TOUR DE FRANCIA 2022 – Recorrido

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Como decíamos en el artículo previo, se trata de la edición nº 109 del Tour, con salida desde Copenhague, la capital de Dinamarca, el 1 de julio y el clásico final en los Campos Elíseos de París el día 24 del mismo mes, celebrándose en sus clásicas fechas de julio después de que el año pasado empezara una semana antes, para hacer hueco a los Juegos Olímpicos de Tokio, y de que en 2020 se retrasara hasta agosto debido a la pandemia del coronavirus.

Yendo en el sentido de las agujas del reloj, aunque sin tocar el oeste de Francia, visitando en cambio otros 3 países distintos (Dinamarca, Bélgica y Suiza), la prueba consta de 21 etapas, con 2 días de descanso intercalados, pudiendo dividirse en 5 jornadas llanas, todas al inicio y final de la carrera; 8 de media montaña, contando tanto jornadas de pequeñas cotas como las de puertos más serios sin llegar a ser colosos; y 6 de alta montaña, con 3 en los Alpes y otras 3 en los Pirineos, aunque 2 ellas están a mitad camino de la media y la alta; y 2 contrarrelojes, el primer día y el penúltimo. En total, 3.445 km, sin contar neutralizaciones.

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Si el Tour 2021 fue una relativa vuelta al clasicismo (aunque con muchos matices), sobre todo por las 2 cronos individuales de distancia media, algo que no ocurría desde 2013, así como por el aumento de etapas llanas, reduciendo la media montaña, el recorrido de 2022 hace lo contrario, profundizando en la tendencia de la última década: muy pocas jornadas planas (salvo en Dinamarca), etapas tipo clásica, muchos finales en alto y gran cantidad de jornadas de montaña pero a cambio de reducir su dureza, tanto en kilometraje, sobre todo en la alta montaña, como en desnivel, con solo una etapa que superé claramente los 4000 m de desnivel.

No obstante, también se recuperan algunas cosas que parecían ya olvidadas en el Tour, como la presencia de una crono de más de 40 km, algo que no se veía desde 2014. Y aunque no hace tantos años, pero también se agradece que la prueba comience con una CRI, lo que no ocurría desde 2017. En cuanto a los puertos, las mayores novedades son el estreno de Spandelles en los Pirineos y la recuperación del Granon en los Alpes, con el único antecedente en 1986, mientras que el resto de ascensiones son bastante conocidas, con multitud de clásicos.

Respecto a las bonificaciones, si bien se mantienen las otorgadas en meta, con 10, 6 y 4 segundos respectivamente para los 3 primeros de cada etapa, este año no habrá bonificaciones en los puertos de paso, algo que sí se había hecho en las últimas ediciones buscando una mayor combatividad, con 8, 5 y 2 segundos para los corredores que pasaran en los 3 primeros puestos determinadas ascensiones. Y tampoco habrá bonificaciones de tiempo en el sprint intermedio de cada jornada, dando solo puntos para la regularidad.

PRIMERA SEMANA

De este modo, la prueba se inicia con 3 etapas en Dinamarca, algo que ya fue anunciado para 2021 pero que se retrasó hasta este año debido a la pandemia, comenzando con una crono individual de 13 km en Copenhague, totalmente llana y con un trazado muy técnico, habiendo varias curvas complicadas. Una CRI para especialistas, aunque por su escasa longitud no debe haber grandes diferencias. La jornada siguiente, de más de 200 km entre Roskilde y Nyborg, en las islas de Selandia y Fionia respectivamente, es muy llana y con el viento como factor clave, ya que además de circular junto a la costa se cruza el puente de Gran Belt, de casi 18 km de punta a punta (aunque con una pequeña isla a la mitad) en la parte final de la etapa. Y cerrando las etapas danesas, otra jornada para sprinters, en este caso entre Velje y Sonderborg, al sur del país, en un día donde la posibilidad de viento y las caídas, desgraciadamente muy habituales los primeros días, son la mayor amenaza.

