VUELTA A ESPAÑA 2023

Al igual que en las demás carreras de 3 semanas, el análisis de la prueba estará dividido en varias partes, para facilitar la búsqueda de la información y que no quede una entrada excesivamente larga.

En este artículo: participación, recorrido e historia de la prueba.

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Análisis general e historia


Durante las próximas semanas, del 26 de agosto al 17 de septiembre, se disputa la 78ª edición de la Vuelta a España, una de las 3 grandes rondas por etapas, junto a Giro de Italia y Tour de Francia, teniendo este año una participación muy llamativa, gracias sobre todo a la presencia de los ganadores de las 4 últimas grandes vueltas, con el podio de la Vuelta 2022 y Giro 2023 al completo, si bien flojea en velocistas y clasicómanos.

El equipo a batir es Jumbo-Visma, que tiene a Primoz Roglic, triple vencedor de la prueba, y Jonas Vingegaard, doble ganador del Tour, como candidatos, además de gregarios fortísimos, como Kuss y Kelderman. Intentarán ponérselo difícil Soudal, con Remco Evenepoel, vigente ganador; UAE, con la doble baza de Juan Ayuso, 3º el año pasado, y Joao Almeida, podio en el Giro, además de Jay Vine; Ineos, que tiene a Geraint Thomas, 2º en la «corsa rosa», Thymen Arensman y Egan Bernal; y Movistar, con Enric Mas, tres veces 2º, y Einer Rubio. Otros corredores con opciones; Alexandr Vlasov, Emanuel Buchmann y Lennard Kamna (Bora); Mikel Landa, Damiano Caruso y Saintiago Buitrago (Bahrain); Romain Bardet (DSM); Hugh Carty (EF); Eddie Dunbar (Jayco); y los jóvenes de FDJ, Lenny Martínez y Roman Gregoire.

En cuanto a los clasicómanos y corredores todoterreno, aparte de algunos ya mencionados destacan Ivan Cortina (Movistar), Edward Theuns (Trek), Filippo Ganna (Ineos), Andrea Bagioli (Soudal) y Jesús Herrada (Cofidis); mientras que de cara a los sprints masivos cabe añadir a Bryan Coquard (Cofidis), que busca romper su «maldición» en las GV; Kaden Grooves (Alpecin); Milan Menten (Lotto), Juan Molano (UAE) y Alberto Dainese (DSM). Como se pueden apreciar, en estos apartados el nivel es más flojo que otros años, viéndose afectado por las fechas del Mundial, entre Tour y Vuelta, y la coincidencia con múltiples carreras.

Sobre el recorrido, que este año no ha tenido cambios relevantes desde la presentación, se inicia en Barcelona, con una crono por equipos de 15 km, de trazado complicado, seguida por una etapa en Barcelona (2ª) con circuito final en Montjuic, en una llegada tipo clásica, para el tercer día afrontar la 1ª etapa de montaña, con Ordino y Arinsal (desde km 5), en Andorra, inédito en la Vuelta y que con 7 km finales al 8,3% puede hacer daño. Las 2 etapas siguientes son similares entre sí, dando opciones tanto a los velocistas como a escapadas, con Belltall y Lilla camino de Tarragona (4ª) y el Cdo. de la Ibola / Espadán antes de la meta en Burriana (5ª), en Castellón, mientras que los favoritos tendrán la mente en el Observatorio de Javalambre (6ª), estrenado en 2019 -> vídeo, y que tiene 10 km finales al 8,4%, con tramos muy duros, además de una ruta previa muy «pestosa», añadiendo desgaste.

La etapa del Observatorio de Javalambre (6ª), con desgaste y un final muy duro

Cerrando la 1ª semana, etapa para los sprinters camino de Oliva (7ª), circulando junto a la costa, así que ojo al viento; media montaña en Alicante con 6 puertos, destacando el muro del Xorret de Catí (8ª), con casi 4 km al 11,5% muy cerca de meta, ya un clásico desde su estreno en 1998 -> vídeo, con triunfo de Jiménez; y llegada inédita en el Alto de la Barquilla, junto a la localidad de Caravaca de la Cruz (9ª), con La Perdiz de paso y una subida final de 8 km que alterna rampones y descansillos. Después del descanso y el largo traslado hasta Valladolid (10ª), turno para una crono individual de 26 km, de perfil llano, aunque siendo la única CRI es demasiado corta, seguida por la etapa unipuerto de la Laguna Negra (11ª), en Soria, una subida de 6,5 km al 7% estrenada en 2020 -> vídeo, con triunfo de Dan Martin, aunque viendo las opciones de la zona la ruta elegida es muy decepcionante.

