Al igual que en las otras carreras de 3 semanas, el análisis de la prueba estará dividido en varias partes, para facilitar la búsqueda de la información y que no quede una entrada excesivamente larga.
En esta 1ª parte: introducción, historia de la prueba y análisis del recorrido (incluyendo enlaces a todas las etapas y puertos importantes, así como la valoración crítica).
Las demás entradas sobre la Vuelta 2015:
- Comentario sobre el recorrido y perfiles de puertos (publicado tras la presentación de enero)
- Recorrido definitivo (cambios desde la presentación y enlaces a los nuevos perfiles)
- 1995-2015. La Vuelta en septiembre (retrospectiva de los 20 años desde el cambio de fechas)
- Análisis de la participación (ránking de favoritos, clasicómanos y velocistas)
- Etapas 1ª a 10ª (hasta el día de descanso)
- Etapas 11ª a 16ª (análisis de la 2ª semana)
- Etapas 17ª a 21ª (últimas etapas)
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Introducción e historia
Entre el sábado 22 agosto y el domingo 13 de septiembre se celebra la 70ª edición de la Vuelta ciclista a España, una de las tres grandes carreras por etapas, junto con el Giro de Italia y el Tour de Francia, y que este año cumple además su 80 aniversario, al haberse disputado la 1ª edición en 1935. Y lo hace además con una participación espectacular, incluyendo al podio completo del último Tour, Nairo Quintana, Chris Froome y Alejandro Valverde, al 2º y 3º del pasado Giro, Fabio Aru y Mikel Landa, así como a otros corredores de mucho nivel, como Vincenzo Nibali, Joaquim Rodríguez y T. Van Garderen, aunque con la destacada baja de Alberto Contador, vigente ganador de la prueba.
En cuanto al recorrido, con salida desde la provincia de Málaga y llegada en Madrid, destaca la gran dureza de la etapa de Andorra, con llegada en Els Cortals previo paso por la Rabassa y la inédita Gallina por Fontaneda, entre otros puertos, y la segunda asturiana, con el encadenado final Cobertoria + Ermita del Alba, dos ascensiones muy constantes por encima del 10%, además del estreno en la etapa previa de Sotres / La Caballar, en plenos Picos de Europa. No obstante, a nivel global es similar al de ediciones previas, con multitud de finales en alto y escasez de contrarreloj, con una CRE inicial muy corta (además de polémica) y una sola CRI, de 39 km en Burgos.
La edición inaugural de la Vuelta a España, que como decíamos anteriormente se celebró en 1935, tuvo 3.425 km repartidos en 14 etapas, siendo organizada por el diario Informaciones en base a una idea de Clemente Lopez Doriga, consiguiendo el triunfo Gustaaf Deloor. Los primeros años fueron muy complicados, tanto por las dificultades económicas de los organizadores como por causas externas, dejando de disputarse durante la Guerra Civil española, la 2ª Guerra Mundial, en 1949 y de 1951 a 1954, cuando el Diario Ya renunció a organizar la prueba (se había hecho cargo en 1945), de tal modo que en 20 años de existencia apenas se habían celebrado 9 ediciones.
Sin embargo, a partir de 1955 la carrera ya no sufrió más interrupciones, primero bajo el mando del El Correo Español / El Pueblo Vasco (1955 a 1978), y mas tarde de Unipublic, organizadora de La Vuelta desde 1979, aunque siendo en la actualidad propiedad de ASO. No obstante, esta última época tampoco ha sido sencilla, estando a punto de desaparecer en 1979 y teniendo que cambiar en 1995 las tradicionales fechas de abril/mayo por el mes de septiembre para poder mantener una buena participación. Para ver análisis más detallados de la historia, participación y recorridos durante las diversas épocas de La Vuelta hasta el año 2007, click en los siguientes enlaces:
- Las primeras ediciones (1935 – 1955)
- Los años de El Pueblo Español – El Correo Vasco (1956 – 1978)
- Los ocho primeros años de Unipublic (1979 – 1986)
- Los ocho años anteriores al cambio de fechas (1987 – 1994)
- La Vuelta tras el cambio de fechas (1995 – 2007)
Los grandes dominadores del palmarés son los ciclistas españoles, con 32 victorias en la general frente a las 9 de Francia y 7 de Bélgica, destacando los 4 triunfos de Roberto Heras, 2000-03-04-05 (aunque el de 2005 no reconocido por la UCI debido a un positivo que luego fue anulado). También con 3 victorias están el suizo Tony Rominger (1992-93-94) y el mencionado Alberto Contador, mientras que con 2 triunfos figuran el belga Gustaaf Deloor, ganador de las primeras ediciones (1935-36); los españoles Julian Berrendero (1941-42), J.Manuel Fuente “El Tarangu” (1972-74), Pedro Delgado (1985-89); el francés Bernard Hinault (1978-83) y el suizo Alex Zulle (1996-97 y récord de jornadas portando el liderato, con 48).