Tras la jornada de descanso y el traslado al norte de Francia, la prueba se reanuda con una serie de etapas tipo clásica, empezando con una jornada de 172 km entre Dunkerke y Calais, con una ruta plagada de repechos que incluye 6 cotas puntuables, aunque todas ellas de 4ª categoría, con la última, Cap Blanc Nez, de 900 m al 7,5%, coronándose a 11 km de meta, siendo un día para velocistas completos. Al día siguiente, turno para una de las etapas más esperadas: Lille – Arenberg Porte du Hainaut, incluyendo en la 2ª mitad de la ruta 11 tramos de pavé que suman 19,4 km, siendo la mayoría de dificultad media, aunque con 2 sectores de 4 estrellas ya conocidos por la París-Roubaix: Erre a Wandignies y Tilloy les Marchiennes a Sars et Rosières -> tabla con la dificultad. Eso sí, pese a terminar en la localidad que le da nombre, no se atraviesa el mítico bosque de Arenberg, lo que no quita para que sea una etapa que puede dar mucho juego, como ya ocurrió en 2010 y sobre todo en 2014 -> vídeo, con triunfos de Hushovd y Boom respectivamente, con los favoritos teniendo que dar la cara lejos de meta, destacando el etapón de Nibali en 2014

De una jornada con pavé a otro tipo Árdenas, con 220 km entre Binche y Longwy, siendo la etapa más larga de esta edición, con un perfil rompepiernas en el que detaca el enlazado de 4 cotas en la parte final, con el muro de Pulventeux, de 800 m al 12%, antes de la cota de Religieuses, con 1,6 km a casi el 6% y donde estará la meta -> encadenado final, siendo día para los “up-hill finishers” y clasicómanos. Esta llegada ya se vio en 2017 pero sin Pulventeux, ganando Sagan. En la jornada siguiente, turno para el 1er final en alto duro, con 176 km entre Tomblaine y la Super Planche des Belles Filles, en los Vosgos, incluyendo varios pequeños puertos, aunque puntuando solo Grosse Pierre, con varios km al 7-8%, y Col des Croix, con 3 km al 6%, antes del ascenso final, ya un clásico de los últimos años. La subida, que va «a escalones», tiene unas cifras de 7 km al 8,7% al incluir el añadido final de tierra estrenado en 2019, con puntas del 24%, estando en la lista de rampas máximas. No obstante, a nivel deportivo nos parece un pegote innecesario y perjudicial, como se vio en 2019 -> vídeo, cuando ganó Teuns y los favoritos no se movieron hasta el km final, siendo peor que las subidas sin ese añadido: 2012, 14 y 17, además de la CRI de 2020, donde Pogacar le arrebató el liderato a Roglic.

El fin de semana, incursión en Suiza con una etapa de 186 km entre Dole y Lausana, junto al lago Leman, atravesando durante la ruta el Macizo del Jura, aunque con puertos modestos, como Les Rousses (7 km al 5-6%), para tras llegar a Lausana acabar en la subida al E.Olímpico, con una cifras de 4,6 km al 4,8% engañosas, ya que un descansillo central baja la media. No obstante, el perfil oficial “infla” las cifras del km duro, que en realidad tiene un 8% de media -> ascenso final / plano, en una llegada para clasicómanos al suavizar antes de meta. La 9ª etapa, con 193 km entre Aigle y Châtel / Les Portes du Soleil, hace el camino inverso, partiendo de Suiza y acabando en Francia, incluyendo un gran bucle en torno a Aigle, con las subidas a Châtel Saint Dennis (el inicio es distinto, al pasar por Bellevue); Col des Mosses, muy irregular; y Col de la Croix (desde km 16,5), ya un 1ª con 8 km al 7,6%, si bien destaca más su fuerte descenso hacia Ollon. Tras esta bajada, 15 km llanos en busca de Monthey, comienzo de la subida a Pas de Morgins, sin grandes rampas pero con 12 km iniciales al 7%, aunque después suaviza para un total de casi 16 km al 6%, coronándose a 10 de la llegada, con un corto descenso hasta Châtel antes de la subida final, no puntuable pero con un tramo exigente -> perfil del encadenado.

