GIRO DE ITALIA 2015

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Al igual que en las demás carreras de 3 semanas, el análisis estará dividido en varias partes, para que no quede una entrada excesivamente larga y perjudique la búsqueda de información.

En esta primera parte: historia, análisis del recorrido y participación.

Las demás entradas sobre el Giro de Italia 2015:

  • Avance (primeras noticias sobre el recorrido, en septiembre de 2014).
  • Previo (análisis del recorrido tras la presentación, con enlaces a perfiles de etapas y puertos).
  • 1ª Semana (análisis de las etapas 1ª a 9ª).
  • 2ª Semana (análisis de las etapas 10ª a 15ª).
  • 3ª Semana (análisis de las etapas 16ª a 21ª)

Introducción

Durante las próximas semanas, entre el 9 y el 31 de mayo, se celebra la 98ª edición del Giro de Italia, carrera también conocida como la «corsa rosa» y la primera de las grandes rondas por etapas del calendario, restando aún el Tour de Francia y la Vuelta a España, siendo desde mediados de los 90 la que suele tener el recorrido más duro y a priori espectacular, algo que vuelve a suceder este año pese a que curiosamente se está vendiendo a la baja.

Con salida desde San Lorenzo al Mare, en la región de Liguria, y llegada en Milán, la capital de Lombardía, los ciclistas recorrerán el país transalpino en sentido contrario a las agujas del reloj, teniendo que afrontar 21 etapas para un total de casi 3500 km, incluyendo 2 contrarrelojes, una por equipos y otra individual, esta última de casi 60 km; y 19 etapas en línea, destacando las jornadas de Aprica, con paso por el mítico Mortirolo; Cervinia, un maratón de casi 240 km con los 3 últimos puertos encadenados; y Sestriere, incluyendo el impresionente Colle Finestre, con los últimos 8 km sin asfaltar.

Historia

El origen de esta carrera data de inicios del siglo pasado, en 1908, cuando La Gazzetta dello Sport, en base a una idea del periodista Tullo Morgagni y en un intento por distanciarse de su principal competidor, Il Corriere della Sera, anunció en portada el 24 de agosto la celebración del primer Giro de Italia para el mes de mayo de 1909, adelántandose al diario rival que estaba a punto de lanzar una carrera por etapas de similares características.

Esta 1ª edición, homenajeada en el Giro 2009 con motivo de su centenario, partió de la Plaza Loreto de Milán y finalizó en la misma ciudad tras 8 etapas con kilometrajes casi siempre superiores a los 200 km, si bien entre cada etapa había como mínimo un día de descanso. La general se estableció en base a una clasificación por puntos, con victoria para Luigi Ganna. De los 127 corredores que iniciaron la carrera 123 eran italianos, presentándose sólo 4 corredores extranjeros, incluyendo a los franceses Louis Trousselier y Lucien Petit Breton, ganadores del Tour, si bien ninguno de ellos fue uno de los 49 ciclistas que consiguieron acabar la prueba.

Durante los años siguientes se mantuvo un nº de etapas similar, entre 8 y 12, y la general por puntos, incluyendo una edición en 1912 en que la carrera se disputó por equipos, hasta que en 1914, antes del parón de 4 años provocado por la 1ª Guerra Mundial, se adoptó la clasificación por tiempos individuales. En la década de los 30 hubo dos novedades importantes en la historia de la prueba: el maillot rosa, color emblema del periódico organizador y distintivo del líder a partir de 1931; y un aumento de etapas hasta llegar a las 20 de 1935, una cifra que ya se ha mantenido más o menos estable hasta la actualidad, con el único parón de los 4 años en que no pudo disputarse debido a la 2ª Guerra Mundial.

En su época inicial el Giro fue una carrera bastante localista, tanto en participación como en resultados, pero a partir de 1950 empezó a ganar protagonismo internacional, situándose al nivel del Tour de Francia durante los 60 y primera mitad de los 70. Sin embargo, a mediados de esa década empezó su declive, dejando al Tour en cabeza de las GV. Parte de esa pérdida de importancia fue motivada por una considerable rebaja en la dureza de los recorridos. Afortunadamente, esto cambió a finales de los 80. Y si bien ya no ha vuelto a estar al nivel mediático del Tour (al menos internacionalmente, en Italia si) la carrera ha recuperado su dureza y prestigio.

Los grandes dominadores durante los primeros años fueron Carlo Galetti y Constante Girardengo, ambos con 2 triunfos y un 2º puesto; Giovanni Brunero, con 3 victorias y otros 3 podios entre 1920 y 1927; y sobre todo Alfredo Binda, apodado “la Gioconda” y que obtuvo 5 victorias en la general (1925, 27, 28, 29, 33) además de 41 triunfos de etapa, una cifra sólo superada por las 42 victorias parciales de Mario Cipollini. El dominio de Binda a finales de la década de los 20 fue tal que los organizadores llegaron a ofrecerle dinero en 1930 para que no participara en la prueba, corriendo en su lugar el Tour, donde ganó 2 etapas aunque no acabó la carrera.

A continuación llegó el turno de Gino Bartali (1936, 37, 46) e “Il Campionissimo” Fausto Coppi (1940, 47, 49, 52, 53), los mejores corredores italianos de la historia, junto con Binda, y que si no hubiera sido por la 2ª Guerra Mundial habrían conseguido un palmarés aún más espectacular. La rivalidad deportiva fue enorme, con el país dividido entre “Coppistas” y “Bartalistas”, si bien a nivel personal acabaron siendo grandes amigos. Destacar la edición de 1949, en la que Coppi se convirtió en leyenda merced a su mítica escapada camino de Pinerolo. En esta misma época también sobresale Fiorenzo Magni, triple ganador de la prueba (1948, 51, 55).

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Coppi en la etapa de Pinerolo 1949. Imagen Fotolog-Ciclismo Epico

Con 5 triunfos en la general, igualando a Binda y Coppi, está “el caníbal” Eddy Merckx (1968, 70, 72, 73, 74), que a finales de los 60 e inicios de los 70 impuso su tiranía en el Giro, aunque la calidad de sus rivales, en la época de mayor esplendor de la prueba, hizo que éstos no se fueran de vacío, destacando la perseverancia de Felice Gimondi, con 3 victorias (1967, 69, 76) y otros 6 podios, acabando en el “top-10″ durante 12 años consecutivos. También con 3 victorias está “el tejón” Bernard Hinault (1980, 82, 85), siendo después de Merckx el corredor no italiano con mayor éxito en el Giro, destacando también su compatriota Jacques Anquetil, con 2 victorias (1960, 64) y otros 4 podios.