La crono de Valladolid (10ª), con 26 km y siendo la única CRI de esta edición

La siguiente jornada, con 150 km camino de Zaragoza (12ª), es para los velocistas, aunque ojo al viento, dando paso al bloque pirenaico, con una etapa corta pero muy dura entre Formigal y el mítico Col du Tourmalet (13ª), enlazando Aubisque y el salvaje Spandelles tras Portalet, con la subida final teniendo 19 km al 7,5%. Más novedosa, por puertos y diseño, es la etapa de Belagua (14ª), con los colosales Issarbe (Hourcere) y Port de Larrau, con casi 15 km al 8%, antes de Laza y el ascenso final (hasta Roncalia), con 7 km iniciales al 7,5%, pudiendo dar mucho juego si la carrera se rompe en Larrau, que por fin se estrena en la Vuelta. Y el domingo, media montaña en Navarra, con Lizarraga y un doble paso por Zuarrarrate camino de Lekunberri (15ª), en un día para escapadas, aunque es una pena que hayan esquivado S.Miguel de Aralar.

La etapa del Tourmalet (13ª), con Portalet de salida y el enlazado de Aubisque + Spandelles antes de la subida final

Ya en la última semana, etapa unipuerto en Cantabria de solo 120 km, con final en Bejes (16ª), aunque sin llegar a esta localidad -> perfil de la subida (hasta cota 520 m), con casi 5 km al 9%, para escaladores explosivos. A partir de ahí, turno para el bloque asturiano, con la jornada del Angliru (17ª), también muy corta pero con los puertos de Colladiella y Cordal antes del brutal Angliru-> historia en la Vuelta, estrenado en 1999 y uno de las subidas más duros realizados en carrera, precediendo a la etapa de la Cruz de Linares (18ª), globalmente una de las más duras, teniendo que superar Estacas, San Lorenzo, con 10 km al 8,5%, y Tenebredo antes de un doble paso por la inédita subida final, con 8,2 km al 8,7% y un inicio durísimo. En total, más de 4000 m de desnivel, lo que unido al desgaste del Angliru puede provocar hundimientos inesperados, aunque habría sido un buen día para acabar tras descenso.

La etapa del Angliru (17ª), muy corta pero con la Colladiella y Cordal antes de la brutal subida final

La etapa siguiente, entre La Bañeza e Íscar (19ª), en Valladolid, es bastante llana, aunque ojo a la posibilidad de abanicos. Será la Sierra Central la que albergue la última etapa de montaña … en la jornada más larga de toda la prueba, con 208 km entre Manzanares el Real y Guadarrama (20ª), con un perfil tipo «serrucho» que incluye 10 pequeños puertos, destacando el ascenso a San Lorenzo del Escorial / Pinar de Abantos a 12 km de meta, pudiendo dar mucho juego si hay batalla, aunque había opciones más rompedoras antes del último puerto, el único con rampas duras. Tras esta jornada ya solo faltará la clásica etapa final en Madrid (21ª), muy corta y con 9 vueltas un circuito de casi 6 km en la capital, siendo favorable para un sprint masivo, en un día de homenaje para todos los ciclistas que logren acabar la prueba.

La etapa de Guadarrama (20ª), sin grandes puertos pero de sube y baja constante, siendo la más larga de la carrera

Globalmente, un trazado en la línea de las últimas ediciones, con montaña repartida a lo largo de toda la prueba, incluyendo multitud de finales en alto, pocas etapas llanas y solo 26 km de crono individual, lo que hace que sea muy favorable para los escaladores. En el lado positivo, hay varias etapas que pueden dar mucho juego, con estrenos interesantes, buenos encadenados y puertos de paso más duros que en 2022, mientras que la parte negativa vuelve a ser el exagerado abuso de finales en alto y la escasez de CRI, lo que hace que el recorrido esté muy desequilibrado, algo que no por habitual no deja de ser injusto, además de desaprovechar zonas con mucho potencial.