Una etapa que puede dar juego, con buen kilometraje, desgaste y gran enlazado final, lo que no quita para que en la zona haya opciones más rompedoras, como el propio Col de la Croix en sentido contrario; el Col de les Giettes, con 3 km iniciales al 10% y que encajaba perfecto antes de Morgins, pudiendo además eliminadar el llano intermedio; o el inédito Portes de Culet, un auténtico coloso que se podría haber incluído en lugar del propio Morgins, aunque la carretera es muy estrecha.

SEGUNDA SEMANA

Después del día de descanso, continúa la montaña con una etapa de 150 km entre Morzine, famoso por sus finales tras el Joux Plane, y el altipuerto de Megève, incluyendo varios puertos tendidos, como Chevenoz, Col de Jambaz, y Châtillon sur Cluses, antes de una zona llana de 25 km previa a la subida final -> 1ª parte / últimos 8 km, muy larga pero irregular y en general tendida, con unas cifras totales de 21 km al 4%, aunque han marcado el puerto a 2 km de la cima. Un día para escapadas, mientras que los favoritos es más probable que estén pensando en los días siguientes. En ese sentido, viendo además el global del recorrido, habría sido interesante hacer una cronoescalada, por ejemplo desde Sallanches, con el antecedente de la CRI de 2016, con triunfo para Froome, aunque terminaba en la localidad de Megève, no en el altipuerto. Sí hubo dos finales en este último en la Dauphiné 2020, con triunfos de Kamna y Kuss respectivamente -> clasificación / vídeo, aunque en ambos casos la aproximación era diferente, con una última etapa que tenía un gran encadenado final, con Domancy + Cordon antes de Megeve..

En la 11ª jornada, turno para la alta montaña, con 152 km entre Albertville y el Col du Granon, en las cercanías de la estación de esquí de Serre Chevalier, teniendo que superar previamente los Lacets de Montvernier, con 3,6 km al 8% por una vía estrecha plagada de «herraduras», siendo el inicio del Col de Chaussy, aunque en este caso solo se hace ese tramo, y tras una zona llana el espectacular Col du Galibier norte -> otro perfil, que incluyendo Telegraphe supera los 450 APM, con un desnivel acumulado de 2100 m, estando en el top-15 de la lista de puertos mas duros en carrera y teniendo además una parte final muy escénica -> galería de fotos. Una vez coronado, a 2642 m de altitud, faltarán 45 km para acabar la etapa, con un descenso complicado hasta el cruce del Lautaret pero desde ahí muy tendido y por buena carretera -> bajada completa (hasta km 32,5), con los últimos 15 km de falso llano favorable hasta Saint Chaffrey, inicio de la dura subida al Granon, que cuenta con 11,5 km al 9% de media, sin rampas extremas pero muy constante y con la cima a 2400 m de altitud, lo que unido al desgaste previo puede provocar una buena escabechina. No obstante, la propia dureza de la subida final también puede perjudicar los ataques previos.

Aunque el Galibier es uno los puertos clásicos del Tour, con más de 60 ascensiones, hacía 5 años desde la última subida por esta vertiente, en 2017 -> vídeo, en una etapa que incluía también los puertos de Ornon y Croix de Fer, acabando en Serre Chevalier (en la zona del valle) tras.el descenso del Galibier, con victoria para Roglic llegando en solitario, aunque ese año no luchaba por la general, en la que Froome mantuvo el liderato. En el caso de Granon, su único antecedente data de 1986 -> perfil y vídeo / clasificación, en una etapa con los puertos previos de Vars e Izoard, logrando el triunfo Chozas tras una larga escapada, mientras que en la general Lemond se hizo con el liderato. Como anécdota, el Granon fue la llegada a mayor altitud del Tour desde 1986 hasta 2011, cuando precisamente el Galibier le arrebató el récord, aunque subiendo por la vertiente sur, con victoria de Schleck.

