Este domingo 3 de octubre, tras 2 años y medio de espera, regresa por fin la París-Roubaix, celebrándose la 118ª edición de esta prueba, también conocida como “El Infierno del norte” y la “Reina de las Clásicas”, siendo habitualmente el 3º de los monumentos ciclistas de la temporada, disputándose en abril tras Milán-San Remo y el Tour de Flandes, pero que este año, tras su cancelación en 2019 por la pandemia, se ha retrasado hasta octubre. La otra gran novedad es el estreno de la prueba femenina, que se habrá disputado el día antes, en lo que es sin duda una estupenda noticia.
En cuanto del recorrido de la carrera masculina, es muy similar al de las últimas ediciones, si bien añadiendo un sector más de pavé, con 30 tramos adoquinados que suman 55 km sobre esta superficie, para una distancia total de 258 km. Por otro lado, señalar la previsión de lluvia, algo que no ocurre en esta prueba desde hace casi 20 años, aunque sí en la etapa de Arenberg del Tour 2014, y que va a endurecer mucho la carrera, con los charcos y el barro complicando el paso por el pavé, que en la zonas descubiertas estará muy deslizante..
Historia
La París-Roubaix es una de las carreras más antiguas del calendario, habiéndose celebrado por 1ª vez en 1896 gracias a una idea de dos empresarios textiles de la localidad de Roubaix, Théodore Vienne y Maurice Perez, y con el impulso definitivo del director del diario Le Vélo, Paul Rousseau. Esta edición inaugural constó de 280 km, obteniendo la victoria el alemán Joseph Fischer tras más de 9 horas sobre la bicicleta. Desde entonces la prueba fue ganando prestigio cada año, dejando sólo de disputarse en 7 ocasiones, con parones obligados durante la 1ª y 2ª Guerra Mundial.
Curiosamente, en los primeros años el adoquín no era el distintivo principal de la carrera. Sus rectas de tierra eran suficientemente duras, en especial con lluvia, como para preocuparse de los tramos adoquinados, que no llegaban a 60 km en total. Tras un parón debido a la “Gran Guerra”, la prueba se retoma en 1919, y es entonces cuando adquiere el sobrenombre de “El Infierno del Norte”, no por su dureza sino por el mal estado de las vías, causado por las bombas del conflicto. En los años sucesivos, el asfaltado de caminos casi hace desaparecer los tramos de pavé. En 1964 el holandés Peter Post ganó con una velocidad media de más de 45 km/h, con menos de 30 km de adoquines en el recorrido, una cifra que bajaría a sólo 22 km al año siguiente.
En 1966, buscando endurecer la ruta, se cambia la orientación de la prueba hacia el noreste, iniciándose la carrera en Chantilly en lugar de París e incluyendo 40 km adoquinados. Dos años más tarde se estrenaría Arenberg, en una edición con más de 55 km de pavé y victoria para el belga Eddy Merckx. La edad de oro de la Paris-Roubaix había llegado. Merckx vencería en otras 2 ediciones, en dura pugna con Roger de Vlaeminck, apodado “el gitano” y que durante mucho tiempo fue el único corredor con 4 victorias (además de otros 5 podios), siendo también conocido como “Monsieur Paris-Roubaix”.
Esa gesta de Roger de Vlaeminck fue igualada en 2012, cuando su compatriota Tom Boonen consiguió su 4ª triunfo, tras los de 2005, 2008 y 2009 (aparte de otros 3 podios), dando una auténtica exhibición. Con 3 victorias, además de Merckx, figuran el francés Octave Lapize, los belgas Gaston Rebry, Rick Van Looy y Johan Museew, el italiano Francesco Moser y el suizo Fabian Cancellara, junto a Boonen el gran dominador de la prueba en lo que llevamos de siglo XXI.