En los últimos tiempos el mayor protagonista ha sido Gilberto Simoni, retirado en 2010 con 2 victorias (2001, 03) y otros 5 podios en su haber, sin bajarse del “cajón” desde 1999 hasta 2006 salvo por su polémica expulsión en 2002 (positivo por cocaína del que después fue exculpado). Los otros corredores con 2 triunfos en lo que llevamos de siglo son Paolo Savoldelli (2002, 05) e Ivan Basso (2006, 10), aunque también hay que mencionar a Alberto Contador: ganador en 2008 y 2011, pero que fue desposeído de la última victoria debido a la sanción por el positivo en el Tour de Francia 2010.

En cuanto a los españoles, más allá de Contador tan solo Miguel Indurain, con doblete en 1992 y 1993, se ha impuesto en la general, siendo además 3º en 1994, una edición memorable gracias a la irrupción de Pantani y a la fabulosa etapa de Aprica, una de las mejores de los últimos 30 años. No obstante, también destacan Miguel Poblet, pionero español en el Giro con 20 triunfos de etapa entre 1956 y 1961; Jose Manuel Fuente,“el Tarangu”, que mantuvo apasionantes duelos con Merckx y Gimondi, siendo 2º en 1972 y 5º en el espectacular Giro de 1974, «the greatest show on earth», tras ganar 5 etapas y la montaña; Francisco Galdós, 2º en 1975 y 3º en 1973; y Abraham Olano, podio en 1996 y 2001, en el primer caso llegando líder hasta la penúltima etapa.

El año pasado el triunfo fue el colombiano Nairo Quintana, que en su estreno en la «corsa rosa» se hizo con la victoria por delante de su compatriota Rigoberto Urán, 2º ya en 2013, y Fabio Aru, la esperanza italiana de cara a los próximos años. Después de un inicio complicado, con bronquitis incluída, Quintana se mostró como el más fuerte durante la última semana, donde se concentraba casi toda la alta montaña, con triunfo de etapa y liderato en la dantesca jornada de Val Martello (aunque no sin polémica, ya que el grupo de rompió en la bajada del Stelvio después de que los organizadores anunciaran que se iba a hacer neutralizado), y refrendando su primer puesto al vencer en la durísima cronoescalada al Monte Grappa,

El podio de 2014, con Quintana, Uran y Aru. Foto Tim De Waele/TDWsport.com

  1. Nairo Quintana (Movistar)  88h 14′ 32”
  2. Rigoberto Uran (Omega-Quick Step) a 2′ 58”
  3. Fabio Aru (Astana) a 4′ 04”
  4. Pierre Rolland (Europcar) a 5′ 46”
  5. Domenico Pozzovivo (Ag2r) a 6′ 32”
  6. Rafal Majka (Tinkoff-Saxo) a 7′ 04”
  7. Wilco Kelderman (Belkin) a 11′ 00”
  8. Cadel Evans (BMC) a 11′ 51”
  9. Ryder Hesjedal (Garmin-Sharp) a 13′ 31”
  10. Robert Kiserlovski (Trek Factory) a 15′ 49”

Recorridos

A nivel de recorridos y como es lógico en una prueba con tantos años, la carrera ha pasado por épocas muy diversas -> dossier recorridos históricos de las GV, pero a partir de los años 40 casi siempre ha tenido un gran protagonismo la alta montaña, con grandes puertos de paso que unidos al modo en que se corría entonces rompían el pelotón a muchos km de meta, destacando jornadas como la de Pinerolo 1949 y Moena 1963, ambas entre las etapas más duras de la historia. A finales de los 60 y principios de los 70 empezaron a ganar importancia los finales en alto, ya fueran subidas sin salida, como Blockhaus o la mencionada Tre Cime di Lavaredo, o puertos de paso utilizados como llegada, como el Stelvio (estrenado varios años antes, en 1953), aunque sin pasar de los 2-3 por cada edición.

Sin embargo, a finales de los 70 el Giro entró en una “época oscura”, con escasa dureza y trazados que no beneficiaban los ataques. De vez en cuando se incluían grandes puertos, pero en etapas con pocas subidas y mal encadenadas. Eran rutas pensadas para el lucimiento de los mejores corredores italianos, Saronni, Moser y Visentini, cuyo fuerte no era la montaña. Esta situación dio un vuelco completo a partir de 1987, cuando los organizadores no sólo volvieron a incluir grandes encadenados de montaña, con especial protagonismo para la Marmolada (Passo Fedaia) y recuperando el Gavia en 1988, sino que comenzaron la búsqueda de puertos cada vez más duros, con estreno del Mortirolo por Mazzo en 1991, el puerto más decisivo desde entonces. En 2007 debutó Zoncolan por Ovaro (subido por la vertiente contraria en 2003), más brutal que el Mortirolo pero del que aún no se ha aprovechado su potencial al utilizarse sólo como llegada.

En la última década y salvo ediciones aisladas, el Giro se ha consolidado como la GV con recorridos más llamativos. Y es que en el Giro, gracias a la riqueza orográfica italiana y a unos organizadores sin complejos (al menos hasta 2011…), se pueden ver algunos de los puertos más impresionantes de Europa, ya sean ascensiones con rampas durísimas o subidas interminables, dominando la lista de los puertos más duros en carrera; maratones de alta montaña que actualmente no se suelen ver en ninguna otra prueba; “serruchos” de media montaña; carreteras secundarias que estarían vetadas en otras pruebas; pistas de tierra que recuperan el ciclismo de antaño; repechos traicioneros cerca de meta, etc …

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El Colle Finestre, con 8 km sin asfaltar y las laderas llenas de público (Giro 2005)

Pero aunque esa actitud atrevida de los organizadores es digna de alabanza, creemos que no siempre aciertan en los recorridos, ya que en los últimos años las virtudes han sido muy grandes pero también los defectos (al menos en nuestra opinión), abusando de los finales en alto y reduciendo mucho las cronos, aunque con excepciones, dando lugar a recorridos tan interesantes como desequilibrados, dejando casi siempre varias de las etapas más espectaculares de la temporada pero también la sensación de que podrían haber sido mejores globalmente, aparte de más justos y propicios para el lucimiento de todo tipo de corredores.

