc des Oiseaux“, en las cercanías de Villars les Dombes, la “tierra de los 1000 lagos”, que si bien se estrena como llegada en el Tour ya ha sido protagonista en las últimas ediciones de Dauphiné, con una crono en 2013 en la que se impuso Tony Martin, con Dennis 2º, y siendo final de una etapa en línea en 2015, con victoria para  Bouhanni al sprint -> clasificación / vídeo.

La etapa siguiente, entre las localidades de Bourg en Bresse y Culoz, en el departamento de Ain, es una de las más interesantes de esta edición, con un novedoso recorrido en el Jura que incluye multitud de pequeños puertos, destacando Berthiand, con 6 km a más del 8%; Sappel, con 9 km al 5,5%; Pisseloup, 6 km al 5%; y Rochette, con un tramo de 4 km al 6%; antes del doble paso por Grand Colombier, estrenado en el Tour en 2012 y que se subirá primero por la vertiente N (últimos 12 km), irregular pero con tramos duros, con casi 13 km al 7%; y tras el fuerte descenso y un primer paso por meta encarar la vertiente S hasta la cota 880 m, con un tramo de 7 km al 8,5%, desviándose hacia Anglefort para repetir el final del descenso y llegar a meta tras 8 km de llano. Una etapa muy difícil de controlar, pudiendo verse una gran batalla si los ciclistas se muestren combativos, aunque con la pega de que los organizadores han vuelto a esquivar la vertiente más dura del puerto, con 4,5 km al 12%. Señalar que si bien Culoz se estrena como meta, es llegada habitual en el Tour de L´Ain, con victorias de Taaramae en 2009 y Poels en 2010.

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En vísperas de la última jornada de descanso, turno para una larga etapa con llegada en Berna, capital de Suiza, con un trazado que si bien no incluye puertos de entidad sí es relativamente quebrado, incluyendo varios repechos en la parte final, con la última cota a 1,5 km de meta, que harán muy complicado que haya sprint masivo, siendo una jornada propicia para los clasicómanos. Después del día de descanso, el Tour se reanudará con una etapa de montaña íntegramente suiza, con Saanenmoser, 6,5 km al 5%, y Col des Mosses (desde km 12,7), antes del llano previo al Col la Forclaz, con 13 km de subida constantes al 8%, siendo incluído en el Tour tras casi 40 años desde de su último paso, en 1977, y el ascenso a Finhaut Emosson -> otro perfil, con 6,5 km finales constantes al 9-10% hasta alcanzar la presa, para unas cifras totales de 10,5 km al 8,5%. Una llegada muy exigente, con un duro encadenado final donde si hay buen ritmo en ambos puertos las diferencias en meta pueden ser considerables, con el único antecedente de Dauphiné 2014 -> clasificación / vídeo, con triunfo para Westra y Contador haciéndose con el liderato tras un ataque en la parte final de la subida

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En la 18ª jornada, turno para una cronoescalada de 17 km entre las localidades de Sallanches y Megeve, en el departamento de Haute Savoie, con un inicio llano antes de afrontar la dura cota de Domancy, famosa por el espectacular Mundial de 1980, con exhibición de Hinault -> clasificaciónvídeo. Ya en la carretera principal, la pendiente será más suave, si bien al tomar el desvío hacia Chozeaux habrá de nuevo varios tramos exigentes, coronando la ascensión a 2,5 km de Megeve, con bajada hasta la línea de meta. Una etapa importante para la general, aunque teniendo en cuenta el global de la prueba hubiera sido más lógico una CRI llana, o manteniendo la salida y llegada dar un rodeo inicial para que el kilometraje fuera superior. Respecto a los antecedentes, la última cronoescalada en el Tour fue en 2005, en Alpe d´Huez, si bien en 2013 hubo una CRI mixta que incluía dos puertos de 2ª, con Froome, Contador y «Purito» en apenas 10 segundos.

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La montaña continúa con una etapa entre Albertville  sede de los Juegos Olímpicos de Invierno  en 1992, y la estación de esquí de Le Bettex, junto a Saint Gervais, en la base del Mont Blanc, con el Collet de Tamié, muy cercano al más conocido Col de Tamié, y la Forclaz de Montmin, con 3 km finales al 10%, antes del encadenado de la Forclaz de Queige (vertiente norte), con 5,6 km al 8%, y el inédito Signal de Bisanne (cota 1720 m) -> perfil oficial, con 12,4 km al 8,2% de media, los últimos 6 km a más del 9%. La bajada, con paso incluído por Saisies, llevará a los corredores hasta el falso llano de Megéve, retomando después el descenso en busca de Le Bettex por Amerands, con 2,5 km iniciales al 10,5% antes de una zona central más tendida, volviendo la dureza en el tramo final con 4 km al 8,6% -> perfil desde cota 870 m, para un  total de 10 km al 8%, pudiendo hacer bastante daño si se sube a tope desde el inicio. La anterior llegada en Le Bettex data de 1990, con triunfo para Claveyrolat -> clasificación, si bien más recientemente fue meta en la Dauphiné 2015, subiendo también por Amerands aunque haciendo después un rodeo, con victoria de Froome por delante de Van Garderen -> vídeo.