Tema aparte es que de nuevo la etapa reina sea fuera de España (salvo 4 km), algo que si bien a nivel deportivo puede no ser relevante, sí lo es de cara al mensaje que se da a periodistas y aficionados, máxime cuando se siguen ignorando los grandes puertos españoles. De hecho, en las 3 etapas pirenaicas solo 3 de los 10 puertos son subidas españolas. Y si bien se agradece el estreno de Larrau en la Vuelta, que se haga un final en el Tourmalet cuando los colosos del Berguedá siguen inéditos … Este ninguneo a la orografía española provoca que siga habiendo gente que repita que «en España no hay puertos así», lo cual es falso. Hay montaña de todo tipo y grandes colosos.

No obstante, como siempre la última palabra será de los corredores. Y aunque el trazado sea mejorable, si los ciclistas se muestran combativos desde lejos, sin esperar a los finales en alto, podrá verse una carrera entretenida, con varios días propicios para la batalla a poco que se aprovechen los puertos de paso.

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Historia

Aunque hubo intentos de celebrar la prueba en 1913 y 1925, finalmente la edición inaugural de la Vuelta tuvo lugar en 1935, con salida y llegada en Madrid tras 3.425 km repartidos en 14 etapas, siendo organizada por el diario Informaciones en base a una idea de Clemente Lopez Doriga, consiguiendo el triunfo el belga Gustaaf Deloor, que repitió en 1936. Hay que decir que los primeros años fueron muy complicados, tanto por las dificultades económicas de los organizadores como por causas externas, dejando de disputarse durante la Guerra Civil española, la 2ª Guerra Mundial, en 1949 y de 1951 a 1954, cuando el Diario Ya renunció a organizar la prueba (se había hecho cargo en 1945), de tal modo que en 20 años apenas se habían celebrado 9 ediciones.

Imagen de la Vuelta 1935. Foto de Juanfran de la Cruz, click ver hilo

Sin embargo, a partir de 1955  la carrera ya no sufrió más interrupciones, primero bajo el mando del El Correo Español / El Pueblo Vasco (hasta 1978), y mas tarde de Unipublic, organizadora de La Vuelta desde 1979, aunque siendo en la actualidad propiedad de ASO. No obstante, esta última época tampoco ha sido sencilla, estando a punto de desaparecer en 1979 y teniendo que cambiar en 1995 las tradicionales fechas de abril/mayo por el mes de septiembre para poder mantener una buena participación -> La Vuelta en Septiembre 1995-2015. Para ver análisis detallados de la historia, participación y recorridos durante las diversas épocas de La Vuelta hasta el año 2007, click en los siguientes enlaces:

Los dominadores del palmarés son los ciclistas españoles, con 32 victorias en la general frente a las 9 de Francia y 8 de Bélgica, destacando los 4 triunfos de Roberto Heras, 2000, 03, 04 y 05 (este último con polémica, debido a un positivo que luego fue anulado) y el triplete de Alberto Contador, que ganó en 2008, 12 y 14. También con 3 victorias están el suizo Tony Rominger (1992-93-94) y el esloveno Primoz Roglic (2019-20-21), contando con 2 triunfos el belga Gustaaf Deloor (1935-36); los españoles Julian Berrendero (1941-42), Jose Manuel Fuente “El Tarangu” (1972-74) y Pedro Delgado (1985-89); el francés Bernard Hinault (1978-83); el suizo Alex Zulle (1996-97), récord de etapas líder, con 48; y el inglés Chris Froome (2011-17), con polémica en sus 2 victorias, la 1ª por la descalificación de Cobo y la 2ª dando positivo por Salbutamol pero siendo absuelto por la UCI.