Analizando a partir de 2005, los bandazos han sido constantes, pasando de un Giro 2005 espectacular, con buenas cronos y montaña propicia para los ataques lejanos, incluyendo una buena dosis de grandes puertos y destacando el estreno de la Finestre, a una edición de 2006 aún más exigente pero descompensada y con exceso de finales duros, aunque también había etapas muy bien diseñadas y donde se vió un gran espectáculo, como Aprica. El Giro 2007 tenía un recorrido mas “controlado” e incluía buenas etapas de alta montaña, destacando Briancon y Tre Cime, aunque con una estructura global discutible y poca contrarreloj, mientras que en la edición de 2008 la 1ª mitad era fantástica pero luego se caía en un tríptico de muros finales, Pampeago-Fedaia-Coronés, que propiciaron mucho conservadurismo, si bien otras etapas resultaron muy entretenidas, como Monte Pora.

En el Giro 2009, centenario de la prueba, hubo un recorrido muy extraño, sin apenas grandes puertos de paso (excepto en la jornada reina de Monte Petrano) y con las etapas clave en los Apeninos, aunque con una media montaña muy interesante y una espectacular crono de 60 km en la 2ª semana. En la edición de 2010 la alta montaña regresó a lo grande, con etapas muy propicias para los ataques lejanos, si bien faltaba una CRI larga, estando muy descompensado. No obstante, gracias a la actitud ambiciosa de los corredores y a la fuga-bidón camino de L´Aquila la carrera acabó siendo fabulosa, con las etapas de Aprica, Montalcino, Asolo, Zoncolan y la propia L´Aquila entre las mejores del año, siendo la GV más espectacular en lo que llevamos de siglo.

Etapa 19

La etapa de Aprica 2010, sin apenas llano en los últimos 100 km. *El perfil de la subida final no es correcto, ya que se hizo por una variante más dura

El trazado de 2011 fue muy polémico, llevando al límite las virtudes y defectos de la “era Zomegnan”: enorme dureza, con impresionantes etapas de montaña, destacando la jornada de Gardeccia; valentía, incluyendo puertos complicados logísticamente y tramos de tierra; y un gran desequilibrio entre la montaña y el resto de terrenos, con poquísima crono y demasiadas llegadas en alto. Sin embargo, lo que generó más críticas fue un supuesto exceso de peligrosidad y la muerte de Weylandt -> seguridad y protestas en el Giro, lo que unido a opiniones que tildaban el recorrido de “inhumano” llevó a la cancelación del Monte Crostis, además de la posterior sustitución de Zomegnan por Michele Acquarone como director de la prueba.

El recorrido de 2012 volvió a ser muy exigente (pese a que muchos medios de comunicación decían lo contrario), pero el exceso de finales en alto duros, la enorme igualdad, con los favoritos mostrando una actitud demasiado conservadora, y la ausencia de una crono que forzara a los escaladores a moverse desde lejos hizo que la carrera resultara decepcionante, aunque si hubo varias etapas destacables, como Pian de Resinelli, Cortina d´Ampezzo (salvo por la falta de batalla a mitad del Giau) y sobre todo la agónica jornada del Stelvio, donde un ataque de Thomas De Gendt en el Mortirolo le acabó aupando a la 3ª plaza.

El trazado de 2013 era probablemente el más equilibrado del último lustro, ya que si bien incluia de nuevo muchos finales duros (6 de categoría Es o 1ª, incluyendo la cronoescalada a Polsa) había una larga crono individual de 55 km camino de Saltara, amén de una estupenda media montaña. Sin embargo, aunque esta última funcionó muy bien, destacando jornadas como Marina d´Ascea, Pescara e Ivrea, la carrera se quedó muy coja por culpa del mal tiempo, con puertos eliminados o “capados” en todas las etapas de alta montaña (a excepción de la jornada de Montasio), incluyendo la suspensión completa de la etapa de Val Martello, con Gavia y Stelvio.

La edición de 2014 tenía una alta montaña muy dura, con nada menos que 12 ascensiones superando los 200 de coef. APM, pero sin embargo tanto la colocación de los puertos, con un exagerado abuso de llegadas en alto (10, cinco en HC), como la de las propias etapas, con un tríptico brutal al final de la prueba, dejaba mucho que desear, estando además muy desequilibrado al no haber casi CRI llana, aparte de renunciar incomprensiblemente a lo que mejor había funcionado en 2013, la media montaña. A la hora de la verdad la carrera fue muy aburrida, salvándose sólo la jornada de Val Martello, que resultó decisiva, y momentos puntuales de otras etapas.

Recorrido del Giro 2015

Giro 2015_ mapa general y etapas

Vídeo presentación / Promo oficial

Después de la deriva de los últimos años, donde los organizadores habían apostado por un modelo basado en los finales en alto duros y escasez de km de crono llanos, con trazados muy desequilibrados, el recorrido del Giro 2015 supone una auténtica revolución, al haber reducido la cantidad y dureza de los finales en alto, programando además una crono individual de 60 km (algo que no se veía desde la edición de 2009, aunque aquella tenía un trazado más duro) y recuperando a lo grande la media montaña, con multitud de etapas quebradas.

No obstante, aunque hoy en día resulta muy atrevido, al ir contracorriente, este tipo de trazado no es en realidad algo novedoso para el Giro, sino que con algunos matices pero se trata de un regreso a la tradición de la prueba, donde salvo excepciones el mayor protagonismo lo han tenido habitualmente los puertos de paso, tantos los grandes colosos como las pequeñas cotas cerca de meta. En ese sentido, este Giro se puede considerar una mezcla de las ediciones de 1994 y 2005, tanto por los puertos estrella y su colocación como por no haber ninguna llegada muy dura, si bien aquellas ediciones tenían menos finales en alto, además de una 2ª CRI larga.

De todos modos, hay algunas características del año pasado que si se repiten, como la concentración de casi toda la alta montaña en la última semana (aunque no de un modo tan exagerado), y la falta de un auténtico “taponne”, habiendo varias etapas muy exigentes, como las de Aprica y Cervinia, pero sin que ninguna de ellas se acerque a los 5000 m de desnivel acumulado, algo que curiosamente comparte con el último Tour … pero no con la Vuelta, que este año incluye dos jornadas durísimas, Els Cortals y Ermita del Alba.