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Como última oportunidad para ver cambios en la general, nueva etapa de montaña en la Alta Saboya, con el Col de Aravis, 7 km al 7% de media,  y el Col de la Colombiere (desde Saint Jean de Sixt), con 12 km a casi el 6% de media, en el primer tercio de la etapa, para tras una zonal llana afrontar el Col de la Ramaz, 14 km al 7%, incluyendo 2,5 km centrales al 10%, y Joux Plane, que con 11,6 km al 8,5%, rondando el 9-10% en su parte final, puede destrozar el grupo a poco que el ritmo sea elevado, restando desde la cima 12 km a meta, con el repecho de Ranfolly antes de un peligroso descenso, que dejará a los corredores ya en Morzine, con la llegada picando hacia arriba. Una jornada muy atractiva, con terreno inicial para fugas y dos grandes puertos de paso en su 2ª mitad, destacando el regreso del Joux Plane, ausente desde la etapa de 2006 en la que Landis asombró con su cabalgada desde Saisies -> clasificación / vídeo … dando después positivo por testosterona. Esa misma ruta de 2006, aunque con diferente salida, ya se había utilizado 6 años antes, en una de las mejores etapas del 2000, con ataque lejano de Pantani y Escartín y hundimientos inesperados en el Joux Plane, consiguiendo el triunfo Virenque tras una caída de Heras.

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No obstante, hay una llegada más reciente en Morzine con el Joux Plane como último puerto, en Dauphiné 2012, consiguiendo la victoria Quintana con apenas 22 años -> clasificación / vídeo, aunque Wiggins mantuvo sin problemas el liderato. Volviendo al Tour 2016, superados los Alpes y después de un largo traslado en avión, ya solo restará la etapa de París, en esta ocasión con la salida desde la localidad de Chantilly, en el departamento de Oise, estando programadas 8 vueltas completas al clásico circuito de los Campos Elíseos, con 9 pasos por meta, siendo una jornada muy favorable para los sprinters y que servirá de homenaje para todos los ciclistas que hayan logrado completar las 3 semanas de carrera.

Globalmente, se trata de un recorrido muy duro, siendo a priori el más exigente de los últimos años al estar plagado de etapas montañosas, la mayoría de ellas con bastantes puertos. De hecho, aunque solo hay dos grandes colosos, el Mont Ventoux y Tourmalet, los corredores tendrán que superar otros cuatro HC, Joux Plane, Bisanne, Forclaz y Emosson (estos 2 últimos muy justos), y una gran cantidad de Primeras, con hasta 24 puertos superando 120 APM, si bien algunos de ellos están catalogados de 2ª. Y lo mejor es que esa dureza no se centra sólo en los finales, aún habiendo varios muy exigentes, sino que ha aumentado el protagonismo de los puertos de paso, con varias etapas con un diseño interesante, como las jornadas de Lioran, Bagneres de Luchon, Culoz y Morzine, favorables para los ataques lejanos, existiendo además una buena combinación entre puertos clásicos, subidas que se recuperan tras muchos años de ausencia y ascensiones inéditas, aunque por otro lado se echa en falta alguno de los colosos alpinos, que curiosamente sí hubo varios en el pasado Giro.

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Los puertos más duros de esta edición, con 24 subidas por encima de 120 APM

Sin embargo, en el lado negativo, está de nuevo la poca longitud de las cronos, que como decíamos antes apenas suman 54 km, siendo uno de los Tours con menos km de CRI, así como su trazado, poco propicio para los rodadores (sobre todo Megeve), y colocación, después de sendas etapas de montaña, lo que hace que esté muy desequilibrado hacia los escaladores, algo que no sólo es injusto, al favorecer demasiado a un tipo de corredor y perjudicar a otro, sino que va en contra de la tradición de la prueba, donde históricamente había que ser un corredor completo, destacando en todos los terrenos o arrasar en alguno de ellos, para poder optar a la clasificación general. Además, la escasez de CRI llana puede provocar un mayor conservadurismo, sobre todo en los Pirineos, con los escaladores no necesitando a priori recuperar tiempo (aunque también dependerá de las circunstancias de carrera, como caídas, abanicos, fugas-bidón, etc).

Da la sensación de que a los organizadores no les importa que se desaprovechen las etapas, pensando más en los índices de audiencia y la promoción que hagan los medios que en el espectáculo deportivo. Y es que aparte del tema de las cronos, la cantidad de etapas de montaña, sobre todo en los Alpes, con 4 jornadas seguidas al final de carrera (contando la cronoescalada), y su mala colocación en los Pirineos, hace que en varias ocasiones se estorben unas a otras, pudiendo provocar que los corredores piensen más en guardar fuerzas para el día siguiente en vez de en atacar, algo que se podría haber solucionado quitando una de las jornadas de montaña y cargando más las restantes, lo que además arreglaría otro de los fallos del recorrido: la ausencia de etapas de gran fondo, ya que no hay ninguna jornada de montaña que supere los 190 km ni se acerque a los 5000 m de desnivel, echándose en falta una auténtica etapa reina, algo que por desgracia se está convirtiendo en una tradición.

No obstante, más allá de estas pegas, creemos que el recorrido supone un gran avance respecto a 2015, sobre todo por el aumento de contrarreloj (aunque sigue siendo insuficiente), la reducción de los finales en alto y la presencia de una montaña dura (por acumulación) y en general variada, con bastantes etapas donde hay un buen terreno para la batalla desde lejos, aunque como siempre la última palabra será de los corredores, pudiendo verse un gran espectáculo si se muestran combativos, con el aliciente añadido de que varias etapas se emitirán de un modo íntegro.

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