TOUR DE FRANCIA 2025 – Recorrido

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Como decíamos en el artículo previo, se trata de la 112ª edición del Tour, disputándose este año íntegramente en Francia, algo que no sucedía desde el año de la pandemia, en 2020, comenzando el sábado 5 de julio en Lille, al norte del país, y terminando el domingo 27 de julio en París, recuperándose el final en los Campos Elíseos, aunque con una etapa más dura de lo habitual, tras haber acabado en Niza en 2024 debido a los Juegos Olímpicos, que se celebraron en la capital gala.

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Al igual que viene sucediendo desde 1999, la prueba consta de 21 etapas, con 2 días de descanso intercalados, pudiendo clasificarse en 5 jornadas llanas, ya que si bien oficialmente hay 7 varias de ellas son en realidad «rompepiernas»; 6 quebradas o tipo clásica, sin puertos de entidad pero con múltiples pequeñas cotas, especialmente en la 1ª semana; 3 de media montaña con al menos un puerto de 2ª, destacando la etapa del Macizo Central; 5 de alta montaña, repartidas entre Pirineos y Alpes, incluyendo la del Mont Ventoux, y todas con final en alto duro; y 2 contrarrelojes, ambas individuales, una llana de 33 km y la otra una cronoescalada de 11 km a Peyragudes. En total, 3.339 km sin contar neutralizaciones.

En algunos aspectos, este recorrido se puede considerar un regreso a los trazados clásicos, con una 1ª semana sin grandes puertos, bloque pirenaico en la 2º semana y bloque alpino en la 3ª, teniendo finales bastante conocidos e incluso etapas enteras similares a otras ya vistas. De hecho solo hay una llegada inédita en toda la prueba: Mont Dore / Puy Sancy. Sin embargo, también tiene carácterísticas más «modernas», como la escasez de contrarreloj, con solo 44 km; la gran cantidad de finales duros, con 5 metas en HC; y la reducción de etapas llanas, ejemplificado esto último con la novedosa ruta de la jornada de París.  

Respecto a las bonificaciones, se mantienen las otorgadas en meta, con 10, 6 y 4 segundos respectivamente para los 3 primeros de cada etapa, pero en cambio se suprimen las repartidas en puertos de paso estratégicos, con 8, 5 y 2 segundos para los 3 primeros en determinadas ascensiones, que había habido los últimos años. Y tampoco habrá bonificaciones de tiempo en el sprint intermedio de cada etapa, dando solo puntos para la clasificación de la regularidad, en la que injustamente se vuelven a otorgar más del doble de puntos en la llegada de las etapas llanas que en las de montaña.

PRIMERA SEMANA

De este modo, la carrera se inicia con el mencionado «Gran Depart» desde la ciudad de Lille, en la zona más norte de Francia, con una etapa circular que incluye pequeñas subidas, 3 de ellas marcadas de 4ª, pero lejos de meta, con la última, Mont Noir, a 45 km de la llegada, en un día para los velocistas, con el último antecedente en 2014, ganando Kittel, pero donde los favoritos a la general no pueden despistarse, habiendo alto riesgo de «montoneras». La 2ª etapa, con 209 km entre Lauwin Planque y Boulogne sur Mer, es la más larga de la prueba, teniendo un perfil quebrado con múltiples cotas, incluyendo Haut Pichon y el encadenado de St. Etienne au Mont y Outreau antes del repecho de meta -> parte final, pudiendo dar mucho juego. Señalar que si bien Boulogne ya ha acogido otras etapas, la última en 2012 con triunfo de Sagan, el final era distinto.

La 3ª jornada, con casi 180 km entre Valenciennes y Dunkerque, es una de las más llanas de la prueba, con Mont Cassel, ya subido en la 1ª etapa, como única cota reseñable, aunque al igual que los días previos ojo al viento, que sopla con fuerza en esta zona de Francia, junto al Canal de la Mancha y famosa por lo ocurrido en 1940, con la mayor evacuación militar de la historia. Sobre los antecedentes en el Tour, la última llegada previa fue el prólogo de 2001, ganando Moreau. Tras esta jornada, festival de etapas tipo clásica, aunque siempre sobre asfalto, empezando por la jornada de 174 km entre Amiens y Rouen, con 5 cotas puntuables en los últimos 50 km -> perfiles / tramo final, destacando Belbeuf y Saint Hilaire, esta última con casi un km al 10% y enlazada con el repecho de meta, más corto que en Boulogne. Curiosamente, Rouen también fue llegada en 2012 pero con final llano, venciendo Greipel.