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Asi pues, la carrera se iniciará en la región de Liguria, al noroeste de Italia, con una contrarreloj por equipos de casi 18 km entre San Lorenzo y San Remo, localidad famosa por ser la llegada de «la Classicissima», teniendo la particularidad de realizarse íntegramente en una pista ciclable, la “Riviera dei Fiori”, algo que no había sucedido nunca en una carrera profesional. La 1ª etapa en línea, muy llana a excepción de un puerto casi de salida y la cota de Pratozanino, a 53 km de meta, es a priori totalmente favorable para los sprinters, incluyendo un circuito final en torno a Génova al que los ciclistas tendrán que dar 2 vueltas y media, con la posibilidad de caídas como principal peligro.

En la 3ª jornada llega la media montaña, con una etapa muy corta entre Rapallo y Sestri Levante pero que durante sus primeros 100 km no ofrece apenas respiro, destacando el Colle Caprile y sobre todo Barbagelata, con 5,5 km al 8%. Sin embargo, después de su largo descenso, que cuenta con tramos muy revirados, hay casi 25 km llanos hasta alcanzar la meta, pudiendo decidirse mediante una escapada o con un sprint reducido en el pelotón. Al día siguiente continúa la media montaña pero ya con un recorrido más selectivo, incluyendo el Colle di Velva y el Passo del Bracco antes del exigente Passo del Termine, con 6 km centrales al 7,3%, para tras un primer paso por línea de meta afrontar un circuito final que incluye la dura cota de Biassa, con 3,3 km al 9% (1,5 km finales al 11%) y coronándose a sólo 10 km de meta, la mayoría de descenso. Una jornada interesante y que puede dar mucho juego, incluso con cortes de tiempo entre los favoritos.

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En la 5ª jornada, que de nuevo rondará la 150 km, será el turno para la primera llegada en alto de esta edición, con los ciclistas teniendo que superar el tendido Passo Carpinelli, con 12 km al 4,9%, y las cotas de Barga y Poligno antes de la subida final a la estación de Abetone, con 8,5 km centrales a más del 7%, para unas cifras totales de 17,3 km al 5,4% de media, aunque si los favoritos dejan la batalla para los km finales, en general muy suaves, será difícil que haya diferencias. La última llegada en Abetone, subiendo por la vertiente contraria, se produjo hace 15 años, en una de las mejores etapas del año 2000 gracias al ataque de Casagrande en San Pellegrino in Alpe (Passo Pradaccio), un espectacular puerto que se podría haber incluído en esta jornada, aunque quizás los organizadores han pensado que era demasiado pronto para afrontar una subida tan dura.

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La etapa siguiente, aunque con mayor distancia, es a priori bastante más sencilla, con 180 km entre Montecatini Terme y Castiglione que salvo por una parte central muy “pestosa”, con múltiples repechos, no incluyen grandes dificultades, siendo favorable para los sprinters al tener los ultimos 40 km casi totalmente llanos. En la 7ª jornada los ciclistas tendrán que afrontar la etapa más larga de esta edición, con nada menos que 264 km entre Grosetto y Fiuggi, sin puertos pero con un terreno quebrado durante gran parte de la ruta y la llegada picando hacia arriba, siendo una jornada propicia para los clasicómanos. Este mismo final, aunque en una etapa más corta, ya se vió en el Giro 2011 -> perfil / clasificación, llevándose el triunfo Ventoso por delante de Petacchi.

El fin de semana regresa la montaña, con una etapa de casi 190 km entre Fiuggi y Campitello Matese, en los Apeninos del sur, incluyendo el interminable Forca d´Acero, sin grandes rampas pero con 28 km de ascensión, y varias cotas no puntuables antes de la subida final a la estación de esquí, que con 13 km al 7% puede hacer daño si el ritmo es elevado, aunque dependerá mucho de la actitud de los favoritos. Será la 7ª ocasión en que el Giro acabe aquí una etapa, con los últimos antecedentes de 2002, en una etapa unipuerto con triunfo para Simoni -> vídeo, el cual ese mismo día fue expulsado de la carrera debido a un positivo por cocaína que luego resultó ser falso; y 1994, con victoria para Berzin -> vídeo, que de este modo se hacía con un liderato que ya no abandonaría hasta el final de la prueba.

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Al día siguiente, en vísperas de la jornada de descanso, larga etapa de media montaña entre Benevento y San Giorgio del Sannio, con un sube y baja durante casi toda la ruta y destacando por su dureza la parte central, con el encadenado de Monte Terminio, sin grandes rampas pero muy largo, y el Colle Molella, con 3 km centrales al 10% y más conocido como Lago Laceno debido a los finales de etapa, con triunfos para De Vlaeminck (1976), Zulle (1998) y Pozzovivo (2012) respectivamente. Ya en la parte final los corredores tendrán que superar el Passo Serra, con 2 km centrales a más del 9% y la cima a sólo 12 km de meta, que también pica hacia arriba, siendo una llegada similar a la de Fiuggi. Una etapa exigente y muy favorable para las escapadas, incluso con posibilidades de fuga-bidón si ningún equipo puede o quiere controlar, teniendo además una última cota donde podría haber ataques de los favoritos.

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Después del traslado a Civitanova Marche, la prueba se reanuda con una etapa llana de 200 km y meta en Forli, en la región de Emilia-Romagna, circulando la mayor parte de la ruta en paralelo al Adriático y con riesgo de abanicos, aunque de todos modos es muy favorable para los sprinters. En cambio la jornada siguiente es un auténtico “serrucho”, con los puertos de Passo Trebbio, Monte Casale, La Valletta, Monte Albano y Valico del Prugno, los 4 primeros conocidos por las etapas de Faenza 2003 y 2009 (aunque subidos en sentido contrario), para tras el descenso de Prugno y 15 km llanos llegar a los alrededores de Imola, donde se darán 4 vueltas (una más que las anunciadas en octubre) a un circuito de 15 km que incluye la cota de Tre Monti, la subida estrella del Mundial de 1968 (con triunfo para Adorni), y con la meta en el Autódromo E. y D. Ferrari. Una etapa imprevisible, con terreno inicial para fugas y una parte final favorable para clasicómanos. En la anterior llegada, en 1992, se impuso Paganin, con exhibición de Chioccioli que puso en jaque a Banesto.