Volviendo al recorrido de este año, la etapa siguiente se puede considerar la la jornada reina de este Tour, con 166 km entre Briancon y la estación de esquí de Alpe d’Huez. Ya de salida los corredores tendrán que afrontar el Galibier sur -> fotos, subiendo por donde habrán bajado en la etapa previa. Un ascenso muy tendido hasta el Lautaret pero que desde el cruce hasta la cima tiene 8,5 km finales al 7%, con un último km al 9%. Una vez coronado, a más de 2600 m de altitud, espectacular descenso hacia St. Jean de Maurienne antes del falso llano previo al larguísimo Col de la Croix de Fer -> otro perfil, con más de 1600 m de desnivel acumulado, destacando el tramo central, con 5 km al 9%, y los últimos 7 km, a casi el 8% de media. Tras su larga e irregular bajada, con varios repechos intercalados, y una zona llana hasta Bourd d’Oisans llegará el famoso Alpe d´Huez -> historia y características, con 2 km iniciales al 10%, rondando después el 8-9% hasta casi la cima, aunque los últimos km, ya en la estación, son más suaves, para un total de 14 km al 8% de media.

Ape d’Huez fue el primer final en alto del Tour, en 1952, convirtiéndose tras su re-estreno de 1976 en un puerto muy habitual, con 30 subidas en 40 años, todas como llegada salvo primer paso en 2013 -> clasificación / vídeo, cuando se subió 2 veces, bajando entremedias por el Col de Sarenne y con triunfo para Riblon. En la jornada de 2015 tuvo como puerto previo la Croix de Fer, si bien en una etapa muy corta, con victoria de Pinot y Quintana poniendo en apuros a Froome -> clasificación / vídeo, aunque el corredor de Sky pudo conservar el maillot amarillo, mientras que en 2019 -> vídeo, en una etapa de >5000 m de desnivel, se impuso Thomas, aunque sin apenas diferencias entre los favoritos. Sobre posibles alternativas a la ruta de este año, que es un calco de la mítica jornada de 1986 en la que Hinault y Lemond llegaron juntos a meta,.se podría haber eliminado llano previo a Alpe d´Huez subiendo por vertiente oeste (del km 21 al 2), favoreciendo a priori los ataques lejanos, sobre todo con Glandon norte como penúltimo puerto, con 8 km finales al 9% -> encadenado.

Las jornadas siguientes son de media montaña, aunque salvo por el kilometraje, rondando los 200 km, muy diferentes entre sí, con la 13ª etapa uniendo Bourg d’Oisans y Saint Étienne mediante un recorrido con varios pequeños puertos, como el Col de Parmenie, que tiene 5 km al 6-7%, y St. Romain en Gal, con 7,5 km al 4,5%, además de una cota no puntuada a 8 km de meta, dando opciones tanto a una escapada como a los velocistas completos, ocurriendo lo 1º en 2019, con triunfo de De Gent, aunque la ruta era distinta. La 14ª etapa, entre Saint Étienne y Mende, es a priori más selectiva, atravesando el Macizo Central con una ruta muy quebrada que incluye 4 subidas puntuables, destacando Charpal por Fage, más otras que podrían hacerlo perfectamente, antes de llegar a Mende y afrontar el muro de la Croix Neuve -> otro perfil, con 3 km al 10,5% (los 2 centrales al 12%) y la clásica llegada en el aeródromo después de 1,5 km de falso llano. Una jornada de mucho desgaste y con una subida final rompedora, aunque es una pena que sigan sin utilizarla como puerto de paso.

Estrenada en 1995, en una preciosa etapa con victoria de Jalabert y en la que la Once puso en jaque al Banesto, aunque el equipo de Indurain logró salvar el liderato -> clasificación / vídeo, la Croix Neuve se ha convertido en un clásico de las pruebas francesas, habiéndose afrontado en muchas otras carreras: Paris-Niza, Midi Libre, Languedoc-Rousillon, Gevaudan, Porvenir … Y varias veces, como en el propio Tour, con finales en el aeródromo, como en 2005 -> vídeo, con triunfo Marcos Serrano; 2010 -> vídeo, con victoria de “Purito”; 2015 -> vídeo, imponiéndose Cummings; y 2018 -> vídeo, ganando Fraile. Una subida muy propicia para los españoles. Volviendo al Tour de este año, la 2ª semana concluye con una etapa de más de 200 km entre Rodez y la ciudad amurallada de Carcassonne, con solo 2 subidas puntuables, Ambialet y Les Cammazes por Revel, con 9,5 km al 4-5%, pero múltiples repechos durante la ruta, el último a 25 km de meta, siendo un buen día para escapadas pero donde tampoco se puede descartar el sprint, como ocurrió en 2021, con triunfo de Cavendish.