Entremedias de las etapas tipo clásica, crono individual de 33 km en torno a Caen, teniendo un recorrido básicamente llano, aunque con un inicio que pica hacia arriba y un final con tendencia favorable, muy propicio para los rodadores, en un día que puede ser clave para el desarrollo posterior de la carrera, aunque siendo la única crono llana es demasiado corta, echándose en falta una distancia superior para equilibrar la montaña. No obstante, desgraciadamente ya es algo habitual en la última década, con solo una crono de >40 km en los últimos años (2022). Y de hecho la CRI llana del Tour 2024, con triunfo de Evenepoel, era aún más corta, con 25 km, si bien la carrera terminaba con una crono mixta de 34 km en Niza, venciendo Pogacar. 

La etapa siguiente, con más de 200 km entre Bayeux y Vire Normandie, tiene una ruta muy quebrada, superando los 3500 m de desnivel y con 6 cotas puntuables, además de múltiples repechos, destacando por su cercanía a meta la subida a Vaudry -> últimos 13 km, justo antes del muro final, que tiene los últimos 700 m al 10% según cifras oficiales. Una jornada muy distinta a la de 1997, cuando se impuso Cipollini. Y en la 7ª etapa, otra meta en repecho duro, en este caso en el Mur de Bretagne, en una jornada que si bien se acerca de nuevo a los 200 km es globalmente más sencilla, aunque concentrando su dureza en el último tramo, con un doble paso por la subida homónima, que tiene 2 km a casi el 7% de media, el 1º rondando el 10% y el 2º muy suave, repitiendo el circuito final, que incluye también la cota de Mayeux, ya visto en 2018. con triunfo de Martin, y 2021 -> vídeo, ganando Van der Poel.

Extrañamente, el fin de semana es turno para dos de las etapas más llanas de esta edición, junto con Dunkerque:,St. Méen le Grande – Laval, con 171 km y solo una cota de 4ª, aunque la llegada pica hacia arriba, en un sprint de potencia, con el último antecedente de etapa en línea en 1999, ganando Tom Steels, mientras que en 2021 albergó una crono, triunfando Pogacar; y Chinon – Châteauroux, de distancia similar y sin una sola subida puntuable, donde a priori solo el viento podría evitar un sprint masivo, con Cavendish como el gran dominador de las llegadas en esta ciudad, habiendo ganado en 3 ocasiones: 2008, 2011 y 2021. en esta última ocasión también con Laval como jornada previa.

Al coincidir el lunes con el 14 de julio, fiesta nacional francesa, se retrasa el descanso hasta el martes, disputándose una jornada de media montaña en el Macizo Central, con 165 km entre Ennezar y Le Mont Dore / Puy de Sancy, teniendo un terreno de sube y baja constante con nada menos que 8 subidas puntuables, además de otras 4 cotas que podrían haberlo hecho. Destaca Baraque (hasta el km 6), en las cercanías del Puy de Döme, y el encadenado final de Croix St. Robert, con 5 km al 6-7% (sin contar la subida previa a Montalex, una buena trampa), teniendo un descenso complicado, y Mont Doré / Puy Sancy, aunque al llegar desde Saint Robert se suben solo los últimos 3 km, cercanos al 8%. En total, casi 4500 m de desnivel acumulado, si bien no hay puertos rompedores por sí solos, por lo que depende mucho de la actitud de los corredores, pudiendo haber lucha por la general o quedar para escapadas, aunque ojo a la posibilidad de fuga bidón, en el estreno de Puy Sancy como final en el Tour