Respecto a las demás clasificaciones, el ciclista más destacado en la montaña es Jose Luis Laguía, con 5 triunfos, seguido por Jose María Jiménez “El Chava” y David Moncoutié, ambos con 4, mientras que en la regularidad dominan Sean Kelly y Laurent Jalabert, con 4 victorias. En cuanto a las victorias de etapa, el récord es para Delio Rodríguez, con 39, seguido por Alessandro Petacchi, con 20, y Laurent Jalabert y Rick Loy, ambos con 18 triunfos. Por otro lado, el ciclista con mayor número de participaciones es Iñigo Cuesta, con 17 Vueltas consecutivas entre 1994 y 2010.
El año pasado la victoria en la general fue para Alberto Contador, que tras abandonar el Tour por una caída pudo resarcirse en la Vuelta, consiguiendo el maillot rojo en la contrarreloj de Borja (donde se cayó el líder Quintana) y manteniéndolo hasta el final de la prueba, incluyendo sendas victorias en la Farrapona y Ancares. Le acompañaron en el podio Chris Froome, repitiendo su 2º puesto de 2011, y Alejandro Valverde, siendo la 6ª ocasión en que pisaba el «cajón» final, mientras que John Degenkolb se impuso en la regularidad, con 4 victorias de etapa, y L.León Sánchez se adjudicó la montaña.
- Alberto Contador (Tinkoff-Saxo): 81h 25′ 05»
- Christopher Froome (Team Sky) a 1′ 10″
- Alejandro Valverde (Movistar) a 1′ 50»
- Joaquin Rodriguez (Katusha) a 3′ 25»
- Fabio Aru (Astana Pro Team) a 4′ 48»
- Samuel Sánchez (BMC Team) a 9′ 30»
- Daniel Martin (Garmin Sharp) a 10′ 38»
- Warren Barguil (Giant-Shimano) a 11′ 50»
- Damiano Caruso (Cannondale) a 12′ 50»
- Daniel Navarro (Cofidis) a 13′ 02»
Recorridos
A nivel de recorrido, la Vuelta ha sido históricamente la GV más floja (salvo en ediciones sueltas), algo quizás lógico hasta los años 70, ya que la red de carreteras españolas dejaba mucho que desear y la mayoría de grandes puertos no estaban asfaltados (aunque los puertos de tierra eran habituales en Tour y Giro) pero que a día de hoy no tiene sentido, no habiendo motivos objetivos por los cuales la Vuelta no pueda tener recorridos igual de exigentes que las otras GV. Es precisamente este mal aprovechamiento de la geografía española lo que originó que varios aficionados al ciclismo nos uniésemos formando la “Plataforma Recorridos Ciclistas: en España si hay montaña”, con el Estudio para la mejora de los recorridos -Dossier-, publicado en 2008, como trabajo principal.
En el caso de las últimas décadas, creemos que el problema no es tanto de dureza como de modelo de etapa, resultando exagerado el abuso del final en alto y en la mayoría de ocasiones con malos encadenados previos o en etapas unipuerto (aunque esto último ha cambiado en ediciones recientes, incluyendo casi siempre varias ascensiones), asi como incomprensible la marginación de los grandes puertos de paso, que si bien no abundan tanto como en Francia y sobre todo Italia existen en suficiente cantidad como para ir variando de un año a otro (habiendo también muchos 1ª duros que tampoco son aprovechados). De hecho, la gran diferencia entre los puertos usados desde 1979 por Vuelta, Tour y Giro está precisamente en los Especiales de paso, con la Vuelta muy por detrás de las otras GV.
De todos modos, eso no significa que todos los recorridos hayan sido “malos” ni mucho menos, ya que algunas ediciones, como por ejemplo 1999, 2004, 2006 y 2009, si tuvieron trazados globales interesantes. Pero en general han predominado las llegadas en alto en etapas unipuerto o con subidas muy alejadas entre sí, además de repetirse demasiado ciertas ascensiones. Por otro lado, en los últimos años ha habido una gran reducción en los km contra el crono (haciendo además CRI muy quebradas, perjudicando a los especialistas), si bien este problema también es compartido por Giro y Tour -> las cronos en las GV, que salvo alguna excepción, como el Tour 2012, no han vuelto a programar dos CRI largas en la misma edición, si bien el pasado Giro tuvo una de 60 km.
El trazado de 2009 supuso un gran avance sobre el de 2008 y enorme respecto a 2007. Y es que además de tener una dureza global similar a la de Tour y Giro, incluía una montaña mejor de lo habitual en la Vuelta, con buenos encadenados, muchos estrenos y trampas en casi todas las jornadas. De hecho, por fin hubo una etapa con 2 Especiales, La Ragua + Sierra Nevada por el Purche-Sabinas, y resultó espectacular (lo hubiera sido aún más con la ruta original, sin el rodeo antes de meta). No obstante, también tenía aspectos negativos, como el habitual exceso de finales en alto duros y cronos muy cortas, lo que unido a una pobre actitud de los favoritos en varias etapas (Aitana, Velefique y Ávila) hizo que resultara algo decepcionante, pese a que también hubo jornadas muy entretenidas, como la mencionada de Sierra Nevada, La Granja y La Pandera.