TERCERA SEMANA

Después del último día de descanso, turno para los Pirineos, comenzando con una etapa de 180 km entre Carcassonne y Foix, incluyendo varias cotas de salida, destacando Col du Bac por Espinas, antes de una zona central más llana, con los grandes puertos llegando en los últimos 65 km: el Port de Lers, con 11,4 km al 7%, y el Col de Péguère -> fotos, temido por sus 3,7 km finales al 12% por una vía muy estrecha, para un total de 9,4 km al 7,9%. Ya coronado, a 27 km de meta, largo descenso (desde el km 3,5 del perfil) hacia la localidad de Foix, con un tramo central de fuerte pendiente pero los últimos 10 km de falso llano favorable. Sobre los antecedentes, Foix ha acogido etapas en 2008, 2012 y 2017, siendo esta última la mejor con diferencia -> clasificación / vídeo, con la carrera rota desde lejos, destacando el ataque de Contador secundado por Landa y la reacción de Quintana, aunque el triunfo fue para Barguil. No obstante, el encadenado de Lers + Peguere volvió a incluirse en 2019, si bien la etapa acabó en la subida a Prat d’Albis, con triunfo de Simon Yates desde la escapada.

La jornada siguiente es muy corta, con 130 km entre Saint Gaudens y la estación de esquí de Peyragudes, pero no está exenta de dureza. Y es que tras un inicio llano se enlazan el Col d’Aspin, un clásico de la prueba con 12 km al 6,5%; Hourquette d’Ancizan (solo los últimos 10 km), tan irregular como escénico, seguido por un fuerte descenso en busca de Saint Lary Soulan; Col d’Azet (el inicio es distinto), con 6 km centrales al 8,5%; y tras su bajada, que se utilizó como ascenso en la mítica etapa de Val Louron 1991, la subida final a Peyragudes, con 8 km al 7,8%, coincidiendo en su mayor parte con la vertiente oeste del Peyresourde, pero desviándose hacia la estación y acabando en el rampón del altipuerto, con 200 m al 15%. Aunque Peyragudes se estrenó en 2012, con victoria de Valverde, este muro final solo se había incluído en el Tour en 2017 -> vídeo, con triunfo de Bardet, si bien llegando por la vertiente contraria del Peyresourde y con escasas diferencias entre los favoritos. Como anécdota, el aérodromo sale en la escena inicial de una película de James Bond: “El Mañana Nunca Muere”.

Y como cierre del bloque pirenaico, una etapa de 143 km entre la localidad de Lourdes, famosa por su santuario homónimo. y la estación de esquí de Hautacam, junto a Argeles Gazost. Salvo por el repecho inicial, los primeros 60 km son llanos, pero tras el paso por Laruns se afronta el mítico Col d’Aubisque, con más de 17 km a casi el 7% de media y cuyo bonito descenso, atravesando el Cirque du Litor y el Soulor, lleva al inicio de Spandelles, hasta ahora inédito en el Tour, con 10,3 km al 8-9% por una ctra. estrecha, teniendo una bajada irregular hasta Argeles Gazost, donde comienza el ascenso final (cota 1525 m) -> otro perfil, también irregular pero con tramos muy exigentes, destacando los 6 km centrales al 9%, para unas cifras oficiales de 13,6 km al 7,8%, aunque no cuentan el inicio. En resumen, un gran enlazado de puertos y que siendo la última etapa de montaña debería dar mucho juego, si bien la propia exigencia del ascenso final puede frenar a algunos corredores. Estrenado en 1994, con exhibición de Indurain -> vídeo, está será la 6ª llegada del Tour en Hautacam, aunque el último antecedente fue en 2014 -> vídeo, con subida previa al Tourmalet y Nibali sentenciando la general.