En cuanto a los ciclistas españoles, al igual que en “De Ronde” no ha habido ninguna victoria, aunque si varios podios, a cargo de Miguel Poblet, 2º en 1958, en un apretadado sprint con triunfo para el belga Leon Van Daele, y 3º en la edición de 1960; y ya más recientemente Juan Antonio Flecha, 2º en 2007, llegando a 52″ de un sorprendente Stuart O´Grady, y 3º en las ediciones de 2005 y 2010, siendo el español con mejores resultados sobre pavé de la historia, ya que también subió al “cajón” en el Tour de Flandes.
En el año 2019, última edición disputada, el triunfo fue para el belga Philippe Gilbert (Deceuninck), que lograba ganar su 5º Monumento (Lieja, Flandes, Roubaix y 2 Lombardías) tras una carrera espectacular, dando la cara desde muy lejos y jugándose la victoria con el alemán Nils Politt (Katusha), batiéndole en el velódromo, con el belga Yves Lampaert (Deceuninck) llegando 3º, completando el top-5 Sep Vanmarcke y Peter Sagan -> clasificación / vídeo – resumen.
Gilbert y Politt, los grandes protagonistas de la última Roubaix. Foto ASO / Pauline Ballet, click ver galería
Recorrido
A nivel de recorrido, el máximo referente de la prueba es el Trouee de Arenberg -> historia. Situado junto a una mina de carbón, este tramo de pavé es el lugar más escénico de la ruta, con una recta interminable que atraviesa el bosque mientras una gran fila de aficionados animan a ciclistas. Como anécdota, mencionar que Jean Stablinski, campeón del mundo en 1962, trabajó en la mina de Aremberg antes de sufrir el traqueteo del tubular sobre los adoquines, siendo de hecho el que propuso a los organizadores la inclusión de este tramo, estrenándose en 1968.
Los otros 2 sectores de máxima dificultad que se atraviesan actualmente son Mons-en-Pèvèle, estrenado en 1978, con 3 km de longitud y 2 curvas de 90º; y el Carrefour de l’Arbre, incluído por 1ª vez en 1980 y situado ya más cerca de meta que los anteriores, siendo la última zona de adoquines realmente complicada de la prueba. Por otro lado, también es icónica la llegada en el velódromo de Roubaix, final desde 1943 (salvo un pequeño intervalo por obras de 1986 a 1988) y al que los corredores tienen que dar una vuelta y media antes de acabar la prueba.
Paris-Roubaix 2021
- Info en la web (incluye rutómetro) / Libro de ruta (ver o descargar) / Reglamento
Tramos de pavé y dificultad -> imagen para descargar:
30. Troisvilles à Inchy (km 96,3 – 2200 m) + + +
29. Viesly à Quiévy (km 102,8 – 1800 m) + + +
28. Quiévy à Saint-Python (km 105,4 – 3700 m) + + + +
27. Saint-Python (km 110,1 – 1500 m) + +
26. Haussy à Saint-Martin-sur-Écaillon (km 116,6 – 800 m) + +
25. Saint-Martin-sur-Ecaillon à Vertain (km 120,9 – 2300 m) + + +
24. Capelle à Ruesnes (km 127,3 – 1700 m) + + +
23. Artres à Quérénaing (km 136,3 – 1300 m) + +
22. Quérénaing à Maing (km 138,1 – 2500 m) + + +
21. Maing à Monchaux-sur-Écaillon (km 141,2 – 1600 m) + + +
20. Haveluy à Wallers (km 154,2 – 2500 m) + + + +
19. Trouée d’Arenberg (km 162,4 – 2300 m) + + + + +
18. Wallers à Hélesmes, “Pont Gibus” (km 168,4 – 1600 m) + + +
17. Hornaing à Wandignies (km 175,2 – 3700 m) + + + +
16. Warlaing à Brillon (km 182,7 – 2400 m) + + +
15. Tilloy à Sars-et-Rosières (km 186,2 – 2400 m) + + + +