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La 12ª etapa, entre Ímola y Vincenza, también es de media montaña pero con una estructura distinta, con 130 km iniciales muy llanos y la dureza concentrada en el tercio final, con las cotas de Castelnuevo, Crosara, que con 1,8 km centrales al 13,5% entra en la lista de km más duros en competición, y Perarolo (2 km al 8,1%), antes del repecho de Monte Berico, con 750 m al 10% y donde estará situada la meta, siendo una jornada favorable para los “up-hill finishers”. Señalar que Vincenza ya acogió una etapa hace apenas 2 ediciones, también con paso previo por Crosara aunque subido por otra vertiente y como único puerto -> perfil / clasificación, llevándose el triunfo Giovanni Visconti. La jornada siguiente, con final en Jesolo, es totalmente llana, con el paso junto a la Laguna de Venecia como único aspecto destacable, por lo que salvo abanicos el sprint masivo parece cantado.

El fin de semana llega una etapa clave y que puede marcar el desarrollo de la prueba: una crono individual de 59 km entre las localidades de Treviso y Valdobbiadene, con una 1ª mitad llana y de trazado rectilíneo, perfecta para los rodadores, y una 2ª parte más revirada y con las cotas de S. Pietro Feletto y Sto. Stefano, sin grandes rampas pero que en el caso de Santo Stefano, ya en los km finales, hará daño a los corredores que no hayan sabido regular. En definitiva, una crono muy exigente, de como mínimo 1h 15′ de duración (los mejores y siempre que no haya viento en contra), y que puede provocar grandes diferencias. Para encontrar una CRI así habría que remontarse a 2009, si bien la de Saltara 2013, con 55 km y triunfo para Dowsett, se acercaba bastante, aunque siendo más quebrada (debido a la escala el perfil de 2013 resulta engañosamente blando).

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En vísperas del día de descanso, le toca el turno a la jornada de Madonna di Campiglio, la etapa que los organizadores dieron a conocer antes de la presentación para hacer de gancho. Y aunque no es la más dura, sí tiene un recorrido exigente y que puede dar mucho juego a poco que los corredores sean ofensivos, con los puertos de La Fricca (hasta el cruce del km 3,5), con 10 km al 5,5%; Cadine-Vigolo Baselga, con 4 km al 7%; y Passo Daone, con 8 km al 9,5%, antes de la subida final, con casi 10 km constantes al 6-7% y tras un descansillo un añadido final de 3 km hasta alcanzar el refugio Patascoss, con rampas de hasta el 12%, para unas cifras oficiales de 15,5 km al 5,9%. El único final de Campiglio en el Giro data de 1999 -> perfil / vídeo, con victoria para Marco Pantani … hasta que a la mañana siguiente saltó la noticia de que había superado el máximo de hematocrito permitido, siendo expulsado de la carrera. Más recientemente ha habido llegadas del Giro del Trentino, con triunfo de Kreuziguer -> vídeo; y del Tour de Polonia, con victoria para Ulissi.

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Después de la jornada descanso, la carrera continúa con la etapa reina. Y precisamente con llegada en Aprica, teniendo que superar de inicio Campo Carlo Magno, 13 km al 6,5% y que salvo el tramo final coincide con Madonna di Campiglio, y el Passo del Tonale, con 12,5 km al 6,6% (sin contar el falso llano de la cima) antes de una larga bajada hacia Edolo, afrontando a partir de ahí un circuito que incluye Aprica por Santicolo, vertiente estrenada en 2010 y que cuenta con un km inicial al 12%, y tras su descenso, muy técnico en su 2ª mitad, y el paso por Tirano el mítico Mortirolo por Mazzo, el puerto más decisivo del Giro en las últimas décadas y que con 12 km al 10,8% de media y un coef. APM de 480 está en el top-10 de los puertos más duros en carrera. Terminado el descenso, que como como ya se vió en 2010 también puede resultar clave, aún faltará un último paso por Aprica, una subida que colocada tras el Mortirolo hace mucho daño debido al desgaste previo, provocando que las diferencias se disparen.

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Incluyendo su estreno en 1991 -> clasificación, esta vertiente del Mortirolo se ha subido en 9 ocasiones, 6 con llegada en Aprica (la mitad con final directo y la otra mitad intercalando Santa Cristina). Y casi siempre se vio un fabuloso espectáculo, con la carrera rota desde lejos y persecuciones hasta meta: 1994 -> crónica detallada / vídeo, con la lucha de Pantani, Indurain y Berzin; 1996 -> clasificación / vídeo, con un trazado brutal, siendo por recorrido una de las etapas más duras de la historia, y donde hubo una gran pelea por el podio; 1999 -> clasificación / vídeo, de nuevo decisiva, con un vuelco en la general; 2006 -> clasificación / vídeo, sin cambios entre los 3 primeros de la general, pero con diferencias enormes en meta, con el 5º a 6 minutos; y 2010 -> clasificación / vídeo, siendo el colofón a un Giro espectacular y donde Arroyo, pese a su remontada en el descenso, perdió el liderato frente al ataque de los Liquigas.

Volviendo al Giro 2015, la etapa 17ª será a priori de transición, con apenas 136 km entre Tirano y la ciudad suiza de Lugano, incluyendo Teglio de salida y 2 cotas en la parte final, la 1ª de ellas con 3 km al 6,2%, dando oportunidades tanto a los “aventureros” como a los sprinters, aunque en principio con ventaja para estos últimos. Al día siguiente comenzará un tríptico de montaña, con una primera etapa con solo un puerto pero durísimo, el inédito Monte Ologno (Alpe Colle), con 10,4 km iniciales al 9% y la meta situada en Verbania tras su largo e irregular descenso, que cuenta con varios repechos, pudiendo dar mucho juego. Indicar que esta bajada sí se ha hecho en profesionales al coincidir con la de Alpe Segletta, el puerto estrella de la antepenúltima etapa del Giro 1992, con triunfo para Chioccioli e Indurain conservando el liderato -> vídeo.