El recorrido de 2010 era llamativo, pero globalmente se quedaba “cojo” al carecer de jornadas para moverse desde lejos y tener solo una CRI, además de repetir mucho un tipo de recorrido en las etapas de montaña, favoreciendo demasiado a una misma clase de corredor y propiciando que se viera “ciclismo-youtube”, con sólo batalla entre los favoritos en los km finales. En el lado positivo, casi todas las jornadas tenían alicientes, destacando una gran primera semana, y hubo varios estrenos de subidas muy interesantes y/o mediáticas, como la Bola del Mundo. A la postre, la carrera tuvo interés casi todos los días pero sin jornadas para recordar más alla de los últimos km (salvo la bonita etapa de Valdepeñas de Jaén), aunque sorprendentemente casi todos los medios de comunicación la consideraron un éxito rotundo.
En 2011 se repetían varias constantes de años anteriores, como el gran nº de llegadas en alto, “trampas” en muchas jornadas, estreno de varias subidas y escasez de crono, pudiendo considerarse una mezcla de 2009 y 2010, aunque predominando 2010, sobre todo por la 1ª semana. Pero también tenía aspectos innovadores: una etapa de alta montaña sin final en alto, estrenando el Puerto de Ancares (aunque por Balouta y muy lejos de meta), 2 Especiales de paso y una última semana basada en la media montaña, con la gran noticia del regreso al País Vasco, si bien en etapas decepcionantes. Un trazado con aspectos positivos, al incluir alicientes casi todos los días, buenos encadenados y mucha dureza global, pero lastrado por otros tantos negativos (exceso de llegadas en alto, orden de algunas etapas y falta de una 2ª CRI), aunque mejorando a 2010.
En 2012 los organizadores llevaron la apuesta por los finales en alto al extremo, con 10 llegadas de este tipo y siendo en casi todos los casos el puerto más duro de la etapa, varios de ellos con rampas extremas. Por el contrario, no había apenas grandes puertos de paso (salvo en la etapa reina de Cuitu Negru) y sólo 39 km de CRI, estando muy desequilibrado. A la hora de la verdad, el duelo entre Contador, “Purito” y Valverde hizo que la carrera resultara emocionante, si bien con la lucha restringida a los km finales, algo lógico por el tipo de trazado. La excepción fue la gran jornada de Fuente Dé, con el ataque de Contador, y en menor medida Valdezcaray, curiosamente los 2 finales en alto más tendidos. En nuestra opinón, una carrera de notable pero ni mucho menos “la mejor Vuelta de la historia”, como se la calificó desde varios medios de comunicación.
El recorrido de 2013 repetía parte de las características de la edición anterior, como la enorme cantidad de llegadas en alto y la escasez de contrarreloj, pero aumentando la exigencia de los puertos de paso y con más variedad en los finales, siendo uno de los recorridos más duros en la historia de la Vuelta, con nada menos que 17 puertos por encima de 120 APM (aunque únicamente con el Angliru como gran coloso). Al final la carrera resultó entretenida casi todos los días, habiendo además múltiples cambios de liderato, pero con la batalla entre los favoritos demasiado reducida a los km finales, echándose de menos alguna jornada con ataques importantes desde lejos, lo que unido a la victoria de Horner dejó una sensación más negativa que la de 2012.
Recorrido de La Vuelta 2015
El trazado de esta edición, con salida desde Puerto Banús (Málaga) y llegada en Madrid tras 21 etapas y un total de 3.357 km, mantiene en general características similares a los últimos años, empezando con un CRE en Andalucía y recorriendo la península de sur a norte en sentido contrario a las agujas del reloj, al igual que en 2014, e incluyendo una gran cantidad de llegadas en alto, tanto puertos como finales en repecho, así como «trampas» en casi todas las jornadas, habiendo muy pocas etapas realmente llanas, y de nuevo con un exigente tríptico en la Cordillera Cantábrica a finales de la 2ª semana, repitiendo también la escasez de km contra el crono, con sólo una contrarreloj individual y de distancia media, lo que hace que la suma total de las cronos se quede por debajo de los 50 km, la cifra más baja desde la edición de 1982.
No obstante, también hay novedades, especialmente en las llegadas concretas, con 12 finales inéditos, incluyendo todas las etapas que terminan en subida, que además son bastante diferentes entre sí, y estrenándose también algunos puertos de paso muy interesantes, sobre todo en la etapa andorrana, donde incluso se han asfaltado para la ocasión; así como en el tipo de montaña de la 3ª semana, ya que en lugar de reservar para el penúltimo día la llegada en un coloso está basada en la media montaña y los finales tras descenso, aunque esto ya se vio hace relativamente poco (2009 y en menor medida 2011). Por otro lado, aunque la CRI no es muy larga, sí es más llana que en ediciones previas (excepto el tramo final), lo que no es óbice para que a nivel global vuelva a ser una carrera muy favorable para los escaladores, penalizando a los rodadores.