SEGUNDA SEMANA

Tras el día de descanso, la prueba se reanuda con una etapa de 157 km alrededor de Toulouse, catalogada como llana pero que en realidad incluye 7 cotas en los últimos 50 km, aunque solo 4 de ellas puntuando para la montaña. siendo las mas duras Vielle Toulouse y sobre todo el muro de Pech David, con 800 m al 12% y rampas del 20%, coronándose a solo 9 km de meta, pudiendo dar mucho juego. No obstante, los ojos están puestos en la jornada siguiente, con el inicio del bloque pirenaico, empezando con una etapa de 180 km entre Auch y Hautacam, sin grandes dificultades durante los primeros 120 km pero que en los últimos 60 encadena el Col du Soulor norte, con 12 km al 7,6% desde Ferrieres, incluyendo varios km al 9%, y Col des Borderes, con 3,5 km al 7,7% (desde el cruce de Arrens) antes del descenso previo a Argeles Gazost, inicio de la dura subida final (hasta km 14,5) -> otro perfil, irregular pero con tramos muy exigentes, destacando los 3,5 km centrales a casi el 10%, para unas cifras oficiales de 13,5 km al 7,8% de media (no cuentan el primer km). Señalar que es la 7ª llegada del Tour en esta cima: 1994 (Leblanc, 2º Indurain),1999 (Rijs), 2000 (Otxoa), 2008 (Piepoli),2014 (Nibali) y 2022 (Vingegaard) -> vídeos.

Al día siguiente, cronoescalada de 12 km entre Loudenvielle y el altipuerto de Peyragudes, con casi 3 de falsos llanos antes de comenzar la auténtica subida -> perfil de la CRI, que coincide con el Peyresourde oeste (hasta el km 2,4 se llega por otra vía) en su mayor parte, si bien desviándose hacia Peyragudes en el cruce de la cota 1370 m, dando paso a un km muy duro, descansillo y muro final con el rampón del altipuerto, para un total de 8 km a casi el 8%. Una etapa llamativa por sí sola, pero que el global de la prueba, con 5 finales HC, parece un «pegote», habiendo sido más lógico hacer una 2ª CRI llana. O si no al menos hacerla mixta y más larga, por ejemplo con salida desde Arreau, para que hubiera más terreno de falsos llanos antes de la subida real. Sobre antecedentes, Peyragudes ya albergó finales del Tour en 2012, imponiéndose Valverde; 2017 con triunfo de Bardet; y 2022 -> vídeo, ganando Pogacar, si bien eran etapas en línea, con la jornada de 2012 y la de la Vuelta 2013 (Geniez) acabando en la estación de esquí, mientras que las etapas de 2017 y 2022 ya terminaron en el altipuerto. Como anécdota, este aérodromo sale en la escena inicial de una película de James Bond: “El Mañana Nunca Muere”.

 

El sábado, la etapa reina de los Pirineos, con 183 km entre Pau y Superbagneres, incluyendo el mítico Col du Tourmalet -> perfiles detallados, el puerto más transitado en el Tour, con 87 pasos (más 3 en la Vuelta), y que por esta vertiente tiene 19 km al 7,4%, con la cima a 2115 km otorgando el Souvenir Jacques Goddet, Tras su fuerte bajada -> otro perfil, en St. Marie de Campan se inicial el Col d’Aspin, con 5 km finales al 7,6%, seguido por el Col de Peyresourde, por la misma vertiente de la cronoescalada, para tras su bajada y el paso por Bagneres de Luchon afrontar el ascenso final -> otro perfil, muy irregular en su 1ª mitad, con tramos duros y descansillos, y más constante en la parte final, con los últimos 8,5 km al 8%, para un total de 16,2 km al 7% de media. Una de las etapas más esperadas de esta edición, tanto por su dureza, rondando los 5000 m de desnivel acumulado, como por la recuperación de Superbagneres 36 años después de su última subida en el Tour, teniendo de hecho el mismo encadenado de 1986, con ataque lejano de Hinault (y era el líder…), ganando Lemond; y 1989, con Perico como gran animador y triunfo de Millar. 

Y como cierre de la 2ª semana, etapa de 170 km entre Muret y Carcassonne, teniendo un recorrido de media montaña que incluye las subidas a Saint Ferreol, cota de Soreze y el muro de Pas du Sant, con 3 km a casi el 10%, continuando el ascenso de un modo más suave hasta el Col de Fontbruno, que se corona a 42 km de meta, con un largo e irregular descenso en busca de Carcassonne, en un día para escapadas. Sobre los antecedentes de esta preciosa localidad en el Tour, las últimas llegadas han sido al sprint, aunque el trazado era distinto: en 2021 ganando Cavendish y en 2022 con triunfo de Philipsen. 