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Superada la jornada de Verbania será el turno para una de las etapas más duras de esta edición, con 236 km y un estupendo encadenado final, incluyendo Saint Barthelemy, irregular pero con 1100 m de desnivel; Saint Pantaleon, con 16,5 km al 7,2%; y la subida a Cervinia, con un tramo de 8,5 km al 7% antes del falso llano de la cima. Una etapa para fondistas, donde si los corredores se muestran combativos, con ataques importantes ya en Saint Pantaleon, se podrá ver un gran espectáculo, como sucedió en 1997, con un recorrido similar (sin Serra y con Champremiere en vez de Barthelemy) en el que Gotti dio un vuelco a la general. Ya más recientemente, Cervinia también fue final de etapa en 2012, con Joux como puerto previo y triunfo para Amador gracias a una escapada -> clasificación / vídeo, mientras que entre los favoritos, si bien no hubo grandes diferencias, Hesjedal se hizo con el liderato.

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Y como última etapa de montaña, un encadenado ya clásico en los últimos años: el impresionante Colle delle Finestre -> galería de fotos, destacando por su regularidad, con 18,5 km al 9,2% de media, y los últimos 8 km de «sterrato» (en buen estado), siendo además la Cima Coppi de esta edición; y tras su rápido descenso el Colle Sestriere, en general tendido y por una carretera ancha pero con un tramo de 5,5 km al 6,3% cerca de la cima. Una parte final de etapa fantástica, con Finestre para romper y Sestriere para terminar de decidir, si bien se echa en falta más desgaste previo, como si tenía la etapa de 2005, cuando se estrenó este coloso con gran éxito deportivo y de público. Más similar a la ruta de 2015, al no incluir otros puertos antes del dúo final, aunque con mayor kilometraje, fue la etapa de 2011, con victoria para Vasil Kiryienka tras una cabalgada espectacular -> clasificación / vídeo.

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Después de Sestriere ya solo restará la etapa de Milán, históricamente el final más habitual de la carrera pero que no acogía la llegada desde 2012, cuando cerró la prueba con una contrarreloj (al igual que en 2008 y 2011), teniendo que remontarse hasta 2007 para encontrar la última etapa en línea con llegada en Milán como final del Giro. En esta ocasión la ruta unirá la ciudad de Turín con la capital de la Lombardía, con un trazado muy llano y que incluye un circuito final de 5,4 km al que los corredores tendrán que dar 7 vueltas completas, siendo una jornada muy favorable para los sprinters y que servirá de homenaje a todos los ciclistas que hayan logrado aguantar las 3 semanas de carrera.

Globalmente, un recorrido muy variado y bastante equilibrado (al menos comparado con lo que se ha visto en la mayoría de GV de los últimos años), incluyendo etapas para todo tipo de corredores, tanto por su perfil como por kilometraje, y donde los que quieran luchar por la general tendrán que ser capaces de rendir bien en todos los terrenos. Y aunque tras la presentación se llegó a decir que era un recorrido «blando», sobre todo por la reducción en la cantidad y dureza de los finales en alto, lo cierto es que es un trazado muy exigente, con 14 puertos por encima de 150 APM, la gran mayoría de paso, y multitud de pequeñas ascensiones gracias a la abundante media montaña. No en vano, según los organizadores el desnivel acumulado es de 43.000 m, una cifra impresionante. Y además hay que tener en cuenta la crono de Valdobbiane, que supondrá una hora larga de esfuerzo individual.

Puertos Giro 2015

La lista de los grandes puertos. Click para ver la comparativa con las otras GV y años anteriores

Es verdad que el top-15 de grandes puertos suma menos coeficiente que en los últimos Giros, pero creemos que en general están mejor colocados, favoreciendo que las etapas se puedan romper desde lejos y haya más tiempo de lucha entre los favoritos, sin que todo quede para los últimos km del final en alto de turno. En ese sentido, destacan las etapas de Aprica, Verbania, Cervinia y Sestriere, con colosos como el Mortirolo, Ologno-Alpe Colle, Saint Pantaleon y Finestre a unos 30-40 km de meta y sin subidas posteriores que a priori condicionen demasiado. Y ojo también a la etapa de Madonna di Campiglio, que gracias a su situación, justo después de la crono, no sería raro que hubiera ya una buena selección en Daone y hundimientos en la subida final. En cuanto a la media montaña, sobresalen las jornadas de La Spezia y San Giorgio del Sannio en la 1ª semana, e Imola y Vincenza en la 2ª.

No obstante, aún siendo un recorrido de notable, con los organizadores volviendo a programar los clásicos encadenados grande + pequeño y sin la obsesión por el muro final, además de haber incluído una fantástica crono, hay varias cuestiones que si nos parecen mejorables, como la ausencia de un verdadero “taponne”, que podría haber sido la etapa del Mortirolo con otra ruta previa; la falta de desgaste antes de Finestre (aunque se compensa con la jornada anterior); el poco atrevimiento camino de Abetone, donde encajaba perfecto San Pellegrino in Alpe o el más tendido Radici; y la falta de una 2ª CRI, que se podría haber programado en vez de la CRE o el último día. Sobre la colocación de la etapa de Verbania, a priori no es la más acertada, pero dada la dureza del puerto y su cercanía a meta no debería importar.

Por otro lado y aunque sea un tema secundario, la catalogación de los puertos resulta muy discutible. No sólo porque no exista la categoría Especial y haya muchas ascensiones marcadas a la baja, sino sobre todo porque hay multitud de subidas sin puntuar con igual o superior dureza que otras que si lo hacen, con el caso extremo de Ímola, donde de los 5 puertos iniciales sólo puntúan 2. En cambio los perfiles, tanto de las etapas como de los puertos, vuelven a ser estupendos, al igual que los mapas, dejando «en pañales» a la información oficial de otras carreras. Eso si, en el libro de ruta se echa en falta una mejor definición, habiendo imágenes demasiado borrosas.

En cualquier caso, como siempre los corredores tendrán la última palabra. Y si muestren una actitud combativa y ambiciosa durante toda la prueba, aprovechando tanto las jornadas modestas como las grandes etapas de montaña, terreno hay de sobra para que se vea un gran espectáculo.

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Participación

Salvo por algunos equipos muy flojos, el nivel medio de la participación es bastante aceptable, con una buena representación tanto de vueltómanos como de clasicómanos y sprinters, aunque echándose de menos a los últimos ganadores, Nibali y Quintana, así como a otros corredores que se han mostrado muy fuertes en lo que va de año, con sólo 2 ciclistas presentes que estén en el  top-ten del ránking 2015 de la UCI. En cualquier caso, son de la partida 22 equipos, los 17 World Tour más 5 continentales profesionales, para un total de 198 corredores.

equipos giro 2015

En la lucha por la general y al contrario que en las últimas ediciones, cuando había al menos 2 corredores que partían con opciones posibilidades, este año hay a priori un favorito indiscutible, Alberto Contador, si bien tendrá como rivales a una serie de corredores que se lo pueden poner difícil, incluyendo al mejor vueltómano en lo que va de temporada, Richie Porte, y a dos ciclistas que ya terminaron en el podio el pasado año, Rigoberto Urán y Fabio Aru.