14. Beuvry-la-Forêt à Orchies (km 192,5 – 1400m) + + +
13. Orchies (km 197,5 – 1700 m) + + +
12. Auchy-lez-Orchies à Bersée (km 203,6 – 2700 m) + + + +
11. Mons-en-Pévèle (km 209,1 – 3000 m) + + + + +
10. Mérignies à Avelin (km 215,1 – 700 m) + +
9. Pont-Thibaut à Ennevelin (km 218,5 – 1400 m) + + +
8. Templeuve (L´Epinette) (km 223,9 – 200 m) +
–. Templeuve (Moulin-de-Vertain) (km 224,4 – 500 m) + +
7. Cysoing à Bourghelles (km 230,8 – 1300 m) + + +
6. Bourghelles à Wannehain (km 233,3 – 1100 m) + + +
5. Camphin-en-Pévèle (km 237,8 – 1800 m) + + + +
4. Le Carrefour de l’Arbre (km 240,5 – 2100 m) + + + + +
3. Gruson (km 242,8 – 1100 m) + +
2. Willems à Hem (km 249,5 – 1400 m) + + +
1. Roubaix (Espace Crupelandt) (km 256,3 – 300 m) +
Como decíamos al inicio, el trazado es parecido al de años anteriores, repitiéndose de hecho los primeros 95 km de las últimas ediciones, siempre sobre asfalto, y toda la ruta a partir del km 140, incluídas las zonas adoquinadas (aunque con algunas variaciones en los tramos de enlaces sobre asfalto), si bien con algunos cambios en los primeros sectores de pavé, incluyendo la recuperación de Hameau du Buat (Capelle a Ruesnes), que no se afrontaba desde 2016. Esto hace que haya 30 tramos adoquinados, uno más que en 2019, sumando 55 km sobre pavé, para una distancia total de 258 km, sin contar la neutralizada.
De este modo, y al igual que viene sucediendo desde 1977, la prueba comienza en la localidad de Compiégne, en el departamento de Oise, dirigiéndose inicialmente hacia el noreste, con Saint Quentin como población de paso más importante, y sin dificultades reseñables, salvo por la anunciada lluvia, durante los primeros 90 km, donde lo más probable es que el ritmo sea muy alto buscando la escapada. Poco antes del km 100, ya en el departamento de Nord, llegará el primer tramo adoquinado, el clásico Troisvilles, que recupera su distancia tras haberse «capado» en 2019, encadenando poco después 3 sectores en menos de 10 km, destacando el de Quievy a Saint Python por su longitud, siendo uno de los más largos de la prueba, con 3,7 km. Además de su dificultad concreta, estos primeros tramos de pavé suelen ser bastante peligrosos debido al riesgo de montoneras, al haber todavía un pelotón muy numeroso.
Superada esta zona hay un pequeño respiro antes de 3 tramos de adoquín de dificultad media, seguidos ya por una zona más larga de asfalto antes de otros 3 sectores de pavé muy seguidos, habiendo después ya 12 km de carretera normal, con paso incluído por Denain, hasta llegar a Haveluy, donde se podría decir que comienza la auténtica Roubaix, con un tramo de pavé de 4 estrellas precediendo al más complicado de toda la prueba, el icónico Arenberg, con su famosa recta de 2,4 km atravesando el bosque. Debido a su distancia a meta no suele ser decisivo para determinar al ganador … pero sí a quién no lo va a hacer, provocando una gran selección debido a la irregularidad de los adoquines, con habitualmente pinchazos y caídas. Una de las más graves fue la de Museeuw en 1998, que casi le cuesta la pierna, lo que hizo que al año siguiente se afrontara en sentido contrario, para reducir la velocidad, aunque en el 2000 se revirtió el cambio.