Asi pues, la carrera comienza con una crono por equipos de sólo 7 km entre Puerto Banús y Marbella, en la Costa del Sol, aunque debido al polémico trazado, con pasos muy estrechos y 3 km circulando sobre arena de playa compactada, finalmente los tiempos no cuentan para la general, otorgando sólo la victoria de etapa. Al día siguiente, en la 2ª etapa, llega el primer final en alto de esta edición, con una llegada en Mesas de Villaverde (hasta el km 3,8), junto al Desfiladero de los Gaitanes y el “Caminito del Rey“, que cuenta con casi 4 km a más del 8% de media y puntas del 15%. De hecho, aunque está marcado como un 3ª, lo más más realista sería considerarlo un 2ª. La siguiente jornada, entre Mijas y la ciudad de Málaga, incluye el Puerto del León a mitad de la ruta (pese a que no estaba en el recorrido anunciado en enero), aunque con tanto llano posterior, coronándose a mas de 80 km de meta, es un día propicio para los velocistas.
La 4ª etapa, de más de 200 km, unirá Estepona y Vejer de la Frontera, en la provincia de Cádiz, con un recorrido básicamente llano, incluyendo alguna zona propicia para los abanicos, si bien con un final complicado, incluyendo un «muro» de un km al 12% seguido por varios repechos, el último en la propia meta, que la convierten en una etapa favorable para los “up-hill finishers”. La 5ª jornada, entre Rota y la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, es a priori una de las más sencillas de esta edición, con una ruta en general muy llana aunque con la llegada picando hacia arriba, con 800 m al 5% (aproximadamente). En la etapa siguiente regresa la media montaña, atravesando un terreno sin gran puertos pero bastante quebrado entre Córdoba y la localidad jienense de La Iruela, en la Sierra de Cazorla, con una subida final de 3 km al 7%, aunque muy irregular, con un último km que salvo por un corto descenso supera el 10%. En cualquier caso, al igual que en las demás etapas de la 1ª semana atención al calor, que si “aprieta” como es habitual puede endurecer mucho la ruta.
En la 7ª jornada llega el primer gran puerto de esta edición, con un exigente final en Capileira (del km 2,9 hasta el 24,3 del perfil), en la Alpujarra granadina, que irá precedido por varias pequeñas ascensiones aunque se echa de menos Haza del Lino, uno de los grandes colosos andaluces y que se encadena perfectamente con Capileira. De todos modos, la longitud de la subida final, con 21 km y 1100 m de desnivel, puede hacer daño si el ritmo es elevado, destacando los últimos 9 km al 6,9% de media. Después del traslado a Puebla de Don Fadrique, la 8ª etapa acabará en Murcia capital, con los primeros 110 km con tendencia descendente pero incluyendo en la parte final un doble paso por la Cresta del Gallo, subida corta pero bastante dura (4,4 km al 6,7%, incluyendo 2 km centrales al 9%) y con un descenso complicado, si bien el rodeo entre ambos puertos y el llano antes de meta puede provocar reagrupamientos, como ya sucedió en 2010 -> clasificación, con triunfo al sprint para Hushovd, aunque sólo se hacía una subida.

La 7ª etapa, con un terreno “pestoso” y final en la larga subida a Capileira
La 9ª jornada, entre Torrevieja y la Cumbre del Sol (Puig Llorenca), junto a la localidad alicantina de Benitatxell, también incluye un doble paso por un puerto corto pero de duras rampas, aunque en este caso más exigente y con la meta situada en la cima de la última subida, con 4 km al 9,5% de media (en el primer paso no se hará entero, faltando los últimos 800 m), siendo una jornada favorable para los escaladores explosivos. Eso sí, no es la variante más dura, ya que los organizadores han evitado un tramo de casi un km al 15% que sí se afrontó en el “Campus Eduardo Chozas». Al día siguiente, en vísperas de la jornada de descanso, continúa la media montaña con la 10ª etapa, entre Valencia y Castellón, con los puertos de Oronet y el Desierto de las Palmas (hasta el km 7,7), este último la subida estrella del Campeonato de España 2011, con triunfo para Jose J.Rojas -> clasificación, siendo a priori una nueva jornada para la lucha entre los “aventureros” y los equipos de los velocistas más completos.