Respecto a las demás clasificaciones, el ciclista más destacado en la montaña es Jose Luis Laguía, con 5 triunfos, seguido por Jose Mª. Jiménez “El Chava” y David Moncoutié, ambos con 4, mientras que en la regularidad dominan el irlandés Sean Kelly, el francés Laurent Jalabert y el mencionado Alejandro Valverde, con 4 victorias. En cuanto a los triunfos de etapa, el récord es para Delio Rodríguez, con 39 victorias, seguido por Alessandro Petacchi, con 20, y Laurent Jalabert y Rick Loy, ambos con 18 triunfos. Por otro lado, el ciclista con mayor número de participaciones es Iñigo Cuesta, con 17 Vueltas consecutivas entre 1994 y 2010, siendo también el que más ediciones ha terminado, 14, junto a Federico Etxabe.

El año pasado la victoria fue el belga Remco Evenepoel (Quick-Step), que en su estreno en la Vuelta se colocó como líder en la etapa de Pico Jano (6ª) y mantuvo el maillot hasta el final de la prueba, siendo el más fuerte en los primeros días 10 días, sufriendo en la 2ª semana y respirando en la última, cuando una caída en Tomares (16ª) provocó la retirada de Roglic, quedando Enric Mas (Movistar) casi como único rival, con el jovencísimo Juan Ayuso (UAE) completando el podio final. Otros corredores destacables fueron Mads Pedersen (Trek), vencedor de 3 etapas y la regularidad; Richard Carapaz (Ineos), 3 victorias y la clasificación de la montaña; y Jay Vine (Alpecin), ganador de 2 etapas, aunque una caída le impidió acabar la prueba.

El podio de 2022, con Evenepoel, Mas y Ayuso. Foto La Vuelta, click ver galería

Recorridos

A nivel de recorrido y salvo ediciones concretas, la Vuelta ha sido históricamente la GV más floja (aunque con matices), algo lógico hasta los años 70, ya que la red de carreteras españolas dejaba mucho que desear y la mayoría de grandes puertos no estaban asfaltados (aunque los puertos de tierra eran habituales en Tour y Giro) pero que en la actualidad no tiene sentido, no habiendo motivos objetivos por los cuales la Vuelta no pueda tener recorridos igual de exigentes que las otras GV. Fue precisamente este mal aprovechamiento de la geografía española lo que originó que varios aficionados al ciclismo nos uniésemos formando la “Plataforma Recorridos Ciclistas: en España si hay montaña”, con el estudio para la mejora de los recorridos -Dossier-, publicado en 2008, como trabajo principal, abriendo luego el blog en 2009.

En las últimas décadas el problema no es tanto de dureza como de modelo de etapa, abusando de finales en alto y la mayoría de veces con malos encadenados previos o etapas unipuerto (aunque esto ha cambiado en ediciones recientes), así como la marginación de los grandes puertos de paso, que si bien no abundan tanto como en Francia y sobre todo Italia existen en suficiente cantidad como para ir variando de un año a otro, habiendo además muchos 1ª duros que tampoco son aprovechados. Y es que la gran diferencia entre los puertos usados desde 1979 por Vuelta, Tour y Giro está precisamente en los Especiales de paso, con la Vuelta muy por detrás de las otras GV en este tema. De hecho, las subidas más icónicas son finales en alto: Lagos de Covadonga, estrenado en 1983, y el Angliru, subido por 1ª vez en 1999, dos de las ediciones míticas en la historia de la prueba.

No obstante, centrándonos en los últimos 20 años, sí ha habido ediciones con trazados globales interesantes, como en 20042006200920172019 y 2021 entre otros. Pero en general han predominado las llegadas en alto en etapas unipuerto o con subidas alejadas entre sí, abusando de muros finales en varias ediciones, aunque esto se está corrigiendo, con llegadas de otro tipo. Por otro lado, en la última década ha habido una gran reducción en los km contra el crono, haciendo además CRI muy quebradas, perjudicando a los rodadores, si bien este problema también es compartido por Giro y Tour -> cronos en las GV, que salvo excepciones, como Tour 2012 o Giro 2017, no han vuelto a programar dos CRI largas en la misma edición, aunque el Giro sí incluye de vez en cuando cronos de más de 50 km, la última en 2015.