Al día siguiente, etapa de 190 km entre Castelnau Magnoac y Cahors, teniendo un perfil en general llano aunque con pequeñas cotas, 2 de ellas marcadas de 4ª, y el km final picando hacia arriba -> perfil 5 km finales. Un día propicio para los velocistas completos, si bien a estas alturas de carrera tampoco sería raro que triunfe una escapada. En cuanto a los favoritos, a priori tendrán la mente puesta en la jornada siguiente: una crono individual de 41 km entre Lacapelle Marival y Rocamadour, teniendo un perfil básicamente llano aunque con tramos ondulados y zonas de curvas, además de 2 cotas finales, la última de 1,5 km al 7-8%, que pueden ser agónicas, decidiendo la general en caso de que no se llegue con grandes diferencias. De hecho, se trata de la CRI más larga en el Tour desde 2014, lo que no habla muy bien de la actitud de los organizadores respecto a esta disciplina en la última década. No obstante, el año pasado las 2 cronos sumaban casi 60 km, con 27 y 31 km respectivamente, imponiéndose Pogacar en Laval y Van Aert en St. Émilion.

Después de la crono, largo traslado hasta París para la clásica etapa final con múltiples pasos por el circuito de los Campos Elíseos -> perfil, que se estrenó como llegada en la mítica edición de 1975. En este caso con salida desde el propio París y un total de 116 km, con 8 vueltas y medio al circuito, el mismo de años anteriores y con la meta situada igual que en 2021, quedando una recta final de 700 m. Un día muy favorable para los velocistas, ganando Van Aert en 2021 -> vídeo, teniendo que remontarse a 2005 para ver triunfar un ataque, cuando lo logró Vinokourov, y que servirá de homenaje para todos los ciclistas que hayan completado la carrera.

Globalmente, un trazado favorable para los escaladores, con abundante montaña, muy pocas etapas llanas (salvo en Dinamarca) y la única crono larga el penúltimo día, destacando además el regreso del pavé, en una 1ª semana que puede marcar el desarrollo de la carrera. Sin embargo, haciendo una valoración crítica nos parece un recorrido decepcionante, ya que pese a tener buenos ingredientes, como grandes puertos, etapas en todas las cordilleras, jornadas tipo clásica y una CRI de 40 km, creemos que están mal “cocinados”: exceso de finales en alto (10, 5 en HC/1ª), perjudicando a los puertos de paso; poca originalidad, tanto en rutas intermedias como llegadas; abuso de etapas de montaña cortas, sin jornadas de gran fondo; y falta de otra crono, con la CRI larga llegando muy tarde. Y el orden tampoco parece el más adecuado, con las jornadas más duras cerrando los bloques de montana, lo que puede perjudicar a las etapas previas.

Da la sensación de que buscan llamar la atención a nivel mediático, con muchos días donde “puede pasar algo”, pero intentando evitar que haya grandes diferencias. La excepción es la etapa del pavé, de resultado impredecible. En cualquier caso, como siempre la última palabra será de los corredores. Y si se muestran combativos, lanzándose desde lejos sin esperar a las subidas finales, terreno hay para que se vea un buen espectáculo.

2 comentarios en “TOUR DE FRANCIA 2022 – Recorrido

  1. Para mi un recorrido muy decepcionante,solo los alpes se salvan de la mediocridad,faltan kilómetros de contrarreloj,unos pirineos con puertos duros pero con falta de desnivel acumulado y kms,el tour traicionando a su propia historia,un pena

    • Hola Juanma, gracias por tu comentario.

      Muy de acuerdo en que es un recorrido decepcionante, ya que si bien tiene algunos aspectos positivos la mezcla final está muy desequilibrada, faltando como dices kilómetros de contrarreloj y etapas de gran fondo.

      Sobre los Alpes, las etapas del Granon y Alpe d’Huez son muy llamativas, aunque pueden verse condicionadas por la dureza de las subidas finales. En ese sentido, habría sido interesante que una de ellas no acabara arriba o la última subida fuera más blanda y mejor encadenada, para favorecer la batalla desde lejos. Por ejemplo la de Alpe d’Huez subiendo por la vertiente oeste.

      Saludos.

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