Ranking de favoritos:

Alberto Contador (Tinkoff – Saxo)

Vencedor del Giro en 2008 y 2011 (aunque en el último caso fue desposeído del triunfo tras la sanción por el positivo del Tour 2010), Contador se presenta en esta edición como el claro favorito, buscando una victoria que le permita optar al ansíado doblete Giro-Tour, algo que no ha logrado nadie desde Pantani, en 1998. Hasta ahora su temporada ha sido algo irregular, con un buen inicio en Andalucía, con triunfo de etapa y 2º en la general, pero terminando 4º en Cataluña y 5º en Tirreno Adriático. De todos modos, a poco que muestre un nivel similar al de la temporada pasada, cuando se impuso en la Vuelta, y no se vea involucrado en caídas será difícil batirle, ya que además cuenta con un equipo muy fuerte.

Richie Porte (Team Sky)

Vigente campeón australiano contrarreloj, Porte llega a este Giro a tope de moral, habiendo arrasado en las carreras por etapas de los últimos meses, con victorias en Cataluña, París-Niza y Trentino, además de ganar las etapas reinas de Algarve y Down Under. No obstante, sus actuaciones previos en GV dejan muchas dudas, con únicamente un top-ten (aunque precisamente en el Giro, en 2010) y mostrándose muy irregular, con días buenos pero también hundimientos, por lo que este Giro es clave para comprobar si de verdad puede con las 3 semanas o es demasiado para él. En cualquier caso, tiene a su favor el gran potencial de Sky, además de un recorrido que le viene mejor que otros años.

Rigoberto Urán (Etixx – Quick Step)

Segundo en las 2 últimas ediciones, en ambos casos con victoria de etapa incluída, el colombiano de Etixx busca un nuevo podio en el Giro. Y aunque este año no ha logrado triunfos en pruebas WT, llega en buena forma, habiendo sido podio en Tirreno y 5º en Cataluña y Romandía, además de haber conseguido, al igual que Porte, la victoria en el campeonato de crono de su país. Su mejor característica es la solidez en todos los terrenos, aunque a cambio no es un gran especialista en ninguno, si bien destaca en las CRI quebradas, beneficiándole la etapa de Valdobbiane, mientras que su punto flojo puede ser el equipo, en este Giro muy inferior al de sus rivales.

Fabio Aru (Astana Pro Team)

Gran promesa desde que estaba en amateur, cuando se impuso por partida doble en el Giro de Aosta, Aru confirmó en la pasada temporada que los vaticios sobre su potencial no eran exagerados, siendo 3º en el Giro, con triunfo incluído en Montecampione, y 5º en la Vuelta, con dos victorias de etapa. Este año, más alla de terminar 6º en Cataluña, aún no ha destacado demasiado, habiendo sufrido hace poco una enfermedad que le impidió correr en Trentino. De todos modos, a poco que se encuentre bien luchará por el podio, pudiendo hacer mucho daño en la montaña y con la ventaja, al igual que Porte y Contador de estar en un equipo muy fuerte, si bien tiene el hándicap de la CRI.

Domenico Pozzovivo (Ag2r La Mondiale)

Top-ten en 4 ediciones, incluído un 5º puesto la pasada temporada, Pozzovivo vuelve a partir como un de los “outsiders”, siendo de nuevo un claro candidato a rondar los primeros puestos pero hasta ahora resistiéndosele el podio, dando la sensación de que las 3 semanas se le hacen largas, rindiendo mejor en pruebas más cortas. En cualquier caso, puede ser uno de los grandes animadores en la montaña. E incluso acercarse al ansiado podio si además de brillar en los puertos realiza una CRI como la de la Vuelta 2013.

Roman Kreuziger (Tinkoff – Saxo)

5º en el Giro 2011 y ganador de una durísima etapa en 2012 (aunque un mal día en la jornada del Giau le impidió luchar por la general), Kreuziger estará en principio supeditado a Contador … pero incluso haciendo labores de gregario puede acabar destacando en la general, como ya demostró en el Tour 2013, donde finalizó 5º. Además llega en buena forma, habiendo terminado en el grupo de cabeza en las 3 clásicas de las Árdenas, rozando el podio en Lieja.

Leopold König (Team Sky)

Podio en el reciente Giro del Trentino, König presenta una estadística sorprendente en las GV: sólo ha corrido dos … pero acabando siempre en el top-ten, siendo 9º en la Vuelta 2013, con triunfo incluído, y 7º en el pasado Tour, mostrándose muy regular. Inicia el Giro en una situación parecida a la de Kreuziger, en este caso con Porte como líder de su equipo, pero tampoco sería nada raro que acabara la carrera entre los primeros puestos.

Ilnur Zakarin (Team Katusha)

Aunque ya había conseguido algunos resultados destacables en años anteriores, como el campeonato de Rusia de crono y un podio en el Tour de Eslovenia, Zakarin se ha destapado definitivamente en las últimas semanas, siendo 9º en País Vasco y sobre todo imponiéndose en Romandía. Si mantiene ese nivel aspira incluso a podio, pero dado que es su estreno en una GV su actuación es impredecible, pudiendo brillar o hundirse en la 3ª semana.

Jurgen Van den Broeck (Lotto Soudal)

Top-ten en las tres grandes, pero sin lograr acabar nunca en el podio (aunque figura como 3ª en el palmarés del Tour 2010, tras las sanciones a Contador y Menchov), Van den Broeck regresa al Giro despues de 7 años desde su última participación, en 2008, cuando acabó precisamente 7º, un puesto que intentará mejorar, aunque en lo que va de temporada todavía no ha brillado.

Ryder Hesjedal (Cannondale-Garmin)

Ganador en la edición de 2012, Hesjedal sólo ha vuelto a recuperar ese nivel en momentos puntuales, alguno de ellos en el propio Giro, como su 2º puesto en la jornada de Val Martello del año pasado, terminando 9º en la general. En cualquier caso, su habitual combatividad puede convertirle en uno de los animadores de la prueba, siendo un corredor muy difícil de batir cuando tiene el día.