El trazado de 2009 fue un gran avance sobre 2008 y enorme respecto a 2007. Y es que además de una dureza global similar a la de Tour y Giro, incluía una montaña mejor de lo habitual en la Vuelta, con buenos encadenados, muchos estrenos y trampas casi todos los días. De hecho, por fin hubo una etapa con 2 Especiales, La Ragua + Sierra Nevada por Purche-Sabinas, siendo espectacular (y lo habría sido aún más con la ruta original, sin rodeo antes de meta). No obstante, también tenía aspectos negativos, como el habitual exceso de finales en alto duros y cronos muy cortas, lo que unido a una pobre actitud de los favoritos en las etapas de Aitana, Velefique y Ávila hizo que resultara algo decepcionante, pese a que también hubo jornadas muy entretenidas, como la mencionada de Sierra Nevada, La Granja y La Pandera.

El recorrido de 2010 era llamativo, pero globalmente se quedaba “cojo” al carecer de jornadas para moverse desde lejos y tener solo una CRI, además de repetir mucho un tipo de trazado en las etapas de montaña, favoreciendo demasiado a los mismos corredores y propiciando que se viera “ciclismo-youtube”, con sólo batalla entre los favoritos en los km finales. En el lado positivo, casi todas las jornadas tenían alicientes, destacando una gran primera semana, y varios estrenos de subidas muy interesantes y/o mediáticas, como Coto Bello y la Bola del Mundo. A la postre, la carrera tuvo interés casi todos los días pero sin jornadas para recordar más alla de los últimos 10 km (salvo la bonita etapa de Valdepeñas de Jaén), aunque sorprendentemente casi todos los medios de comunicación la consideraron un éxito rotundo.

En 2011 se repetían varias constantes de años anteriores, como el gran nº de llegadas en alto, “trampas” en muchas jornadas, estreno de varias subidas y escasez de crono, pudiendo considerarse una mezcla de 2009 y 2010, aunque predominando 2010, sobre todo por la 1ª semana. Pero también tenía aspectos innovadores: una etapa de alta montaña sin final en alto, estrenando el Puerto de Ancares (aunque por Balouta y muy lejos de meta), 2 HC de paso y una última semana basada en la media montaña, con la gran noticia del regreso al País Vasco, si bien en etapas decepcionantes. Un trazado con aspectos positivos, al incluir alicientes casi todos los días, buenos encadenados y mucha dureza global, pero lastrado por otros tantos negativos, con exceso llegadas en alto, orden de algunas etapas y falta de una 2ª CRI, aunque mejorando a 2010.

En 2012 los organizadores llevaron la apuesta por los finales en alto al extremo, con 10 llegadas de este tipo y siendo en casi todos los casos la subida más dura de la etapa, varios con rampas desorbitadas. Por el contrario, no había apenas grandes puertos de paso (salvo en la etapa reina de Cuitu Negru) y sólo 39 km de CRI, estando muy desequilibrado. A la hora de la verdad, el duelo entre Contador, Purito y Valverde hizo que la carrera resultara emocionante, pero con la lucha restringida a los km finales de las etapas, algo lógico dado el trazado. La excepción fue la mítica jornada de Fuente Dé, con el ataque de Contador, y en menor medida Valdezcaray, curiosamente los 2 finales más tendidos. En nuestra opinión, una carrera de notable pero ni mucho menos “la mejor Vuelta de la historia”, como se la calificó desde varios medios de comunicación.

El trazado de 2013 repetía parte de las características de la edición anterior, como la enorme cantidad de llegadas en alto y la escasez de contrarreloj, pero aumentando la exigencia de los puertos de paso y con más variedad en los finales, siendo uno de los recorridos más duros en la historia de la Vuelta, con nada menos que 17 puertos por encima de 120 APM, incluyendo los inéditos Haza Llana y Peñas Blancas. Al final la carrera resultó bastante entretenida, habiendo además múltiples cambios de liderato y pelea hasta el penúltimo día, con el intento de remontada de Nibali en el Angliru, pero con la batalla entre los favoritos demasiado reducida a las subidas finales, echándose de menos alguna jornada con ataques lejanos, lo que unido a la victoria de Horner dejó una sensación más negativa que la de 2012