TERCERA SEMANA

Ya en la 3ª semana, después del descanso, etapa unipuerto entre Montpellier y el colosal Mont Ventoux, el «gigante de la Provenza», que se sube por su vertiente clásica de Bedoin -> todas las vertientes, destacando por su dureza el tramo del bosque, con 9 km centrales al 9,5%, aunque lo más icónico es la parte alta, con un paisaje lunar y la antena de la cima, para un total de 21,3 km al 7,5%, aunque oficialmente son 15,7 km al 8,7%, al no contar el inicio, siendo una de las subidas francesas mejor colocada en la lista de puertos más duros en carrera. Estrenado en 1951, aunque por la vertiente de Malaucene, se trata de la 19ª ascensión de «Le Tour» a este coloso -> historia en el Tour, 10 de ellas con final en la cima, siendo la última llegada previa en 2013 -> vídeo, con victoria de Froome, estando también programado para 2016 pero que debido al viento acabó en Chalet Reynard, con triunfo para De Gendt, aunque lo más recordado es el propio Froome corriendo a pie tras chocar con una moto por el exceso de público. Más recientemente, en 2022, se realizó un doble paso por este puerto, el 1º por Sault y el 2º por Bedoin, acabando en Malaucene tras el descenso -> vídeos, ganando Van Aert desde la fuga.

La etapa 17ª, con 160 km entre entre Bollène y Valence, incluye las cotas de Pertuis-Boutiere marcado de 4ª pero con dureza para considerarlo un 3ª, y Tartaiguille, si bien lejos de meta, en un día con opciones tanto para los velocistas, que ya no tendrán otra hasta París, como para una escapada, siendo a priori de transición para los favoritos, aunque en esta zona ojo al viento. Y es que al día siguiente llega la etapa reina, con 172 km entre Vif y Courchevel / Col de la Loze, con «solo» 3 puertos pero auténticos «Hors Categorie»: el Col du Glandon -> otro perfil, por esta vertiente irregular pero con tramos muy exigentes, seguido por un espectacular bajada (desde el km 21,8) hasta St. Etienne de Cuines y La Chambre, inicio del Col de la Madeleine -> otro perfil, sin rampas extremas pero muy constante, para un total de 19 km al 8%, pudiendo destrozar el grupo si hay batalla, como en 1997-98, con ataques de Virenque y Ullrich respectivamente, aunque en sus últimas subidas quedó solo como desgaste. Y tras su largo descenso y una zona llana, con paso por Moutiers, la interminable subida al Col de la Loze por Courchevel, con oficialmente 26,4 km al 6,5% (no cuentan el repecho previo), siendo lo más duro la parte central y sobre todo los últimos 5,5 km, que alternan rampones y descansillos, hasta superar los 2300 m de altitud, otorgando el Souvenir Henri Desgrange al ser el puerto más alto de este Tour.

Una jornada muy exigente, rondando los 5500 m de desnivel, y donde si la carrera se rompe desde lejos puede haber enormes diferencias en meta, con una agónica subida final que por 1ª vez se realiza por esta vertiente, ya que en el año 2020 -> vídeo, también como llegada, se subió por Meribel les Allues, venciendo López, mientras que en 2023 se hizo por St. Bon Tarentaise, compartiendo la 2ª mitad con Meribel, y con meta en el altipuerto de Courchevel tras corta bajada y repechón final, con triunfo de Gall y hundimiento de Pogacar en Loze -> vídeos. No obstante, salvo por el añadido final los antecedentes son más clásicos, con la espectacular etapa de Courchevel en 1997 teniendo los mismos puertos previos, ganando Virenque con Ullrich 2º y Escartín 3º, mientras que en la etapa del 2000 también se subía la Madeleine aunque con Galibier sur como primer puerto, siendo el último triunfo de Pantani -> crónica, seguido por Jiménez y Heras. También hubo final en Courchevel en 2005, aunque en una etapa más blanda, imponiéndose Valverde por delante de Armstrong. Ojalá en los próximos años se aproveche el potencial de Loze como puerto de paso, en lugar de utilizarlo solo como llegada -> propuesta de etapa reina.