El mítico Arenberg. Foto de Bertrand Trichet (Creative Hub Paris), click para ver más fotos y sectores en Strava
Los siguientes tramos de pavé, Wallers a Hélesmes, también llamado “Pont Gibus” en homenaje al doble ganador Duclos Lasalle, y Hornaing, también son complicados, en el caso de este último sobre todo por su longitud (3,7 km), siendo el más largo junto a Quievy, aunque el pavé es más regular que en Arenberg. Después de Hornaing y una zona de asfalto se enlazan varios sectores de pavé que rondan los 2 km, incluído uno de 4 estrellas, Tilloy a Sars et Rosières, antes de llegar a un encadenado que suele ser clave para provocar la selección definitiva de corredores que se jugarán la prueba: Auchy lez Orchies -> fotos, también de 4 estrellas, y Mons en Pevele, tramo catalogado de 5 estrellas debido a su longitud, con 3 km, mal estado del pavé y difícil trazado, incluyendo 2 curvas de 90º que han provocado bastantes caídas a lo largo de su historia en la prueba.
Superado Mons-en-Pevele faltarán unos 45 km para el final, dando paso a una zona más sencilla que sólo incluye 3 tramos cortos de pavé antes de que llegue la secuencia habitualmente decisiva: Bourghelles, de 2,4 km aunque partido en dos; Camphin-en-Pévèle, algo más corto pero de 4 estrellas; y el Carrefour de l’Arbre, uno de los tres sectores de máxima dificultad, con 2,1 km de longitud y un pavé muy irregular, contando además con varias curvas en su 1ª mitad. Terminado este tramo restarán sólo 16 km para meta, con los sectores de Gruson y Willems a Hem, este último manteniendo el ascenso a la categoría de 3 estrellas, ya que al igual que en 2017 y 2018 los corredores tendrán que circular sobre el pavé, sin poder utilizar el camino lateral, antes de las calles de Roubaix, con el anecdótico tramo de “Espace Crupelandt”, el único de una estrella, a sólo un km y medio de meta.
Ya en el velódromo, los corredores tendrán que dar una vuelta y media a la pista, un momento de homenaje para el ganador en caso de llegar con una clara ventaja, como Cancellara y Boonen en las ediciones de 2010 y 2012 … pero de nervios y agónico sprint final en caso de que la victoria se juegue en un pequeño grupo, como ocurrió en 2015, 2016 y 2017, con triunfos de Degenkolb, Hayman y Van Avermaet respectivamente.
Por otro lado, destacar el fabuloso trabajo que hace la asociación de “Les Amis de Paris-Roubaix” -> web / twitter, cuya labor desinteresada cuidando los tramos de adoquín, limpiándolos, eliminando la maleza y renovando el pavé cuando se encuentra en mal estado, es vital para que la carrera se pueda seguir disputando tal y como la conocemos.
– – – – –
Participación
Si normalmente ya están presentes casi todos los grandes “pedruscómanos” en activo, en esta edición tan esperada no falta ninguno, con una fabulosa participación que incluye los top-ten al completo de las últimas ediciones, además de clasicómanos que se han consolidado en la élite desde que se celebró por última vez la prueba, como Van Aert y su «némesis» Van der Poel, a priori los favoritos, aunque ojo al potencial de Deceuninck, con múltiples bazas: Stybar, Asgreen, Lampaert… En total, serán de la partida 25 equipos: los 19 de categoría World Tour y 6 Continentales Profesionales, completando un pelotón de 175 corredores.
.
– – – – –
Sobre la retransmisión televisiva, al igual que en las últimas ediciones la carrera se emitirá completa en directo, con más de 6 horas de retransmisión, pudiendo verse en España en Eurosport y en Teledeporte, si bien bien en este último canal alternándose con el motociclismo -> programación, así como en varias páginas de streaming -> enlaces en steephill.tv, con la llegada prevista en torno a las 17.30 h según el horario intermedio.
– – – – –
Enlazamos un video resumen de la prueba (por Dany Pro Cycling), que resultó espectacular, con batalla desde muy lejos y la lluvia y el barro endureciendo aún más la carrera:
Y un vídeo de la 1º edición femenina (por GCN), destacando la exhibición de Deignan y donde las condiciones meteorológicas también hicieron muy dura la prueba:
Saludos.