El recorrido de 2014 mantuvo en general el modelo de años anteriores, con múltiples finales en alto, casi siempre en la subida más dura de la etapa, varias llegadas en repecho y escasa contrarreloj, con 3 etapas cronometradas, incluyendo la CRE, pero que apenas sumaban 59 km, estando de nuevo desequilibrado. No obstante, había mayor variedad en la media montaña, mientras que las llegadas en alto eran menos extremas (salvo Camperona y Ancares por Pan do Zarco), estrenándose una gran cantidad de puertos, tanto de paso como final de etapa, varios de ellos muy duros. A la hora de la verdad, destacó el duelo Contador vs. Froome en las etapas de la Farrapona y Ancares, si bien la lucha volvió a quedar restringida a las subidas finales, no habiendo batalla desde lejos entre los favoritos en ninguna etapa.

En 2015 el trazado repitió varias de las constantes de ediciones previas, como la enorme cantidad de llegadas en alto, tanto puertos como finales en repechos, y la escasez de contrarreloj, con un total que no llegaba a los 50 km (si bien la CRI era más llana de lo habitual), aunque también había novedades, como los 12 finales inéditos y el tipo de montaña de la 3ª semana, basada en la media montaña y las llegadas tras descenso. Y fue precisamente en la última semana, después de un tríptico cantábrico que resultó decepcionante, cuando se vieron las mejores etapas (junto con la dura jornada de Andorra), como Riaza y sobre todo la preciosa etapa de Cercedilla, donde Aru y el equipo Astana aislaron al hasta entonces líder Dumoulin, atacando en la Morcuera, a más de 50 km de meta, y logrando el vuelco en la clasificación general.

El recorrido de 2016 tenía de nuevo múltiples finales en alto, muchos de ellos cortos y con rampas extremas, aunque habiendo también llegadas en subidas más largas, como el Aubisque, final de la etapa reina, que de nuevo se celebraba fuera de España, y escasez de crono individual, con sólo 37 km de CRI, si bien más favorable para los especialistas que en otras ediciones. Junto al abuso de muros finales, lo peor era la falta de grandes puertos, con únicamente HC / 1ª duros de paso en la etapa francesa. No obstante, y salvo por la “huelga encubierta” el día de Urdax, la carrera fue mejor de lo esperado, destacando la gran jornada de Formigal, donde un pequeño grupo de corredores, formado tras el ataque de salida de Contador e incluyendo también al líder Quintana, puso en jaque al Sky, siendo clave para el resultado final.

El trazado de 2017 era muy exigente, incluyendo múltiples etapas de media y alta montaña, con solo 4 jornadas llanas, y mayor cantidad de grandes puertos de paso de lo habitual, con 7 etapas incluyendo Primeras de paso, aunque curiosamente no había una etapa reina como tal, al estar los puertos más repartidos, coincidiendo además que las etapas con subidas más duras, Angliru y Sierra Nevada, eran muy cortas (menos de 130 km), echándose en falta una jornada para fondistas, mientras que la crono rondaba los 40 km. A la hora de la verdad la carrera resultó muy entretenida casi todos los días, con Alberto Contador como animador, ganando en el Angliru, si bien faltó una etapa realmente buena, donde el grupo se rompiera desde lejos y hubiera mucho tiempo de batalla entre los favoritos, para pasar a la historia.

El recorrido de 2018 tenía carácterísticas similares al de 2016, como el gran cantidad de finales en alto, especialmente de llegadas tipo muro, varios de ellos con rampas extremas y kilómetros enteros a más del 10%; y escasez de contrarreloj, con sólo 40 km de esta disciplina. A esto se unía la reducción en la dureza intermedia (en los grandes puertos, no en las cotas), sin Especiales de paso y muy pocos 1ª duros, de tal modo que cuando se disputó la prueba casi toda la lucha entre los favoritos quedó para las subidas finales, si bien con un último bloque en Andorra que resultó más entretenido de lo esperado, con La Rabassa a tope desde abajo y batalla desde lejos camino del Santuario de Canolich, a mitad de La Gallina.

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