Superado el día de descanso, con un largo traslado incluído, llega la etapa reina: una jornada íntegramente andorrana y de sólo 138 km pero plagada de puertos gracias a sus diferentes bucles, con el inédito Beixalís de inicio, con 3 km centrales a casi el 11%, seguido por Ordino y la Rabassa hasta el cruce de Peguera, este último un 1ª muy serio con 900 m de desnivel y varios km al 9-10%, antes de la Collada de la Gallina por Fontaneda, recientemente asfaltada (al igual que Beixalis) y que con 12 km al 8,5% de media, los 4 últimos a más del 10% y puntas del 18%, puede destrozar la carrera a poco que haya batalla. Una vez coronado, complicado descenso hacia Aixovall (por la misma carretera utilizada como subida en 2012 y 2013) para tras un pequeño falso llano afrontar La Comella, con 4,3 km al 8%, y Els Cortals d´Encamp (en la parte inicial se hará un rodeo, alargando la subida), un clásico de la Volta a Catalunya a finales de los 90 / principios del 00 y que debido a su dureza, con 5 km centrales al 9,5%, y desgaste previo puede provocar grandes diferencias. Una de las etapas más duras de la historia de la Vuelta, con 5000 m de desnivel acumulado y 1100 de coef. APM en los puertos, suponiendo el estreno absoluto de Beixalis y la Gallina.

La etapa de Andorra (11ª), corta pero con un recorrido durísimo
La jornada siguiente será a priori de transición para los favoritos, con algo más de 170 km entre Andorra y la ciudad de Lleida, incluyendo los puertos de Boixols, bastante largo aunque en general tendido, y Fontllonga, extrañamente no puntuado, aunque el largo llano antes de meta favorece a los equipos de los velocistas, como ya se vió en 2010, cuando una etapa idéntica se resolvió con un sprint masivo, llevándose el triunfo Cavendish -> clasificación. De todos modos, tampoco sería una sorpresa que llegara una escapada, si bien las posibilidades de que triunfe una fuga son mayores en la 13ª etapa, con un trazado de media montaña entre Calatayud y Tarazona en el que destacan Beratón, con 6 km finales al 6,3%, y el Alto del Moncayo, afrontado en la contrarreloj de 2013 aunque por otra vertiente, restando desde la cima 34 km hasta la meta, con varios km de cresteo antes de un rápido descenso hacia Sta.Cruz del Moncayo, seguido por un incomprensible bucle llano en torno a Tarazona que puede provocar reagrupamientos.
Tras esa jornada y coincidiendo con el fin de semana, se inicia un duro tríptico que puede ser decisivo para el resultado final, con una 1ª etapa de 215 km, la más larga de esta edición, entre Vitoria y la estación de esquí de Alto Campoo, con meta en el parking de la Fuente del Chivo. En total, 17 km al 5,8% de media, con lo más duro justo en el último tramo: 2 km a casi el 9%. Anteriormente los corredores tendrán que superar Estacas de Trueba (atención al descenso si llueve) y el Puerto del Escudo, que con 7 km al 9% de media y rampas del 15% puede seleccionar mucho el pelotón a poco que el ritmo sea elevado, aunque después hay 40 km llanos hasta el inicio de la subida final. Señalar que si bien Alto Campoo ya ha albergado otros 3 finales en la Vuelta, el último en 1993 con un recorrido similar (aunque más duro, al subir Lunada antes de Estacas) -> clasificación / vídeo, la llegada en Fuente del Chivo es inédita, ya que en anteriores ocasiones la meta estaba situada 5 km más abajo, en Brañavieja.

La jornada de Alto Campoo (14ª), la más larga de esta edición
El domingo será el turno para una etapa de 176 km entre Comillas y Sotres / La Caballar, con los puertos de La Cruz (no puntuado), El Torno, muy irregular pero con tramos duros, subiéndose por la vertiente utilizada como descenso en 2014, y Ortiguero, con 6 km al 5%, antes de la espectacular subida final (hasta km 18,7) -> otro perfil (hasta km 18), con paisajes preciosos y una gran dureza, para unas cifras totales de 12,7 km al 8% de media e incluyendo un último tramo brutal, con un km entero al 15% y puntas del 21%, entrando en las listas de km más duros en competición y rampas máximas, aunque su propia distribución de la dureza, con lo más duro justo antes de meta, unido a lo que espera al día siguiente, puede provocar que la batalla entre los favoritos quede reducida al tramo final, algo que se podría haber evitado terminando en el Jitu de Escarandi, casi 2 km más adelante de La Caballar.

La etapa 15ª, con meta en la inédita subida Sotres-La Caballar
Como final del tríptico y en vísperas del día de descanso, durísima etapa de montaña entre Luarca y la Ermita del Alba, con 184 km y 8 puertos, incluyendo de inicio Aristébano, en general tendido pero bastante largo, y el encadenado de Forcayao, no puntuado pero que se puede considerar un 3ª, y el Alto de Piedratecha, con 9,5 km al 5,5%, seguido por Cabruñana, con 5 km al 6-7%, y Tenebredo, corto pero con rampas extremas, para ya en la parte final afrontar el Cordal (perfil entero) en sentido contrario a las etapas del Angliru, con una bajada peligrosa, la Cobertoria por Lena, estrenada en la pasada edición y que tiene 6,5 km centrales a casi el 11% de media, y tras su rápido descenso la inédita Ermita del Alba, un «muro» que no baja casi nunca del 9% y que en su último km incluye rampas cercanas al 30%, para unas cifras oficiales de 6,8 km al 11,1%. Una subida agónica, que unida al desgaste previo puede hacer que los corredores lleguen de uno en uno a meta, con grandes diferencias si la batalla se desata ya en la Cobertoria. Al igual que la jornada de Andorra, una de las etapas más exigentes en la historia de la Vuelta.