Como última jornada de alta montaña en los Alpes, etapa corta pero muy dura entre Albertville y La Plagne, incluyendo de inicio el encadenado de Hery sur Ugine, que tiene 11,3 km al 5,1%, con el Col des Saisies por Crest Voland, con 13,7 km al 6,4%, para tras su bajada y sin apenas llano afrontar el Cormet de Roselend por Col du Pré, más duro que por su vertiente clásica, ya que la subida del Col du Pré cuenta con 7 km finales al 9,5%, Coronado Roselend, peligroso descenso hacia Bourg St. Maurice, habiendo 14 km llanos hasta el inicio de la subida final a La Plagne (sin el medio km final), sin grandes rampas pero muy constante al 7-8%, para un total de 19 km al 7,2%, pudiendo hacer mucho daño si hay buen ritmo desde la base … y aún más si la carrera llega ya rota. Aunque se trata de la 5ª llegada del Tour en La Plagne, con triunfos de Fignon en 1984 y 1987; Zulle en 1995, con escabechina de Indurain -> vídeo, y Boogerd en el 2002, nunca se había terminado tan arriba, ya que este año acaban en la cota 2050 m. No obstante, habiendo ya otros 4 finales en HC, habría sido más lógico un final tras descenso o subida más tendida, esto último visto en el estreno del Col du Pré en 2018, acabando en La Rosiere con victoria de Thomas.

Y como cierre de la prueba, jornada de media montaña entre las localidades de Nantua y Pontarlier, en el Jura / Doubs, con 184 km de sube y baja constante, incluyendo de salida el Col de la Croix Serra y destacando en la 2ª mitad el muro de Thesy, que tiene 3,5 km al 9%, aunque desde su cima aún faltarán 64 km hasta meta, con varias cotas, siendo un día para escapadas; y la jornada de París, con 132 km y la novedad de que tras presentar inicialmente una etapa con el circuito final clásico, se cambió la ruta para programar 3 pasos por la cota de Montmartre, con un km adoquinado al 6% y que tanto juego dio en la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de París 2024 -> vídeo, con triunfo de Evenepeol, coronándose por última vez a solo 6 km de la meta en los Campos Elíseos. Este nuevo recorrido, con 3 vueltas a un circuito final de 17 km, que ha provocado las quejas de algunos equipos por un supuesto «exceso de peligrosidad para ser el último día», hace que la etapa sea mucho más abierta que en llegadas anteriores, pudiendo triunfar tanto un clasicómano como un sprinter que pase bien las pequeñas cotas.

Analizando las etapas por separadohay cosas muy interesantes, como la dureza de varias de las jornadas de montaña, con 4 de ellas superando los 4400 m de desnivel (y la del Col de la Loze los 5500 m), incluyendo la recuperación de Superbagneres 36 años después, así como el «picante» que aportan las etapas quebradas durante toda la prueba, con muy pocas jornadas realmente llanas, sobre todo en las 2 últimas semanas. Pero si se mira el recorrido global, no solo está muy desequilibrado, con únicamente 33 km de crono llana, sino que el abuso de finales duros (5 en HC) hace que el diseño de la alta montaña sea muy repetitivo: ni una sola etapa con final tras descenso o llegada más suave. Y aunque pueden dar juego, las etapas tipo clásica de la 1ª semana también son repetitivas entre sí: muritos + final en repecho, siempre sobre asfalto, sin pavé o tierra. Y no sustituyen a etapas llanas, habiendo 4 en los primeros 9 días, sino a jornadas con puertos más largos

Tema aparte es la enorme cantidad de traslados, que según varias fuentes suman unos 3000 km, con 14 de ellos de más de 100 km, que encima no evitan que el 2º fin de semana coincidan justo 2 etapas llanas. En cualquier caso, como siempre la última palabra será de los corredores. Y si se muestran combativos desde lejos, sin esperar a las subidas finales, podrá verse un buen espectáculo, como lleva ocurriendo desde 2021, con el duelo durante 4 años entre Pogacar y Vingegaard, siendo las ediciones más bonitas 2022 y 2023.

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