Damiano Cunego (Nippo-Vini Fantini)

Aunque se ha quedado lejos de lo que parecía indicar su triunfo de 2004, cuando se impuso con 22 años, Cunego ha sido uno de los habituales protagonistas desde entonces, con 3 ediciones acabando entre los 6 primeros, la última en 2012, algo que puede repetir este año si mantiene la forma mostrada en el Trentino, donde habría sido podio de no ser por la CRE, acabando finalmente 5º.

Beñat Intxausti (Movistar)

8º en 2013, con victoria de etapa incluída, Intxausti tiene una buena oportunidad para volver a brillar en el Giro, partiendo con el liderato de su equipo (aunque compartido con Izagirre) debido a las ausencias de Quintana y Valverde. Este año ha alternado buenas actuaciones, incluyendo podios en Andalucía y Castilla León, con malos momentos, teniendo que retirarse en Niza y decepcionando en País Vasco.

Damiano Caruso, 9º en la Vuelta a España, y Darwin Atapuma, 7º en Cataluña (BMC); Ion Izagirre, ganador de etapa en 2012 y vigente campeón de España, además de podio en la Itzulia, e Igor Antón, vencedor en el Zoncolan y que viene de ganar la Vuelta Asturias (Movistar); Ivan Basso, doble ganador del Giro, 2006 y 2010, aunque está lejos de sus mejores momentos, y Michael Rogers, 6º en 2009 y ganador de dos etapas el año pasado (Tinkoff Saxo); Mikel Landa, 2º en Trentino y ganador de etapa en la Itzulia, Tanel Kangert, top-20 en las tres GV, Dario Cataldo, que viene de rozar el podio en Trentino (Astana); Mikel Nieve (Sky), 10º en dos ediciones, con victoría incluída en la etapa reina de 2011; Maxime Monfort (Lotto Soudal), top-15 en las tres GV, incluído el último Giro; Przemyslaw Niemiec (Lampre Merida), 6º en 2013 y ganador en Lagos en la Vuelta; Steven Kruijswijk (Lotto NL Jumbo), 8º en el Giro 2011; Carlos Betancur (Ag2r la Mondiale); 5º en 2013 y que tras un año horrible va levantando cabeza; Franco Pellizotti (Androni Giocatolli), top-ten en múltiples ediciones; Yury Trofimov (Katusha), entre los 15 primeros en últimas participaciones en Giro y Tour; Edoardo Zardini (Bardiani CSF), 10º en el Giro del Trentino; el joven Esteban Chaves (Orica Green Edge), con triunfo de etapa en la Vuelta a Suiza. .

Otros corredores que podrían brillar en las jornadas más duras, ya sea buscando la victoria de etapa o ayudando a sus líderes: Kanstantin Siutsou, top-ten en la edición de 2011, Vasil Kiryenka, gregario de lujo y con 2 victorias de etapa en años anteriores, y el joven Sebastian Henao, podio en Langkawi (Sky); Rubén Fernández, ganador Tour del Porvenir 2013, Jesús Herrada, podio en Asturias, Dayer Quintana, vencedor de 2 etapas en Austria (Movistar); Stefano Pirazzi, ganador de etapa en 2014 y este año 2º en Giro de los Apeninos (Bardiani); Davide Formolo, podio en el Mirador de Colomer y 7º en Suiza, Tom Danielson, top-ten en Vuelta y Tour, y Andre Cardoso (Cannondale Garmin); Hubert Dupont, top-20 en varias ediciones, incluído el año pasado (Ag2r la Mondiale); Luis L. Sánchez, entre los primeros en Algarve y Murcia, Diego Rosa, 5º en Strade Bianche, y Paolo Tiralongo, ganador de 2 etapas en el Giro (Astana); Sebastien Reichenbach (IAM Cycling), con una buena actuación en Andalucía; Silwester Szmyd (CCC Polkowice), podio en el Tour de Croacia; Alexandre Geniez, 13º el año pasado y esta temporada ganador de la Tro-Bro Leon, y Kenny Elissonde, vencedor en el Angliru (FDJ); Maxime Bouet (Etixx Quick Step) y Sergei Chernetcki (Katusha), ganador de etapa en Cataluña.

Clasicómanos:

En cuanto a los clasicómanos y corredores «todoterreno», destacar a Tom Boonen y Gianni Meersman (Etixx Quick Step); Philippe Gilbert y Marcus Burghardt (BMC); Diego Ulissi (Lampre Merida); Tom J. Slagter (Cannondale Garmin); Simon Gerrans y Pieter Weening (Orica Green Edge); Maciej Paterski, vencedor en Croacia y ganador de etapa en la Volta, y Grega Bole (CCC Polkowice); Rinaldo Nocentini (Ag2r la Mondiale); Fabio Felline (Trek Factory); Luca Paolini (Katusha); Silvain Chavanel (IAM Cycling); Giovanni Visconti y Andrey Amador (Movistar); Francesco M. Bongiorno (Bardiani CSF) Oscar Gatto (Androni Giocattoli); Sonny Collbrelli (Bardiani CSF); Francesco Gavazzi y Mauro Finetto (Southeast); Simon Geschke (Giant Alpecin); Kevin Reza (FDJ); Lars Ytting Bak y Adam Hansen (Lotto Soudal).

Sprinters:

Respecto a los velocistas, además de algunos ya mencionados sobresalen Michael Matthews (Orica Gren Edge); André Greipel (Lotto Soudal); Elia Viviani (Sky); Sacha Modolo (Lampre Merida); Moreno Hofland (Lotto NL Jumbo); Giacomo Nizzolo (Trek Factory); Heinrich Haussler y Mateo Pelucchi (IAM Cycling); Luka Mezgec (Giant Alpecin); Juanjo Lobato (Movistar); el veterano Alessandro Petacchi (Southeast), con nada menos que 22 triunfos en el Giro, y Ariel Richeze (Lampre-Merida).

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En cuanto a la retransmisión televisiva, después de varias ediciones en las que no habido retransmisión en abierto a nivel nacional (aunque si en varias televisiones autonómicas, además de online), este año se podrá ver la carrera en directo en toda España a través de Teledeporte, que conectará todos los días a las 14.30 h, con la llegada de las etapas prevista en torno a las 17.15 h (según el horarios intermedio), repitiendo la emisión por la noche.

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