La etapa 16ª, con alrededor de 5000 m de desnivel y un gran encadenado final
Después de la jornada de descanso y el largo traslado hasta Burgos, turno para la única crono individual de esta edición, con una longitud de 39 km y un trazado en forma de 8, con un doble bucle (aunque mucho más largo el 1º, al sureste de la ciudad) con salida y llegada en la capital burgalesa, teniendo un perfil básicamente llano y muy favorable para los rodadores durante los 30 km iniciales, si bien la parte final es más técnica, incluyendo varias curvas cerradas y el repecho del Castillo, estrenado en la Vuelta en la pasada edición. De todos modos, al no superar los 40 km y estando situada en la 3ª semana, no deberían producirse grandes diferencias entre la mayoría de favoritos, aunque si la general llega apretada sí puede resultar decisiva para el podio final.

La contrarreloj de Burgos (17ª), la única CRI de esta edición
Al día siguiente, los corredores tendrán que afrontar una jornada «trampa», sin grandes colosos pero con más de 200 km entre Roa, al suroeste de Burgos, y la localidad segoviana de Riaza, atravesando un terreno plagado de pequeñas cotas y repechos durante los últimos 130 km (a partir de Santibáñez de Ayllón), circulando por carreteras secundarias muy propicias para las fugas. Destaca sobre todo el Puerto de la Quesera, que por su vertiente de Guadalajara cuenta con una aproximación muy “pestosa”, con duros repechos que incluyen fuertes rampas y algunos tramos hormigonados, antes de que se inicie el auténtico puerto, cuya subida es mucho más regular, con los últimos 7 km a casi el 6% de media. Después de coronar restarán sólo 13 km para el final, la mayoría de bajada, incluyendo un primer tramo revirado, aunque con un repecho intermedio a 5 km de Riaza, pudiendo verse bonitas persecuciones hasta meta.

La novedosa etapa de Riaza (18ª), con el estreno de la Quesera
En la 19ª etapa continúa la media montaña, con un final clásico en la ciudad de Ávila tras la subida a las Murallas, corta pero muy escénica (incluyendo 600 m de pavé), si bien el recorrido previo es más blando que en anteriores ocasiones, con los tendidos puertos de Valdelavía, no puntuado, y la Paramera, con 16 km al 4,2%, como únicas dificultades montañosas, restando desde este último 19 km a meta, la mayoría de suave e irregular descenso por buena carretera. Los últimos antecedentes de Ávila en la Vuelta datan de 2009 y 2007, con triunfos para Deignan y Luis Pérez respectivamente, aunque habría que remontarse hasta 1999 y 1996 para ver subidas por la Paramera, con sendas cronos entre El Tiemblo y Ávila ganadas por Ullrich y Rominger. En la Vuelta a Castilla y León si ha habido llegadas más recientes tras este puerto, la última en 2012 en una jornada dantesca, con lluvia y granizo, llevándose la victoria L. León Sánchez -> perfil / clasificación.
Como última oportunidad para ver cambios en la general (salvo gran sorpresa en la jornada final), dura etapa de montaña en la sierra madrileña, con el puerto de Navacerrada de salida, que por esta vertiente cuenta con 7 km finales al 7,5% de media, seguido por un doble paso por la Morcuera, el primero por la vertiente norte, con un tramo de 8 km al 6,2%, y el segundo, tras superar el Cerro Peñote y la travesía por Guadalix, por la más dura vertiente sur, que con cerca de 900 de desnivel y 8 km finales al 7,3%, puede hacer daño si el ritmo es elevado. Tras su descenso llegará Cotos, más tendido pero con un final “pajarero”, con los últimos 6,5 km al 6-7%, y que una vez coronado no tiene bajada inmediata, sino que se llanea durante 7 km antes del rápido descenso de Navacerrada, que dejará a los corredores a sólo un km de la meta de Cercedilla. Una etapa exigente (aunque con varios puertos inflados de categoría), pero que dependerá de la actitud de los corredores, pudiendo verse un gran espectáculo si hay ataques en la Morcuera … o ser decepcionante si lo dejan todo para Cotos.

La última etapa de montaña (20ª), con puertos clásicos pero un final inédito
Después de esa jornada ya sólo restará la etapa final en Madrid, que tras su ausencia en la pasada edición, cuando se terminó en Santiago, cerrará la prueba con una jornada llana y muy corta, con salida desde Alcalá de Henares, localidad Patrimonio de la Humanidad, y llegada en la capital tras 11 pasos por la línea de meta, con el mismo circuito final en torno a Cibeles que el realizado en los últimos años, con victoria para Matthews en 2013, siendo en cualquier caso una jornada muy favorable para los sprinters y que servirá de homenaje a todos los corredores que hayan logrado superar las 3 semanas de carrera.
- Libro de ruta (PDF 109 MB) / Reglamento (PDF 3 MB)
Globalmente, un trazado llamativo, con el gancho publicitario de todos los finales en alto inéditos, y exigente, tanto por la gran cantidad de etapas quebradas y con trampas cerca cerca de meta, con únicamente 3-4 jornadas llanas (lo que no quita para que algunas de media montaña se puedan decidir con llegadas masivas), como por la dureza de varias de las etapas de alta montaña, sobre todo Els Cortals y la Ermita del Alba, ambas rondando los 5000 m de desnivel. De todos modos, no es un recorrido tan extremo como se está vendiendo desde algunos medios de comunicación y directores de equipo. Y de hecho, la dureza de los grandes puertos, con un coeficiente acumulado en el top-15 cercano a 3100 APM, no sólo está por debajo de lo habitual de Giro y Tour, incluído este mismo año, sino que hay varias ediciones recientes de la propia Vuelta que también la superan, como 2011 y 2013.
Haciendo ya una valoración más subjetiva, creemos que las virtudes y defectos del trazado son en general los mismos de las últimas ediciones, aunque con algunos matices. En la parte positiva, destaca de nuevo la distribución de la montaña a lo largo de toda la prueba (aunque en los primeros días con recorridos claramente mejorables); alicientes en todas las etapas, lo que puede hacerlas más imprevisibles; y la gran cantidad de subidas inéditas, tanto llegadas en alto, entre las que sobresalen Sotres la Caballar, Els Cortals y la Ermita del Alba, como puertos de paso, con el estreno del Coll de la Gallina y de ascensiones más modestas pero que también pueden dar juego, como Beixalis y la Quesera. Además, si en años anteriores casi siempre había sólo una jornada de alta montaña que destacara por dureza y diseño, en esta ocasión hay dos etapas a priori espectaculares, la de Andorra y la 2ª asturiana, acompañadas por una etapa que puede ser muy “pajarera”, Fuente del Chivo, y la jornada de la sierra madrileña, sin grandes colosos pero con terreno para atacar desde lejos.
En el lado negativo, un año más está la marginación de las cronos, tanto por el bajo nº de etapas, con sólo 2 jornadas contra el crono, como por su escasa longitud, con una CRE exageradamente corta y que además no contará para la general, y una CRI que aunque no está mal siendo la única de la prueba resulta insuficiente, provocando que sea la edición con menos km contrarreloj de los últimos 30 años. Por otro lado, aunque la montaña es más variada, sigue habiendo un exceso de finales en alto, varios de ellos muy duros, con 6 llegadas de categoría Especial o Primera (y 4 de ellas mal encadenadas o mucho más duras que las subidas previas), lo que unido a la escasez de contrarreloj, que además llega muy tarde, hace que vuelva a ser un recorrido muy desequilibrado, lo cual no sólo resulta injusto, penalizando demasiado a los rodadores, sino que además puede perjudicar al propio desarrollo de la carrera, con los escaladores no necesitando atacar desde lejos y pudiendo conformarse con las subidas finales, desaprovechando el terreno previo.
Y si bien la alta montaña ha mejorado respecto a otros años (aunque se sigue echando de menos algún encadenado final «grande + pequeño»), no sucede lo mismo con la media montaña, tan abundante como mal diseñada (salvo excepciones, como la etapa de Riaza), provocando que jornadas que podrían ser muy interesantes queden a priori sólo para la lucha entre los escapados y los equipos de los velocistas. Como ejemplos negativos, el incomprensible trazado de la etapa de Málaga, haciendo un bucle con el Leon al revés de lo que sería lógico; el alejamiento innecesario entre los dos pasos por Cumbre del Sol, donde además se ha evitado el tramo más duro; los rodeos finales en las etapas de Murcia y Tarazona, que lo único que hacen es añadir llano antes de meta, perjudicando posibles ataques; o la etapa de Ávila, donde han obviado las opciones rompedoras, como El Mediano.
Por otro lado, la catalogación de los puertos deja mucho que desear, con incongruencias como que Alto Campoo esté marcado de categoría Especial y sin embargo Sotres / La Caballar, la subida más dura de la carrera junto a la Gallina, esté marcada sólo de 1ª, otorgando los mismos puntos que ascensiones mucho más blandas, como Beraton, Morcuera N o Cotos, las cuales han sido infladas de categoría. Y aunque no sea algo estrictamente deportivo, también resulta muy discutible el tema de los traslados, con 4 de ellos rondando o superando los 200 km sin coincidir con jornadas de descanso: Capileira a Puebla Don Fabrique, Lleida a Calatayud, Tarazona a Vitoria y Sotres a Luarca.
En cualquier caso, como siempre la última palabra será de los corredores. Y más allá de los defectos que puede tener el recorrido, terreno hay para que sea vea una gran carrera en caso de que se muestren combativos. Ójala sea así, dando un buen espectáculo a los aficionados.
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Como vengo haciendo me permito hacer algunos comentarios, en primer lugar estoy totalmente conforme con las opiniones dadas en tan magnifica exposición de la vuelta, sólo voy a poner algunos comentarios personales.
Sobre la primera semana está casi todo dicho, como ya se llevan algunas etapas comento que me parecen un auténtico show, donde se prima el dime y direte pero poco ciclismo, empezando por una absolutamente impresentable CRE, un show Níbali, un recorrido por las autovías y puentes andaluces, un ladrón de bicicletas y un par de muros al más puro estilo Guillen, eso unido al desprecio de la media montaña de la Axarquía, los pueblos de la sierra de Cádiz y dentro de un par de día el desastre de la etapa de Capileira, con la total ausencia de puertos de paso en una zona donde se pueden escoger muchos y de muchas formas.
Respecto a la etapa de Andorra decir que es la única que tiene puertos de paso, a mi modo de ver las considero demasiado corta, una alternativa que he puesto en Openrunner es añadir el puerto de Envalira al principio bien partiendo de territorio francés, bien desde Andorra la Bella subir al puerto y bajar por el túnel, eso sí, suponiendo que nadie va atacar a lo bestia y que da tiempo, otra opción es no terminar en Empcamps, cambiarlo por El Serrat, por lo que he viso es una subida menos explosiva pero más larga y después de añadir Envalira y subir la Gallina podría ocasionar efectos parecidos a Val Martello en Italia, y no lo comparo a Aprica ya que la Gallina no es el Mortirolo ni Aprica es El Serrat, aunque la idea puede ser la misma, abrir diferencias con un terreno algo menos exploxivo después de un puerto explosivo.
Repecto a triptico a mí personalmente me decepciona, son tres etapas donde todo es la bestialidad final, y las dos primeras son casi monopuertos, después de un poquito de Escudo 40 km de llano para la pared final es el esquema visto muchas veces, en la segunda Sostres es muy duro, pero es unipuerto, y es lo de siempre, se podría haber diseñado alguna de forma contraria, muro de paso y final suave, de la tercera es a mi modo correcta, siempre que se retocaran las otras dos.
Respecto a las contrareloj hubiese sido muy interesante poner dos, una antes de Andorra, para ello la cambiaría por alguna de las etapas llanas con final en cuesta, y otra la de Burgos
La alternativa de Andorra es http://www.openrunner.com/index.php?id=5191272
Gracias linuxantimonopolio.
Sobre las etapas de la 1ª semana, totalmente de acuerdo en el mal aprovechamiento del terreno, con exceso de muros finales, sin apenas puertos previos y con un empacho de autovías, haciendo además rodeos incomprensibles en varias jornadas.
Respecto a la etapa de Andorra, es cierto que su kilometraje es corto, pero teniendo en cuenta su dureza no debería afectar negativamente. Por ejemplo la etapa de Luz Ardiden 1992 tenía una longitud similiar y es una de las mejores en la historia de la Vuelta. Lo malo sería que todas las jornadas de montaña fueran igual de cortas, pero en este aspecto sí hay variedad, con una etapa de 215 km (Alto Campo) y otra que con 185 km y 5000 m de desnivel también es para fondistas (Ermita del Alba). Otro tema es si el final en Els Cortals es el más adecuado, sobre todo cuando las demás etapas de alta montaña también acaban en subidas duras (salvo Cercedilla). En ese sentido, a priori sí sería mejor una llegada más modesta (por ejemplo Engolasters, tras la Comella), para favorecer los ataques en la Gallina. O mantener la meta en Els Cortals pero quitando alguno de los finales en alto del tríptico.
Sobre esas 3 etapas, por si solas no están mal, con la jornada de Alto Campoo siendo muy «pajarera», el estreno de Sotres y el buen encadenado de Cobertoria+Ermita del Alba tras mucho desgaste previo. Pero analizadas globalmente es verdad que suponen un empacho de finales duros, ya que además lo más exigente esta justo en los km finales. Y encima su colocación es la peor posible, con la llegada mas «fumable» el primer día y la etapa más dura el último. Quizas lo más conveniente hubiera sido quitar una de las 2 primeras etapas, Alto Campoo o Sotres; dejar la de Ermita del Alba para mitad del tríptico; y como cierre una jornada de montaña sin final en alto (o mucho más blando que los puertos previos), ya fuera en el occidente asturiano, en Lugo o en la zona de La Cabrera.
Respecto a las cronos, muy de acuerdo en que lo más lógico hubiera sido hacer 2 individuales, una de ellas antes de Andorra. Y en caso de programar sola una, adelantar su disputa, colocándola como muy tarde a mediados de la segunda semana.
Saludos.